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El amigo de papá por Big Rabbit

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Notas del capitulo:

Hola

CAPÍTULO 7: UN BONITO DÍA DE MIERDA

Había llegado la primavera. El sol brillaba y en una de las mejores editoriales de Tokyo un joven empezaba su jornada de trabajo con una sonrisa contagiosa estampada en su cara.

-Buenos días, Isaka-kun. 
-¡Buenos días! 
-¡Vaya, cuánta energía! ¿Por qué siempre pareces estar de buen humor?

El joven castaño de aspecto relajado que acababa de entrar en la oficina sonrió y le guiñó un ojo a la chica que le había preguntado. Se quedó un momento pensativo mientras encendía su ordenador portátil. Ya habían pasado diez años... Y la vida le había cambiado para bien.

Ahora se llamaba Isaka Ryuichiro y nunca volvió a referirse a sí mismo como Ryu. Ahora era un apuesto y talentoso joven de veintisiete años, y llevaba más de tres trabajando en Publicaciones Onodera, la editorial más importante de Japón.

Diez años antes...

Ryuichiro había llegado a esa zona equipado con una mochila y un papel en la mano. Sabía que se lo estaba jugando todo a una sola carta, pero ¿qué mas daba? Era su última oportunidad. Y ya no tenía nada más que perder. Su padre lo había echado de casa y Kaoru lo había traicionado de la peor manera...

Antes de llamar, se aseguró de lo que llevaba escrito en el papel que llevaba en la mano. Un nombre conocido, seguido de un apellido y una dirección.

Llamó a la puerta de la casa, y unos segundos después le abrió una mujer algo mayor que lo miró con desconfianza. Era lógico. 
-¿Sí? 
-Busco la residencia Isaka, ¿es ésta? 
-Sí, es aquí. Soy la señora de la casa... ¿Qué quieres? 
-Me llamo Ryu... ichiro. He llegado aquí por este papel... -Le tendió el papel que llevaba en la mano a la señora, que leyó con atención y luego preguntó en un tono demandante: 
-¿Qué tienes que ver tú con Chiyuki? ¿Sabes donde está? ¿Acaso... Te ha enviado ella? 
-Mi madre se llamaba Chiyuki... 
-¿Se llamaba? 
-Ya no está. Murió cuando nací yo. 
-Así que eres el hijo de Chiyuki... Debí suponerlo, ahora que te miro con más atención veo el parecido, aunque seas un chico... -La señora se quedó pensativa un momento. -Pasa, Ryuichiro. Tenemos que hablar de muchas cosas.

####

Así empezó la relación de Ryu con sus abuelos maternos, los señores Isaka. Éstos eran un matrimonio jubilado en buena situación, que habían trabajado como abogados del famoso grupo Usami, pero al tener éxito en su profesión decidieron probar otros negocios y acabaron comprando acciones en la editorial de los Onodera, otra familia con la que solían alternar. Los señores Isaka se tomaron bastante mal la noticia de que su hija, Chiyuki, quedase embarazada de un don nadie como Sudou Kenji, y le dieron la espalda. Con el tiempo, se arrepintieron e intentaron localizarla. Demasiado tarde. Nunca la encontraron viva. Pero, cuando ya se habían resignado, la vida les había dado una segunda oportunidad en la persona de Ryuichiro, aquel jovencito tan parecido a su difunta madre.

Lo aceptaron enseguida. Le cambiaron su apellido por el de ellos, Isaka, le procuraron una buena educación en un prestigioso instituto privado de Tokyo y una carrera universitaria en el extranjero, y cuando Ryuichiro la terminó (junto con sus prácticas), entró directamente como editor literario en Publicaciones Onodera, la editorial anteriormente mencionada, presidida por Onodera Souji, aunque los Isaka tenían mano dentro de la misma, gracias a las acciones qu habían comprado. Los primeros días de trabajo de Ryuichiro no estuvieron exentos de rumores. Lógico, nadie sabía de su existencia, y aunque sus abuelos hubiesen intentado protegerlo, llegaría el día en el que Ryuichiro se enfrentase al mundo... de nuevo.

