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Tu la guerra, yo la muerte. por MichaelJ2099

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No dormía, solo había decidido descansar su cabeza en el lecho ajeno, restregó sus cabellos contra la sábana. Sintiéndose un niño, no quiso levantar aún la vista quería permanecer cubierto y con una falsa sensación de protección por parte de él. Respiró hondamente, apretó las manos alrededor de las del rey.

-Padre.- Habló.

El antiguo rey no respondió. No lo haría pronto, de cualquier manera.

Con el cabello alborotado finalmente se dignó a verlo.

-Padre, he cometido error tras error, y justo ahora que tengo tantas dudas... ahora no estas.

Así era, Odín llevaba bastante lunas descansando en un sueño legendario, reponiendo su energía. Vulnerable en su estado, se encontraba bien cuidado en varios niveles bajo el trono del palacio, los guardias que cubrían cada nivel se esmeraban en proteger al padre de todo. En un gran lecho dorado descansaba el cuerpo y en silencio se sumergía el ambiente. 

Thor se echó la melena hacía atrás y en su ojeras marcadas se podía vislumbrar el cansancio de la noche en vigilia que había cruzado. Aún las imágenes del enfrentamiento pasado lo agotaban mentalmente, las prisas por salvar al pueblo, organizar las tropas, y ...

Bueno, no podía seguir evitando la penosa necesidad de recordar su comportamiento poco refinado cuando se dirigió hacía el joven solo para atinarle un golpe en el rostro. Apretó entre sus dedos las sábanas doradas después el recuerdo de las tropas confundidas cuando el espadachín le pidió que parase, cuando su propia madre haciendo uso de sus recursos mágicos le recriminó el hecho de comportarse de ese modo sin pensar en las consecuencias. 

Se sentía avergonzado y muy molesto consigo mismo. Volvió a hundir la cabeza en la cama.

-Me siento tan estúpido, ¿cómo pude comportarme así? se supone que no es un premio el trono, sino una responsabilidad, sé que así querías que lo entendiera es solo que...

Guardó silencio temiendo reconocer su propia voz en ese tono de inseguridad.

-¿A ti también te sucedió? 

No hubo respuesta.

-Por supuesto que no, de seguro siempre tomaste las mejores decisiones para las generaciones de tu toma de trono.

Soltó el aire bruscamente.

-Seguro que esto no hubiera pasado que si estuvieras todavía al frente.

La conmiseración le consumía la lengua y en resquebrajados murales de lucidez volvía a nacer el rey que debía ser.

-Sé que no debo estar diciendo estas cosas.- Inhaló como recobrando el aliento antes perdido.

-Claro está que nadie nace sabiendo ser rey, solo que, es difícil... Y, te pido como mi padre, como el rey anterior, que me puedas ayudar a hacer bien mi cargo. Quiero que mi pueblo viva mi legado feliz y pleno.

Cerró los ojos y en su mente aparecieron la imagen de los hermanos que albergaba sus murallas.

-Quiero que acabe la guerra para el bien de Asgard.

En eso sintió como la mano que descansaba sobre el cuerpo de Odín caía de manera extraña sobre la mano de Thor. Su hijo sonrió.

-Para el bien de todos.- Corrigió el hijo.

Sonrió para si y subiéndose a la cama como cuando era un infante le dio un gran abrazo.

-Casi olvido que sé que escuchas las plegarias del pueblo, por favor, quédate con nosotros, ayúdame a ser el rey que Asgard y los nueve reinos necesitan. 

Encerrando el cuerpo de su padre en los brazos se quedó en la espera de una devuelta de afecto que no llegó pero que le dejó tranquilo el corazón.

-Será mejor que me ponga manos a la obra, ahora mismo padre, dentro de tu morada dejaré que un jötun haga lo que sus deseos son, espero todo salga bien.- Contaba mientras acomodaba el lecho que antes había desacomodado.

-Descansa, padre. 

Antes de intentar salir, le miró por última vez y no supo decir si en sus labios había una sonrisa fugaz o era la misma pose que había obtenido desde que cayó en el sueño. Quiso tener fe en lo primero y dejó la habitación. Cuando subió los niveles hacía la superficie un guardia se interpuso en su camino con la noticia.

-Mi rey, la bestia ya despertó.

Sus ojos se tornaron en el fondo del gran palacio, asintió agradeciendo.

-Gracias, estará prohibida la entrada a la sala real, nadie bajo ningún motivo podrá entrar. ¿Entendido?

El hombre asió su arma al pecho sin vacilar en acatar la orden.

Se fue corriendo para dar a conocer las palabras del rey. Thor alzó la mano y segundos después Mjölnir llegó con la velocidad que lo caracterizaba, los guardias que custodiaban la gran puerta que daba paso a la sala apenas se dieron por enterados cuando tras de ellos escucharon los gruñidos y chillidos de un espécimen animal que ellos se encargaron de eliminar la noche anterior. Thor hizo un ademán y enseguida fue cedido el paso. 

La imagen era tan extraña, como si su palacio se hubiese convertido en un zoológico vio varios cuerpos rodeando la jaula donde el encerrado ser caminaba por la pequeña estancia donde se le permitía, mostraba los dientes, el pelaje blanco se erizaba sobre su lomo y los ojos chispeantes en molestia no perdían su tiempo en inspeccionar el sitio.

-¿Cómo está?

-Despertó hace tan solo unos minutos, Thor, le di un poco de comida y agua pero no quiso aceptarlo incluso para mi, no puedo comunicarme con él.- Liv explicó mientras envolvía en un paño la jarra de barro que en su interior guardaba el frío líquido.

-Sería el primer animal que no logra hacer contacto contigo.- Añadió Thor a su prima quien sonrió de medio lado pero este gesto desapareció pronto.

Syn quien se encontraba inclinada a pocos metros de la jaula se movía con una tranquilidad impropia dada la situación. En cuanto vio a Thor se puso de pie e hizo una inclinación.

-¿estaba lastimado?

Syn llevaba en sus manos lo que parecía un cuenco con agua y algunos paños manchados en carmín sustancia.

-Un poco, probablemente varias veces logró encontrarse con la espada de Fandral.- Comentó.

El rey se acercó a la jaula, el animal lanzó varias veces la zarpa abierta y el golpeteo de esta con los barrotes era potente, nadie dudaba que un animal de esa dimensión podía arrancar con facilidad la extremidad de cualquiera. Thor recordó la adrenalina que sintió cuando se había topado con ellos en la frontera con Jötunheim, después de ver de lo que eran capaz agradeció haber salido ileso de aquella peligrosa situación.

El animal seguía jadeando, el rubio podía ver las pupilas dilatadas. Seguramente se encontraba igualmente asustado que perturbado y molesto. Negó con la cabeza mientras ponía sus manos en las caderas.

-Alguien saldrá lastimado con todo esto.

-Debes tener fe en que no.- Añadió Syn quien seguía de pie junto a él.

Liv le miró de reojo y habló con las doncellas.

-Eso es todo, por favor retírense.

Las mujeres asintieron y todavía con un temblor en la comisura del labio por la agresividad del animal fueron saliendo de una en una. Thor no paraba de mirar a la bestia que gruñía con cada respiración, se había vuelto un ovillo al final de la jaula pero los miraba con gran discordia. Sabiendo que aún tenía a Syn detrás de él dijo:

-Sabes, esto me recuerda al ataque que sufrieron por las huldras en las fronteras de Alfheim con Vanaheim. En ese momento, no comprendíamos como era posible que eres tan pasivos como ellas fuesen tan salvajes. 

Negó con la cabeza.

-¿Por qué lo hacen? Usan a la gran madre tierra y se aprovechan de sus cualidades para infundir miedo, no entiendo la razón de que no ataquen directamente.

-Todavía no lo hacen, pero lo harán mi rey.- Respondió Syn.

No podía creerlo, se sentía sin pistas, sin poder identificar a su enemigo quien solo se movía sin un rumbo fijo, ¿cómo hacerlo? ni siquiera los hijos del enemigo podían prever lo que ese monstruo tenía en mente, es claro que Laufey no confía en absolutamente nadie como confiarle tan poderosas estrategias.

Syn miró de reojo al animal que no parpadeaba siquiera.

