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Tu la guerra, yo la muerte. por MichaelJ2099

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La pequeña cubierta de agua nieve que se formaba sobre su armadura le estaba generando demasiada ansiedad, casi podía escuchar el líquido convertirse en sólido. Movía los brazos enérgicamente para evitar el paso de este fenómeno. De un extremo a otro, quería echarse a correr aunque sus piernas no se lo permitiesen, no respondían a sus estímulos y casi creyó que las iba a perder.

De pronto, en medio de la noche, de la terrible noche acompañada de una tormenta de nieve, escuchó el hundir de la nieve. Ese típico sonido de un andar calmado, que no le importa ver las huellas que va dejando.

Tomó a Mjölnir, ¿estaría preparado? ¿le responderían sus poderes en ese estado?

-Eres un ser incompleto.

Habló una voz. Respingó. Apretó las mandíbulas intentando darse valor.

-Jamás podrás contra mi.- Añadió la voz.

Aunque parezca increíble, cubierto del estrés y el frío, por unos momento bajo a Mjölnir. La voz que sonaba a su alrededor era extrañamente conocida. 

-Eres un ser incompleto.

Volvía a repetir.

-¡Ven aquí malnacido, terminemos con esto de una buena vez! 

Con un movimiento suave Mjölnir cortó el aire con su característico sonido. Thor ni siquiera estaba seguro de a dónde arrojar su furia. Los pequeños copos le calaban hasta los ojos y no podía tenerlos firmemente abiertos.

-Jamás podrás contra mi.- Le dijo una última vez y su sombra se hizo presente. Thor apretó en su mano el mango de Mjölnir, pero éste no le respondió. En cambio cayó en seco sobre la nieve y alcanzó a hundirse.

-¿Qué diablos? 

Lo jaló varias veces y no pudo hacer que se levantase el arma. Estaba totalmente pegada al suelo.

-¿Qué pasa? 

En su voz se denotaba la verdadera incertidumbre y casi miedo. Miedo de no saber por qué su leal arma no le obedecía.

"Solo aquél que sea digno, aquél que empuñe este martillo, será poseedor de los poderes de Thor"

-No... No soy... ¿digno?

Una risa burlona estalló delante de él. Como aturdido por su voz se protegió con el antebrazo. Le miraban esos ojos inyectados de sangre, esa piel azul, una larga melena negra y esa intención de sangre.

-Nunca lo fuiste. Nunca lo serás. Es por eso, que nunca podrás contra mi.

Le miró de cerca, era él. 

-Lo sabía. ¡eres tú!

El guardián de Jötunheim, mago, cruel, calculador y estafador le miraba ladinamente mientras de su brazo derecho crecía una gran llama azul. ¿Fuego? ¿cómo era posible?

Los mismos ojos, la misma desolación. Ese par de rubíes serían los que traerían la desgracia a Asgard, estaba seguro de ello, desde niño lo había soñado y ahora ese sueño se volvía en una terrible pesadilla que traspasaba el mundo onírico. Era real. Lo veía delante de suyo mientras aquél extraño fuego fatuo crispaba e iluminaba la mueca tétrica.

-Muere, hijo de Odín.

Y la terrible guadaña cubierta de muerte se cernió sobre él.

-¡Príncipe!

Sacudió su cuerpo. Los brazos que llevaba cruzados sobre el pecho estaban más que tensos. Miró de frente al soldado que le miraba.

-Estamos por arribar al puerto, mi señor.- Le avisó con cautela. Thor le miró aún sin creerlo tardó en responder pero se levantó y dio las órdenes precisas para que todos estuviesen listo para el desembarque.

Ahora mismo ya se podía despedir de las eternas cordilleras que enmarcaban el río Iving, ya podía ver a lo lejos el gran muelle, toparse con las embarcaciones pesqueras y el bullicio común de los asgardianos. Suspiró un poco, antes de tomar una cantimplora y sacar el vino que bien tuvo a llevar. No debía preocuparse por nada más. No debía preocuparse por nada más.

Se llevó la mano sobre los ojos. ¿Cómo poder explicar lo que vio allí? 

A ese... jötun.

Eivor le había dicho expresamente que no debía alterar el curso de las cosas, pero, ¿a qué coste? ¿qué era aquello que debía pagarse para que todo acabase bien, según ella? Odiaba los secretos, su padre era un amante perpetuo de las verdades manipuladas. 

Los secretos no le venían bien. Esperaba que por lo menos no fuese una mentira, hasta que estuviese en tierra tendría tiempo para pensar en si decir algo de lo que vio. Si es que no fue un sueño. O tal vez... Regresando a la pesadilla que tuvo, tal vez solo fue un acto de su mente por lo que había ocurrido.

Después de todo, solo fue un sueño. Solo fue una pesadilla. Esas cosas, se quedan en la cabeza, solo ahí.

¿Verdad?

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Los párpados pesados ahora exigían abrirse, los ojos que guardaban sentía como caían directo en ellos el brillo del sol. Antes de si quiera querer entornar los ojos, puso una mano delante. Con dificultad intentó ver.

-¿Loki?

Se sentía desorientado, no podía ver quién ni de dónde le llamaban. Parpadeó repetidamente.

-¿Te encuentras bien?

No tuvo más nada que decir, sintió los cabellos negros que le hacían cosquillas. Se puso rígido cuando se topó con los ojos azules de Syn.

-¡Syn!- Exclamó él aún con voz pastosa. Se removió en el sitio irregular en donde estaba tendido. Fue entonces que se dio cuenta de que estaba en el regazo de la hechicera.