Se acabó el cabello teñido de colores, la ropa negra, la mala actitud y el estilo de vida desordenado. Ahora Ryuichiro, a los 27 años, había logrado una respetable estatura de 1,75 metros, y aunque seguía siendo delgado, su aspecto era más saludable. También ayudaba el que hubiera cambiado su eterno ceño fruncido por una sonrisa contagiosa, y se hubiese operado de la vista. Ahora se veían claramente sus hermosos ojos azul rey, que hacían un bonito contraste con el tono natural de su cabello, castaño. Últimamente se lo había dejado un poco largo, pero le gustaba. Solía llevar jerséis azules o morados, sus tonos favoritos, combinados con pantalón vaquero y bufandas de colores, pero sabía lucir como nadie un traje formal cuando la ocasión lo requería.

Respecto a su vida personal, Ryuichiro se propuso olvidar ese lapso de su vida que iba desde los cinco años hasta los dieciséis, y casi podría decir que lo había logrado. A veces se preguntaba qué estaría haciendo su padre, si seguiría con Kaoru, o llevando a gente a su piso... Pero pronto dejaba de pensar en eso. Su padre no lo quería, y había aprendido a vivir con ello. Y Kaoru... Mejor no pensar demasiado en eso.

Mientras estudiaba, decidió vivir nuevas experiencias y entabló varias relaciones, una llegó a ir en serio, pero ante el regreso de Ryu a Japón decidieron dejarlo. De todas formas, seguían siendo buenos amigos.

En el trabajo, le iba muy bien. En su departamento tenía amigos, en especial una chica algo más joven que él, una editora pelirroja llamada Aikawa Eri que se encargaba de las obras de un importante escritor revelación, un tal Usami Akihiko, al que Ryu también había conocido y le gustaba molestarlo.

No todo fue un camino de rosas en la vida de Ryu, ya que tuvo que sincerarse con sus abuelos y contarles sobre su orientación sexual y su mala vida, ante la amenaza de un posible embarazo o de alguna enfermedad de transmisión sexual. Fueron días muy tensos en la residencia Isaka, pero al final todo quedó en un susto. Después de hacerse las correspondientes pruebas, se confirmó que Ryu estaba sano, y ni rastro de embarazo.

Mejor así. No soportaría criar al hijo de ese... que sale con mi padre.

No quería pensar en aquellos días. En la traición de Kaoru y en el desprecio de su padre... A eso ya estaba acostumbrado, pero lo primero hubiera sido un golpe definitivo para él de no ser por sus abuelos, que le dieron cariño, una educación excelente y una familia. Debía estarles agradecido y la mejor forma era conseguir ser un hombre de bien y olvidar todo aquello.

Por eso intentó destacarse en todo lo que hacía, hasta conseguir ser el mejor editor de literatura de aquella editorial, y uno de los posibles candidatos al puesto de jefe...

Ryuichiro empezó a hacer su trabajo con alegría y sentido del humor. A su lado, Aikawa se tiraba de los pelos mientras balbuceaba cosas incomprensibles.

-Ahhhh... Nohedormidoporculpadeunodiosoescritor... Nosabequéeslapuntualidad... ElpuñeteroUsamimeestárobandolajuventud...

-Tranquila, Aikawa. La próxima vez iremos los dos y lo meteremos en cintura. -Ryuichiro intentó animarla. -Voy a por un café, ¿quieres?

Al volver de la máquina de cafe, en el departamento del literatura estaba el señor Onodera junto a un hombre desconocido vestido de traje.

-¡Ah, Isaka! Te estábamos esperando. Os he traído a la persona que será, a partir de hoy, el nuevo jefe de este departamento.

-Mi nombre es Asahina Kaoru y estaré encantado de trabajar con ustedes...

¿Asahina Kaoru? No lo habré oído bien...

Ryuichiro, sonriendo falsamente, levantó la mirada para observar al tipo trajeado que les estaba hablando sobre la importancia de trabajar en equipo y dentro de los plazos.

El mismo físico imponente. Bueno, aún mejor. Y el traje le sentaba cómo un guante...

El mismo impecable cabello castaño claro.

Los mismos ojos castaños.

La misma inexpresividad.

Asahina Kaoru

El magnífico día... se había ido a la mierda.

CONTINUARÁ

Notas finales:

N/a: a partir de ahora podemos dejar de llorar para pasar a llorar de la risa o de lo malo que es. Ahora empezaremos con clichés y topicazos varios...


Cuando empecé con esta historia, pensaba en una comedia del estilo "papá e hijo quieren al mismo chico", y una competencia sana entre Ryu y su papá. Pero, en cambio, salió un drama de collons y hemos tenido que sacar pañuelos. Ahora ya estoy pensando en lo que vendrá a partir de aquí, acepto ideas, sugerencias y algún tomatazo...


¡Pingüinos para todos!


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