—Y…
Hikaru era una persona simple y no concebía cosas como el qué dirán como un obstáculo real. La distancia era otra cosa. Sajou se estaba esforzando por alcanzar su sueño y él apoyaba eso completamente, pero ver que ese camino se extendía lejos de él no se sentía bien.
Había sido una semana. Kusakabe fue a tocar a Francia por solo una semana pero había extrañado tanto a Sajou que quemaba. No sabía si podría aguantar esa sensación por más tiempo. Por años. Pero cuando le dijo que iría con él a Kyoto, Sajou le dijo que no y Hikaru sintió que se abría el suelo bajo sus pies para tragárselo a él y al futuro.
—… cuando tenga veinte…
La realidad era que Hikaru amaba la música tanto como amaba a Sajou, y este lo amaba por siempre perseguir sus sueños, por su voluntad. Ninguno quería separarse del otro pero tampoco querían ser lastres.
Cuando vio las lágrimas de Rihito no pudo más.
—… cásate conmigo.
De nuevo, tengo que llegar a 500 palabras para que me deje publicar así que ahí va.
—Y…
Hikaru era una persona simple y no concebía cosas como el qué dirán como un obstáculo real. La distancia era otra cosa. Sajou se estaba esforzando por alcanzar su sueño y él apoyaba eso completamente, pero ver que ese camino se extendía lejos de él no se sentía bien.
Había sido una semana. Kusakabe fue a tocar a Francia por solo una semana pero había extrañado tanto a Sajou que quemaba. No sabía si podría aguantar esa sensación por más tiempo. Por años. Pero cuando le dijo que iría con él a Kyoto, Sajou le dijo que no y Hikaru sintió que se abría el suelo bajo sus pies para tragárselo a él y al futuro.
—… cuando tenga veinte…
La realidad era que Hikaru amaba la música tanto como amaba a Sajou, y este lo amaba por siempre perseguir sus sueños, por su voluntad. Ninguno quería separarse del otro pero tampoco querían ser lastres.
Cuando vio las lágrimas de Rihito no pudo más.
—… cásate conmigo.
Construir un camino. Una promesa de futuro.
—Y…
Hikaru era una persona simple y no concebía cosas como el qué dirán como un obstáculo real. La distancia era otra cosa. Sajou se estaba esforzando por alcanzar su sueño y él apoyaba eso completamente, pero ver que ese camino se extendía lejos de él no se sentía bien.
Había sido una semana. Kusakabe fue a tocar a Francia por solo una semana pero había extrañado tanto a Sajou que quemaba. No sabía si podría aguantar esa sensación por más tiempo. Por años. Pero cuando le dijo que iría con él a Kyoto, Sajou le dijo que no y Hikaru sintió que se abría el suelo bajo sus pies para tragárselo a él y al futuro.
—… cuando tenga veinte…
La realidad era que Hikaru amaba la música tanto como amaba a Sajou, y este lo amaba por siempre perseguir sus sueños, por su voluntad. Ninguno quería separarse del otro pero tampoco querían ser lastres.
Cuando vio las lágrimas de Rihito no pudo más.
—… cásate conmigo.
Construir un camino. Una promesa de futuro.