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Goreoctober por black_leger

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Notas del capitulo:

Fandom: Eddsworld

Parte 1: 2. Stiches
Parte 2: 5. Supernatural/ Urban legend
Parte 3: 13. Bruises/ Minor cuts
Parte 4: 20. Ritual
Extra: 6. Possession

El problema con la magia es que se vuelve como una droga, en un momento decides adentrarte en ella pensando que se trata de una tontería con la cual puedes gastar un par de horas de ocio, haciendo cosas tan simples como mejorar algo de tú suerte, cosa que por supuesto terminas atribuyendo a la mera coincidencia y sin embargo continuas adentrándote en ese mundillo más que por que creas en el por morbo y curiosidad y ¿por qué no? Para gastar algo del tiempo libre que tenías de sobra durante tu adolescencia.

Antes de que te dieras cuentas pasaste de simples tonterías a cosas muchos más turbias gracias a aquel libro que alguna vez encontraste en aquella librería de segunda mano a la que alguna vez acompañaste a Mark (y del que desde entonces te fue imposible deshacerte).

Fue algo bastante imprudente de tu parte pensar que nunca sufrirás un desliz y que siempre saldrías airoso de cualquier situación, tu propia temeridad fue lo que casi te condenó la primera vez, cuando accidentalmente terminaste invocando a un demonio que pronto escapó de tu control, apenas lograste salvar tu pellejo en aquella ocasión y deshacerte de la criatura antes de que pudiese reclamar tu alma o hacer algún daño irreparable.

Aquel incidente fue el que te obligó a abandonar cualquier tema relacionado a lo sobrenatural y nunca volver a tocarlo, sinceramente pensaste que pasarías el resto de tu vida alejado de ese mundo, pero las circunstancias te obligaron a volver y vaya forma de hacerlo, traer a alguien de entre los muertos pudiera no ser algo realmente complicado pero exigía pagar un alto precio.

Un gruñido inhumano resuena en aquella casa, solo segundo antes de que escuches la puerta de una de las habitaciones romperse y un concierto de gritos inundando el lugar, el escándalo no dura demasiado o al menos dura menos que en otras ocasiones pero desconoces si eso es una buena o mala señal.

Suspiras con cansancio, ha sido una largar noche y quieres volver a casa pero aun tienes cosas que hacer en aquel lugar antes de poder irte.

Entras al cuarto de baño en la segunda planta, el lugar es amplio, quizás tenga el doble del tamaño del baño de tu departamento, ¿o es más grande? Te encojes de hombros sin darle importancia al asunto y te acercas al lavabo.

Miras tu reflejo en el espejo y te das cuenta que luces como una mierda, necesitas un corte de pelo y quizás comenzar a dormir un poco más, realmente has descuidado bastante tu imagen últimamente pero tu imagen es lo último que te preocupa. Abres la llave del agua y comienzas a lavar tus manos con los guantes de látex aun puestos, solo necesitas limpiar la sangre, cuando finalmente consideras que es suficiente cierras la llave del lavabo y te quitas los guantes solo para sustituirlos con un nuevo par de cuero y guardas el par descartado en una bolsa, no quieres dejar ninguna huella que pueda delatarte incluso si sabes que es imposible que te culpen por la única muerte que has provocado en aquel hogar, bueno, la única muerte que has cometido directamente en cuanto a las otras, dudas que puedan culpar a un ser humano de ellas, como fuera, suspiras y sales del lugar, el sonido de estática de la planta baja es el único sonido del lugar.

El televisor encendido es una señal de que aquella “cosa”, “ser”, “ente” (es difícil encontrar una correcta categoría para lo que trajiste a este hogar),  se encuentra en la planta baja, tu no dejaste encendido el aparato por lo que aquella cosa fue quien debió hacerlo.

Un televisor digital no debería producir estática pero la presencia de ese ente logra hacer que la produzca, quizás porque la estática ayuda a canalizar parte de las voces que siguen a aquellos seres.

Te sientas en el sofá agotado e intentas ignorar la escena frete a ti que para este punto ya se ha convertido en algo con lo que te sientes familiarizado.

-Buen trabajo niño –la criatura te felicita y su voz es acompañada de un eco producido por la estática, te es imposible distinguir si aquella voz es femenina o masculina pero el cuerpo es el de una mujer.

En otras circunstancias te molestaría ser tratado como un niño pero el ser que esta frente a ti es mucho más antiguo de lo que puedes imaginar y para “eso” no eres más que un niño.