-Oh por Odín, ¿qué pasa?- Dijo mientras se apartaba y se le coloreaban las mejillas. No hace mucho compartían esa cercanía, pero le daba la sensación de haber cruzado la línea de los permisible.

La chica le miró con calma. Sonreía un poco apenada también. Permaneció sentada y Loki solo podía gatear un poco lejano a ella. 

Loki miró a su alrededor. Era uno de los tantos jardines del palacio, pero no lo reconocía en lo absoluto. Tal vez estaba en alguna zona que él no conocía. Llegado a eso se puso a pensar, ¿cómo había llegado ahí? Se llevó la mano a una sien, como si esta protestase pero no había dolor. 

-¿Te duele aún? - Preguntó ella y antes de decir algo, Syn ya estaba a centímetros de su rostro pero mirándole la coronilla en busca de tal vez algún golpe. 

-No, creo que no.- Respondió. Sin darse por enterado. Syn se tranquilizó. En eso llegó Liv corriendo.

-¡Traje el agua! - Pero su pie tropezó en el césped y la jarrita que llevaba voló por los aires. El agua salió de su recipiente y fue a terminar sobre el chico que recién había despertado. 

Solo se escuchó la sorpresa de Syn y Liv.

Estaba empapado, de sus cabellos todavía caían unas gotitas, ni siquiera tuvo oportunidad de decir algo. Se sintió particularmente despierto, eso sí.

-Vaya... Creo que nunca obtendré un mejor espabilante que ese.- fue lo único que alcanzó a decir apartándose algunas gotas del rostro. El cabello de Liv se tornó rojo y se crispó.

-¡LO LAMENTO TANTO!- Comenzó diciendo y se apresuró a sacar de su ropaje un paño y se lo acercó. Loki no podía sentir coraje o sorpresa, simplemente no todavía no estaba en sus cabales.

-Está bien, Liv, está bien.

Movió las manos como solía hacer y de estas brotó una estela de humo verde, rápida, como una serpiente le recorrió de pies a cabeza y el agua salió completamente, dejándolo seco. Con otro movimiento llevó el agua al árbol más cercano y lo dejó allí.

Se giró y se topó ahora con las miradas atentas de las féminas. Oh diablos. Había usado su magia sin recato. No era como que fuera un secreto, pero tampoco era propio de él andarlo usando a diestra y siniestra. 

-¡Que increíble!- Exclamó primero Liv.

-Es por ello que Thor decía que le habías enseñado muchas cosas.- Añadió. Se sentó ahora más cerca de Loki.

-¿Qué más puedes hacer?

Claramente asustado Loki solo pudo sonreír nerviosamente. 

-Querida, déjalo que respire. Apenas va recobrando el norte.

-Oh, es cierto, lo siento.- Decía dulcemente y se apartó un poco. Quedando finalmente en un medio circulo formado por los tres.

Loki solo se acomodó unos mechones.

-¿Saben ustedes por qué estaba  aquí?- Preguntó con sincera curiosidad.

Por un segundo, el par de mujeres se dirigieron miradas de complicidad.

-Te desmayaste cerca de las escaleras que dan en esta sala, por suerte íbamos pasando por aquí Liv y yo. Te trajimos aquí, ya que vimos que no tenías lesiones y que tal vez solo necesitabas descansar ¿has estado durmiendo bien? - Preguntó maternalmente.

Loki no recordaba nada de lo decían, pero tampoco podía asegurar que otra cosa fuese la que ocurrió. Se miró las manos. 

-Cielos, no, he dormido bien últimamente.

-Syn.- Una voz grave sonó al fondo del pasillo. La mencionada se puso de pie casi como un rayo.

-Padre.- Respondió.

El rey Vanir se acercó, con su acostumbrada túnica blanca y con la mirada fija en el joven de cabellos negros. Loki lo presintió, el hombre lo estaba poniendo al escrutinio. Apartó la vista hacía el suelo aunque sabía que el rey seguía con sus verdes ojos puestos en él.

-Los preparativos de la fiesta ya están terminados y será mejor que estemos listos. Vamos.- Habló con algo de dureza pero dulzura hacía su hija. La mujer obedeció. Y corrió con él.

-Espero verlos en la fiesta.- Dijo ella sin girarse totalmente. Hizo una reverencia y abrazó el brazo que su padre le ofrecía. 

Finalmente Loki pudo levantar la mirada, pero podía jurar que tenía ojos en la nuca y que lo estaban mirando. Casi pudo sentir un escalofrío recorrerle la espalda.

-¿Atemorizante, no crees?- Liv estaba muy cerca de él, otra vez. Loki apenas pudo reaccionar.

-Eso parece.- Respondió, era la primera vez que compartía más de dos palabras con la prima de Thor, no tenía intención en relacionarse con ella, pero, por alguna extraña razón, cuando al entornar sus ojos la vieron, sintió una oleada de afecto natural. Tal vez Aren le había hablado de él, tal vez sentía la suficiente confianza para actuar así.

-¿Te unirás a la fiesta cierto?

No pudo responder enseguida. Se miró las manos entrelazadas sobre sus piernas dobladas.

-Si, me parece que haré acto de presencia con mi hermano.

Liv sonrió con más ganas.

-¿Si? ¿Qué ropa llevará él, lo sabes?- Sonreía de oreja a oreja, ilusionada tal vez. Le generó gracia y ternura al joven. Sonrió de medio lado.

-Si te digo, probablemente Aren se moleste, así que te dejaré con la incertidumbre.