-Tal vez la razón, venga de que son los primeros hijos de la tierra, rey. Ellos en su momento fueron quienes enseñaron los grandes misterios de los nueve mundos y brindaron su imagen, fuerza e inteligencia para moldear el mundo que ahora somos.

Thor sabía de primera mano la leyenda antigua de los jötnar que fueron en el principio de los tiempos grandes guías para las civilizaciones, sin embargo, todo se tergiversó por la misma razón que nuestro rey de Asgard se siente excitado y a la vez cargado de incertidumbre; la guerra.

La guerra que volcó a los hijos primordiales a las sangrientas batallas, su padre había perdido a sus hermanos, los reinos se habían dividido, ahora con quienes unos podían codearse de camaradas en el pasado habían sido enemigos a muerte.

-¿Cómo es posible que los demás lograron consolidarse y ellos se corrompieron, Syn?

Thor se puso de pie.

-Se suponía que ellos eran los guías y fueron los primeros en comenzar a codiciar los conocimientos que ellos mismos regaron.- Se llevó la mano al mentón donde el escozor de la barba que crecía lentamente le recibió en la palma de la mano.

-Padre siempre me dijo, que ellos eran el instinto más puro y salvaje de la naturaleza, pero, ¿por qué quedarse siendo solo la agresividad?- la pregunta quedó en el aire, y la respuesta nunca llegó.

-Es como una madre cuando tiene su primer hijo, éste al ser el primogénito goza de toda las atenciones de su progenitora, después con la llegada de un hermano menor esta vuelca sus atenciones al más pequeño y aunque el primogénito desea el bien para su hermano menor, también gesta en su interior la envidia y arrogancia de reclamar algo que para él era suyo para siempre y en la misma medida. 

Las palabras rebosantes de sentido hicieron mella en el rey, recordó hace bastante meses atrás la visita inesperada de la hamingja, Eivor. La mujer que antes de que todo comenzará le mostró como eran los reinos antes de su auge y construcción actual.

"Mi príncipe, habrás de ver estas imágenes para aprender los primeros balances del mundo, comprender como sucedieron las cosas, te ayudará a prever el futuro."

Recordó con nitidez estas palabras, si tan solo pudiese invocarla de nuevo, parecía que ella solo aparecía en vísperas de una situación peligrosa. 

-Eivor.- Susurró y un destello de esperanza le hacía pensar que tal vez haría presencia la mujer mística.

"Aún antes de los vanir y de los aesir, entienda que existió meramente los instintos y la recia naturaleza. Los jotnar, sus infames enemigos han estado aquí aún antes que su raza, príncipe. Así que no muestre altanería al tratarlos, menos ahora."

Sus palabras seguían brotando en su cabeza. Intentó rebuscar en sus memorias, el sabía que había algo más, que esas pesadillas de niño no eran solo un horrible descanso no apacible. Rememoró el temor que le provocaban aquellas imágenes.

-¿Recuerdas la pesadilla que te conté? Hace muchos siglos, cuando era todavía un niño.

Syn sonrió, anticipando su tono de voz.

-Lo recuerdo, eras todavía el tierno príncipe de Asgard.

-Siempre pensé que los jötnar atacarían cuando yo tenía esa edad, que vería ante mis ojos la muerte de mis padres y el alzamiento de ellos. Era tan joven que gesté un odio que me ha impedido ver la realidad de muchas cosas, de cometer errores impropios de un rey,

-Los errores nos ayudan a crecer, rey.

Thor sonrió.

-Pero una vez alguien me dijo que ellos todavía guardaban en su interior esa primera fuerza que hizo crecer el Yggdrasil y que tenía que apelar a esa postura primordial dentro de ellos.

Syn le escuchó y preguntó:

-¿Quién le dijo eso?

-Una mujer que se aparecía en mis sueños.- Se giró y pidió un permiso. Necesitaba ir por las dos esperanzas para el bienestar de los nueve reinos.

"Ellos podrán ser su destrucción, pero si lo busca, también pueden ser su salvación. Nunca dude que la fuerza que los distingue no sirve solo para matar, sino también para unificar y apoyar. El color índigo en su piel también es símbolo de paz. Busque el apoyo jotnar. Habrá quienes le ayuden."

Fue el último sermón que Eivor le dio la primera vez que lo vio. Salió de la gran sala y con paso presuroso subió las escaleras imponentes.

-Sube tu brazo.- Pidió Fandral de manera dulce.

Loki alzó su brazo y pudo sentir la tela de la prenda deslizarse sobre su piel desnuda. Agotadas sus reservas de energía volvía a la cueva oscura de donde venía, el espadachín se había quedado con él la noche anterior todavía con la negación del jötun que no deseaba levantar sospechas.

-Puedo hacerlo yo solo.- Dijo Loki cuando sintió como Fandral procedía a abotonarle los atavíos sobre su cuerpo.

-No, no, deja que yo lo haga, nadie abotona mejor que yo, te lo puedo asegurar.- Decía juguetón y apartaba con delicadeza incomensurable las manos del joven quien no sabía como recibir esos tratos tan 'especiales'. El día anterior habían acordado que no debían mezclarse la amistad que recién había nacido y el despecho de Loki por su decepción amorosa.

Aún así, no logró encontrar las fuerzas suficientes para detener a Fandral, con la mentirosa postura de vestirlo la cual era un solo pretexto para poder sentir sus yemas recorrer su cuerpo con cortos roces.

En su piel, ¿aún podía quedar algún resquicio de la pasión a la que sucumbieron? No, probablemente solo eran sus cuerpos luchando con una proximidad que habían tenido y este no comprendía que no debía volver a repetirse.

-Ya estás listo.- Aplacó Fandral sus ansias con la voz imponente. Loki pasó su mano por el pecho y sintiéndose vestido agradeció cuando la puerta se abrió.

-¿Loki? 

-Aren, pasa.

El hermano menor pasó y ataviado también se saludó con Fandral quien dejó a los hermanos solos. Hasta ese momento Loki agradeció la presencia de su hermano menor, ahora más que nunca pasaban el tiempo separados, probablemente todavía como estrategia de que no fueran a hacer de las suyas. Aunque la idea se desmoronaba cuando Aren regresaba siempre de los aposentos de Liv, siempre llegaba con la noticia de que la princesa cada vez se le dificultaba más dormir y que Aren tomaba el papel de un chucho protector que hacía hasta lo imposible por lograr que la joven pudiese dormir.

-¿Cómo dormiste? ¿pudiste descansar?

Sonaba preocupado y en bajo su tono también había miedo, lo bueno de ser un inválido era que podías sacar más provecho de tu cuerpo.

-Pude, si. Gracias a las nordas no tuve ningún sueño.- Se acomodó el cabello oscuro, dejado hasta los hombros en una melena suelta.

Aren se sentó en el borde de la cama.

-No puedo creer que extrañe compartir el cuarto contigo.-Soltó el comentario como si se sintiese un niño mimado. 

Loki se acomodaba las muñecas de su ropa cuando escuchó la siguiente frase de su hermano:

-Aunque supongo que hubiese estorbado entre ustedes dos.- Totalmente distinta la voz, notó el sarcasmo e inquisitivo tono. Los ojos verdes del hermano mayor apenas se inmutaron.

-Es un necio, no para de revolotear a mi alrededor, con ese cargo que le dieron de ser mi niñero todo el tiempo.

-Uy si, se ve que lo sufres bastante, de ambos es palpable.

Ironía era lo que salía de la lengua de su hermano. Loki no dijo nada, pero intentó mostrarse molesto, en eso Aren se puso de pie.

-Escucha... Omitiré mi desconcierto sobre esta situación entre tu y Fandral, pero... solo quiero saber que estás en tus cabales. No eres una persona visceral y estas últimas decisiones no parecen tener un buen fundamento.

-¿Vienes a regañarme?

-Menor o mayor, sigo siendo tu hermano y tu futuro rey. Estoy en mi derecho de saber qué pasa por tu cabeza cuando haces estas cosas. 

Aren caminó nervioso por la habitación.

-¿Qué es lo que piensas hacer con ese snjó köttur? ¿por qué decidiste dejarlo vivo? Sé de buena fe que para ti es fácil domarlos, pero no entiendo que afán tienes de que los ases lo tengan aquí, ¿qué estás tramando? te recuerdo que aunque tienes el favor de la reina (creo) no podemos exagerar sobre las facilidades que nos están brindando. Padre, quiero decir, Laufey en cualquier momento podría atacar, deberíamos planear un plan para evitar sufrir las menos bajas posibles.

