CAPÍTULO 13: DESTRANGIS IN THE NIGHT
Diez años antes...
El inicio de curso en una universidad extranjera suponía un reto para Ryuichiro. Aunque sus abuelos pudieron matricularlo en un instituto privado de Tokyo con altas medidas de protección a sus alumnos, en la universidad no era tan fácil. Por eso, le sugirieron a Ryuichiro, que ya nunca aceptó que acortaran su nombre, que se fuera al extranjero mientras ellos preparaban una buena historia para contar a los medios en cuanto él fuese adulto y se incorporase al mundo laboral y a la clase social a la que pertenecían los Isaka.
No obstante, había otro problema. Debido a las circunstancias de su crianza y educación, el nivel de inglés de Ryuichiro, digamos que no era muy bueno, y tuvo que asistir a muchas clases de refuerzo en su nuevo instituto, para lograr mantener una pequeña conversación, por lo menos.
Por eso, Ryuichiro se sentía perdido. La gente de allí se comunicaba bien en inglés y parecían conocerse de antes. Y no sabía qué hacer ni a dónde dirigirse...
-Hi -Un tipo altísimo estaba enfrente de Ryuichiro. Por lo menos 1,90, con un aspecto saludable, la piel bronceada que hacía resaltar sus dientes blancos y sus ojos verde claro, y el cabello cortado al estilo moderno, con los laterales oscuros y la parte frontal rubia... Qué tipo tan... ¿Atractivo?
-Me llamo William Rush... Willym. Pareces desorientado. -Dijo sonriendo.
-Es mi primer día aquí. -Contestó Ryuichiro de manera desafiante.
-¿Y cómo te llamas y de dónde vienes?
-Me llamo Isaka Ryuichiro y vengo de Japón...
-¿Japón? ¡Qué guay! ¡Me encantan los mangas y los animes!
-Eso es el topicazo del siglo, Willy. -Ryuichiro sonrió.
-Vamos, Ryuichiro. Te enseño la universidad y la residencia...
Así se conocieron Ryuichiro y Willy. Se convirtieron en los mejores amigos, pero al cabo de un tiempo decidieron dar un paso más en su relación...
-Ryuichiro, debemos dejar esto. Tú vuelves a Japón a ocupar el sitio que te corresponde...
-Volver a mi casa. Ya sabes que mis circunstancias no son las mejores... -La familia de Willy no tenía mucho dinero y él estudiaba gracias a préstamos y becas universitarias. Tenía dos hermanos pequeños que aún estaban en la escuela, por eso debía esforzarse y trabajar duro para devolverlos. -Sabes que puedes venir a Japón cuando quieras. Sabes que voy a estar esperándote... -¿De verdad, Ryuichiro? -El tono de Willy se había vuelto más serio. Ryuichiro se puso en alerta. -Tú y yo somos buenos amigos, hemos vivido experiencias y hemos disfrutado juntos... Pero es imposible llegar a ti. Puede que sea involuntario, pero tienes una barrera impenetrable a tu alrededor. Además, nunca me contaste nada sobre tu vida anterior a la llegada a casa de tus abuelos... ¿Y por qué no soportas que te acortemos el nombre? -Tal vez estoy tan dañado por dentro que no pueda dejar que los demás se me acerquen... O tal vez sólo sea un niño mimado que simplemente te haya utilizado como un pasatiempo. Willy no se creyó estas palabras. Había algo oscuro en Ryuichiro, un peso que cargaba sobre sus hombros, pero no podía forzarle a contárselo. -Bueno, de todas formas, seguiremos siendo amigos. Llámame si necesitas algo... Estaré ahí. -Lo mismo te digo.
A partir de ahí, la carrera de Willy fue en ascenso, hasta el punto de haber pagado lo que debía y plantearse montar un negocio, con la ayuda de varios socios, y desde luego, de Ryuichiro...
***
Era una noche de viernes como otra cualquiera. La jornada había terminado, los fines de semana normalmente no se trabajaba... Y en un apartamento del centro de Tokyo había un chico pensativo.