Parecía que no sospechaba nada y lo agradeció la muchacha. Le siguió algunas preguntas bobas y unas sonrisas de grandes dientes blancos. Loki se sintió extrañamente cómodo e incluso en esos momentos sentía que la muchacha a su lado se veía 'ligeramente' diferente. La miraba de vez en vez buscándole algún detalle que había pasado desapercibido, al no hallarlo supuso que solo era su imaginación.

-Lo bueno que ustedes son muy unidos.

Loki encaró la oreja, no le estaba prestando atención del todo.

-Thor y yo tuvimos que ser separados. Mi madre, la reina Freyja prefirió que me desarrollase en Alfheim y de vez en cuando visitar a Odín y a la familia. Al menos ustedes tienen más tiempo para estar juntos, supongo que es lo mismo que es la misma intención mía con Thor, la sangre llama.

La sangre... La sangre.

Una imagen de Aren sentando y recitando aquellas palabras que lo habían hecho hervir en un montón de incógnitas. 

La mirada del muchacho se ensombreció con rapidez y casi quiso olvidar el encuentro con la chica. Se encogió en la postura y abrazó sus piernas pegadas a su pecho.

Era su hermano, pero en un grado muy inferior, ni siquiera compartían la misma naturaleza. 

-¿Qué pasa?- Preguntó la chica.

En realidad no deseaba hablarlo.

-Lo siento si he dicho algo que te incomodara, a veces suelo ser muy parlanchina. Supongo que es herencia de Thor.

Al parecer si. Loki negó con la cabeza.

-No, está bien, no es algo que hayas provocado tu.- Se perdió su vista en los arbustos delante de él. Tal vez lo mejor sería que se retirase, que se excusara sobre la fiesta y se quedara en cama toda la noche. 

Liv notó la ausencia de su mente, estaba a su lado, con la mirada a oscuras pero era como si se hubiese cubierto de total mutismo. ¿Qué podía decir ella? Miró a su alrededor. Había recogido la jarra aún le quedaba una miseria de agua pero estaba entera. 

-No creo que mi presencia sea necesaria en la fiesta.

Regresó la vista hacía el chico.

-¿Cómo? ¡Claro que es necesaria! Digo, sé que igual y tu no me vas a querer decir sobre lo de Aren pero no tuviste que aguantar a Thor todo el día de ayer antes del festival de linternas... Se la pasaba hablando de lo emocionado que estaba por el evento de hoy, ¡él odia las fiestas! Al menos desde que Jötunheim desapareció y eso era cuando era él muy niño. 

Exclamaba moviendo los brazos sobre su cabeza y los cabellos se revolvían, su cabello había vuelto a ser verde. Loki la miraba asombrado por el tono en que hablaba.

-Créeme, dudo que incluso mi reina Frigga haya presenciado algo así.

Ambos quedaron en un silencio que para nada era incómodo, pacíficamente quedaron sentados mientras el aire les revolvía los cabellos. ¿Quién lo diría? esa chica estaba vuelta loca por Aren. Desconociendo totalmente lo que guardaba una silueta falsa. En alguna parte de su ser se sintió mal de estar coludido para la mentira. Sacudió su cabeza intentando apartar todo intento de ir en busca de pensamientos negativos. Luchaba por mantenerse tranquilo, aunque todavía estuviese muy turbado. 

Miró de reojo a la chica. Su cabello esta vez se tornó verde (una de las tantas peculiaridades de Liv, es que su cabello cambia de color dependiendo de su estado de ánimo) y mientras ella miraba el frondoso árbol que los rodeaba, sonreía. Parecía absorta en sus imaginaciones. Entre todas sus expresiones, Loki de verdad podía a ver a Thor escondido, eran realmente muy iguales. 

Recordó la conversación que tuvo con el príncipe Aesir. El origen de Liv y la división de los poderes de Thor. Tal vez ese fuese un tema más agradable.

-Entonces, ¿viniste aquí en representación de tus padres?

La pregunta desconcertó a la chica. Le miró y prontamente notó los músculos del cuello cómo se tensaban.

-S-si.- Murmuró con inseguridad.

-¿No te molesta que tu padre te envié a estas cosas? Digo, tal vez tu prefieras quedarte en Alfheim.

Loki no percibía del todo que lo que parecía nerviosismo era en realidad incomodidad. Liv habló enseguida terminó:

-No, el rey no es mi padre. Bueno, al menos yo no me dirijo así con él. He acatado las órdenes que me da, como lo que es, mi rey. Estoy complacida de ser de utilidad.- Hablaba mientras jugueteaba con los cabellos verdes.

-Mil disculpas, creí que ...

-Si, lo sé. Es algo natural de pensar pero...

Liv intentó desviar el tema y sacó otro que aún así resultaba no agradable pero era mejor que hablar de la supuesta encomienda de los elfos para con ella.

-Cuando mi madre, la reina Freyja no pudo tener hijos. Mi diosa Frigga le brindó un poco de la energía creadora que ella estaba empleando para crear a Thor.

Aunque sabía el rumbo de la historia, Loki la escuchó:

-De esa pequeña porción, Freyja usó su poder para complementar algunos 'agujeros' y finalmente fui creada. Aunque a consecuencia de esto, Thor no es capaz de emplear sus poderes al 100% claro está que esto no lo tenían previsto e increíblemente el primero en dar el grito al cielo fue el rey Freyr.

Esta parte había sido omitida en el relato de Thor.

-Él no quería tener un futuro aliado 'descompuesto' y una heredera hecha de 'sobras'. 

A flashazos la imagen de Laufey acudió a la mente de Loki, parecía ser que la sensación que demostraba Liv en ese momento, no era para nada desigual a lo que Loki llevaba sintiendo desde su nacimiento.

