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El amigo de papá por Big Rabbit

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Notas del capitulo:

Vientos de tormenta (Estopa): https://www.youtube.com/watch?v=xmLVZOq7IFM 

 

Os presento en este capítulo... Los siete giros argumentales más perturbadores. Os ha hablado Big Rabbit y os deseo buenos días. 

CAPÍTULO 16: VIENTOS DE TORMENTA

 

Agitado, nervioso, el estado de ánimo de Isaka Ryuichiro era como el tiempo: tormentoso. La tormenta en el interior de Ryuichiro se había desatado al decirles al odioso de su jefe y a la maldita víbora que, según creía, iba a ser su esposa y posiblemente madre de su hijo, todo lo que pensaba de ellos, en medio de una crisis en la editorial.

Asahina intentó detenerlo, quería hablar con él, pero Ryuichiro se fue sin que nadie lograse detenerlo. No miró a nadie, no dijo nada, sólo corrió hasta cruzar las puertas principales de Publicaciones Onodera y sentirse libre...

Libre, y vacío. Mientras iba a pie hacia su apartamento no pensó en nada, y le llevó unos cuantos dias ser plenamente consciente de lo que había ocurrido. Había insultado a su jefe de la peor manera posible, se había marchado de la empresa de forma intempestiva... No podría volver, por muchos contactos que tuviese. Ni sus abuelos podrían solucionarlo.

Ryuichiro se arrepintió, con más fuerza que nunca, de no haberles hablado a sus abuelos sobre Kaoru. Tal vez, su situación sería muy diferente ahora. Porque lo que no haría por nada del mundo sería presentarse en la empresa y pedirle disculpas... Eso nunca.

Sólo le quedaba una unica opción. Había pasado cuatro días aislado del mundo, sin encender su móvil ni su ordenador, ni mucho menos comunicarse con nadie, pero tuvo que tomar una decisión. Encendió su móvil y vio incontables llamadas y mensajes, la mayoría de sus abuelos, ya contactaría más tarde con ellos. Ahora, quien más le interesaba era Willy. Willy y su oferta. Willy y la posibilidad de empezar de nuevo, libre de cargas...

-¿Willy? 
-¡Hola, Ryuichiro! ¿Qué tal? 
-Willy... acepto tu oferta. Me voy en el primer vuelo que consiga. 
-Ryu... ¿Te pasa algo? 
-No me llames así, y no me pasa nada. Tendrás noticias mías. -Ryuichiro colgó el teléfono. No tenía más deseos de hablar. Con el tiempo, tal vez.

El vuelo salía en tres días, el tiempo suficiente para empaquetar las pocas cosas que pensaba llevarse, y enfrentarse a sus abuelos. Los quería, y le dolía abandonarlos ahora que se estaban haciendo mayores, pero no veía otra solución.

Lo odio. Pero lo odio aún más porque nunca dejé de amarlo a pesar de él, a pesar de mí... Y ya no puedo permanecer más a su lado. Por eso, lo mejor es irme lejos.

Tres días después, Ryuichiro, con una maleta de ropa y otra que contenía sus libros más preciados, se presentaba a comer a casa de sus abuelos. Ellos lo recibieron sin reproche alguno, con su habitual cariño y amabilidad, y esperaron a la sobremesa para plantear el tema que les preocupaba.

-Vuelvo a América. -En el fondo, los ancianos intuían que Ryuichiro les diría eso, pero intentaron convencerlo igualmente. 
-Ryuichiro, hijo, sabes que puedes empezar de cero, en la editorial todos te recibirían con los brazos abiertos. Incluso Asah... Tu jefe en el fondo te aprecia y está dispuesto a olvidar lo ocurrido y tenerte de nuevo trabajando con él. 
-Ya no me siento a gusto allí. Además, ya he hablado con Willy. Voy a tomar un vuelo esta tarde. Lo siento...

Sus abuelos se miraron, consternados. No podían hacer nada más.

Poco después de mantener esa conversación, Ryuichiro se fue a la estación de trenes y tomó la línea que llevaba directamente al aeropuerto. Estaba lloviendo y amenazaba con tormenta...

Mientras tanto, en la mansión Isaka se presentó una visita inesperada. Alguien entró sin anunciarse y llegó hasta el salón, donde los ancianos aún hablaban sobre la partida de su nieto.

-¿Dónde está Ryu... ichiro? -El que preguntaba esto no era otro que Kaoru. 
-Se ha ido. Su vuelo sale en unas horas... -Kaoru quiso golpear el suelo con el pie o hacer algo peor , de tanta frustración. Otra vez llegaba tarde... 
-¿Cómo se ha ido? ¿Coche, tren, taxi? -Kaoru se veía frenético, nervioso, como si buscara algo. La señora Isaka lo miró atentamente y se le ocurrió algo. Una locura, pero tenía que intentarlo. 