-¿Sabes contra qué nos estamos enfrentando, Aren?

Guardó silencio el mencionado.

-Además de las huestes que tu mismo entrenaste, ¿sabes a qué nos enfrentamos? ¿conoces la debilidad de ese artefacto que ha hecho que las aves de rapiña, que los snjó köttur obedezcan aun en contra de su juicio? ¿recuerdas al conejillo de indias? ese hombre Odín a quien tu pueblo descuartizó en un bloque de hielo, ¿sabes como lograron hacer que traicionara a su rey? ¿me puedes decir además como lograron ocultar al ejército de Muspelheim? ¿cómo incluso evitaron la mirada de Heimdall el portero?

Las incógnitas arrojadas como dardos daban en un blanco y destruían la postura bélica de Aren quien finalmente se quedó sin respuesta.

-Tu fuiste poseído por el mismo Helblindi, y ambos sabemos que tu gemelo es un idiota que solo sabe matar. ¿Cómo lo hizo?

El hermano gemelo malvado, había lastimado a Liv en el proceso y lo habían dejado en un estado mental cansado pero fortalecido al final de las violentas conexiones.

Loki abrió la puerta listo para salir, Aren hizo un respingo.

-Estoy seguro de que algo tiene que ver con aquél viaje que Laufey hizo al Niflheim. 

Aren recordó los gritos y las risotadas que inundaron el palacio cuando Laufey regresó de aquél misterioso viaje, había sido la última vez que lo habían visto de frente ya que esa misma noche ellos habían viajado a poner en escena todo el plan de los disfraces. Apretó los ojos, era cierto, estaban a ciegas.

-Necesitarás esto.- El hermano aprisionó a Loki entre sus brazos y le proporcionó la energía necesaria para la tarea que estaban a punto de llevar. Un brillo recorrió sus sienes y se instaló en la cuenca de sus ojos.  Cuando estos se volvieron a abrir pudo encontrarse con los ojos azules de mar embravecido.

-Rey.- Aren se inclinó y casi sin pensarlo se interpuso entre ambos, temía otro ataque de furia contra su hermano mayor. 

-Vengo en son de paz.- Aclaró, Loki salió detrás de Aren y con la mirada frívola miró al rey, Thor intentó parecer lo más apacible posible, sin embargo todavía en los poros de su piel se podía desbordar el remordimiento de sus acciones pasadas.

-Loki.- Su solo nombre retumbó en sus oídos.

-Quería comprobar primeramente que te encontrabas en la mejor condición para lo que viene, si es así, vamos. 

Les cedió el paso. Loki habló:

-No se preocupe, rey. Seré tan eficiente como me sea posible.- Ignoró sus 'cálidas palabras' y pasó a su lado. Thor lo tomó del brazo, con delicadeza, no tuvo que ejercer presión ya que Loki tampoco deshizo el agarre.

-No deseo que arriesgues más de lo que tu cuerpo puede resistir.

Suave, como la ola que mece una barca cual cuna marina. Así fue su voz, el aliento cálido desbordándose por su oreja y sus dedos encerrando el músculo de su brazo. Llevado por la sinrazón lo miró y por segunda vez pudieron mirarse con inocencia, desconcierto, sin saber qué esperar del otro. Las facciones se relajaron.

-Estaré bien.- Respondió y el rabillo de sus ojos quiso mostrar una sonrisa que pronto volvió a esconderse.

-¿Rey? Ya es hora.- La voz de Fandral resonó en el pasillo. Loki rompió el contacto para mirar con un poco nerviosismo al espadachín y al caminar deshizo el agarre gentil del monarca. 

Otra vez esa sensación, pensó Thor. Cuando sientes que algo te está siendo arrebatado, una vez en el pasado ya lo había vivido, ¿por qué? ¿qué es aquello que aleja a Loki de él? Claro, fueron esas palabras agresivas que le dio, incluso el puñetazo propinado.

"Estoy imaginando cosas, si se muestra reacio es claro que se debe a mi comportamiento hostil"

Negó con la cabeza y dirigió la pequeña compañía, Thor caminó con Aren a su lado y tras ellos Fandral con Loki. ¿Por qué tenía deseos de girar la cabeza? Tal vez de comprobar algo, pero ¿qué se suponía que iba a comprobar? No tuvo tiempo de ponerse a pensar en ello, en un parpadeo ya estaban frente a la puerta de la sala real. Ya no se escuchaba a la bestia.

Dando la orden se abrieron los portales y entraron. Hasta ese momento el animal reanudó el gran coro de chillidos y berridos.

-Por las nordas ¿qué le han estado haciendo a ese pobre desdichado? esos gruñidos son de un alto estrés.

-Di lo que quieras, solo lo hemos alimentado y curado las heridas.- Contestó Thor. El rey de Asgard y el rey próximo de Jötunheim se pusieron a discutir el comportamiento.

-Psst... -Fandral susurró por encima del hombro de Loki, este sintió el vello de su cuello erizarse.

-¿Qué pasa? - preguntó con voz baja.

-¿Me estás engañando con el rey? ¿tan reemplazable soy para ti? - y sus ojos de cachorro le hicieron brotar un violento sonrojo. Le propinó un golpe.

-No es gracioso.- Recriminó el joven de piel de porcelana. Fandral se guardó una carcajada tras la mano.

-Oh vamos, yo no soy celoso. Solo quiero decirte, que la pequeña escena te dejó muy tenso y quería que tuviese cuidado, es normal saber que estas triste pero no expidas esa emoción como si de un celo se tratase.

Otro golpe fue el que llegó a su brazo.

-El próximo ira al rostro que tanto cuidas.- Fandral palideció y se cubrió con ambas manos.

-No te atreverías.- Respondió encarando una ceja. Loki sonrió de medio lado acercándose peligrosamente.

-Pruebame.

-Ya lo hice y sabes muuy bien.

Thor y Aren giraron la vista cuando Fandral se encontraba en el suelo después de un sonoro golpe.

-Tenías un mosquito en tu nariz, pero creo que se escapó, lástima.- Disfrazó Loki con una frase cínica. En eso sus ojos se toparon con los verdes de una mujer que miraba la escena desde momento atrás.

-Syn.- Siempre pronunciaba su nombre como una canción y su mirada se transformaba a la de un cordero a punto de ser degollado. La mujer llegó hasta él con una sonrisa amplia.

-Saludos, Loki. Veo que te encuentras mucho mejor.

-Lo estoy.- Respondió con rapidez. La mujer le acomodó algunos cabellos alborotados y Loki se dejó hacer como un perro con su amo.

-Estaré contigo durante el proceso, si necesitas algo yo

Antes de poder terminar sintió aprisionada su mano en la de él.

-Hace tiempo que deseo hablar contigo, Syn.- No respondió enseguida, absorta por el gesto.

-¿Por qué tanto afán?

El joven agachó la mirada buscando la respuesta en el suelo. Tenía que decirle que necesitaba de sus palabras de aliento, de su presencia tranquilizadora, necesitaba una luz al final de túnel que estaba atravesando.

Loki había dejado de ser el amante de Thor, si, una gran decepción amorosa, pero también dejó de ser el elfo disfrazado y a su vez negó su sangre de gigante de hielo. Incluso había una parte de él que no conocía, la razón por la cual poseía habilidades que incluso fueron merecedores de un interrogatorio por parte de la reina. 

Era altamente probable que Syn no tuviese la respuesta, pero el quería que lo escuchara decir la pregunta: "¿quién soy?".

-Hace mucho tiempo que dejé de ser lo que creí que era.

Entonces la sonrisa de ella se esfumó. Las ideas agolpadas en su mente no le permitían formular otra frase, tenía esperanza en que con lo poco que estaba dicho fuese suficiente para que ella lo reconfortara. Él sentía ,que ella podía reconfortarlo. Tuvo un lecho tibio, tiene un hermano fiel, quiere una mujer a su lado que le dé la esperanza también.

En el calvario de sus pensamientos sintió la mano de ella en su mejilla y encerrado en los ojos verdes de Syn deseó desmoronarse, desaparecer junto con ella y hundir su nariz entre los largos cabellos negros para olvidarse del universo entero.