-Incluso, se habló de una unión futura entre Thor y yo... por ello yo pasaba el tiempo aquí, para que nuestro amor 'floreciera', sin embargo, nosotros nunca nos vimos distintos a un afecto de familia tal vez debido a que nuestra creación fue con el mismo núcleo y el supuesto proyecto de hacernos pareja para unir nuestras fuerzas, fue descartado.

Su voz ahora denotaba frialdad. Permanecía seria con la mirada clavada en el césped.

-Fue entonces cuando regresé a Alfheim, mi madre, la reina Freyja siempre me aceptó como su descendiente pero el rey no. Desde entonces me dirijo a él de manera formal aunque bueno, sé que mi presencia desde hace milenios le ha hecho tener una buena concepción de mí... 

Un suspiro sonoro brotó de sus labios.

-Pero nunca me aceptará como su hija, ni heredera, aunque ostente el título de princesa por ser hija de la reina mi futuro será el de ayudar a mi pueblo bajo el mandato de mi rey.

Sonrió ampliamente y Loki que era un dios de las ilusiones, supo adivinar que era una sonrisa para encubrir lo que realmente sentía. No quiso inmiscuirse más.

-De hecho...

Volvió a hablar ella. Loki la miró y esta vez tenía el rostro coloreado, era tan notorio que parecía que subía y así fue, puesto que su cabello se tornó rojo.

-Desde que conocí a ... Aren, nunca me había sentido tan feliz de no ser una heredera legítima. 

Sin poderlo evitar, se enterneció y la sensación fue tan nueva como extraña que tuvo que sacudir un poco los hombros. 

-Puedo... unirme con... 

-Con total libertad.- Acabó la frase su interlocutor.

Ella le miró agradecida. Así era, se sentía libre y feliz. Loki la contempló un poco más, era tan ingenua como Thor aunque un poco más perceptiva tal vez por ser mujer. Aún con todo ello, lamentó ser parte de la mentira que le prodigaba fantasías y sueños. 

Aren y Liv.

Sonaba bien... Él parecía, no, mejor dicho, era feliz. Eso era lo único que importaba, por ahora. Aunque las apariencias engañasen.      

De pronto se vio turbado cuando sus manos fueron aprisionadas por las de ella. Tenía su rostro luminoso, del mismo modo que Thor tan cerca del suyo.

-Es por eso que, ¡tienes que esforzarte!

No respondió enseguida.

-Cada uno de nosotros enfrenta y enfrentará distintas oposiciones. Aunque yo no sea una princesa y Thor si, no lo hace imposible,pero debes recurrir a lo que más beneficio traerá para los dos.

Loki apartó sus manos como asustado.

-Liv, no sé de que estás hablando... Yo... Thor, bueno él...

-¡EL TE QUIERE! ¡Y QUIERE QUE TU LO QUIERAS!

Nadie lo había gritado, ni sus acciones, ni sus miradas, nadie se atrevía a decir aquello que Liv exclamó con tanta naturalidad y molestia de que todavía Loki tuviese el descaro de negarlo.

-¿Cómo es posible que te aguantes?

-¿Aguantarme qué?

Rodó los ojos como si la respuesta fuese obvia.

-No hay nada más poderoso que la atracción entre dos imanes, excepto ustedes. 

Se sonrojó de pies a cabeza.

-Está bien, Thor está acostumbrado a que todas y todos demuestren por él su afanoso amor y atracción. Eres el primero que veo que se esfuerza (inútilmente si me permites decirlo) en ocultarlo, lo digo porque a final de cuentas sale a relucir.

-¿Todas y todos?

Ignoró el comentario.

-Si en verdad lo quieres, tienes que hacer algo. No puedes quedarte quieto, hacer eso sería condenarte a una desaventura de emociones fallidas y resultados inexistentes. 

Volvió a tomarlo de las manos.

-Loki... tu lo quieres, ¿verdad?

Aguardó con los labios fruncidos como si quisiese atar su lengua al paladar.

-Dímelo, no porque no te crea, sino porque tu debes también admitirlo, lo que tu boca no dice escapa por tus ojos.

Los verdes ojos mencionados no podían apartarse de los miel de la muchacha. Nació un ligero siseo de entre sus labios. Como algo que quería salir y él no lo dejaba. Liv esperaba ansiosa y no podía creer que le costase tanto, tal vez Loki era una rara clase de recatado.

Frunció el ceño y le espetó:

-¿SI O NO?

-¡SI!- Finalmente y con los ojos cerrados salió la afirmación como una ola rompiéndose contra la costa. Con la fiereza de un volcán y la sinceridad de un ave. 

Liv finalmente le soltó de las manos y él se apartó como intentando recobrar el aliento. ¿Cómo había podido dejarse persuadir por ella? Sentía asombro y adrenalina corriendo dentro de él. Estos aesir. Son todo un caso.

-¡Bravo, felicidades!- Dijo ella con otro semblante radiante.

El joven la miró con un poco de desdeño. 

-¿A que no ha sido tan difícil?

¡Vaya descaro! pensaba el joven jötun. Obligado a descubrir una parte de él, incomprendida y (al menos hasta hace poco) incubierta.  Se acomodó los cabellos que se habían salido de su cauce normal. 

Siguió sintiendo la mirada de ella. Tal vez sería mejor retirarse a prepararse para la fiesta, antes de que esta mujer le sacara algo más.

-Todo estará bien.- Habló ella y su voz sonó dulce y segura.

Por un momento pensó:

"No lo creo"

-Siempre y cuando, así lo desees.- Agregó.

