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Tu la guerra, yo la muerte. por MichaelJ2099

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La pesadilla no volvió. Abrió sus ojos lentamente ante la cegadora luz solar que se colaba por las cortinas. Parpadeó con fuerza un par de veces. 


Se incorporó lentamente. No se sentía cansado, solo pudo afirmar que había dormido demasiado. Estiró los brazos y se puso enseguida a tomar sus ropas y armadura. Sus padres estarían esperando por él. 


Justo cuando estaba por tomar la perilla de la puerta, hizo un recuento rápido de los hechos antes de que despertara. 


Un par de ojos verdes llegaron a sus memorias. La extraña escena de la biblioteca fue una paranormal muestra, tal vez el sitio estaba bajo la flujo de algún poder mágico. Pronto lo descubriría, tal vez podría hacerlo si tenía a ese otro muchacho cerca de él. Con la mirada firme salió. 


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-Así que... ¿te involucrarás con la milicia asgardiana?-Decía Loki quien terminaba su desayuno. La estancia que unía ambas habitaciones se trataba de un comer donde eran provistos de todas las comidas del día. 


Aren no respondió, se alisó los pliegues de su pantalón negro de cuero y se acomodó los broches que sujetaban los guardabrazos (Guardabrazos: Protege la parte superior del brazo)


-Es raro de ti que guardes silencio.-Loki lo provocó, sabía que seguía molesto por lo del día anterior. 


-No hay nada que decir contigo.-Le dijo secamente. Apenas y resonó la taza de té que Loki puso en su sitio. 


Se levantó y se ajustó la capa verde sobre sus hombros. 


-Me pregunto, ¿quién estará a cargo de proveernos de ropa? Sea quien sea, tiene buen gusto. ¿Te atreverás a mancillarla en las duelas?


-¿Y eso a ti que más te da?-Volvió a responder agresivamente.


-Nada en realidad, solo te pido que no ensucies mi ropa. 


El menor se detuvo en su rito de ataviarse.


-¿Piensas ir a la práctica? No es seguro que yo haga algo, solo quieren que observe.-Su voz se bañó de un tono más limpio.


-Entonces observaremos.-Se acomodó un último mechón detrás de la oreja. Se acercó a la puerta y con una amplia sonrisa, Aren lo alcanzó. Se sintió feliz de que su hermano lo acompañaría que casi olvidó el percance de ayer.


"Lo tomaré como su forma de disculparse" pensó.


"No puedo dejar que vuelva  a intentar hacer una locura" pensó Loki a su vez. 


Y ambos con gracia y frescura salieron de la habitación. 


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En silencio terminó de ingerir los sagrados alimentos. Su madre le miraba esperando que se le escapase alguna falta de modales sobre la mesa, pero no ocurrió.


-Gracias por la comida.-Dijo Thor una vez terminado. 


-Enseguida vendrá la siguiente ración.-Comentó Frigga.


-Estoy satisfecho.


Con esas palabras se escuchó la caída metálica de la cuchara sobre el pulcro suelo. Frigga no pudo entender bien las palabras de su hijo. Antes de que Thor pudiera coger de nuevo el utensilio sintió la mano de su progenitora en la frente.


-¿Te encuentras bien? 


Sonrió de medio lado y apartó con gentileza su mano.


-Madre, estoy bien. Solo no tengo más hambre. No estoy enfermo.- Aclaró para apaciguar las dudas que se le habían creado a la reina. 


Finalmente se levantó de su asiento, con porte y gracia su madre lo encaminó hacia el sitio donde estaba su padre. Thor la alcanzó y le hizo un gesto con el brazo invitándola a tomarlo como muestra de afecto. Ella sonrió y pasó su brazo delicadamente. Caminaron en silencio, y justo cuando estaban a unos pasos de entrar a la sala, se detuvieron.


-Madre...


Ante el cálido llamado, ella se giró. Vio a su hijo de pie con una expresión de confusión.


-Madre, ¿yo poseo magia como tú?