-¿Puedo irme? –es molesto pensar que tengas que pedir permiso para poder hacer algo pero no estás dispuesto a arriesgarte a hacer algo que pueda irritar al ente frete a ti en especial siendo consciente de lo que puede hacer contigo si así lo desea.

Miras a la mujer desnuda levantarse del sofá y estirarse dejando caer el cadáver del infante que hasta hace solo unos momentos se encontraba sobre sus piernas abrazando como si fuera un juguete. Desvías la mirada tratando de ignorar el sentimiento de incomodidad que te invade, tú no desnudaste a la mujer y tampoco hiciste las marcas que llenan su cuerpo.

-Nos volveremos a ver en algún momento niño.

Aquellas simples palabras te llenan de alivio y para ti es más que suficiente para salir del lugar sin mirar atrás.

El viento frió de la noche golpea tu rostro y un peso sobre tus hombros desaparece, un sacrificio más solo te acerca a librarte de la deuda que contrajiste aquella noche que decidiste traer a Jon de regreso.

Esperas hasta encontrarte lo suficientemente lejos para quitar las bolsas que cubren tus zapatos y guardarlas junto a los guantes de látex, la ropa oscura oculta cualquier mancha en tu ropa pero siempre eres lo suficientemente cuidadoso para mantener esas manchas al mínimo, de todas maneras, tienes un cambio de ropa esperando por ti en tu auto.

Te giras para mirar atrás, la calle de la que te alejas se encuentra sumida en la oscuridad y las luces de los faroles no son suficientes para despejarla, te sientes seguro sabiendo que nada de lo ocurrido en aquella casa que parece tragarse la luz que la rodea fue escuchado, tampoco existe forma de que te relacionen con lo sucedido en ese lugar.

Con un suspiro miras al cielo, la noche esta despejada y te sientes feliz de disfrutar del silencio nocturno, por algunos días no habrá voces ni sombras acechantes, por algunos días podrás retomar el ritmo normal de tu vida hasta que “ellos” deseen otro sacrificio. 

Cuando llegas a tu auto comienzas a cambiarte de ropa y la arrojas a un contenedor de basura, rocías algo de gasolina dentro del contenedor y dejas caer una cerilla, pronto el basurero esta en llamas y cierras la tapa del contenedor, la falta de oxígeno apagara el fuego y no tendrás que preocuparte porque el fuego llame la atención de alguien.

Conduces por algunas horas sin ir a ningún lugar en específico hasta que el taque está casi vacío  y sabes que es tiempo de volver a casa, simplemente quieres hacer tiempo para que nadie en el edificio note el momento en que regresas a casa.

Llenas el tanque de gasolina antes de volver a casa, solo para que Mark no se queje porque lo dejaste vacío.

Las luces de todos los departamentos se encuentran apagadas y solo las luces de los pasillos están encendidas. Eso es una ventaja, si aún vivieras en casa Mark se encontraría despierto esperándote en la sala solo para reprenderte como si fueras un adolescente, no es que a Mark realmente le importase pero era una broma entre ambos, en realidad, era Mark quien usualmente solía llegar a casa de madrugada después de acudir a una fiesta que se extendía más de la cuenta, tu solo solías atraparlo llegando a esas horas a casa por tu costumbre de tomar cola fría durante la madrugada (incluso si el clima era en extremo frío), así que solías reprenderlo solo para fastidiarlo un rato y él solía hacer lo mismo siempre que la oportunidad se presentaba, pero ahora que vivían en departamentos separados esa costumbre había muerto.

Mark y tú han estado hablando de conseguir otra casa, pero tendrán que esperar algo de tiempo para eso, el seguro de la casa tardara bastante en llegar y mientras tanto tendrán que continuar viviendo en aquellos departamentos junto a tus vecinos.

Ninguno de tus vecinos hizo muchas preguntas sobre el regreso de Jon, quizás porque para ellos cualquier cosa fuera de lo normal era lo normal (de buena mano sabias que los idiotas provocaron un apocalipsis zombi de origen sobrenatural) o quizás ninguno quería tocar el tema sabiendo que hasta cierto punto lo sucedido fue su culpa. Mark tampoco quiso cuestionar demasiado sobre el asunto, para él era más que suficiente con tenerlo de vuelta incluso si sospechaba que había algo turbio en el asunto y que tu estas directamente involucrado en ello, en cuanto a Jon, él sabía que no querías hablar sobre el asunto, que tus salidas nocturnas y los estados paranoicos que a veces tenías estaban directamente relacionados con su regreso, sin embargo después de casi dos meses ambos había llegado a un acuerdo tácito de no tocar ese tema y fingir que nada había pasado, que él no había muerto y que tu no habías profanado su tumba para traerlo de regreso.