Le miró con cierta esperanza de creerle, de que ella tuviese razón por muy remota que fuese. Estuvo a punto de ponerse de pie, pero ella lo detuvo en el último momento. 

-Espera... toma esto como agradecimiento.

-¿Por qué?

No terminaba de preguntar cuando sintió los dedos femeninos que se colaban a su oreja derecha, acomodó entre su cabello un capullo.

-¿Un capullo?

De pronto fue rodeado por una delgada raíz que salía del capullo y lo llenó de flores por toda la sien. Liv soltó una risita.

-Por ser lo que trajo gran parte de mi felicidad y por ser la de mi amado Thor.

Sin moverse pero sumamente apenado miró con un poco de reniego las flores sobre su cabeza.

-Vamos... Será mejor que nos pongamos listos.

Le guiñó un ojo y ambos se dispusieron a salir del jardín. Tras una ligera conversación se separaron y cada quien se movió a sus habitaciones. Casi sin recordar, caminó por todo el palacio con las flores en su cabeza.

Finalmente llegó a sus aposentos donde Fikir le esperaba un poco apresurado.

-Mi señor, ya es hora de que se arreglen, ahora mismo el joven Aren está en el baño. Iré preparando sus ropas.- Decía moviéndose de un lado a otro mientras acomodaba las prendas sobre la cama. Loki le miró con indiferencia. 

Contempló la puerta, tras ésta se escuchaba el mover de las aguas, Aren estaba en la enorme cuenca del suelo a forma de bañera. 

¿Sería un problema ahora su convivir? Loki siempre parecía querer mantener a la raya a Aren, como si de un molesto cachorro se tratase, sin embargo, con la continua convivencia... Ya no le era tan desagradable su compañía... Ahora que sabía que existían razones para ser lejanos, ahora ya no lo deseaba apartado de él.

Justo en ese momento se abrió la puerta y salió envuelto en un paño gris dando tumbos por el piso por el suelo mojado. Entre los cabellos negros sus ojos verdes respingaron cuando notaron la presencia del otro joven. Fikir seguía dándoles la espalda, indiferente de lo que ocurría.

Se detuvo en seco cuando notó la presencia de su hermano.

-Ah... Volviste.

Loki no respondió.

-¿Por qué tienes flores en la cabeza?

Su hermano tomó el capullo entre sus manos y las flores en forma de corona desaparecieron en un haz de pequeñas motitas doradas. Tomó el capullo y decidió a guardarlo lejos de él.

Justo abriendo el cajón, vio un espejo que ahí se guardaba y miró su reflejo. Las palabras que ella le habían prodigado cuando se despidieron retumbaron en él.

-Yo estoy de tu lado, Loki. Sé que puedes hacerlo.- Dijo ella dándole ánimos, pronto se despidió y tomó el camino opuesto por el largo pasillo.

No podía, ni quería hacerlo. Así que con el obsequio en sus manos se lo guardó en los bolsillos de su ropaje. 

-Será mejor que te apresures, Liv está ansiosa por verte.- Habló con premura mientras tomaba unos paños, dispuesto a ser el siguiente en tomar el baño. 

Aren sonrió tontamente y soltó un bufido de felicidad.

-¿Ella t-te dijo e-eso?

Loki sonrió como pocas veces hacía y le dio una palmada en el hombro antes de entrar en el baño. Cuando cruzó la puerta y la hubo cerrado, se quedó sereno.

Estaba rodeado de vapor, de aromas entremezclados. Comenzó a desvestirse casi en automático y a meterse en el agua. Con el agua a la altura de su pecho, miró su reflejo fluctuando. Inexpresable.

Se impresionó de lo bien que podía ocultar todo un embrollo que sacudía su ser completo. Negó con la cabeza y se arrojó al agua para hundirse, queriendo esconder en el agua aquello que parecía querer ultrajarlo. Abrió los ojos aún debajo de la superficie, con algunas burbujas escapando de vez en vez por su nariz. Aunque no podía enfocar, contempló sus manos. 

Blancas y delgadas. Nada más lejano de lo que en verdad era. La simulación que comenzó él y su hermano parecía que ahora los estaba absorbiendo.

Tienes que volver a la realidad. 

Pensaba.

Eres el hijo de Laufey... Un jöt--

Salió del agua ante la falta de oxígeno con la respiración alterada. Apartó de sus ojos el exceso de agua. Continuó aseándose procurando desviar los pensamientos que no servían para nada en aquellos momentos de total silencio y meditación.

Él sabía, que toda la farsa iba a acabar con la orden del rey de Jötunheim lugar donde nació y a dónde permanecía encadenado.

Yo soy de Jötunheim

Se decía mentalmente.

Yo soy de Jötunheim.

Repetía constantemente.

Yo soy de

-Tu eres mío... Loki.

Respingó bajo el tacto de su propia mano y corrió por su pecho un escalofrío. Con las mejillas rojas por el calor del baño y por aquellas memorias que abordaron a su pensamiento principal.

Tomó apoyo de la orilla de la bañera. Mientras recordaba las palabras que le habían dicho, la noche anterior, sonaban fuertes y aturdido estaba del mismo modo en que lo estuvo entre los brazos de aquél:

...

-Tu eres mío... Loki

No pudo responder, ni siquiera tuvo que pensar, su cabeza hervía cuando él volvía a asaltar sus labios. Thor le había arrastrado hacía la cama y finalmente yacía encima de Loki deseando devorar a su presa.