Parpadeó un par de veces. Le extraño el índole de esa pregunta. 


-¿A qué te refieres?


No podía contarle lo sucedido en la biblioteca, pero le había estado haciendo ruido desde hace un tiempo antes del viaje a tierras elficas. 


-Quiero decir, tu posees magia de muchos tipos.


-Son bendiciones Thor. No se trata de un sorteo donde se escoge quien tendrá que habilidades. 


Guardó silencio. 


-Tu fuiste bendecido por el completo control de los cielos y sus fenómenos. Con la valentía de nuestros ancestros y la sabiduría de nuestros orígenes. Lo que somos no es más que una unión construida por eones. 


Parecía que el interrogatorio no iba a llevar a ningún lado. Así que decidió ir por algo más directo.


-Si es así, habrá cosas que yo no podré hacer a diferencia de otros que sí. ¿No es así?


-Naturalmente hijo, nadie es igual en este mundo. El conocimiento que tu me cuestionas ha llegado de un arduo estudio, y conociéndote bien aunque te hubiese querido enseñar algo, nunca lo hubieses aprendido, no era tu interés.


-¿Interés?


-Claro, nuestras decisiones son también parte de nosotros, ahora mismo no entiendo a donde quieres llegar. Pero, sé que tienes fortalezas que otros no, aunque en ti no surta el mismo efecto esta 'magia' que llamas, no significa que seas inútil, solo diferente. 


Que reaccione diferente. Comenzó a hilar una serie de afirmaciones. 


-Entiendo. Madre una última pregunta.


-¿De que se trata?


Meditó un momento y decidió a hablar con ligereza del tema.


-¿La biblioteca tiene alguna fuente mágica? ¿Algo que lo haga diferente a las demás salas?


Frigga lo miró consternada.


-El que tu seas diferente de otros no aplica igual para la arquitectura hijo mio. 


-No me refiero a eso. Quiero saber si hay "Magia" en ese sitio. 


Ella sin despegar la mirada guardó silencio intentando razonar algún evento del pasado que pudiera darle la categoría que su hijo estaba usando. No eran cuestiones comunes, pensó en detener aquello e interrogar con profundidad a Thor pero sabía que él no querría nada de eso. Solo quería respuestas, por su naturaleza testaruda solo tendría oídos para ello. Confió en que él estuviese en buenos pasos.


-Bueno, podría ser. Mucha información que se guarda ahí tiene milenios, libros que guardan conocimientos en lenguas muertas, mapas de conexiones almicas que ahora ya no podríamos reconocer. Si bien, es necesario tener un intelecto avanzado para entenderla, se podría decir que los muros de la biblioteca guarda gran cantidad de fuerza mística.


Un brillo brotó de sus ojos azules. Dio en el clavo. Ella trató de no pensar más en el curioso tema de su hijo así que regresó a tomar camino para escoltarlo con su padre. 


Los pajes del otro lado abrieron enseguida ambas puertas y finalmente llegaron a una pequeña sala. Misma donde antes se reunían los jefes de las naciones para discutir importantes diligencias. 


Justo en medio, su padre esperaba mientras veía con calma un mapa tridimensional de Asgard. Thor hizo una reverencia como era propio y Frigga se colocó a un lado de su esposo. Odín aún no lo miraba cuando habló:


-Un pajarito me dijo que ayer no llegaste a tu habitación de forma común.


-Padre, sabes que no les gusta que los llames 'pajaritos'.-Dijo mientras observaba como Hugin y Mugin picoteaban la plateada cabeza de su padre.


-Shu, shu.-Exclamo Frigga.


Las aves revolotearon sobre las sienes de Thor y jalaron varios cabellos dorados.


-¡Auch, pero que hacen ustedes! 


Las aves graznaron.


-¿Que esperabas? Ayer no les diste de cenar, es normal que estén molestas contigo.-Habló su padre quien se acomodaba los cabellos que los cuervos habían revuelto. 


Después del achaco de ambas voladoras, estas tomaron camino por un gran ventanal. 


-¿Y bien?


