Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El amigo de papá por Big Rabbit

[Reviews - 26]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola 

CAPÍTULO 5: GALLETAS EN FORMA DE PINGÜINO

Kaoru actuó por su cuenta. Después de sus exámenes y de la información que le había dado el profesor,se aseguró de que éste no se encontrase en casa el día que fuese a ver a Ryu.

Lo logró un martes de enero, a media tarde se presentó en el piso donde vivían los Sudou con una caja de unas extrañas galletas en forma de pingüino.

-Mi padre no está. -Lo recibió un Ryu con el ceño fruncido, sin gafas y con ropa negra, se había quitado ya el uniforme escolar. 
-Lo sé. -Kaoru no cayó en las provocaciones de Ryu y entró en el piso sin problemas. A pesar del carácter desafiante de Ryu, éste no era muy alto y además estaba muy delgado, Kaoru era muy superior a él en fuerza física. -He traído unas galletas nuevas, ¿puedes preparar té? 
-Bueno. -Ryu se fue a la cocina. Por su manera de moverse en aquella habitación, Kaoru dedujo que era un joven acostumbrado a cocinar y hacer otras tareas de la casa.

Ryu ya tenía el té listo, sirvió un par de vasos y se sentó enfrente de Kaoru, que había puesto las galletas en un plato. 
-¿Son galletas en forma de... pingüino? 
-Sí, me parecieron divertidas. 
-Cuando era pequeño, los pingüinos eran mis animales preferidos... -Maldita sea, pensé en voz alta... Ojalá Asahina no lo haya oído. Kaoru sí lo había oído y se descubrió sonriendo, ese muchacho no podía ser malo, incluso le parecía tierno.

Ryu cogió una galleta y se la comió con gusto. 
-¿Por qué has venido? ¿Qué quieres saber de mí? 
-He venido para ayudarte. Quiero que me cuentes cosas sobre ti, aunque parezcan tonterías. Piensa en mí como si fuese una especie de hermano mayor. 
-Ah, bueno, ya sabes mi nombre. Mi color favorito es el morado, mi cumpleaños es el 28 de enero, me gustan los pingüinos... 
-Está bien, pero yo me refería a otra cosa. Me gustaría que me contaras cómo ha sido la vida con tu padre. 
-Te ha enviado él, ¿verdad?

Maldición, es listo.