Loki no podía dejar de dejarle ligeros mordiscos en las comisuras, de regalarle centelleantes miradas bañadas en jade y sonrisas ladinas que invitaban al aesir a continuar. 

La experiencia que llevaba por siglos los sabía aprovechar en su totalidad, sus manos resbalaban sin que pudiera ser molesto y como por arte de magia, Loki ya podía sentir en su piel el roce suave de la seda del lecho y el calor de las manos del rubio.

Le tenía por debajo, le aferraba los brazos y le besaba el cuello dejando marcas de sus dientes, de su barba que crecía. El moreno solo podía cerrar los ojos y dejar que el carrusel lo llevase lejos, que el norte se perdiese en los centímetros que Thor proclamaba como suyos.

-Llévame lejos.

-A dónde desees.- Respondió entre gruñidos y chasquidos.

Aunque había salido de manera instintiva, en su mente se contempló alejándose de las nevadas y rocosas colinas de su tierra natal, llevado por la mano del asgardiano.

-Más lejos.- Susurró por última vez, mientras el sueño que era fugaz se volvía nítido. Fue ahí donde Thor notó que su amante ya no se movía y ahora solo respiraba tranquilamente.

-¿Loki?

Pero no tuvo respuesta, en vez de eso, un cabello travieso había atravesado sus labios sensualmente y su pecho bajaba y subía calmadamente. Thor no supo reaccionar al momento.

Era la primera vez que alguien se quedaba dormido, digo, antes claro está había quienes incluso se desmayaban pero, no era una de esas ocasiones. Con el cuerpo ardiendo de deseo, no pudo sino solo levantarse a enjuagarse el rostro y con una sonrisa regresar al lecho con el moreno.

...

Loki abrió los ojos, convencido de que el calor que sentía ya no era por el agua. Seguía con una mano puesta sobre su boca, como intentando apagar ese escozor, como si todavía estuviera ahí para desenvolver sus labios cual flor. 

Volvió adentrarse al agua y se quedó ahí quieto, con una sonrisa boba, aunque sintiéndose estúpido por acabar durmiéndose en el momento menos indicado. 

Permaneció todavía abrumado cuando como herido por el rayo se levantó y la fuerza con la que lo hizo casi lo hace caer de nuevo al agua.

¡LA FRONTERA! ¡THOR DEBÍA ESTAR EN LA FRONTERA CON JÖTUNHEIM!

Con premura cerró los ojos, concentrándose, llevando consigo su alma, a lugares recónditos. Un astral viaje que lo alejo de esa tibia bañera y lo abandonaba en la lúgubre tierra de los gigantes.

Pronto volvió en si.

-No está.

Le buscó un par de intentos más, pero al ver aquél paraje de hielo y muerte, solo había soledad. Supo adivinar, que había varias huellas en la nieve y un par de piedras resquebrajadas de las grandes paredes rocosas. Algún enfrentamiento que se habría llevado a cabo.

Cerró los ojos con fuerza de nuevo, ésta vez, invocando a un títere que creó a fin de ahuyentar en  última instancia a los intrusos, pero la ilusión, nunca se hizo presente.

Abrió los ojos desmesuradamente.

-La ilusión no está.- Dijo y enseguida cubrió sus labios. Alguien podía escucharlo.

La única manera de que algo así pudiera pasar, es destruyéndola. Pero, nadie en milenios había llegado tan lejos.

-¿Cómo es posible?- Salió presuroso y se cubrió con una afelpada bata, casi se resbala y tuvo que de nuevo tomar soporte del borde de la tina.

Si la ilusión había desaparecido, era porque alguien la enfrentó... Eso quiere decir que alguien la vio. 

Era imposible que alguien pudiese reconocerle. Nadie jamás imaginaría aunar su imagen con la de un jötun. Secándose el cabello, arrojó ese pensamiento lejos de él e intentó de nuevo sumirse en los recuerdos vagos y vigorisantez recuerdos con el aesir. Aunque por debajo de todo ese oasis reborboteaba el miedo de saberse descubierto.

...

Más pronto que tarde, los jóvenes jötuns disfrazados estuvieron listos. Con galas de ropa, con porte sofisticado fueron ovacionados por Fikir constantemente. El más exaltado era Aren que no paraba de mirarse frente al espejo, esperando que la imagen que veía ante él también fuese agradable para la chica que rondaba sus pensamientos. 

Loki se preparó, se miró un par de veces al espejo. El color azul siempre le había sentado bien, irónicamente.

Se ajustó la capa tras él y en un dos por tres terminaron. Fikir sonrió ampliamente.

-Mis señores, ya está todo listo. Ahora mismo los escoltaré, entraremos por el ala norte y estaremos con el Rey Odín a su izquierda como invitados,  unos peldaños abajo del Hlidskjálf (el trono de Odín). A su derecha estará el...

Continuó hablando sobre las etiquetas de presentación pero Loki no lo escuchaba, en su cabeza solo podía escuchar el repique de latidos que llegaba hasta su cerebro, como tromba inundando la imagen del príncipe aesir. 

No quería admitirlo, pero tenía un mal presentimiento, esperaba que éste no se cumpliera.

La puerta fue tocada levemente, Fikir se vio extrañado. Con movimientos finos llegó hasta la puerta y la entreabrió.

-¿Si? ... ¿Cómo? ... ¿Ahora? ... Pero la ceremonia está por comenzar... Si, mis disculpas, entiendo.

Sin cerrar la puerta, Fikir se acercó hasta Loki, éste le miró expectante.

-Ahora mismo, su presencia es solicitada.

-¿Quién es? - Preguntó, pero el paje no quiso responder dando una mirada rápida a la puerta que no estaba cerrada.