Thor guardó un reprochable silencio.


-Solo tuve un pequeño malestar es todo. Estaba con--


-Lo sé, con el forastero Loki. Eso me preocupa aún más.


Thor incrédulo no creía la veracidad de esas palabras.


-¿Crees que fue obra de él? ¡Por el Yggdrasil, tan solo míralo! ¡Es más desgarbado que nada!


Odín guardó silencio sin quitarle el ojo de encima.


-Te pedí que los estuvieras en la mira, pero no de este modo. Es lo único que te pido como mi teniente general. 


-¿En verdad no estas considerando regresarle su estatus a Lars?


Su padre frunció el ceño.


-Ese hombre, se atrevió a guardarle secretos a su rey. Debería estar agradecido de que esto no llegó a oídos de la corte, que por lo menos lo he hecho regresar a casa bajo mi mirada perpetua.  Lo que hizo, podría ser considerado traición si llega a los oídos equivocados. Es por eso que te lo pido como tu superior, no como tu padre.


El rubio asintió en muestra de respeto.  No quiso importunar a su padre con más preguntas.


-Esta bien, estaré al tanto de los hermanos y traeré a ti tanta información relevante como me sea posible.


Hinchando el pecho reposó toscamente su mano sobre el hombro de su hijo y le sonrió.


-Sé que así sera. Ahora ve, es hora de que te ocupes de los Huscarle.


-¿Qué? Pero yo siempre he tenido el cuidado de los Jarls (caballería elite)


-De eso se ocupara ahora Sif, será mejor que no la molestes que ahora es su primer día y también el tuyo, así que regresa. Hogun estaba poco convencido de la presencia de ese chico Aren en la arena. 


Thor quiso seguir replicando pero la postura de su padre no se lo permitió. Se dio media vuelta y se retiró. Cuando las puertas se cerraron Odín compartió con su esposa un largo escrutinio.


-Me preocupa Thor.


-Ya no es un niño, querida. Déjalo que haga y deshaga.


Y con cierto aire de preocupación, Frigga solo resolvió en seguir mirando el umbral por donde su hijo se había retirado.


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Las manos poderosas de los espadachines se movían con tal rapidez que era difícil ver el contorno de sus armas, el romper del viento era lo que a momentos impresionaba antes del choque inminente del metal templado. 


Algunos cabellos negros volaban debido a las ráfagas provocadas y toscamente Aren se apartaba la cabellera de sus ojos. Aún no se acostumbraba a la presencia molesta del necesario ornamento que muchos asgardianos mostraban con honor debido a su longitud.


-Y eso que lo tienes corto.-Susurró Loki de brazos cruzados. Había casi leído los pensamientos de su hermano.


Aren no lo escuchó seguía con agilidad cada movimiento delante suyo. Recordemos que siendo Býlestir hijo de Laufey, ostentaba el cargo de general de varios batallones del reino de Jötunheim. Esta muestra de habilidades militares le venía como un balde refrescante, ¡al fin! Algo que compartía con los asgardianos era el goce de la lucha, de la adrenalina corriendo por las calientes extremidades. 


No reparó en mostrar sobresaliente interés, ahora mismo, guardaba en su cabeza cada movimiento, cada forma de atacar. En algún momento, él podría aplicar eso a la milicia jotnar (plural de jötun).


Si lo pensaba mejor, era oro puro que lo dejaran ver las prácticas, así sabría como contraatacar al ejército as cuando el momento llegase. 


Así pues, el corpulento hermano apretó los puños ideando en su cabeza mil y un estrategias, todas ellas con nueva información. Cuando la hoja del hacha salió volando esta se incrustó profundamente en el desgastado suelo de la arena. 


-¡Suficiente! Bien hecho.-Apareció Hogun quien con imponente silueta animó a que ambos contrincantes se estrechasen del brazo y se retiraran. 


-Continúen en pares, practiquen desarme con doble hoja y sin escudo. ¡15 minutos!