-Joven, podría equivocarme, pero nuestro nieto es algo más que un simple subordinado para ti, ¿cierto? -Tanta preocupación no era normal, y Kaoru suspiró. 
-Sí. 
-Pues vete a buscarlo al aeropuerto . A lo mejor logras hacerlo cambiar de opinión, o a lo mejor no... Pero inténtalo hasta el final. -Sentenció la anciana.

Kaoru estaba a punto de irse, pero faltaba algo. Ryuichiro nunca les había hablado de él (y de lo mal que actuó) a sus abuelos... Podría olvidarlo y no mencionarlo, pero si quería un buen comienzo con ellos, debía sincerarse... Aunque eso significase perder a Ryuichiro. Por una vez, actuaría consecuentemente.

-No todo es tan fácil, señora Isaka. Ryuichiro no les ha contado todo... Hay algo que aún no saben. 
-Dime. 
-Yo conocí a Ryu... Cuando era joven y vivía con su padre. Yo creí todo lo que ese ser me dijo de él... Y no supe valorarlo, lo dejé escapar. 
Los dos ancianos, curiosos, escuchaban atentamente. 
-Cuéntanoslo todo. -Esta vez habló el señor. Kaoru les contó toda su historia, desde el principio, sin omitir ningún detalle. Las galletas, su primera vez, cuando no hizo nada por evitar que echasen a Ryu de su casa... Los ancianos se miraron, pensativos. Kaoru estaba a punto de echarse a llorar. 
-Y dices que intentaste encontrarlo... Normal que no pudieras, para entonces ya le cambiamos el apellido y lo enviamos fuera... Él sólo nos dijo sobre su padre después de mucho insistir, pero nunca nos habló de ti. -El señor empezaba a atar cabos. 
-Lo hiciste muy mal, hijo... Supongo que es comprensible, de alguna forma. A los dieciocho años todos somos inocentes en cierta parte. Pero estás dispuesto a arreglar tus errores. -Eso último fue una afirmación más que una pregunta. 
-Sí... ¡Sí! 
-Pues vete a buscarlo. Aún estás a tiempo. Vete al aeropuerto, tienes coche, ¿no? -Kaoru, al oír estas palabras, salió disparado de la casa y subió a su coche. Aunque el trayecto no era muy largo, puso la radio, pero sólo pensaba en llegar a tiempo. De repente, el programa musical se interrumpió bruscamente.

"Debemos interrumpir la emisión de este programa para dar una noticia de última hora. Un accidente que ha involucrado a un automóvil y a uno de los trenes con destino aeropuerto xxxxx... Carreteras cortadas en las zonas de xx... De momento no hay ningún muerto, las ambulancias están llegando..." 

Unas gotas de sudor frío recorrieron la espalda de Kaoru. Ryuichiro había cogido el tren con destino al aeropuerto... Pero había trenes cada media hora o menos, a lo mejor se habría salvado... Kaoru se aferró al volante, estaba llegando a la zona del accidente, ya acordonada. Aparcó donde pudo y se asomó, como uno de tantos curiosos. Al parecer un conductor inexperto se había metido por donde no debía, a causa del mal tiempo y la mala visión. Estaban llegando ambulancias... A lo lejos, Kaoru distinguió a un joven con una pierna doblada en una posición extraña, y que parecía haberse dado un buen golpe en la cabeza.

¡Ryu!

-No puede pasar de ahí. Las ambulancias están de camino. -El agente se plantó enfrente de Kaoru con aspecto amenazante. 
-Me da igual. -Kaoru, no menos amenazante, lo apartó y se coló dentro de la escena del accidente, corriendo hasta el joven que le había llamado la atención.

Ahí está la persona que amo...

*** 

Kaoru había subido a la ambulancia que llevó a Ryuichiro y a otra persona más al hospital más cercano. Ryuichiro presentaba un traumatismo craneoencefálico y una lesión en la pierna izquierda un tanto aparatosa que lo haría acudir a rehabilitación, pero no parecía estar grave. Ya era de noche, Kaoru había avisado al matrimonio Isaka, que acudió rápidamente al hospital, pero ya se habían ido. Kaoru los había convencido, él se quedaría cuidando de su Ryu. Ahora estaba durmiendo, tenía una expresión tan plácida... Le recordó a aquel lejano día en que se comieron las galletitas en forma de pingüino.

De pronto, sintió deseos de alargar una mano y tocarlo. Iba a hacerlo, pero Ryuichiro ya había abierto los ojos.

-Ryu... 
-¿Quién eres?

CONTINUARÁ

Notas finales:

Un día de estos me van a tirar piedras al balcón -corre a esconderse como un conejo- 

Es evidente que habrá más capítulos, aún estamos lejos del final. 


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