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El amigo de papá por Big Rabbit

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Notas del capitulo:

Hola, ¿alguien se acuerda de mí? Estuve hibernando cual Yokozawa... Bueno, da igual, aquí tenéis un nuevo capítulo, sé que os va a perturbar. :D

CAPÍTULO 18: TENGO MIEDO

Le dieron el alta médica un lunes. Después de casi una semana ingresado, poco podían hacer los médicos y enfermeras con Isaka Ryuichiro, pues aunque estaba bastante bien, seguía sin tener claros sus recuerdos, por lo que regresaría a su entorno familiar, asistiendo semanalmente al psiquiatra. Además, debido a una lesión en una de sus piernas, también necesitaría terapia de rehabilitación.

No volvía a su piso. Se instalaría en la mansión de sus abuelos, mucho más grande y espaciosa, donde podría moverse libremente, pero más lejos del centro de la ciudad. Alguien tendría que llevarlo en coche. El viaje planeado a los Estados Unidos había quedado olvidado.

Cuando recibió el alta, sus abuelos, contentos de tenerlo con ellos, fueron a buscarlo. Ryuichiro cojeaba un poco, parecía muy joven e indefenso pero estaba feliz de dejar el hospital.

-¿Lo tienes todo, Ryuichiro? El coche espera abajo.

El joven de ojos azul rey cogió sus pocas pertenencias y salió, ayudado por un bastón. Sus abuelos iban delante, no quería agobiarlos. En la mansión habría gente joven y competente que podría estar a su servicio. Imaginó que habrían llegado en el coche grande, conducido por Kubo, el chófer y hombre de confianza del señor Isaka.

Cuando salieron por la puerta principal, Ryuichiro reconoció el coche... Pero se llevó una sorpresa al ver a su conductor. No era otro que Asahina, el hombre inexpresivo que había ido a visitarlo, le había llevado galletitas y se autodenominaba su ángel de la guarda. ¿Habrían cambiado de chófer y no lo recordaba? Miró a sus abuelos con expresión interrogante. Contestó la señora, que parecía haberle tomado cierto cariño a Kaoru.

-Este joven quiso venir con nosotros a recogerte, y ocupó por un día el lugar de Kubo. Debo decir que es un excelente conductor...

Qué raro. Aún no acababa de entender por qué ese Asahina Kaoru se tomaba tantas molestias. Si no lo conocía... ¿O sí?

Aunque Ryuichiro, en su cabeza, se había montado una vida satisfactoria, en aquellos momentos de soledad, cuando tenía dolor de cabeza o soñaba algo extraño sentía que había muchas cosas que se le escapaban. ¿Cuándo había probado galletas en forma de pingüino? ¿Por qué soñaba con cuchillos escondidos en cajones? Y lo más importante, ¿por qué siempre le dolía la cabeza cuando estaba cerca del tal Asahina? Se propuso averiguarlo.

Comieron como una pequeña familia. El menú estaba compuesto por los platos favoritos de Ryuichiro, para celebrar su vuelta a casa. Kaoru los acompañó y aunque Ryuichiro lo disfrutó, estaba tan extrañado que apenas pronunció palabra. Se despidió con una excusa vaga y pasó el resto del día en su habitación. Los señores Isaka, por esta vez, lo disculparon. Estaría cansado, fastidiado. Mañana sería otro día.

Al día siguiente, Ryuichiro se levantó, después de haber dormido bastante mal, con la mente confusa y un mal presentimiento.


Desayunó solo, y nada más terminar, acudió a la biblioteca de la mansión. Sus abuelos querían hablar con él.

-Ryuichiro, supongo que sabrás que empiezas mañana con el psiquiatra y la rehabilitación. Las sesiones con el psiquiatra serán los miércoles por la mañana y te llevará Kubo. En cambio, la rehabilitación será lunes, miércoles y jueves por la tarde y te llevará Kaoru... Antes de que me repliques, parece un buen chico y se ofreció muy amablemente a hacerlo. ¿Qué nos dices? -No le habían dejado opción. Sí, los Isaka sabían ser implacables.

-Supongo que tendré que aceptar... No me queda de otra.