-Por favor, siga al mensajero.- Le dijo en voz baja. Aren no entendía y callado no supo si intervenir o dejar que pasara el asunto.

-Estaré bien.- Habló y salió. No se escuchó nada más.

La chica que le había recibido tras el lado de la puerta estaba cubierta de pies a cabeza por una larga túnica. Cubriendo su rostro, no pudo determinar cómo era. Todo aquello resultaba sospechoso y lo sabía. Ahora mismo se sentía endeble, su verdadera identidad podía estar comprometida. Caminaron unos cuantos metros y enseguida, doblando de una esquina, una puerta abierta lo recibió. La mensajera no dijo nada, solo se inclinó permitiendo el paso. 

Justo cuando Loki iba a regresar el gesto, ésta desapareció en una ráfaga de arena. 

-¡...! - Hizo un gesto de sorpresa. Cuando la figura que se había desvanecido corrió como si fuese un animal y llegó hacía el mago que había convocado aquél hechizo.

¿Una trampa?

-Pasa.

Escuchó una voz grave. Era muy tarde para salir huyendo. Lo había visto. 

Unos ojos verdes, brillantes, sabios y calculadores que registraron cada movimiento de su cuerpo. Con una pose de sobresalto quedó petrificado al ver el inmaculado vestir del rey Vanir.

Severo, distante, una imagen que podía poner a cualquiera con la piel de gallina. Era el guía de los más grandes sabios de la historia desde el Yggdrasil pero de igual manera era imponente y ahora mismo, causaba mucha impresión.

Loki intentó parecer lo más natural posible. Dudando quedó en el umbral de la puerta. De pronto, la imagen estoica del rey se transformó por completo cuando soltó una ligera sonrisa.

-Vamos, no voy a comerte.

Sin poder hacer más que seguir, entró a la estancia. Sencilla y elegante con los altos muros, con una pequeña fuente al fondo y libros acomodados de manera impresionante alrededor de todos los muros. Loki atravesó. No dijo palabra esperando que lo hiciera el rey.

El hombre estaba engalanado con ropas del blanco más pulcro que podía existir. Su imagen cómo conocedor de los grandes misterios le daba crédito a vestirse como quisiera, aunque eso significase ir siempre vestido de monaguillo.

-Veo que estás ya preparado para la ceremonia.- Dijo y su rostro volvió a revestirse de indiferencia.

Loki asintió.

-Puedes hablar, ¿sabes?

Pero no se atrevió a hacerlo enseguida.

-¿Tu hermano estará igual allí?

-Así es, rey.- Intentó que su voz fuese lo más convincente y aún así serena. Ningún respeto le guardaba a ese sujeto, pero Loki, el personaje que él había creado tenía que ser alguien que siempre agachase la cabeza, tenía que llevar a cabo su teatro.

-Veo que él ha tenido una casi instantánea conexión con la princesa Liv.

El joven hizo un respingo. ¿Qué era aquello? ¿alguna plática sobre recordar los lugares de cada quién? Pensó en la reina Frigga y su intento de alejarlo del príncipe.

-Aren es alguien que tiene facilidad para socializar.- Fue la única respuesta insulsa y sencilla que tuvo que sacar a relucir para que no se notara que estaba pensando de más.

El rey asintió comprensivo, caminó unos cuantos pasos y con el rostro sereno volvió a hablar:

-¿Y tu?

Loki subió la mirada y ambos ojos verdes se toparon por más tiempo del que acostumbraban. 

-¿Yo?

-¿Posees la misma facilidad de tu hermano para entablar relaciones?

La pregunta no parecía tener nada que ver con algo de importancia, pero era allí donde residía el truco. Loki podía esperar cualquier camino a través de esas palabras. Buscó la mejor respuesta que alguien podía dar.

-No, soy alguien que más bien prefiere ser discreto y taciturno.

No hubo respuesta, más bien el escrutinio del viejo rey tras unos ojos discretos. Tal vez era momento de añadir algo.

-Soy de la idea de que en la calma y en el recato se puede conocer más a la gente. Se extiende un campo donde se puede observar a la persona sin tener banales conversaciones que pudieran entorpecer.

El rey soltó una pequeña risa que guardó para sí. Se alejó de él y tomó cerca una copa de rebosante vino que no tardó en disponer en sus labios ya enmarcados con arrugas. Sin regresar la vista al joven, preguntó:

-¿A menudo tiene usted encuentros con mi hija? La princesa Syn.

Fingió no darse por sorprendido. En un momento a otro había advertido que tal vez la conversación se tornara hacía ella, pero Loki estaba más preocupado por la posibilidad de haber sido descubierto que dejó débil ese camino.

-El compartir el gusto por las puestas y salidas del sol hace que uno se encuentre comúnmente a la misma persona.

A penas se giró.

-Pero esta casualidad le ha llevado a tener una rápida y no común relación con ella, ¿no es así?

El habla resuelta y la pregunta al aire supuso un reto.

-Tantos años, censurado del mundo lo vuelven a uno inexperto. Disculpe si le he ofendido con mi comportamiento con ella, aún así, la princesa es una agradable compañía que es difícil no tenerla en alto concepto de amistad.

Apresurando las palabras, expresó lo que creyó que el rey podía oír y dejó escapar el entusiasmo que la persona Syn en su vida hacía estallar.

Fingir era fácil, mentir aún más. Falsificar verdades no era un problema, el problema era que una verdad podía tomar tal poder que era imposible y dañino el querer negarla. 

