Tus manos tiemblan mientras sostienes la botella entre tus garras, te frustra ser incapaz de desenroscar la tapa.
La botella cruje a medida que ejerces presión hasta que ocurre lo inevitable, el líquido se derrama sobre el suelo, ni siquiera el vidrio puede atravesar tu piel en estos momentos, el aroma a alcohol es más intenso de lo que nunca imaginaste e incluso llega a hacerte sentir lo suficientemente mareado como para tener que sentarte sobre la cama para evitar caer, te abrazas a ti mismo sintiendo como tus garras desgarran tu sudadera.
El líquido derramado es lo suficientemente tentador como para que quieras lamerlo del suelo cual perro, cualquier cosa para borrar el sabor a sangre que inunda tu boca. Aquel sujeto nunca espero encontrase contigo, no espero que regresarías a casa temprano ni que aquella cosa te alertaría sobre su presencia, que irías hasta el laboratorio de Tord y le atacarías.
Posiblemente cuando el bastardo regrese ira hasta tu habitación para felicitarte por el buen trabajo.
Sientes como la cosa en tu interior gruñe ansiosa y un hilo de saliva escapa de la comisura de tus labios ante la idea de devorar el cadáver de aquel hombre, puedes sentir como tu cuerpo quiere cambiar, tomar la forma de una bestia para que "eso" pueda pasear libremente hasta que se aburra y vuelva a dormir.
Al menos antes podías controlarlo o ignorarlo, antes, antes de que estuvieras tan desesperado como para pedirle ayuda a Tord, hacer un trato con él fue peor que hacer un trato con el diablo, al menos el diablo es justo en sus tratos.
Te encuentras tan abrumado intentando controlarte a ti mismo que eres incapaz de notar que otra persona volvió a la casa hasta que es demasiado tarde y la escuchas tocar a la puerta de tu habitación.
-Tom.
Miras con horror a la puerta, no podía, ¿por qué él de todas las personas?
-¡Vete! -tu voz es tan gutural que te cuesta identificarla como propia.
Hay un momento de silencio y luego sientes el pánico invadirte cuando ves girar la perilla de la puerta, solo tu pudiste olvidar ponerle seguro a la puerta.
Miras a Edd parado en la entrada de tu habitación, es la primera vez que alguien que no sea Tord te ve con esa apariencia y su reacción solo te hace querer escapar e irte de la casa para no volver a regresar.
-Tom -su voz llega temblorosa, le ves acercarse a ti y retrocedes como como un animal acorralado.
-¡Vete de aquí!
Cierras los ojos, solo quieres que Edd se aleje de ti, no quieres que te vea como el monstruo que eres, no quieres que se aleje de ti y te rechace, lanzas un gruñido de advertencia esperando que Edd se aleje de ti pero solo puedes sentir como te toma del brazo, reaccionas de manera instintiva lanzando un zarpazo.
Su grito te obliga a abrir los ojos, Edd retrocede sosteniendo su brazo, puedes ver la manga de su sudadera desgarrada y manchada, las gotas de sangre escurren con lentitud manchan el piso.
Edd nota tu ataque de pánico.
-No fue nada Tom -él se acerca a ti con una sonrisa nerviosa -, Ringo hace cosas peores cuando la llevo a vacunar.
Tratas de corresponder el gesto y sonreírle también pero borras aquella sonrisa recordando tus colmillos.
Esta vez no reaccionas cuando Edd hace un nuevo intento de acercarse a ti, sientes su peso sobre la cama y esperas que haga preguntas o que busque alguna explicación de tu estado, no esperas que coloque una brazo sobre tus hombros, ni siquiera parece que este sea el Edd que conoces.
Te dejas llevar por el momento y comienzas a sollozar en brazos de Edd, se siente bien las pequeñas caricias tranquilizadoras, puedes sentir tus garras clavarse en Edd pero él no emite ninguna queja.
-Está bien Tom, estarás bien, vamos a solucionar esto.
Puedes sentir como la cosa de tu interior comienza a tranquilizarse, ya no escuchas más sus gruñidos y todo a tu alrededor parece sumirse en el silencio.
Quieres creer en las palabras de Edd, realmente deseas hacerlo.
No quieres que este pequeño momento de intimidad entre ambos termine pero sabes que lo hará en algún momento pero por ahora solo quieres disfrutaras de la situación.
Cierras los ojos y te acurrucas más cerca de Edd, continuas escuchando aquellas promesas de encontrar una solución, todo irá bien, Edd está aquí contigo, prometiéndote que se quedara a tu lado sin importar lo que pase y sabes que puedes creer en sus palabras.
"Todo irá bien" te dices a ti mismo y por primera vez realmente lo crees.