El lazo amarillo que los unía en sus sueños había estado presente en la mente de Sajou desde que lo vio por primera vez.
Hikaru dijo una vez que el sabor de la limonada era como el del amor: agridulce. Sajou pensó en los nudos que habían vuelto a unir los extremos de la cinta cada vez que era cortada. Se dijo que podría vivir sin la parte agria.
Esa noche, cuando se soñó atado a su chico de nuevo, reparó en que los nudos estrechaban el espacio entre los dos.
El Hikaru de sus sueños lo miró. «¿Ves?» le susurró «también son importantes».
Voy a ir un día atrasada con el fictober de Doukyuusei porque sí. Quiero que quede claro que son mis bebés consentidos, sólo soy una haragana.
El final de este drabble me lastima porque ahora está publicándose Blanc y lo odio. Nakamura tenía que joder la relación tan bonita de estos dos pendejos, chesumadre. Igual tengo la esperanza que esta ruptura de la verga sirva para reforzar su relación a la veinteava potencia y que sigan juntos for ever and ever, por siempre.
Bueno, besitos, los amo.
Voy a poner el drabble bla, bla, bla, 500 palabras, AY prende lo que es un drabble, pendejo <3
El lazo amarillo que los unía en sus sueños había estado presente en la mente de Sajou desde que lo vio por primera vez.
Hikaru dijo una vez que el sabor de la limonada era como el del amor: agridulce. Sajou pensó en los nudos que habían vuelto a unir los extremos de la cinta cada vez que era cortada. Se dijo que podría vivir sin la parte agria.
Esa noche, cuando se soñó atado a su chico de nuevo, reparó en que los nudos estrechaban el espacio entre los dos.
El Hikaru de sus sueños lo miró. «¿Ves?» le susurró «también son importantes».
El lazo amarillo que los unía en sus sueños había estado presente en la mente de Sajou desde que lo vio por primera vez.
Hikaru dijo una vez que el sabor de la limonada era como el del amor: agridulce. Sajou pensó en los nudos que habían vuelto a unir los extremos de la cinta cada vez que era cortada. Se dijo que podría vivir sin la parte agria.
Esa noche, cuando se soñó atado a su chico de nuevo, reparó en que los nudos estrechaban el espacio entre los dos.
El Hikaru de sus sueños lo miró. «¿Ves?» le susurró «también son importantes».
El lazo amarillo que los unía en sus sueños había estado presente en la mente de Sajou desde que lo vio por primera vez.
Hikaru dijo una vez que el sabor de la limonada era como el del amor: agridulce. Sajou pensó en los nudos que habían vuelto a unir los extremos de la cinta cada vez que era cortada. Se dijo que podría vivir sin la parte agria.
Esa noche, cuando se soñó atado a su chico de nuevo, reparó en que los nudos estrechaban el espacio entre los dos.
El Hikaru de sus sueños lo miró. «¿Ves?» le susurró «también son importantes».