-Estaré contigo, escucharé lo que tengas que decir. Pero antes, debes hacerte responsable de tus acciones, ¿entiendes? 

Asintió. Hasta ese momento por el rabillo del ojo vio acercarse a Thor y a Aren.

-Ya está todo listo, Loki. El rey Thor comenta que el comportamiento del animal se parece mucho al de las huldras en las fronteras entre Alfheim y Vanaheim hace varios meses.

Loki cambió su mirada por una fría. Buscando las palabras correctas dirigió sus palabras a Thor aunque cualquiera que estuviera viendo por fuera diría que se empeñaba en ignorar al rubio.

-El ataque de las huldras fue concertado por el rey Laufey, funcionó como una distracción para que las alianzas fuesen sacadas de su centro. En aquél momento troperos de Jötunheim ya se encontraban mezclados entre la gente de Alfheim, el acceso en aquél momento para Aren y para mí fue concertado en la noche en la que murió el viejo Egil.

Thor intentó calmar la mirada, sobretodo en el momento en el que la reina iba llegando. Su imagen cruzando el portal fue lo último que pudo mantenerlo en sus cabales.

-¿Es decir que otro crimen a Jötunheim está la muerte de ese hombre?

Aren asintió.

-Lo fue, rey. Y no excusaremos, ahora más que nunca debemos ventilar las terribles acciones de mi pueblo y aunque no podemos enmendar las vidas perdidas, podemos evitar más muertes por los títeres que Laufey escogió. 

-Entonces hubo más, ¿no es así?- de nuevo el gruñido gutural del rey. Esta vez intentó aparentar calma, mientras cruzaba sus brazos.

Aren guardó silencio, debía ser él quien diera las terribles noticias.

-Lars... Él también fue otro de sus títeres, ¿no es así?

La imagen desgarradora de un hombre que sucumbió a ser descuartizado y posteriormente congelado en un bloque de hielo macizo no era una imagen que a Thor se le iba a borrar fácilmente.

-No sabíamos que Laufey continuaría con él, hasta donde mi hermano y yo sabíamos al ser la mano derecha del rey el nos facilitaría el acceso a Asgard.

Y las piezas en la cabeza de Thor hicieron clic.

-Claro... Por eso el fue el primero y único que los presentó como hijos de ese anciano, nadie iba a dudar de la mano derecha del rey de Asgard.

La lúgubre conversación hizo que los siguientes segundos sumidos en el silencio se volviesen tan tensos que parecía generar un malestar general.

-¿Cómo lo hizo? ¿cómo pudo hacer que Lars se vendiera a ustedes? ¿qué le ofrecieron?

Loki fue el que habló:

-No le ofrecimos nada. Se suponía que él solo haría ese papel pero...

-Pero lo siguieron controlando ¿no es así? - Frigga llegó.

-Madre.

- Lars fue declarado insano y encerrado en los calabozos del palacio. Perdió el juicio y aunque intentamos sanarlo, no hubo poder alguno que detuviera las alucinaciones que tenía. ¿Lo envenenaron? 

Loki negó:

-No, pero... pero, tengo una teoría.

Los interlocutores se quedaron callados esperando que hablase.

-No quisiera comentarla hasta que no lleve acabo esto con el snjó köttur.- Con su mirada señaló a la gran bestia que finalmente se mantenía callada, pero con la vista puesta en todos ellos preparado al ataque.

-Bien, entonces dinos, nos tienes a todos aquí a la espera de algo que no sabemos cómo resultará ¿qué es lo que piensas hacer?- Cuestionó el rey.

El joven soltó un leve soplido, miró de reojo a Frigga y a Fandral, quienes entiendo el mensaje se acercaron a él.

-Poco antes de que sucediera el ataque... tuve un ataque de... jaqueca.

La voz del antepasado en su cabeza quería regresar en recuerdos. 

No Loki... Todavía no cuentes eso.

-Lo importante de esto es que el malestar se originó porque escuché una voz en mi cabeza. 

¡Por favor ayúdanos! ¡No queremos morir!

-La telepatía no es algo nuevo para mí, sin embargo, me di cuenta de que la conexión se había establecido de manera violenta. 

Los recuerdos, ecos en su cabeza parecían querer regresar.

-Escuché una voz que me pedía ayuda, y que solicitaba piedad. Que no quería morir.

El relato se tornaba cada vez más sospechoso, incluso Aren no pudo evitar mirarlo con asombro.

-Colapsó en ese instante y le pedí que me mostrara lo que estaba viendo.- Frigga intervino.

-Pude ver a las bestias bajando por las montañas, es cierto lo que dice, el golpe en la conexión fue tan brutal. Fandral.- Se giró a ver al mencionado.

-Creyó que estaba siendo arrastrada por las imágenes e intentó deshacer el agarre entre Loki y yo, como consecuencia él también fue testigo de las visiones de Loki. Hasta ese momento supimos del peligro que se avecinaba.

Guardaron silencio y Thor no tardó en formular la pregunta clave.

-Pero, ¿quién fue el que te habló y alertó del ataque?

Los ojos de Loki se fijaron más allá de los hombros y cabezas. Casi como una reacción natural se giraron a ver al animal.

-¿Fue esa cosa? - resolvió Aren.

-Cuando atacó a Fandral, me volvió a llamar, mientras estábamos en la matanza... Me pedía que lo detuviese, que él no podía controlar lo que estaba haciendo. Comprendí, que ellos también fueron puestos en el tablero a morir, por una triquiñuela de Laufey.

Coincidiendo en el razonamiento, quedaron en silencio. 

-Matamos a varias manadas, por el capricho de Laufey. Cuando ellos no querían hacerlo y en su desesperación, recurrió a mi.

Deshaciendo el círculo, el jötun se acercó a la jaula. Pudo ver la hilera de dientes que le mostró el animal en señal de agresividad.

-Ahora mismo, parece todavía estar bajo el flujo de algo, no parece estar razonando conforme a su naturaleza.

-Lo dices como si tuviese una inteligencia igual a la tuya o la mía.- Añadió Thor.

-La tienen, Thor.- Loki no lo miró sino que se quedó a algunos pasos de la jaula viendo el pelaje del felino erizarse y moverse nerviosamente. El rey miró su espalda, sus hombros amplios, sus brazos torneados y los puños de sus manos cerrados.

-Los jötuns tienen una comprensión natural y más desarrollada que las demás familias.- Susurró para si el rey comprendiendo finalmente el primer rompecabezas que Eivor le había planteado hace muchas noches atrás, antes de que comenzara ese infierno.

-De acuerdo, entonces en base a ese razonamiento ¿qué piensas hacer?

-Tuvimos una conexión, intentaré volver a conectarme a su mente e indagar en sus recuerdos qué fue lo que pasó, que lo hizo volverse contra nosotros y en contra de su voluntad.

Frigga entonces sacó uno de sus cabellos, el dorado hilo comenzó a brillar y a alargarse más de su longitud original.

-Haremos un puente entre tu mente y la de él.- Enfatizó la mujer y mientras Syn extendió una manta sobre el suelo, cercano a ellos había una mesa y en esta estaban dispuestos varios cuencos con hierbas, líquidos mágicos y conjuros antiguos.

-Deben atarme, por cualquier cosa.- Añadió Loki recostándose.

-Loki, esto es un poco extremo, ¿no hay otra manera?- preguntó Aren asustado.

-Ninguna otra, futuro rey. Estamos como al inicio, sin pistas y esta es la única que pudimos rescatar, Laufey no es tonto, logró que nosotros mismos destruyéramos la evidencia que conecta con el artefacto que construyó.

-¿Artefacto?- Preguntó esta vez Fandral.

Mientras Syn acomodaba unas cadenas en sus muñecas y tobillos Aren fue el que explicó:

-La noche antes de que saliéramos de Jötunheim, mi padre llegó de un largo viaje, desconozco qué halló en él. 

-¿A dónde fue?- preguntó Frigga y la respuesta se hizo esperar, pues incluso Aren tenía el respeto de cuidar sus palabras.

-A Niflheim.

-¿¡Con el dragón!? - exclamó Thor y en su mirada se desbordó la idea no saber si las cosas estaban cada vez menos a su favor.

-No, no creo que se haya topado con él.

-¿Qué otra cosa hay en ese sitio más que Níðhöggr?- preguntó Fandral.