Loki quería a Syn. Con discreción había soltado esa frase consciente del riesgo. Era un tonto, lo sabía, pero en algo tenía mucha razón, la censura a la que fue condenado desde muy pequeño le hacía débil para ocultar los deseos que más anhelaba.

En flashazos, vio la figura del príncipe rubio y de la princesa de azabaches cabellos. El rey, con su rostro que no denotaba detener el escrutinio pasó severo de un lado a otro, hasta que finalmente suspiró y se dejó caer en una silla cercana.

Como si estuviese cansado, tenía el índice y medio en el perfil de su rostro. Parecía mirar al infinito, ignorando al que estaba delante suyo. El jötun disfrazado decidió no volver a hablar y no tuvo que hacerlo prontamente.

-No te puedo culpar por ello, si esa es la razón que me das.- Decía resuelto y con una postura de confianza.

-Siempre ha sido así, desde que era muy pequeña. No lo digo únicamente porque sea su padre, es solo que...

Hacía ademanes con las manos, como si las palabras no le alcanzaran.

-Tenía una manera muy peculiar de desenvolverse consigo misma y con los demás. Todos terminaban embelesados, fue peculiarmente inteligente, sagaz, intrépida.

Agitaba sus manos en el aire y luego reposaba su barbilla sobre la mano.

-Todo en ella, parecía indicar que sería alguien fuera de lo común.

En la mente del rey, veía pasar una y otra vez las escenas de una infancia que había acabado hace mucho tiempo. Una jovial pequeña que corría de sus brazos a un abeto, de dormir profundamente a reír con el rostro cubierto de comida.

-Era un sueño que parecía haberse vuelto realidad.

Loki guardaba la sensata discreción para no preguntar nada, pero algo dentro de todo aquél inesperado relato le parecía digno de cuestionarse. Esto lo supo adivinar el rey y callado le escuchó:

-¿Por qué todo cuanto cuenta de ella lo dice en pasado? Como si dejara de ser esa niña tan extraordinaria que describe.

Finalmente una emoción de sorpresa alcanzó de repente la impecable figura estoica del rey, con esos segundos supo darse cuenta de que tal vez había dicho algo no del modo correcto. Pronto volvió a la firmeza en su faz, pero no contestó.

Los recuerdos gloriosos de esa niña se desvanecieron en una escena terriblemente opuesta.

.:FLASHBACK:.

Su piel se tornó blanca al ver qué llegaban con un cuerpo entre manos. Vanir corrió hacía ellos y los despejó.

-¡ATRÁS! - Gritó.

La pobre criatura mojada hasta los huesos yacía inmóvil. Las manos de su padre se colocaron sobre su pecho infantil.

Con dificultad cerró los ojos y susurró palabras que llevaban en sus notas las claras muestras de un hechizo poderoso. De sus palmadas brotaba como el agua misma una misteriosa aura verde y ésta a su vez envolvía el pecho de la pobre infanta.

Una vez terminado el conjuro, el rey abrió los ojos y tomó a la pequeña.

Pero nada pasó. Seguía tan fría y sin movimiento alguno.

-¡SYN! ¡SYN DESPIERTA, POR FAVOR!

El cuerpo inerte de la pequeña seguía cubierto de algas y empapado. Vanir pegó su mano a su frente y la noto fatalmente fría.

-¡Abran un portal, es necesario que sea atendida por los asgardianos!

¿Cómo podría llegar a un reino ajeno, con su hija yerta en sus brazos? No podía articular palabra ni hechizo alguno, y repasaba sus manos por las extremidades de ella intentando darle calor.

-Hija... despierta... te lo suplico...

Un rayo le golpeó el pecho y le recordó un dolor inconmesurable.

-¡SYYYYYYYYYYYYYYYN!

Un grito feroz que oscurecería para siempre el semblante del anciano rey y su pueblo.

.:FIN DEL FLASHBACK:.

-A veces, ocurren hechos que nos dejan marcados, no solo a quien los padece sino a quienes lo rodean.-Explicó intentando desvanecer esa dolorosa memoria.

-Syn ha sido tan extraordinaria como al inicio de su vida.- Susurró ésta vez, de nuevo su vista se perdió en algún punto.

Loki había visto el trance que duró unos segundos pero que le aseguró que el rey se había desaparecido de aquella sala. Había estado ensimismado en algo que él no podía ver. 

Le esperó y abrió los labios cuando creyó que era prudente.

-¿Por qué me ha llamado aquí?

Vanir volvió en si y regresó su vista al joven, como si hubiese olvidado que estaba allí. Se levantó de su asiento y terminó la copa de vino que había dejado en la mesa de marfil. Aguardó un momento.

Se ajustó sus ropas y dando unos suaves pasos posó su mano sobre el hombro del muchacho.

-Porque juré por mi vida, que siempre velaría por ella aunque no fuese del agrado de Syn. Es mi deber, protegerla.

No comprendiendo del todo asintió con la cabeza a manera de reverencia.

-Será mejor que salgamos ya, todos deben estar esperando ansiosos la fiesta.

Loki lo siguió de cerca y cuando cruzaron el umbral, la puerta se cerró dejando tras de si una habitación desolada y en total silencio.

Un chasquido rompió la atmósfera.

-Padre...-Susurró la espía que escondía su presencia en los largos estandartes que colgaban. Su mirada triste y sombría denotó que había escuchado toda la conversación.

Cerro los ojos.

-Lo has hecho muy bien.- Susurró.

Se enjuagó las lágrimas que brotaron y desapareció en una ráfaga de viento. Esperando ser lo suficientemente inteligente para pasar desapercibida su desaparición y aparición en la fiesta.

 


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