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En el Antiguo Egipto reinó un gran Faraón con justicia y gran valor, a pesar de subir al trono a temprana edad eso no fue un impedimento para lograr gobernar a su pueblo tal como lo había hecho su padre.
Sin embargo, este Faraón necesitaba herederos para que sigan su legado así fue como conoció a quien sería su esposo y madre de sus hijos.
Heba era un lindo y dulce doncel, el chico era uno de los bailarines más conocidos del reino de Nubia, además que era parte de la corte del príncipe del mismo reinado.
Atem, el joven Faraón al ver a Heba por primera vez, se enamoró de su baile, de esa sensualidad de mover las caderas, de los hermosos ojos morado con destellos azules y de esa bella sonrisa coqueta que mostraba.
Ambos sintieron lo mismo, pero como nada es para siempre, hubo personas que no aceptaban esa relación, el Príncipe de Nubia se había negado rotundamente a que se llevarán a Heba a Egipto, Atem no se iba a rendir tan fácilmente así que con varios métodos logró que el menor se quedé a su lado sin embargo, una noche de luna llena Akefia el Rey de los ladrones había atacado el Palacio, el heredero al trono de Nubia había hecho negocios sucios con el albino, este no dudo ni un segundo en aceptar el trato.
Esa noche fue la más triste que el pueblo de Egipto vivió, el joven Faraón que hasta ese día había llevado a sus habitantes a una paz infinita no volvió a abrir los ojos, Heba a su lado quedó mal herido, poco a poco unió los labios de ambos para dejar de respirar y acompañando a su amado a donde vaya.
Los Dioses de Egipto se compadecieron de su hijo y de su amor, dándoles otra oportunidad para que ambos estén juntos, está vez, Yugi y Yami fueron sus nombres.
Conociéndose en una situación algo incómoda se hicieron amigos, aunque los dos sentían que ya se conocían desde hace tiempo.
Los jóvenes de cabello similar al momento de convertirse en pareja varios momentos y recuerdos le llegaron a su mente instantáneamente, las imágenes pasaban como si se tratase de una cinta de video, vieron como su amor no fue aceptado por mucho y como murieron los juntos
-Yami...tú también...lo viste?
-Si, es como si fuera....nuestra otra vida anterior....
-Esos eran....
En ese momento los colores de ojos de ambos chicos cambiaron inmediatamente, los ojos carmesí de Yami se transformaron a un rojo más oscuro y los amatistas de Yugi a un morado con tonos azules
-¡Heba!
-¡Atem!
Las voces de los dos seguía siendo la misma, se abrazaron mientras unas cuantas lágrimas de felicidad salían de sus ojos.
-Siempre supe que los Dioses nos volverían a reunir
-Si mi Faraón, nuestro amor los conmovió
Al estar en la sala del departamento del mayor, se recostaron en el sofá para que luego, Heba quién estaba en el cuerpo de Yugi, se acurruco en el pecho del otro formando un lindo momento, en ese silencio ambos podían escuchar sus respiraciones, Atem no se resistió y fue dejando besos por todo el rostro y parte del cuello del menor, este sonreía o soltaba uno que otro suspiro haciendo que la sonrisa del menor crezca cada vez más.
-No importa si muero, en nuestra siguiente vida volveré y en la siguiente y en la siguiente también.
-Mi Faraón....
-Mi flor de Nubia...
Se besaron para luego Yami y Yugi volver a sus cuerpos muy confundidos, pero se sintieron bien por alguna razón.
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