-En ese caso es lo que vamos a descubrir.- Respondió Frigga acercándose con la cuerda luminosa.

-¿Estas listo?

-Si.- Respondió Loki. El gran cabello luminoso se acercó con voluntad propia hacia el joven y se insertó en la sien de él. Loki apenas hizo un gesto de dolor. Frigga regresó la vista al animal quien se había acercado curioso a los barrotes, la reina no se movió con velocidad.

-Quédate quieto, eres muy lindo cuando no estás intentando matar a todos.- Susurró.

-Es linda, en realidad.- Añadió Loki. 

-Oh, lo siento, señorita.- Dijo Frigga mirando a la bautizada criatura.

Moviendo su índice el cabello salió disparado y entró en la sien del animal. Lo último que vio Loki fue la fauce del felino abriéndose en un gran rugido y a él gritando a la par. Fue inundado por la oscuridad.

Silencio, oscuridad, frío y el ocasional sonido del viento gélido. Sus párpados estaban realmente pesados, le costó mucho abrirlos cuando finalmente sintió sus cabellos que se habían colado a su boca. La mano que no le parecía responder apenas pudo quitarlos.

Un hormigueo en sus extremidades lo recorría como oleadas, se obligó a mover los pies primero; los sentía. Ahora las manos; rígidas, pero estaban en su sitio. El piso que se había desdibujado le había dejado un mareo que poco a poco fue cediendo. Pudo ver con una claridad que poco a poco iba cobrando nitidez el cielo nublado de una tierra de mortales heladas.

Se levantó con mucha dificultad. A su alrededor, solo estaba el viento que golpeaba su rostro y el panorama blanquecino.

-¿Jötunheim? - se dijo a si mismo.

-Parece que estamos en tus tierras.- Escuchó una voz detrás de él, el girarse bruscamente lo hizo caer de nuevo sobre la nieve.

-¿T-thor? ¿qué haces aquí?

-Estoy bien. Gracias por preguntar.- Habló una tercera voz. Fandral venía casi arrastrándose pecho tierra. Aren llegaba bajando por la montaña prístina y de la mano llevaba a la reina.

-¿Qué demonios pasó? - preguntó. - Se suponía que solo yo iba a entrar.

-Tal vez ella quería que todos viésemos lo que tenía por decir.- Dijo Fandral sacudiéndose la nieve. 

Una vez que todos pudieron sentirse físicamente capaces de estar en pie, se reunieron.

-La tormenta dificultará las cosas.

-No necesariamente, es el ambiente perfecto para encontrar a nuestra amiga peluda.- Dijo Aren.

Y así fue, en ese instante escucharon el gruñido tras ello. La nieve bajo sus pies les hizo caer, excepto Loki quien permaneció de pie y le miró de frente. El fuerte viento que arremetía se detuvo.

-Claro, tu controlas este sitio, es normal que no nos quieras aquí.- Respondió con calma.

La imagen de la bestia distaba mucho de la bestia del mundo real. Los ojos ya no se veían dilatados, su pelaje no estaba erizado, en vez de eso se sentó como un buen animalito casero y movía a momentos su larga cola.

-Gracias por recibirnos.- habló Loki.

-Gracias por no comernos, debería decir.- Dijo Fandral y fue callado por un sonoro "ssshh".

Loki no se movió un ápice, pero le sostuvo la mirada. El felino miró de reojo a la compañía del jötun.

-Es cierto, no me gustan que estén aquí.

Su hocico no se movía, pero una voz femenina se pudo escuchar perfectamente salir de su presencia. Los ojos de todos se mostraron asombrados.

-Pero, dado que es una situación que incumbe a los reinos vecinos de mi hogar, haré una excepción.

Loki hizo una reverencia en agradecimiento.

-Entonces, ¿podrías decirnos qué fue lo que pasó?

No respondió de inmediato, en vez de eso, se recostó sobre su gran barriga. En eso, Fandral quien estaba a punto de ponerse a titiritar fue atraído por el brazo de Aren.

-Oye amigo, no te propases, tengo frío pero no es para ---

-¿Podrías callarte? Mira.- Susurró. ¿Qué cosa tenía que mirar en ese ambiente repleto de color blanco? no había más que nieve, hielo y esas motas gigantes de viento que se movían dibujando círculos, esperen ¿el viento puede hacer eso?

Fandral tuvo que tallarse los ojos, no estaban solos. Las motas que se comenzaban a dibujar en la distancia resultaron ser más bestias que merodeaban con sus ojos curiosos sobre ellos, ¿estarían saboreándolos? 

-Ellos eran mi manada, era la matriarca de aquellos a los que obligaron a derramar su sangre.

Un gruñido lejano y la mano tranquilizadora de Frigga apareció sobre Thor. Una madre que siempre procura a sus hijos.

-Yo también quería proteger a mis hijos.- Explicó y poniéndose de lado mostró el abultado pelaje de su barriga.

-Estás embarazada.

-Estaría muerta de no ser por ti, gracias.

Recibió el agradecimiento con un asentimiento de cabeza.

-Sucedió durante una mañana, mientras todos estábamos reposando de la cacería nocturna.  Llegó como un relámpago. 

-¿Qué fue lo que llegó? - interrogó Loki.

-No lo sé. Mis oídos captaron un gran estruendo y escuché la voz de alguien que me llamaba, no recuerdo qué era lo que decía, pero fui obligada a levantarme, me di cuenta de que mis patas no me respondían y junto con mi manada con quienes perdí el contacto natural entre nosotros llegamos a tierras de Asgard; cansados y con hambre.

-¿Cómo era?

-Llegó por la colina, creí que se trataba del sol pero en realidad era un brillo azul muy potente, me quedé casi ciega cuando recibí ese destello de luz, intenté escapar pero me fue imposible ni siquiera pude avisar a mis otros hijos.

Su voz parecía querer quebrarse, el dolor de haber perdido a los suyos y verse sola era bastante para un animal que toda su vida estaba acostumbrada a la compañía de una manada que le prodigara calor y bienestar.

-Una parte de mí, logró despertar, no sé como, pero logré escuchar otras voces en mi interior. 

Lamió su barriga.

-Ellos llamaron a su madre, la criatura que nos despertó esa noche no sabía que yo estaba embarazada y tal vez por eso no pudo evitar que mis bebés dieran aviso.

-Esa persona que perturbó tu sueño y condenó a tus hijos, ¿quién fue?

Los ojos rojos del animal casi parecían querer incendiarse en lenguas de fuego.

-El rey de esta tierra. Sin el más mínimo respeto por nosotros, nos acechó y nos mandó al matadero, al filo de la espada de los de su clase.- Esto último como un grito llegó a oídos de Thor. 

-¿Puedes mostrarme cómo fue?

-No, no puedo, algo evita que pueda entrar a esos recuerdos pero...

En eso un crujido bajo los pies de Loki se escuchó muy quedó como el del hielo al romperse.

-Pero, haré lo que pueda por darte la respuesta.

Finalmente la tierra logró abrirse en un estrépito sonido y Loki junto con los demás fue engullido por la nieve y la oscuridad de la abertura. Antes de que fuesen comidos por las tinieblas, Loki miró a la bestia.

-Tengo que pedirte un último favor, déjame regresar a casa.

Otra vez la oscuridad. Aunque al menos ya no había frío.

-¿Están todos bien? - habló Thor.

-Sí.- Uno a uno fueron respondiendo. Era imposible ver algo, estaban inundados, incapaces de ver.

-No puedo invocar luz.- Decía Frigga quien intentaba mover sus brazos pero el no poder verse entorpecía las maniobras.

-¿Ahora donde estamos?- Fandral preguntó.

-Estaremos bien, seguimos dentro de la mente de la snjó köttur, lo que pueda pasar dentro, no nos puede afectar, no es un mundo físico.- Explicó Loki.

-¿Por qué estás tan seguro?

Guardaron silencio, esa voz y esa pregunta no provenía de su grupo. Sumergidos en las tinieblas y el desconcierto, fueron presas del miedo. En eso una exclamación provino de Aren.

-¡Que asco!

-¿Qué es ese nauseabundo olor? - le hizo segundas el espadachín.

Entre arcadas y tosidos el grupo fue casi asfixiándose. Una risa femenina se escuchó, era la misma que antes les había hablado a través de la snjó köttur.

