CAPÍTULO 8: MI MUNDO ES UN DESASTRE
Qué día tan horrible. Nunca le había pasado hasta ahora, pero Ryuichiro se descubrió mirando el reloj, contando cuántos minutos faltaban para irse a casa.
Y todo por un motivo. El recién estrenado jefe Asahina Kaoru.
Según le habían contado, Asahina poseía un currículo aún mejor que el de él. Aunque no había estudiado fuera, se había graduado en Economía como el primero de su promoción y, no se sabía por qué, había intentado probar suerte en el mundo editorial.
Como casi todos los recién graduados, empezó en uma editorial pequeña, donde su talento se hizo visible casi al momento. Por eso, casi fue inevitable que decidiese probar suerte en una editorial tan prestigiosa como Onodera.
Encontrarse a Kaoru como su jefe directo había sido un duro golpe para Ryuichiro, pero tenía que ocultarlo... En sus conversaciones con sus abuelos nunca mencionó su nombre. Sólo les dijo, después de mucho insistir y a grandes rasgos, la manera tan peculiar que tenía su padre de cuidarlo, y los Isaka, con muchos contactos, esperaron que se diera la ocasión perfecta para hundir la imagen pública del profesor Sudou y del catedrático que intentó abusar de Ryu.
No se supo más de ellos. Posiblemente acabaran en la cárcel, tuviesen que huir precipitadamente del país para evitarla o se dieron al alcohol y murieron en una cuneta devorados por las ratas.
Pero nunca quiso mencionar a Kaoru y ahora se arrepentía, tendría que aguantarlo durante mucho tiempo.
No quería levantarse de la cama. No cuando sabía lo que le esperaba... Se duchó y se arregló con desgana, y entró en la oficina arrastrando los pies.
-Buenos días, Isaka-kun.
-Buenosdíasss... -Masculló sin mirar a nadie.
-Isaka-kun, qué raro verte de esa forma. ¿No eras tú el que siempre le ponía al mal tiempo buena cara?
-Un mal día... O una mala temporada.
El jefe entró en la oficina y se sentó en su mesa.
-Buenos días. -Todos lo saludaron de vuelta, menos Ryuichiro, que lo miraba con una expresión completamente vacía. Kaoru lo ignoró y se puso a trabajar.
-Como os dije ayer, acabo de llegar, y me gustaría saber cómo van con sus autores, aunque me pasaron una lista. Tengo entendido que Aikawa Eri, de este departamento, es la editora de Usami Akihiko, el escritor revelación.
-Sí, señor.
-Ya conozco su impuntualidad... ¿Necesitas ayuda?
-Bueno... La verdad es que no es fácil trabajar con él.
-Bien. De momento te acompañará Fujikawa. -Señaló a un editor de unos treinta años con gafas, sentado enfrente de Ryuichiro.
-No me parece bien... -Dijo éste ultimo.
-¿He oído algo? Dime, Isaka.
-Dije que no estoy de acuerdo.
-¿Y por qué?
-Yo personalmente conozco a Akih... Usami-sensei desde hace bastante y sabría cómo tratarlo para que cumpliese sus plazos...
-Bueno... Es interesante saberlo. Pero considero que mis editores deben aprender a tratar con toda clase de autores y sus diferentes personalidades... Por lo tanto, tú trabajarás con Yoshioka.
Boom. Eso era casi un castigo. Los libros de Yoshioka eran tan malos que el editor que en ese momento estuviera a cargo de ellos debía hacer toda clase de inventos para que, por lo menos, vendieran lo suficiente para mantenerse en la editorial.
No era que esa autora no tuviese imaginación. Era sólo que sus múltiples faltas de ortografía junto con sus errores en la trama convertían el editar y publicar uno de sus libros en una gran aventura. Por suerte, estaba mejorando... Pero Ryuichiro presentía que a Kaoru no le gustaba que le llevasen la contraria. Y menos siendo jefe...
Voy a sufrir...
-Sigo sin estar de acuerdo. -La expresión de Ryuichiro era de todo menos alegre. Hasta se podía decir que miraba a su jefe con odio.
-Isaka, está bien que expreses tu opinión. Pero, yo sé lo que hago cuando os asigno nuevos autores. Ya me han informado de cómo trabajáis. Ésta es mi decisión, y la próxima vez, me gustaría que me expresaras tu opinión con más respeto. El que tengas contactos en esta editorial y conozcas a algún autor no te da derecho a cuestionar mis órdenes.
Ryuichiro se sintió humillado, tal como cuando era joven... ¿Tanto le había marcado lo que vivió de joven? ¿Nunca podría ser feliz? No, era por esa persona...
Tú no mereces ningún respeto.
-Si no le importa, ¿puedo retirarme? No me siento bien. -Y era en parte verdad. La rabia y el odio acumulados le hacían sentir ganas de vomitar. Mientras tanto, el resto de editores miraban asombrados la escena. Ryuichiro nunca se había comportado de esa forma, ¿qué le ocurriría?
*****
Más tarde, Ryuichiro descansaba en su piso. Vivía solo desde que terminó sus estudios, pero se reunía muchas veces con sus abuelos.
Esa noche lo llamaron para cenar, sus abuelos querían hablar con él. Ryuichiro se cambió y se dirigió hasta la casa en su coche.
Esa noche también estaba invitado a cenar el matrimonio Onodera, visiblemente alegre. Por lo que Ryu entendió, éstos tenían un hijo, varios años más joven que él, que llevaba muchos años estudiando en Londres, y ahora que estaba a punto de graduarse, tenían la esperanza de que volviera...
-Sí, cuando tenía 15 vino de un día para otro exigiendo estudiar fuera, y no se lo negamos... Al fin y al cabo, ya teníamos esa idea, pero nos hubiera gustado esperar por lo menos a empezar la universidad...
-Ryuichiro, hijo, buenas noches, ¿Te sientes mejor?
-Buenas noches abuelo, abuela, señores... Sí, ya estoy mejor.
La cena fue sencilla pero agradable, y se habló sobre varios temas. Hasta llegar al que Ryuichiro más odiaba.
-Dime, Ryuichiro-kun, ¿cómo os ha ido con Asahina?
Fatal. Lo odio tanto que he tenido que irme.
El señor Onodera siguió hablando.
-¿Sabes? Te iba a proponer a ti como editor en jefe, pero yo no hago esas cosas en base a los estudios o currículo de cada uno. Son excelentes los de ambos, pero sinceramente creo que Asahina está más capacitado, debido a su carácter. Él es más calmado y tranquilo que tú y le resultará más fácil lidiar con editores y autores rebeldes.
Eso es cierto. Es tan calmado que vio cómo me echaban de casa sin mover un solo pelo.
-Es verdad, Ryuichiro. -Secundó su abuelo. -Tú eres más nervioso, tu carácter es más explosivo... Además yo pienso que estás hecho para otras cosas... Como crear tu propio negocio y no ser toda la vida un simple editor, por ejemplo...
No sé si alegrarme o disgustarme.
***
Un mes después...
-Enhorabuena, Isaka. Este mes Yoshioka-sensei ha entrado en el Top 5 de ventas. Gracias por el duro trabajo.
-Bueno, la verdad es que está mejorando.
-Creo que os va bien trabajar juntos. Seguirás a su cargo, por ahora.
Boom. Maldito seas mil veces...
Ryuichiro volvió a sonreír en la oficina, lo hacía continuamente con todos... Menos con su jefe. A Asahina siempre le mostraba su peor cara. Y éste empezó a notarlo.
¿Por qué parece odiarme tanto?
CONTINUARÁ