Su carácter jovial y desinhibido lo había convertido en uno de los dos dolores de cabeza más grandes de su generación para los profesores de Hogwarts.
Aunque ahora su tristeza se sentía en el ambiente, cosa que era muy malo para el negocio. Afortunadamente George estaba de viaje o sino se ganaría tremenda reprimenda. Pero es que la pelea que había tenido con él había sido demasiado fuerte. Es por eso que ahora que estaba a solas haciendo la caja del día, no podía evitar dejar de llorar.
¿Cómo es que había terminado dándole aquel golpe a Lazar? Él solo le había insinuado conocer más... "íntimamente", después de todo era lógico, llevaban cerca de seis meses saliendo, así fuera a escondida, ¿pero él como había reaccionado? ¡Dándole un derechazo en su linda cara! No le sorprendería que no lo volviera a ver
Cerca de la media noche estaba listo para subir a su habitación cuando llamaron a la puerta. Aunque hacia tiempo que la guerra había terminado, las manías quedaban. Rio intensamente recordando a Moody y su delirio de persecución.
Abrió la puerta y no pudo evitar suspirar al ver la figura masculina que estaba recostada contra la pared
- Hola - dijo Fred con la voz un tanto nerviosa
- ¿No hay ni un abrazo para mi?- dijo Lazar
- ¡Mi amor! - Dijo Fred arrojándose a sus brazos en medio de un llanto desgarrador - ¡Perdóname! ¡Perdóname!
- Tranquilo - dijo Lazar sonriendo - ya estoy aquí - entro y cerró la puerta sin soltar al pelirrojo
- ¡Yo te amo! ¡Te lo juro! - lloraba Fred desgarradoramente refugiándose en el amplio pecho del moreno
- Lo se - dijo Lazar besándole el cabello del pelirrojo - ven aquí - susurró cargándolo en brazos hasta un sofá y sentándose en él para acomodarlo sobre sus piernas - ya paso
- Hare lo que tú quieras - juro Fred
- ¿Lo que yo quiera? - dijo Lazar con picardía
- ¡Lo que tú quieras mi amor! - juro Fred
- Prepárame la cena - dijo Lazar mientras le limpiaba las lagrimas
- ¿Qué deseas? - dijo el pelirrojo sonriendo
- Déjame ver... - dijo pensativo - ¿Qué tal tu maravilloso Black Pudding?
- ¿Enserio quieres Black Pudding? - dijo Fred sonriendo
- Pero como fuiste una niña mala y debo corregirte - dijo Lazar - cocinara usando solo este delantal - dijo quitándole toda la ropa con un pase de varita y tapándole solamente su hombría con un pequeño delantal rosado con su nombre bordado, mientras que las puntas se balanceaban entre sus glúteos
- ¡Lazar! - Dijo Fred poniéndose de pie - ¡Devuélveme mi ropa en este momento! No es divertido
- Creí que harías lo que yo te pidiera - dijo Lazar
- Si - dijo Fred protestando - pero esto...
- ¿Sabes que? - Dijo Lazar poniéndose de pie - mejor me voy. Creí que podíamos arreglar las cosas, pero...
- No, no, no. Espera - suplico deteniéndolo - ¿quieres que cocine así? Lo hare, pero no te vayas ¿si?
- Te vez muy sexi - dijo Lazar dándole una nalgada
- ¡Auch! - protesto Fred sonriendo
Desde el sillón, Lazar vio como el pelirrojo se movía por el lugar mientras tarareaba una canción.
Coloco harina y una pizca de sal en un bol grande. Seguidamente añadió mantequilla helada y masajeo hasta que la mezcla parecía pan rallado, intentando darle en todo momento la mejor de las vistas al hombre que lo observaba.
Poco a poco fue echando agua a la mezcla hasta formar una masa.
Enharino ligeramente la superficie de trabajo, ensuciándose en el proceso, luego estiró la masa con un rodillo hasta tener forma de rectángulo.
A continuación, ralló la mantequilla congelada encima de un tercio de la masa. Doblo la masa en tres veces.
Cuando volvía a darle forma de rectángulo con el rodillo sintió como le besaban lentamente el cuello a la par que sus muslos eran acariciados.
Repitió el proceso anterior, rallar la mantequilla y doblar.
Cuando ya tenia la masa bien doblada, la envolvió en un papel film y la dejo reposar en la nevera
- No tienes idea de lo sexi que te vez cocinando - le susurro al oído mientras lentamente introducía un dedo en su ano y jugaba con él arrancándole gemidos de placer
Cuando estuvo listo el preparado, lo envolvió con papel film y la guardo en la nevera. Precalentó el horno. Limpio con un paño húmedo 300 g de champiñones. Después, puso en un procesador de alimentos y los condimentamos con sal y pimienta. Los trituro hasta que se hayan convertido en una pasta. Añadio hojas de tomillo y trituro un poco más con las piernas abiertas en V, mientras Lazar se entretenía de rodillas detrás suyo lamiendo su ano a conciencia
Fred calentó una sartén a fuego medio con un chorrito de aceite de girasol, mismo aceite que Lazar tomo luego y unto en su ano
Cuando estuvo caliente el aceite cocino los champiñones removiendo de vez en cuando, hasta que se hubo evaporado la humedad de estos. Después, los saco de la sartén y dejo que se enfríen.