-Sigue siendo ella.- Dijo Thor con la voz apagada, llevaba su antebrazo a la nariz y boca.

-Vaya manera descortés de tratarme, todavía que voy a darles las respuestas a sus preguntas.- Su voz felina y con una risa de por medio dejaba intranquilo a cualquiera, no sabían si provenía de arriba, de un lado o del otro.

Loki intentó mantenerse lo más imparcial, escondiendo el miedo natural a lo desconocido que busca hacerse conocer.

-Dinos ¿por qué nos has traído? ¿cuál es esa respuesta que quieres darnos?- Habló hacía la nada y tras una pausa recibió una risita juguetona.

-Tu has hecho muchas preguntas, hijo de la nieve, llegados a este punto, creo que es justo que ahora te haga yo una pregunta.

¿Acertijos? ¿justo ahora tenía que ponerse a hacer acertijos? Intentó arremeter, decirle que se dejara de juegos estúpidos. Pero eso hubiera sido dejar que el miedo hablara. 

Cálmate, Loki. No pierdas el rumbo.

Se decía internamente. 

Respiró hondamente.

-¿Y bien? 

-Haz tu pregunta.- resolvió con un tono de voz neutro. Los demás se limitaron a intentar aguantas los tosidos y las exclamaciones de asco. 

Una risotada se hizo presente, algunos incluso hicieron un respingo aunque parecían no ser conscientes ya de su cuerpo, síntoma de la oscuridad que les devoraba el seso.

-Sé lo que buscas, incluso sé que solo deseas confirmarlo, pero eres tan obstinado que prefieres que otro diga el resultado de tus descuidos y los señale. Te haré el honor en ese caso, pero antes deberás responder esta sencilla pregunta, solo tendrás una oportunidad.

Guardó silencio.

-¿Quién soy?

Hija de perra. En medio de la profunda negrura, en medio de una crisis existencia y quieres que adivine quién diablos eres. Maldita la suerte que se ha esfumado de mi lado. Sin caso alguno cerró los ojos y los apretó fuertemente, ¿por qué? ¿por qué tenía que seguirse torturando con la incógnita que lo absorbió hace tanto tiempo atrás?

Yo pensé que solo estaba en ésta estúpida guerra para encontrar la más pequeña oportunidad y esfumarme. Solo quería un motivo lo suficientemente bueno para saber que en cuanto me fuera, nadie me seguiría, no estaría el rey de Jötunheim detrás de mí, no tendría al entonces bebé de Aren siguiéndome los pasos.

Quería estar solo, quería dejar todo atrás, no tener que voltear la vista para ver los cabos sueltos que mi ausencia iba a dejar, quería sentirme libre de ataduras.

Y por estar al borde de esa solución, cuando Thor me propuso cambiar mi pasado por casarme con él, dejaría atrás mi pasado, sería un asgardiano y además tendría el corazón del amor de mi vida. 

Pero... era obvio que algo así no podía pasar, porque si a eso estuviese destinado, nada se hubiera interpuesto en ese camino y ese futuro.

¿Por qué regrese entonces? ¿por qué no morí en ese calabozo de Jötunheim? 

-Porque tienes que hacerte responsable de las palabras que proclamaste en tu interior, las palabras son contratos que no se pueden deshacer con facilidad, hasta que no puedas encontrar las nuevas palabras para definirte tendrás que quedarte con la definición anterior que diste de ti.

La anterior definición que di de mi: el bastardo sin gloria, que solo estaba destinado a morir desde su alumbramiento de una mujer que murió en el parto a la que nunca conoció y con un padre que lo encerró y denigró por ser distinto pero con la violencia necesaria para mantenerlo como un perro atado.

Mi definición anterior... es de alguien que quiere la muerte. Quiere la salida fácil para acabar con este suplicio y que por lo menos en alguna parte sepa que alguien lloró su partida. 

-Soy tan cobarde que pido la muerte sin yo tomar el puñal que me daría el pase directo a lo que quiero.

Esa es la definición de Loki, alguien que busca la muerte y tendrás que hacer responsable por ello. El hedor que lo envolvía, lo devolvió con una arcada a media garganta, le devolvió la razón.

-Sé quien eres. Tu aroma te delata.

Los demás seguían con algunos tosidos de vez en cuando.

-Dilo, en voz alta.

-Eres la diosa de la muerte... Hela.- El silencio sucumbió en cada poro de piel.

Sus pupilas ardieron cuando vio cómo la serpiente luminosa se abrazó a la antorcha bañada en aceite. La luz se había hecho, y el fuego que ahora iluminaba aquella extraña cueva dejó a la vista a una interlocutora de extrañas definiciones.

Alta, delgada, o por lo menos lo que quedaba de ella, con los ojos vacíos de vida alguna, con los cabellos regados como brazos de cientos de cadáveres cayéndole por la tela oscura. Sonrió y la mitad del labio que le quedaba formó una curva.

-Bien hecho, muchacho.

El aliento de la carne descompuesta. Casi lo derriba un estupor, pero tenía que contenerlo, no podías faltarle al respeto a semejante entidad, se armó de valor. Todavía sonreía cuando se asomó por encima del hombro de Loki y vio en el suelo a Thor quien todavía en el suelo la señalaba con Mjölnir en la mano, Frigga intentaba detenerlo evitando mirarla y Aren estaba abrazado al pobre Fandral que ya se estaba poniendo azul.

-Tu bravía compañía parece ser más bien un montón de cachorros.

-No les prestes atención.- Loki se inclinó, hasta quedar sobre una rodillas flexionada.

-Poderosa parca del Hel, me inclino ante tu presencia y agradezco el honor que me das de estar frente a ti.

-No es necesaria tanta ceremonia, tarde o temprano ibas a verme, tendrás que verme para rendir cuenta de tus pecados.

-Lo sé, pero sé que todavía no estás aquí para llevarme por eso te lo agradezco.- Respondió todavía sin mirarla. 

-He respondido tu pregunta, por favor. Dime... ¿qué es lo que Laufey tiene en su poder?

Una risa ya apagada, mostrando la vejez de una deidad suprema se escuchó, una hilera de dientes blancos y la otra podridos ya.

-Tienes mucho afán.

-Por favor. Sé que estás aquí para responderlo, tenemos que estar listos para lo que sea, no tenemos mucho tiempo.

Hela guardó silencio y dio un paso más hacía Loki.

-Tu padre, muchacho. Es tan inteligente como insensato, hace tiempo, logró como tu invocarme. Sin tanta elegancia como lo has logrado, pero a diferencia tuya llegó a exigirme que le diera las indicaciones para un arma poderosa.

Alzó la perdida mirada gris a un cielo que no existía.

-Algo que le diera la victoria sobre los demás reinos. Que fuese imposible de destruir.

Loki alzó la mirada, impaciente.

-¿Qué fue?

Hasta ese momento, los ojos de la diosa se abrieron de par en par, con las venas inundando como un manglar las órbes de sus cuencas.

-La gema de la mente.

-¿Qué son exactamente las gemas del infinito? 

-No se podría decir exactamente, son rocas, con poder y con consciencia. Todos provenimos de ellas, en cierta medida. Por ello mi pueblo venera todo aquello que ustedes toman como objetos inertes, nada es inerte en este universo, todo fue parte de un ser que vivía. Por ello hay que tenerle respeto, las gemas ahora mismo están desaparecidas y es mejor que así sea.

-Aún así, conoce de su existencia, ¿sabe de que son esas seis gemas?

-Poderes que en su momento pertenecieron a Némesis; su alma, su mente, su realidad, su poder, su concepción del tiempo y de la realidad. 

El silencio que esta vez siguió al interrogatorio, fue suficiente para deshacer las esperanzas de Thor. Frigga había guardado un intento de grito. Si una gema del infinito estaba en las manos equivocadas, era una labor titanica quitarla de las manos erróneas. 

-¿Tu se la diste? - Thor se puso de pie y caminó hasta donde estaban conversando Loki y Hela. Este se levantó e intentó disuadirlo de hablar de aquella manera pero Hela no se inmutó.

-El hijo de Odín, no desearía tener que hablar contigo. 

Sus ojos se posaron entonces en Frigga.

-Ahí estás, nos vemos de nuevo... Hace tanto tiempo de las artimañas que diste a Odín y sus hermanos para acabar conmigo. Como podrás ver, no tengo un solo rasguño.