-No, he venido por iniciativa propia. Pero realmente me gustaría que te desahogases conmigo. 
-No sé si debería hacerlo... La vida junto a mi padre ha sido un infierno. -Kaoru no habló, sólo le hizo una señal para que siguiese hablando. -Pasé mis primeros cinco años de vida con mis abuelos. Mi padre era un estudiante universitario y no se podía hacer cargo de mí. Cuando consiguió trabajo nos fuimos a vivir aquí, yo estaba siempre con alguna canguro pero podía visitar a mis abuelos. Mi padre trabajaba mucho y en casa no me hacía mucho caso... Cuando cumplí diez años, ya había aprendido a no molestar. Papá era aún joven y tenía derecho a disfrutar de la vida. No nos llevábamos muy bien, pero me planté y le dije que no necesitaba más canguros. Aceptó, pero seguía sin hacerme caso. Lo asumí y continué visitando a mis abuelos, pero cuando entré en el instituto, unas semanas después del inicio del curso, ellos murieron en un accidente de tráfico. Ahora sí estaba solo. Sabía que mi padre no se llevaba bien con ellos, los había oído hablar de mí... Mis abuelos le decían a mi padre que era mejor que yo viviese con ellos ya que él no se hacía cargo de mí, y él les contestaba que me habían mimado demasiado... 
-Sigue. Tenenos tiempo. -Asahina estaba tranquilo. Lo que Ryu contaba parecía bastante lógico. Ryu por su parte, cogió otra galleta y bebió un largo trago de té, como para darse ánimos a sí mismo. 
-No sé si debería contarte esto... Nunca se lo dije a nadie. -Ryu seguía con el ceño fruncido y había bajado un poco la cabeza, ocultando la expresión de sus ojos. 
-Te he dicho que me vieras como un hermano mayor, como tu confidente si quieres. -Ryu vaciló. Abrió la boca, volvió a cerrarla, pero finalmente se animó a hablar. 
-Yo acababa de cumplir catorce años. Era enero, como ahora, y desde hacía unos pocos meses mi padre había llevado a algunos de sus amigos a casa, los invitaba a cenar, y en ocasiones a pasar la noche. Yo nunca estaba presente en esas cenas. Ese día mi padre llegó todo cargado, yo ya no pensaba en celebrar mi cumpleaños ya que nunca lo habíamos hecho, pero me llamó y dijo: 
-Ryu, ven a cenar ahora y luego te metes en tu cuarto. Va a venir un colega mío, un catedrático de la universidad a cenar y no quiero que vayas molestando por ahí. 
-Vale. -Cené rápido y me encerré en mi habitación. Llegó el profesor Himuro, y les oí hablar a mi padre y a él. Yo me quedé dormido leyendo, y lo siguiente que recuerdo fue que alguien abrió la puerta de mi habitación... -Ryu palideció. Sus ojos seguían estando ocultos y Asahina estaba preparado para escuchar cualquier cosa. -Vi cómo entraba un tipo de mediana edad, visiblemente borracho. Intenté llamarle la atención, pero no me hizo caso. 
-Oiga, salga de aquí. Se ha equivocado... 
-Vaya, vaya. Qué tenemos aquí... Un lindo jovencito, tal como a mí me gustan... 
-Váyase. 
-Y pensar que Sudou me ha ocultado la existencia de esta joyita... Dime, ¿también te lo tiras? 
-¿Qué dice? Váyase de una vez. 
-Jajaja, ya hablaré con Sudou mañana... Pero ahora que te he encontrado, ¡déjame disfrutar de ti! -Aquel tipo no sabía lo que hacía, apestaba a alcohol y mientras hablaba, me había arrinconado en la habitación y estaba a punto de arrojarme a la cama y hacerme lo que quisiera... Y yo recordé algo. Me dirigí a uno de los cajones de mi mesita de noche, y saqué de allí unas pequeñas tijeras. 
-Largo de aquí. -Dije, mostrándolas. -O lo próximo será un cuchillo de cocina. 
-No sé qué vas a hacer con eso. Tú sólo calla y obedece... -Yo estaba muy nervioso y acabé clavándole las tijeras en el brazo. Al ver la herida, se levantó y me susurró que esto no quedaría así.

La mañana siguiente, mi padre me sacó a la fuerza de la habitación. 
-¿Cómo te has atrevido a hacerle eso al profesor Himuro? 
-¿Qué? 
-A primera hora de la mañana ha salido de casa extremadamente nervioso, diciendo que tú te le insinuaste, y que al rechazarte lo amenazaste con un cuchillo. ¿Cómo has podido hacer eso? ¿Sabes el lío en el que me has metido? ¡Eres un...!

A partir de ahí, ya no quise explicar nada. Mi padre ya tenía su propia versión de los hechos y no podría hacer nada para cambiarla, así que me limité a decirle que me dejara en paz, y lo cumplió. Después de este incidente, ya conoces el resto. Mi mala actitud, mi pelo, mi ropa negra y mis malas compañías... Ah sí, cogí un cuchillo de la cocina y lo escondí en mi habitación. Para estar seguro, y eso.

Asahina estaba impactado. No se esperaba una historia tan dura. Ryu lo había pasado realmente mal, y tal vez Sudou Kenji no fuese tan buen padre como lo había hecho creer. Pero ahora debía desviar la atención de Ryu hacia otras cosas. Empezó a hablar de un tema interesante.

-Me dijiste que de pequeño te gustaban los pingüinos, ¿cierto? 
-Sí, eran mis animales favoritos. 
-¿Sabías que los pingüinos son monógamos? Es decir, que eligen una pareja para toda la vida? -Ryu estaba escuchando asombrado. -Por eso se cree que son el símbolo del romanticismo. 
Cuando un pingüino macho se enamora de un pingüino hembra, busca la piedra perfecta en toda la playa para regalársela. Cuando finalmente la encuentra, él se inclina y coloca la piedra justo frente a ella. Si ella toma la piedra, significa que acepta la propuesta...

Ryu miró su reloj.

-Todo esto que estás contando es muy interesante, pero se ha hecho bastante tarde, y creo que deberías irte. 
-Volveré otro día. 
-Muchas gracias por las galletas de pingüino y... Gracias por escucharme.

Dijo las últimas palabras en un tono tan serio que Kaoru se giró hacia él, entonces Ryu aprovechó para cogerlo de la camisa y unir sus labios en un beso.

CONTINUARÁ

Notas finales:

¡Pingüinos para todos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).