Y sin más los fornidos hombres tomaron las armas pertinentes y tal cual fue la orden se pusieron frente a frente en parejas y comenzaron lentos y calculables golpes para comenzar. Volstagg se inclinó.


-¿Y bien chico? 


Aren sonrió de medio lado.


-Muy sólida su rutina de entrenamiento.-Dictaminó como el joven general que era.


Volstagg bufó comicamente y le extendió el brazo para que se incorporase.


-Si te pongo un arma en la mano ¿prometes no causar un alboroto como el del otro día?-Dijo serio pero con una sonrisa ladina en sus labios. Aren asintió con firmeza y entusiasmo cubierto de sobriedad.


Loki sin despegar la vista de los combates de entrenamiento se puso de pie y se alejó un poco para sigilosamente ver la entrada de su engreído hermano. Lo contempló con los demás guerreros charlar, tomó en manos un mazo, luego un hacha, luego una espada. Como si de mujeres buscando atuendo se tratase, escogían con cuidado su arma a blandir. Con los brazos cruzados y agudizando la mirada, se preparó cuando vio a los ases y a Aren acercarse a la arena. En un apartado pero sin dejar de ser el foco de atención, Hogun le hacía unas observaciones de la manera en la que tomaba las armas.


-Debes tomarla de más abajo. Si lo haces más cercano a la hoja serán ataques que meriten un contacto muy cercano.


Aren se corrigió. No dijo nada, pero en su 'original' cuerpo, solía tomar las armas así ya que sus brazos eran más largos a comparación de un as y ello le generaba la confianza. Asintió. Así pues algunos previos movimientos con los aditamentos y escudo y Aren quedó familiarizado con el peso de las opulencias de la milicia asgardiana. 


No parecía repudiarla pero sabía que estaba ahora en la piel del enemigo natural y eso aún le producía escozor. 


-Bien, han acabado los quince minutos, descansen.-Anunció Volstagg mientras entraba nuevamente armado. Los soldados en silencio salieron más ansiosos por ver que clase de espectáculo traería el forastero de Alfheim. Loki en silencio desde las sombras observó:


-Recuerda muchacho, una vez tu pie salga de la arena, estas fuera.


Y sonrió ladinamente el 'muchacho'.


Así pues el león de Asgard arrojó el musculoso brazo que terminaba en una pesada hacha. El resonar contra el escudo fue solo el preámbulo. Aren se escurrió un poco sobre sus rodillas y giró llegando a un punto donde golpear a su oponente con el mango de la espada. 


-Justo en los riñones.-Decía Hogun.


No fue suficiente, pero tambaleante, el hombre de cabellera rojiza se movió rápidamente y privando de libertad espacial, atinó varios golpes hacia el escudo que parecía resquebrajarse. A menos de un metro de sacarlo de la arena, nuevamente Aren giró sobre sus talones alejándose de él. Le embistió con el escudo y aprovechando su pérdida de equilibro, blandió la espada justo por encima del hombro de Volstagg como si quisiera amputar la extremidad. Pero el león aunque era robusto, su velocidad era engañosa y de un movimiento hacía atrás con la pierna golpeó el tobillo del joven que cayó de lado. Justo en su sitio cayó la pesada hacha de no ser porque nuevamente con movimientos circulares Aren escapó.


-¿Qué son esos giros raros?-Decían algunos en las tribunas. 


-Nunca he visto a un elfo moverse de esa manera, ellos suelen ser escurridizos pero de manera ágil, más bien este parece que baila sobre la arena.


Loki agudizó el oído. El conocía bien esas tácticas. Los jötnar solían tener movimientos circulares en sus combates debido a que como la escarcha y la nieve que crea remolinos entre el viento, girar sobre sus talones es un movimiento natural en ellos, incluso en sus tierras, el rastro de nievo ayudaba a distraer a los enemigos. Aunque aquí no había nieve, le funcionaba de maravilla para esquivar y dejar perplejos a una milicia que no había luchado contra un jötnar en siglos.