Calentó un poco más de aceite y de mantequilla sin sal en una sartén grande a fuego medio, mientras sus glúteos eran devorados con suaves mordidas
Pelo y corto en rodajas muy finas dos cebollas rojas, y las añadió a la sartén. Seguidamente agregamos azúcar morena y cocino a fuego lento hasta que se hayan ablandado y estén dulces.
Cuando tuvo las cebollas caramelizadas, las mezclo con vinagre.
Saco la masa de hojaldre de la nevera y, con ayuda de un rodillo, le dio forma de rectángulo Seguidamente la coloco sobre una bandeja con papel de horno.
Coloco los champiñones triturados en el centro, a lo largo de la masa, y dejó unos cinco centímetros de margen arriba y abajo.
Mientras eso cocía, mezclo en una fuente la carne picada de salchichas y la carne de morcilla. Cuando estuvo bien mezclada la carne, la coloco encima de los champiñones. Por último, esparció la cebolla caramelizada sobre ella.
Entre gemidos de placer debido a la atención que su miembro viril recibía por parte de la boca de Lazar, corto los laterales y las puntas con un cuchillo afilado. Estiro bien las puntas y las doblo hacia el interior presionando bien sobre la masa para que se peguen.
Corto tiras por cada uno de los laterales y las doblo sobre el relleno para crear el efecto de una trenza. Para ello, cogió una tira de un lado y otra del otro lado y las cruzamos, Repitiendo el proceso hasta terminar la trenza.
Lazar se paro detrás suyo y llevo sus brazos hasta alcanzar sus manos mientras batía un huevo en otra vasija y pincela a bien la trenza, para finalmente espolvorear la semillas de sésamo en el momento justo en el que alcanzaba su primer orgasmo de los muchos que tendría ese día.
Lazar lo tomo en brazos y lo sentó sobre el lavaplatos para besarlo lentamente mientras Fred rodeaba su cintura con sus piernas. Recorrió su espalda, desnuda hasta alcanzar el nudo del delantal, que cayo libremente.
Se separo del pelirrojo y coloco la bandeja en el horno a media altura
Se volvió hacía la mesa que estaba en mitad de la habitación y sin ningún tipo de contemplación, arrojo todo lo que había allí.
- ¡Lazar! - gimió Fred cuando este lo acostó en la mesa y se acomodo entre sus piernas
- ¿Me amas? - le susurro este al oído sujetándole los brazos por encima de la cabeza
- ¡Mas que a mi propia vida! - gimió el pelirrojo cuando el otro empezó a entrar en él
- ¿A quien le perteneces? - le susurro al oído
- ¡A ti! - grito Fred Weasley presa de la pasión desmedida mientras su cuerpo era penetrado por la hombría del ser que más amaba en la vida
- ¿Qué harías por mí? - dijo Lazar mordisqueando sus tetillas
- ¡Todo! - Grito Fred - ¡te pertenezco soló a ti!
- Repítelo - pidió Lazar moviéndose dentro de su amante
- ¡Soy tuyo! - Grito Fred - ¡solo tuyo! ¡En cuerpo y alma! - y sus entrañas fueron bañadas mientras una boca hambrienta de sus labios
Una hora más tarde, la pareja conversaba desnuda y entre risas cómplices sobre el piso de la cocina mientras comían el Black Pudding
- ¿Por qué no me dijiste que eras virgen? - pregunto Lazar comiendo un poco de Pudding
- ¡Yo...! - dijo Fred nervioso
- Tranquilo - dijo acariciándole el muslo - no solo voy a ser el primero, te voy a dar razones suficientes para ser el último en tu vida
- Te amo - dijo Fred besándolo apasionadamente
Lentamente Lazar lo acostó en el suelo mientras lo besaba. A tientas tomo un pedazo de Pudding y coló su mano entre ambos cuerpos para esparcirlo en vientre y pelvis. Fue bajando los besos hasta llegar a su pene nuevamente erecto, que devoro con gula. Volvió a subir hasta su boca nuevamente. Lo giro y empezó a besar su espalda. Tomo otro poco de pudding y lo esparció en sus glúteos mientras metía entre ellos otro poco, para luego introducir su lengua entre ellos y arrancarle mas gritos de placer
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El sol despuntaba cuando Fred despertó solo en su cama completamente desnudo y cubierto por las sabanas
- Tengo que irme - dijo Lazar vistiéndose - pero... ven a comer a mi casa y seguimos con lo nuestro ¿qué dices?
- Dame la hora y tu dirección - dijo Fred sonriendo
- Te mandare un traslador, es la única manera de llegar - dijo inclinándose para besarlo - ya veras que no te vas a arrepentir. Ahora me voy o no saldré jamás de aquí - dijo Lazar antes de irse
Fred no aguantó y se hundió en la almohada para lanzar un grito de felicidad