Dijo mientras se desprendía de su brazo un pedazo de carne putrefacta.

-Casi.- Añadió Hela con ironía. Y volvió a hablar enseguida:

-No se la di, solo le dije dónde encontrarla. 

-La gema estaba en Niflheim ¿no es así? - preguntó Loki.

Hela asintió, poco a poco parecía ir perdiendo el interés en la conversación. Loki miró a Aren y este a pesar del pavor que sentía le correspondió la mirada.

-Laufey vino a mi, hicimos un trato, le di la ubicación de la gema a cambio de que el me enviase una horda de muertos nuevos a mi reino, siempre se es grato recibir a los nuevos.- Una nueva risotada desentonó con el rostro fúrico del aesir. Una mano se deslizó entre sus dedos y fue un tónico para lograr calmarse. Miró por el rabillo a Loki, se miraban mutuamente y podía leer en su rostro: "Thor, ten calma, no caigas en sus provocaciones". 

Curiosamente, no deshicieron el agarre y Thor entrelazó sus dedos con los de él. 

-Si es así, ¿por qué nos estás diciendo esto? - preguntó con calma el jötun.

-No tiene caso que se los oculte, después de todo no pueden destruir una gema del infinito.

-No, pero podemos detener a Laufey.

La diosa muerta sonreía.

-Está bien, me atrapaste. Es posible que haya una abertura en el plan de tu padre, algo que lo hará caer.

-Dinos que es, por favor.- Dijo suplicante Loki.

Guardó un desgraciado silencio y se borró la sonrisa de su boca. Murmuró algo por debajo y se dio la vuelta, después de unos momentos en los que hablaba consigo misma le regresó la vista.

-Yo no soy una diosa justa, no puedo darte 50% y 50%, tengo que buscar siempre el mayor beneficio para mi y tu padre no titubeo en esto. Hicimos un trato, si, pero también estuvo de acuerdo en que le arrojara una maldición la cual también se puede romper, no sería divertido un poco de drama en todo esto.

-¿Una maldición?

-Laufey no puede morir. Le di vida eterna.

-¿Que hay de maldición en eso? - la bocota insolente de Fandral se escuchó y esta vez fue Frigga quien se la cubrió con la palma de la mano.

-No puede morir, pero eso no significa que su cuerpo no pueda descomponerse. El quería ser un emisario de la muerte con la gema, alguien de mi gremio. Así que lo mejor que pude hacer, es darle un poco de mi apariencia. La maldición que le eché lo hace inmortal pero no puede curarse si se llega a lastimar, podrá vivir eternamente en un estado de descomposición. Claro que esto no le importó, el solo quiere gobernar los demás reinos. 

-Tiene que haber una manera de matarlo, tu misma has dicho que no habría diversión en darle el 100% del juego ganado.

-Así es, la única manera de matarlo... es que un jötun de sangre pura lo haga.

Y con su ojo que parecía desorbitarse se dirigió al otro joven que todavía estaba en el suelo con el rostro pálido. Loki sintió el mundo congelarse de nuevo.

-¿Aren? ¿es acaso el único que puede hacerlo? ¿no hay alguien más?

-No lo sé, tu dime.- Decía Hela de medio lado pero era clara la respuesta.

Loki negó levemente con la cabeza. Si todo era cierto, Aren estaba destinado a enfrentarse a su padre y matarlo. Era el único sangre pura de los que estaban en la oposición.

La resistencia solo se conformaba de él y Aren. 

-Es un peso, demasiado grande.- Susurró Loki.

-Por eso es divertido.- Añadió la diosa. Se olvidó de Loki por un momento se giró a ver a Thor.

-¿No te parece divertido, hijo de Odín?

Thor no parecía comprender.

-Las naciones en llamas, las espadas alzadas... Exactamente como deseabas desde que eras un niño.

El rubio retrocedió y sin querer deshizo el agarre de la mano con Loki, éste se interpuso entre los dos para evitar un enfrentamiento, Thor no parecía estar preparado.

-La guerra a la que tanto deseabas participar, está llegando a su punto más alto. No puedes negar que sientes la emoción correr por la yema de tus dedos, de tomar a Mjölnir en las manos y acabar con esos desgraciados jötuns.

No respondió, no podía. Porque avergonzado con el rostro a momentos iluminados; sabía que era cierto. 

La guerra motivaba al hijo de Odín, había nacido en vísperas de un bélico avance, no conocía algo más que estrategias. Sus mismos impulsos de los que tanto renegaba siempre lo hacían reaccionar con violencia, con la espada desenvainada. Thor también tenía que hacerse responsable de la definición de sí mismo.

Los labios le temblaron.

¿Esto es lo que soy? se preguntó Thor. 

Un recolector de sangre derramada en el campo de batalla, un dios afanado con la idea de cortar cabezas en vez de entender sus mentes. Es con lo que he crecido y con lo que he venido hasta este momento. El rubio se fue hacía atrás y perdió el equilibrio.

En ese momento el suelo se desdibujó de nuevo.

-Ahora que saben las respuestas, parece que él también se ha visto descubierto, creo que he subestimado su maestría sobre la gema, ya ha aprendido a usarla.

Una vez más fueron tomados como bocadillos de una dimensión desconocida. Thor tosió con premura, el aire que se aprisionaba en su pecho, impidiéndole responder y respirar a la vez frente a la diosa salía de manera salvaje. Sus ojos nublados se fueron disipando.

-Madre.- Frigga estaba en la misma posición en cuclillas recobrando el aliento.

-Thor, ¡Thor, levántate!- Exclamó Syn y su voz lejana llegó como martillazos a su cabeza. 

-¿Syn? - preguntó el rey sin el equilibrio restablecido, pero poco a poco, cuando recobró el norte vio una figura azul delante de él.

-¿Loki?

Y el mencionado le miró. Tuvo que pasar unos segundos muy gélidos, cuando lo escuchó reírse de manera siniestra.

-Maldita la estampa de Odín en tu piel, asqueroso aesir.

No... Ese no era Loki.

Abrió los ojos con premura y pudo visualizar con mayor nitidez al joven, permanecía de pie, con su piel azulada, sus ojos rojos y el cabello regado en el suelo. Paseaba la mirada por todo el recinto, Fandral estaba levantándose y Aren lo ayudaba sosteniéndolo.

-Tu no eres Loki.

-Ni las nordas desearían está horrible imagen de ese al que llaman Loki. Solo un bastardo que debí asesinar en cuanto salió de las entrañas de la mujer que murió dándolo a luz.

Syn sostuvo a Thor antes de que se fuera de bruces, intentaba atacar al que estaba poseyendo al cuerpo del jötun mágico.

-¿Padre? - susurró Aren y justo cuando los ojos rojos se giraron para verlo, fue su cabeza la que se sacudió. 

-¡AH, LARGO DE AQUÍ! NO TIENES PODER SOBRE MI.- Gritó y giraba en su mismo eje sosteniéndose la cabeza.

-¿Qué está pasando? - gritó Frigga.

-Loki debe estar luchando por recobrar el sentido.

-Malnacido.- Susurró y quedó inclinado hacía adelante todavía con la cabeza echada.

-Con que estas solo, ¿eh? Býlestir (Aren) está lejos, no muy lejos de mi, lo encontraré y lo traeré para que sea el mismo quien acabe contigo.- Murmuró. Los que estaban delante no entendían que pasaba, miraban al que con su nombre original era invocado por su padre.

¿Acaso no podía verlo delante de él?

Un brazo se le encerró en una poderosa arma formada de hielo sólido.

-¡No perderé la oportunidad de acabar con todo esto, aquí y ahora!- gritó Laufey y con un salto se abalanzó contra Thor, este no podía cobrar el sentido, Mjölnir se sentía tan pesado. Podía ver el filo del arma cayendo sobre él y por dentro de él, no pudo sentir miedo... La imagen más preciada para él sería su verdugo, estaba bien, que así sea.

-Príncipe... Rey, despierte.

Los ojos de Thor se abrieron de par en par cuando una radiante fuente se mostró frente a él, como si el mismo sol entrase por la ventana. Los cabellos que se movían en el aire como si estuviesen sumergidos en el agua, los ropajes fantasmagóricos casi transparentes y una mano que lo protegía.