Así continuó un poco más,  desconcertaba al león as, hasta que este mismo, en una de sus tantas escapadas de golpes certeros, aprovechó la inclinación de Volstagg para simplemente darle un empujón y su peso lo llevó fuera de la arena.


Todos quedaron callados por un segundo, poco después algunos comentarios de asombro.


-Bien, bien.-Dijo Hogun acercándose para evitar que el chico intentase 'algo más'. La muestra de fuerza del otro día lo había dejado algo desconfiado. 


Aren enseguida extendió las armas previsando las miradas desconfiadas. Sonrió divertidamente mientras le extendía la mano a Vosltagg y lo ayudaba a incorporarse.


-Vaya chico, ¿que clase de espectáculo fue ese? 


Aren tensó los brazos temiendo no haber tenido cuidado. Miró de reojo a Loki quien solo asintió como calmándolo.


-No, fue la ventaja del terreno.-Dijo mientras levantaba un poco de arena con sus zapatos.


Hogun y el derrotado se miraron de soslayo.


-De acuerdo, si tu lo dices.


Con apenas un poco de sudor en su frente y los cabellos pegados a su sienes se acercó casi corriendo a su hermano mayor.


-¿Me viste? ¡Lo hice increíble! ¿no crees?-Preguntaba emocionado. Por un momento Loki sonrió.


-Si, veo que lo hiciste bien. Pero descuidas un poco los costados, serás presa fácil sino cuidas eso.-Hizo el comentario y Aren le prestó atención a sus señalamientos. Bien era cierto que su hermano no se caracterizaba de supremas habilidades marciales, conocía un vasto mundo de defensa y ataque así que le tomó en serio la palabra. Se olvidaron del altercado anterior y realmente parecían unos hermanos cercanos. 


Sin embargo, no todo es duradero y en cuanto Loki sintió miradas encima de ellos, él se precipitó en su semblante frío y ajeno.


Aren notó la atención que estaban recibiendo, hasta que un soldado habló:


-¡Que el flaco también haga algo!


¿Flaco? ¡Flaco tu abuelo maldito troglodita! Pensó el mayor.


Aren se puso tenso y alzó las manos.


-No, no. Él no es muy afín de estas prácticas, por favor.


No era que no lo fuese, pero Loki era un ser con un poder tan escondido como mortal. No quería que nada increpase al temperamento mayormente tranquilo de su hermano mayor.


-Vamos, toma un arma chico. Demuestra que eres más que tu apariencia.


El comentario dio justo en el clavo y los ojos verdes chispiaron en un ligero coraje. Aren le tomó de los hombros.


-Yo escogeré un arma por ti.-Susurró y llegando hasta los soldados, tomó una hacha más corta.


-¿Qué tal esta?-Se la extendió. Loki lo vio inútil, sin embargo, por instinto tomó el mango. Todos se volcaron en pequeñas risas cuando vieron como el 'ligero' objeto hacía que el joven se hiciera hacia adelante arrastrado por el peso.


Loki se la devolvió. Aren intentó no demostrar preocupación, pero finalmente su hermano molesto no quiso continuar con la embarazosa escena.


-No tengo porque soportar esto.-Susurró y caminó alejándose.


Lo siguiente fue un abucheo grupal mientras el joven se alejaba con un hervidero de emociones. En eso, sin que nadie lo pudiera prever, uno de los guerreros se le hizo fácil arrojarle una hombrera de hierro puro. No letal pero si dolorosa. Casi como en cámara lenta, la pieza brilló y salió volando y justo cuando iba a dar en el blanco, se detuvo en el camino y todos guardaron silencio.


Con la blanquecina mano extendida, suspendida quedó el objeto. Unos ojos verde luminiscentes aguardaron. Con un movimiento ligero y apenas tosco, la hombrera salió disparada a gran velocidad clavándose (literalmente) justo debajo del hombre que osó cometer semejante acto. Nadie dijo nada por un momento.


-¿Magia?-Susurraron. 


Aren anonadado de que no hubiese ningún herido, observó como los ojos de su hermano volvían a la normalidad pero seguían igual de cubiertos de molestia severa.