Mientras estas a solo un piso de llegar a tu departamento no puedes evitar que vuelva el mismo sentimiento de molestia que has tenido desde que tú y Jon regresaron, es en ese piso donde viven tus vecinos, el problema no es el pelirrojo, ni Edd (por una vez ese perdedor no es el problema), no, ellos no son el problema, tu problema esta con Tom, aquel sujeto que no puede pasar ni un día sin una gota de alcohol en su sistema, desde el primer momento que volviste supiste que había algo mal con él y te tomo días averiguar que era, desde entonces has hecho todo lo posible por evitar al sujeto y por no permitir que se acerque demasiado a Jon y Mark.

Cuando llegas al final de la escalera una voz te llama haciendo que te detengas en seco, maldices tu suerte, lo último que querías hacer aquella noche era encontrarte con el alcohólico, te encuentras demasiado cansado para confrontarlo pero si tienes que hacerlo lo harás.

Te giras para enfrentar al hombre que permanece al fondo de la escalera y te sientas en el último escalón, Tom te mira con su ánfora en la mano y con un gesto relajado da un profundo trago, ni siquiera hace un esfuerzo por acercarse a la escalera y eso es una mala señal, tu paranoia hizo que tallaras algunos sellos de protección en los escalones de la escalera que conducían a tu departamento y que ocultaste bajo la alfombra que voluntariosamente decidiste arreglar  

-¿Por qué no me das un trago de eso? –preguntas sin siquiera hacer atisbo de intentar levantarte del escalón en el que descansas.

-No puedo subir pero supongo que ya los sabes ¿cierto?

-¿Por qué tendría que hacerlo? –tu fingida ignorancia irrita a Tom que suelta un gruñido.

-¿Qué fue lo que hiciste para traerlo de regreso? ¿Venderle tu alma al diablo?

Sueltas una carcajada sin querer, ¿el diablo?, ojala hubiera sido a algo tan bueno como eso.

-¿En serio crees en semejante tontería? –preguntas sin parar de reír.

El brillo violáceo en las cuencas de Tom hace que pares de reír y que instintivamente lleves tu mano al interior de tu chaqueta buscando el arma que cargas contigo, eso alerta al hombre frente a ti que levanta las manos en un gesto de paz y cierra los ojos haciendo desaparecer aquel fulgor.

-Escucha no quiero pelear, solo quiero hablar.

Ahora eres tu quien se encuentra irritado, eso quiere decir que el sujeto te estuvo esperando, estuvo esperando un momento en que pudiera encontrarte solo y eso no es buena señal para ti.

-¿Qué quieres? –eres hostil al hablar y él lo nota.

-Pedirte un favor, bien, solo quiero pedirte un simple favor.

-¿Por qué tendría que hacerte un favor?

-No tienes que…

-Exacto, no tengo que –cortas la conversación y te levantas dispuesto a marcharte del lugar.

-¡Eduardo!

-Cierra la boca ¿quieres? Vas a despertar a los vecinos –adviertes, lo último que quieres es llamar la atención sobre ti.

-Escucha, necesito ayuda, bien.

Te detienes un momento y sabes que vas a arrepentirte de lo que harás pero no tienes mucho que perder de todas formas.

-Bien, pero hablaremos de lo que sea que quieras hablar mañana, con luz y gente alrededor –adviertes con desconfianza.

Tom parece aliviado y sonríe.

-Tú elige el lugar.

-Lo que digas.

Algo no cuadra, algo simplemente esta fuera de lugar pero te encuentras demasiado cansado para pensar mucho en el asunto.

Te arrastras hasta tu departamento a oscuras y te desprendes de la mayor parte de ropa que dejas tirada por el lugar, solo quieres llegar a tu cama y dormir.

Escuchas los ronquidos de otra persona provenientes de tu cama y ni siquiera puedes sentirte irritado por el asunto, Jon tiene su propia habitación pero rara vez duerme en ella. El peso de tu cuerpo subiendo al colchón despierta a Jon.

-¿Eduardo? –su voz somnolienta te llama.

-Uhm –solo atinas a hacer un sonido afirmativo mientras ocultas tu rostro contra la almohada.

-Me alegro que regresaras.

Sonrientes contra la almohada y sientes como Jon se acurruca más cerca de ti.

-Déjame dormir Jon –murmuras escuchando el atisbo de una risa de parte de tu compañero.

Te agrada el sentimiento de calidez que esa risa produce en ti.


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