-Eivor.- La llamó y pudo ver a su guardiana celestial ante él, protegiéndolo del peligro que casi le cuesta la vida.

-Recuerde lo que le había dicho, rey. Yo estoy para protegerlo, fue la misión que se me encomendó desde el día en que nació.

La mujer de los ojos de caleidoscopio viajaron hacia la muchacha que sostenía al rey, Syn, sin comprender la miraba sin poder creer lo que sus ojos veían.

-Fue grato volver a verla una vez más, nyngio, sirena de mil voces.- Regresó la vista al atacante y al punto de desaparecer le golpeó en la frente.

-¡AAGHHH! - gritó de nuevo y los ojos rojos brillaron más que nunca, de pronto en medio de aquél grito, calló. Eivor desapareció.

Loki quedó de pie, todavía mirando al cielo. Nadie hizo un solo movimiento, tal vez Laufey todavía estaba ahí controlandolo y nadie sabía de lo que era capaz si podía hacer uso de las habilidades de Loki.  Sin embargo, las manos en sus sienes bajaron con calma, del mismo modo lo hizo su cabeza. Con un porte distinto caminó y vio a los que estaba delante de ellos. 

Los inspeccionó de arriba a abajo. Alzó las cejas en algunos momentos y sonrió de lado.

-Veo que mi descendiente es bastante inteligente.- Murmuró de pronto.

-Ha sabido desviar el poder de la gema de la mente, ha engañado a Laufey haciéndole creer que tu.- Señaló a Aren.

-Estas fuera de la conspiración. Estoy impresionado. Ha salvado tu pellejo muchacho, así que recuerda agradecérselo cuando regrese.

-¿Cuando regrese? ¿quién eres? - preguntó Thor con un tono cansado, demasiados viajes dimensionales lo tenían agotado.

-Tu también agradécele, nadie te consigue una haminja de la nada.

El extraño en el cuerpo de Loki entornó los ojos hacia Frigga.

-Milenios en que no veía a una de ustedes. Creí que habían desaparecido, y lo lamenté mucho.

Finalmente movió con elegancia su cabeza hasta Thor pero su vista no se fijó en el joven sino en la muchacha que sostenía al mareado rey.

-¿Syn? - la llamó.

Y está por primera vez, para todos, mostró un rostro pálido y perturbado.

-¿Eres tú? - La voz que antes sonaba tan segura de sí ahora parecía confundida y alegre a la vez.

-Por las mieles de mi manantial, ¡estás aquí! creí que ya no tendría oportunidad de verte, creí que tu.- Todo esto lo decía mientras ella se iba haciendo hacía atrás, evitando el cuestionamiento, sin contestar y cuando el jötun estuvo a punto de alcanzarla un pecho se abrió ante sus ojos. Aren con los brazos extendidos pero temblorosos le impidió el paso.

-Por favor, déjela. Ella no es quien usted cree.- Su voz temblorosa al igual que su cuerpo fue suficiente para detenerlo. El extraño lo miró y después de unos segundos a ella, Syn apartó la mirada.

-Oh... entiendo, eres solo una sombra ¿no es así? la sombra de lo que eras.- Su voz sonó profundamente decepcionada y retrocedió unos pasos.

-La preciada sirena hace mucho que dejó de cantar, ¿no es así? - la miró por última vez buscando su mirada, pero ella la rehuyó. 

El extraño, se cruzó de brazos.

-Prepárate, Syn, porque pronto vendrá el sol y desaparecerá tu sombra. Y tu, hijo de Odín serás testigo de lo que en milenios pasados se ha venido repitiendo, es tu deber tener ese ciclo vicioso que no lleva a nada. En ti y en Loki está esa misión.

Guardaron silencio, todavía había demasiado qué procesar y nadie podía ya decir pío alguno. El jötun se giró y miró al animal, ahora estaba hecho un ovillo asustado.

-Lo siento, te hemos perturbado, vete a casa, ten a tus cachorros en total calma. Podrás formar una nueva manada.

Movió su mano y de los dedos brotó el característico halo de luz verde, se abrió un portal y por el vieron las tierras congeladas, el animal no lo pensó dos veces y saltó, dejando la jaula vacía y su presencia fuera de la vista. El portal se cerró. 

-Oh, creo que su energía se ha agotado.- Habló el extraño. Cerró los ojos y de pronto estos dejaron de brillar. Loki se desplomó finalmente.

Tuvieron que dejarlo en el suelo un largo tiempo, no se estaba seguro de si sería ahora una valkiria quien ocuparía el cuerpo del joven, pero las conjeturas sin sentido desaparecieron cuando lo vieron moverse.

Fandral desenvainó, Thor agarró a Mjölnir y Frigga estuvo por invocar su arco celestial.

-¿Qué ha pasado? - habló con dificultad, el cuerpo azul se pudo sentar y llevarse la mano a la cabeza.

-Estoy muy mareado.- Notó su piel azul.

-¿En qué momento? - se dijo cuando vio todo su cuerpo en estado natural, el cabello regado y la piel llena de marcas.

-¿Loki? - preguntó Thor. El mencionado giró la cabeza.

-Vaya, creo que todos están bien. Creí que el regreso sería más aparatoso.

-Mas importante, ¿estas bien tu? - Aren no se lo pensó ya dos veces y se acercó.

-¿Eres tu? ¿en verdad eres tu? ¿no eres alguien más en el cuerpo de mi hermano?- le tomó las manos de manera agitada.

-¿De qué demonios estás hablando? Soy yo, deja de hacer preguntas raras.- intentaba hacer que Aren le soltara las manos.

Poco a poco se fueron acercando para comprobar que no hubiese nada más en el cuerpo de aquél joven.

-¿Estás bien? - preguntó Syn.

-Si, solo tengo alguna basura en el ojo, siento que quiere llorar.- Se dijo y se llevó el dedo al lagrimal.

En eso, nuevamente el silencio inundó la habitación. Había líquido manando de sus ojos si... pero no eran lágrimas.

Sangre. 

Gotas y gotas de sangre, después un chorro más conciso que fue pintando de carmín su rostro.

-¿¡Qué está pasando!?- exclamó Fandral cuando Loki comenzó a palidecer.

-La energía, ¡se le ha agotado toda la energía de reserva! - gritó Aren e intentó tomarlo en brazos pero fue muy tarde.

La boca se abrió en un grito espantoso, los uñas negras del jötun se clavaron en su rostro. Sintieron un escalofrío, ni siquiera el animal antes liberado fue capaz de provocar ese estupor. Loki se retorció en el suelo, la sangre seguía manando de su rostro y las piernas descontroladas en un violentos ataques de temblor.

-¡¿Qué es lo que tiene?! ¡¿qué le ocurre?! - gritó Thor.

-¡VEEEEETEEEEE! - gritó Loki en un momento y sus gritos se intensificaban más y más, ya la sangre se estaba convierto en un charco bajo él. Thor finalmente lo vio y quedó petrificado. Jamás en su vida, creyó ver esa imagen.

-Tenemos que llevarlo a las cámaras de recuperación.- Ordenó Frigga, como pudieron a pesar de la lucha que el joven estaba dando, Aren, Syn, Fandral y Frigga lo levantaron y se lo llevaron. 

No se inmutaron cuando dejaron al rey de Asgard arrodillado en el charco que se fue esparciendo en un río cuando salieron con el enfermo.

Se llevó la mano a la boca, conteniendo un grito de horror. Lo vio y la imagen seguía ahí, en el rostro de Loki pudo ver perfectamente las cuencas vacías donde se suponía que debían de estar sus ojos.

Si... Loki volvía a ser un inválido.

Notas finales:

Aisshh pero cosas. ¿Qué tal les va de cuarentena? Sigo trabajando desde casa, muchas gracias por los que han preguntado, me encuentro bien espero igualmente puedan ustedes estar resguardados o estén siguiendo las reglas de salubridad para que estén siempre sanos y su familia igual. 

¡Que capitulazo! (bueno eso creo) jaja me tomé el día sábado para escribir el borrador de la historia y terminé creo que escribiendo el final. Que cosas, no había visualizado un final hasta ahora, me gustaba el túnel sin luz pero creo que pronto tendré que dibujarlo para ustedes. Espero poder leerlos, y espero también este capítulo les haya gustado. 

¡Saludos desde México!


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