Hogun quien ya estaba con arma en mano, casi no pudo creer lo que veía. No era común que un forastero como él supiese de artes tan antiguas como poderosas. Entre el cuchicheo saltó una voz.


-Es cierto que debemos aprender a no subestimar las apariencias.-La voz del tronador resonó.


Los demás hicieron un ademán de respeto inclinando la cabeza. Loki se sorprendió puesto que el príncipe as estaba casi delante suyo.


-Creo que te deben una disculpa.


-No la necesito.-Dijo tajante.


Thor miró a los soldados con un leve nerviosismo.


-Príncipe, por favor, discúlpenos a nosotros, fuimos quien comenzamos el problema.- Se apresuró a decir Aren.


¿Disculparse? Loki casi pierde la mandíbula cuando escuchó las diplomáticas palabras salidas de los labios de su hermano.


Thor alzó la mano.


-No es necesario. La grosería fue primero hecha por mi gente. Esta bien, puedes regresar con ellos, pero, ¿me prestarías a tu hermano un segundo?


Loki no comprendió y escrudiñó al príncipe quien de momento le sonrió de medio lado. ¿A qué venía ese interés? Aren tampoco comprendió y dirigió una mirada rápida a su hermano, pero asintió de inmediato y se alejó de nuevo con los soldados. 


-Ven.-Dijo Thor y Loki a regañadientes le siguió. Temía que se tratase de algún reclamo por la noche en la que tuvo que casi cargarlo hasta el paje de su habitación. 


El ruido de las prácticas bélicas se perdió conforme se alejaron por los jardines. Varios sirvientes con canastas de frutas asintieron en respeto hacia el príncipe. Él respondía ligeramente. Mientras tanto el otro joven le seguía a distancia prudente. Hasta que casi choca con la espalda del rubio.


-¿Qué haces detrás mío?


Guardó silencio. Thor se puso a su lado.


-Así, esta mejor.


Y continuaron la caminata.


-¿No cree que usted que toma demasiadas ligerezas conmigo? Recuerde que soy solo un forastero.


Nuevamente Loki intentó apaciguar la curiosidad del príncipe, quería mantener su perfil lo más bajo posible y ser casi una sombra en el lugar, pero para nada era un cero a la izquierda si iba caminando del lado del heredero y toda la guardia y sirvientes los miraba con curiosidad moverse resueltos por los alrededores.


Thor alzó la ceja.


-¿Por qué ahora has decidido tratarme de usted? No lo hacías la primera vez.


-Un error mío, sin duda alguna.


-Pues error o no, deja de hacerlo.


Los ojos verdes del muchacho profundizaron el parpadeo y rogó que la situación no se fuese 'agravando'.


Desconocía que ese mismo modo de repeler al rubio era el factor principal por el cual el tronador estaba interesado en él. Desde el primer momento que lo contempló en la gran sala de los regentes de Alfheim. Una fuerza más que confusa le llamaba y le incitaba que siguiese los pasos del chico callado de cabellos negros. ¿Qué podría obtener de alguien sin historia y cubierto de un asesinato sin resolver?


La curiosidad mató al gato, pero lo bueno es que este gato tiene varios milenios por delante.


Tras una larga caminata llegaron a un invernadero, solamente cubierto por un hall de hierro forjado y cubierto de oro, solo como un esqueleto que protegía la flora del exceso de sol y la lluvia funesta.


-Seguramente te preguntarás qué podría hacer un asiduo guerrero como yo en un sitio como este.


En realidad no se lo estaba preguntando, Loki cruzó los brazos con desgano y fingió interés.


Thor se acercó a una curiosa flor de vivo amarillo. La contempló con nostalgia.


-Mi madre quiso que aprendiese un poco más sobre mis habilidades como hijo de un Dios. Cómo sabrás, ella es una gran hechicera, cazadora y guerrera. Ostenta el poder al igual que me padre y mantiene en equilibrio la balanza de todos los reinos. 


Regresando la vista siguió hablando:


-Sin embargo, nunca hubo un avance notable. 