La idea de volver a América era bastante tentadora. Allí podría abrir su propio negocio, estaba Willy, que lo esperaba con los brazos abiertos... Y estaría lejos de Kaoru y de su amiga la mujer que invita.
Pero, por otra parte, en Japón estaban sus abuelos, que ya empezaban a hacerse mayores. Y además, aún tenía la posibilidad de hablarles sobre Kaoru y las circunstancias en las que se conocieron hacía tanto tiempo.
¿Por qué no lo hacía?
¿Qué sentido tenía para él seguir allí?
Izanami hacía poco que había llegado al departamento, y el ambiente allí terminó de estropearse. Cuando llegó Kaoru ya se notaba una especie de tensión entre él y Ryuichiro, y con la llegada de Izanami, se hizo más palpable.
No quiero saber nada más. Me voy al bar.
Ryuichiro se vistió delante del espejo. Le hubiera gustado hacer como cuando era más joven y vestirse todo de negro, pero tenía que ser más fuerte. Estaba por encima de ellos...
Acabó poniéndose una de sus camisas moradas, su color favorito, con unos vaqueros azul oscuro y unos zapatos negros con cordones. Cogió uma chaqueta y subió a su coche...
En uno de los bares de moda, una pareja estaba sentada en una de las mesas, conversando animadamente o eso parecía.
-Kaoru-kun... Ahora ya no estamos en el trabajo, ¿puedo llamarte así? -Kaoru asintió. -Me alegro de verte, hacía tanto tiempo, ¿cómo ha sido tu vida durante todos estos años?
-Normal. Estudié economía, me gradué y empecé a trabajar en editoriales, hasta llegar aquí.
-¿Economía? ¿Y terminaste en una editorial? Interesante...
Es una larga historia.
-Descubrí que se me daba mejor la edición de libros que los números.
-Bueno, de todas formas me alegro de volver a verte.
-Yo también. -Kaoru le dirigió algo parecido a una sonrisa.
-Kaoru-kun, ahora que estamos en confianza... ¿Estás casado o tienes pareja? No llevas anillo... -Kaoru se puso en alerta. Izanami era una mujer muy atractiva, pero él hacía tiempo que había tomado la decisión de no casarse. Aunque... A nadie le amargaba un dulce, y menos si era una mujer como aquella. Aún así, no quería saber nada de relaciones.
-Estoy soltero. -Izanami pareció alegrarse al oír aquello, pero Kaoru no tenía ganas de pararle los pies, y estaban en un bar, a la vista del público, Izanami no se le tiraría encima de buenas a primeras. O eso quería creer.
Ryuichiro aparcó cerca de un bar que se había vuelto famoso. Entró y se sentó en la barra, no quería beber demasiado pero necesitaba despejar su mente, cosa que no conseguiría si seguía encerrado en casa. Pidió un whisky y se quedó pensando en sus abuelos, el trabajo, Willy... Y Kaoru. Incluso oía su voz hablando animadamente, junto a la de una mujer... La tal Izanami alias mujer que invita o directamente víbora.
-Kaoru-kun, ¿te acuerdas de la última fiesta de fin de curso? Todas queríamos que nos hicieras un poco de caso...
-Me sorprende. ¿Tú también?
-Claro, ¿cómo no? -Izanami se acercó aún más a Kaoru, que notó el olor de su perfume. -Aún no entiendo por qué un hombre como tú no tiene pareja... -Kaoru se levantó inmediatamente. Izanami iba a besarlo e intentó manejar como pudo la situación.
-Voy a pagar esto. Es tarde, debemos irnos.
-De acuerdo. -Izanami se quedó un poco cortada, pero lo disimuló con una sonrisa radiante.
Kaoru se dirigía a la barra cuando algo llamó su atención. Un hombre sentado, con un vaso de whisky en la mano y unos ojos azules que destilaban odio puro. No era otro que Isaka Ryuichiro.
Lo que Kaoru no sabía, era que Izanami también lo había visto...
CONTINUARÁ