-Muy bien Ryuichiro. Descansa por hoy, te hará bien, hijo. Nos veremos en la comida. -Ryuichiro se fue. Odiaba sentirse así, sin tener nada que hacer, así que tomó el periódico que vio sobre la mesa de su abuelo, suponiendo que el anciano ya lo habría leído. El titular de la primera página atrajo de inmediato su atención.

"Sudou Kenji sale de la cárcel"

Sudou Kenji 

Sudou Kenji...

Ese nombre sonaba fuertemente en la confusa mente de Ryuichiro.

Sudou Kenji y Asahina Kaoru. ¿Qué tendrán que ver conmigo?

¿Por qué no me dejan en paz?

Demasiado tarde, los ancianos se dieron cuenta de que Ryuichiro había cogido el periódico. Y de su titular.

-No debería haberlo cogido. ¿No será muy bestia recuperar sus recuerdos de esa forma? 
-Tal vez sea para bien. No demos nada por hecho...

Otra vez, Ryuichiro pasó la tarde metido en su habitación, sin dejar de pensar en aquellos dos nombres, unidos de alguna manera que no podía comprender...

Estaba en una habitación pequeña y oscura, de un piso pequeño y oscuro. Acababa de tener su primera experiencia sexual y estaba enamorado. Enamorado de aquella manera en que sólo puede estarlo um adolescente. Quería reír, llorar, gritar su amor a los cuatro vientos. Su pareja lo estaba abrazando, juntos en la cama...

De repente entró alguien. Un hombre aún joven, con expresión triunfante, como alguien que ha descubierto algo que no debía...

-Vaya, vaya. Así que por eso me evitabas. 
-¡No es lo que parece! Estamos enamorados... 
-¿De verdad? Porque a mí me parece que lo engatusaste... Igual que a mi colega el catedrático. 
-¡Eso no es verdad! ¡No es verdad y lo sabes...! ¡Kaoru...!

Un chico joven parado. Observando la escena, sin decir palabra. Un chico aún más joven, gritando, a punto de llorar. Un hombre algo mayor que ellos con gesto cruel, diciendo cosas horribles, hirientes...

Kaoru... Yo te quiero...

¡Haz algo!

Inexpresivo...

-Recoge tus cosas y vete.

No puede ser

-Vete de mi casa. Tienes una hora.

Ryuichiro despertó empapado en sudor frío. Le costó poco tiempo comprender que el chico que lloraba era él mismo, que el que lo había echado de casa era su padre biológico y el joven que observaba impasible la escena era Asahina Kaoru.

Recuperé la memoria. ¿Y ahora, qué hago?

Más perdido que nunca en la vida, ahora ya no podía acudir a sus abuelos en busca de soluciones a sus problemas, ya que nunca les contó sobre Kaoru y éste parecía haberse ganado su confianza.

Si fuera otra persona, pensaría estar en una película de terror. Cálmate, Ryuichiro, eres un hombre capaz e inteligente. Debe haber algo que puedas hacer...

Miró el reloj. Eran las cuatro de la mañana. Ya no podría volverse a dormir, pero tenía mucho tiempo para pensar en un plan.

###

Procuró mostrar su mejor cara, desayunó bien e incluso les hizo un par de bromas a sus abuelos. Nadie debía sospechar nada.

-Recuerda que Kubo te espera para tu cita con el psiquiatra. Y por la tarde, vendrá Kaoru a recogerte... 
-Gracias, abuela. Nos vemos...

El viaje no fue muy largo. Le habían buscado un psiquiatra muy joven, pero muy bueno. Kusama Nowaki terminó sus estudios un año antes de lo normal, eso decía mucho de sus capacidades, y era el tipo de persona a quien uno le confiaría incluso sus secretos más oscuros. Y su juventud y aspecto no eran ningún problema, al contrario. Con su altura, su cabello negro, ojos azules y eterna sonrisa, parecía una estrella de cine, pero llegaría a ser un gran profesional, si es que aún no lo era.

-¿Isaka Ryuichiro? -El aludido asintió. -Pase. 
Ryuichiro entró en la consulta privada. 
-Buenos días. Cuénteme... 
-Doctor... Necesito su ayuda.

CONTINUARÁ

Notas finales:

Hoy subiré dos nuevos one shots aparte del capítulo, uno sobre los adorables Suzuki y Twinkle y el otro sobre cuando Takano-san se volvió emo. 

Disfrutad la lectura. 


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