Guardó silencio y puso un rostro serio.


-No sé si haz notado, que se dirigen a mí como príncipe o heredero. Pero ninguno me llama Dios a pesar de que soy hijo de dos.


Loki permaneció impávido.


-Eso se debe a que soy incapaz de generar una oración en mi nombre. Nadie aquí pide ayuda a alguien como yo. Tienen a mi madre, para dar abundancia en las cosechas y en el alumbramiento de las mujeres. Tienen a mi padre cuando forjan las armas y toman el sable para combatir. Sin embargo, nadie ha pedido jamás un favor. 


Se podía leer una legítima preocupación.


-Tienes problemas para generar un vínculo con tu gente. ¿Es lo que me quieres decir?


- ¡Exacto! De más joven, mi madre se esmeró en enseñarme el poder de la oración. Así fue, ahora puedo invocar los poderes de la tormenta, de los rayos, bajo el nombre de mi padre quien fue la persona que me los otorgó. Sin embargo, soy incapaz de brindarla a la causa que pudiera existir. 


Suspiró.


-No podré ser nunca rey de Asgard sino me vuelvo el Dios que debo ser para mi pueblo. Me siento como Hércules de Disn*** que quería ser un héroe a toda costa ¿llegaste a ver esa película?


-Thor, no rompas la cuarta pared.


-Perdón. Cof Cof...


Aguardó un poco de tiempo y buscando las palabras solo dijo:


-Te necesito.


Loki se removió en su sitio.


-¿Por qué necesitarías de alguien como yo?


-¿Bromeas? ¡Vi lo que eres capaz de hacer hace un momento! No dudo de que guardes más cosas que solo ser telequinético. ¡Enséñame!


Loki negó varias veces.


-No, no. Yo no soy el indicado, la reina Frigga es la más correcta para este trabajo.


-Ella no pudo incentivar en mi el poder. Y no existe alguien más en Asgard, los Vanir tienen prohibido enseñarlo a alguien que no pertenece a su clan.


-No hay nada que pueda enseñarte.


-Eso lo decidiré yo cuando no vea resultado alguno. Si te he escogido como mi mentor, es porque sé que hay algo más que podría ver, una conexión que no tiene que ver con dioses, sino con conexiones invisibles que estoy seguro muchos hemos olvidado.


Él volvió a negar, no parecía convencido  ni un ápice. Trató de pensar en algún buen argumento para  disuadirlo pero parecía en vano.


-Es una orden.


Los ojos de él se quedaron petrificados. Dios o no, seguía siendo una autoridad. Notó el cambio brusco en su tono de voz. Thor sonrió como siempre.


-No seas necio. No hay razón alguna más que la de creer tu propia insignificancia en este lugar.


Lo tomó del hombro intentando convencerlo esta vez con la mirada. El escrutinio de los ojos azules comenzó de nuevo. Guardó silencio y prefirió cortar la comunicación visual antes de que tuviese de nuevo esas extrañas 'ilusiones'.


-No prometo nada...


Thor soltó una carcajada.


-Excelente. Mañana comenzamos, aquí mismo. 


Loki se perdió en un punto fijo mientras se maldecía por dentro. Thor no perdió más tiempo y lo invitó a regresar a las arenas de combate pero el azabache negó su intención de regresar al sitio donde hacía poco lo habían intentado humillar.


-La biblioteca queda en esa dirección.-Dijo por último el hijo de Odín con una sonrisa ladina. A paso firme desapareció en la vegetación del hall y pronto el silencio llegó. 


Completamente solo, bufó fastidiado.


-La evasión a la que estuve acostumbrado parece que solo funciona de afuera hacia adentro. 


Negó con la cabeza molesto y recordando la indicación del príncipe, se dirigió a la biblioteca. Tal vez algunos textos sobre cómo lidiar con testarudos. Con un cosquilleo en el estómago creyó tener un mal presentimiento cuando en realidad lo único que sentía era un nerviosismo que pronto tomaría forma.


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