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Te odio, te amo por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marvel Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fanfic lo hice solo y únicamente como diversión.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark.

Aclaraciones y advertencia: Romance, algo de Ooc, omegaverse y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

Beta Reader:

 

Resumen: Tony se ofrece a casarse para que el reino Místico se una a la alianza conocida como los Vengadores, siendo un omega mayor, sus oportunidades de tener una familia son casi nulas, está podría ser su última oportunidad de ser feliz, aunque viva en un matrimonio sin amor, pero tal vez su nueva vida le dé más libertad de la que soñó jamás.

 

—f

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Te odio, te amo

 

 

Capítulo 11.- Cuando el ave cante…

 

 

[… Cuando era niño, su madre alfa lo llevó a visitar el reino Skrull, un país cuya gente tenían la apariencia de reptiles humanoides, pero con la habilidad de cambiar de aspecto convirtiéndolos en espías imparables; su gobernante era el alfa Talos, un rey justo y amable con sus súbditos, pero despiadado con sus enemigos.

Stephen quedó impresionado con lo bien que su madre se llevaba con la familia real Skrull, principalmente con Talos con quien tenía una relación que le hacía creer que eran hermanos, al menos de nombre.

 

—Pequeña lagartija —le dijo Stephanie mientras acariciaba los cabellos de su hijo —. Recuerda, Talos y su gente pueden parecer monstruos terribles, pero si logras su confianza serán capaces de morir por ti. Tú debes ser igual.

—¿Ellos confían en mí? —su madre asintió. Sus ojos brillantes de emoción. Él la miró confundido —¿Por qué?

—Porque eres hijo de dos grandes mujeres —respondió Talos cruzándose de brazos —, si heredaste si quiera un poco de ellas, estoy seguro que no solo serás un gran rey… también un gran hombre.]

 

Stephen abrió los ojos; una solitaria lágrima escapó recorriendo su mejilla. La raza Skrull había sido diezmada por los Kree, quienes en algún momento fueron aliados de Dormmamu, antes de ser eliminados por las huestes oscuras.

Cuando Stephanie lloró desconsolada al enterarse de lo sucedido con Talos y su gente; fue la primera vez que él y su hermano Víctor o cualquier otra persona (fuera de Ancestral), la vieron tan frágil.

 

La guerra inició después de eso. Stephen aun lo recordaba bien; Ancestral acababa de dar a luz a su hermana menor, el ser más hermoso que había visto hasta conocer a Peter y por supuesto, a Tony…

 

—Excelencia —Stephen levantó la mirada; frente a él se encontraba una mujer alta, usaba ropas ligeras que a penas y cubrían su pecho e intimidad; estaba descalza y con el cuerpo pintado de blanco, llevaba media máscara de color rojo, el ojo visible tenía la esclerótica azul y la pupila dorada.

 

Strange y la dama, un miembro de la orden “Los ojos de los Vishanti”, se encontraban en una amplia habitación con una pequeña cascada que daba a una especie de piscina de aguas termales. Stephen se encontraba bajo del chorro tibio.

 

Antes de que cualquier miembro de la familia real pudiera ascender al trono, debía pasar por diferentes procesos, el primero era purificar su cuerpo y aclarar su mente, después, se le presentaría una reliquia sagrada, si ésta lo aceptaba, debía llevarla durante su asunción al trono; debía aceptar la lealtad de los Generales y la corte, momento en que cualquiera podría retar al heredero, si eso no sucedía o ganaba el duelo, se le entregaría un huevo con los colores representativos del anterior monarca, si los Vishanti lo consideraban digno (a), el ave Nisei, nacía e inmediatamente comenzaría a cantar tres veces: Coronado (a).

 

—Es hora —dijo la mujer. Stephen asintió; salió de la corriente de agua. Llevaba una bata blanca de tela tan delgada que se pegaba a su cuerpo como una segunda piel. —¿Cómo se encuentra? —preguntó ella cuando el alfa se le acercó.

—Estoy reviviendo recuerdos —ella asintió al tiempo que rodeaba a Stephen, examinándolo.

—Normal. Su pasado debe hacer las paces con su presente, pero no se preocupe los flashes de recuerdos se detendrán después de unos días.

 

 

 

 

Tony observó confundido a la gente a su alrededor. Se encontraban en un hermoso palacio a los pies de una gran montaña; Pepper, quien estaba con él desde que su alfa se fue para prepararse para su coronación; le contó que era el monte Vishanti, donde se decía, nació Agamotto I, el primer rey verdadero.

Los presentes estaban divididos en grupos; según Peter, representaban al reino mismo: el pueblo, los “Enviados Celestiales” (una especie de nobleza), el Clero (o lo más parecido a lo que Tony pensaba), y la familia real.

 

Stark había esperado estar a solas con su hijo en el área destinada a la realeza, después de todo Stephen y Ancestral no tenían más familiares que él y Peter, pero tal parecía que no era así. Usando los colores y diseños reservados únicamente para la familia real; se encontraba un hombre anciano ostentando una hermosa túnica roja y dorada, en su espalda el emblema del reino bordado en hilo de oro, algo realmente extraño pues hasta el momento Tony solo había visto personas de mayor edad entre los sirvientes sin magia.

 

—Él es Yao, hermano de la reina Ancestral, aunque es mayor que su alteza, es un hijo ilegitimo —explicó Pepper.

 

El rey Shin, El Terrible había tenido hijos fuera del matrimonio a los que mataba tan pronto se enteraba de su existencia. Él fue el primero en “rescatar” niños (principalmente omegas), de los mundos “Barbaros” pero perdió la bendición de los Vishanti cuando comenzó a abusar de todos los infantes que caían en sus manos.

 

Si un gobernante perdía la Bendición, contraía el Shisudo, que también era conocida como El gran mal, un padecimiento que afectaba a los soberanos que eran crueles con su gente y que iban en contra de las sagradas leyes divinas. Al estar el reino conectado con su monarca; los primeros signos se presentaban en desastres naturales, después hambruna y ataque de demonios, si no corregía sus errores su cuerpo se veía afectado por horribles llagas purulentas con un pestilente olor. Si nadie se levantaba en su contra, moriría luego de un año de terribles dolores que usualmente lo hacían mas cruel con el pueblo.

Ancestral tenía tan solo 16 años cuando su padre perdió la Bendición, y por amor a su pueblo, se enfrentó a él. La batalla fue feroz, sin embargo, el cielo y la tierra favorecieron a la joven princesa, como los padres hacen con sus amados hijos. Al ganar, los mismos Vishanti la coronaron como reina.

 

—¡Abuelo! —el pequeño grito de Peter hizo que Tony y Pepper terminaran su conversación abruptamente. El anciano se acercó a ellos con el niño en brazos, miró a Stark y sonrió.

—Le saludo, alteza, príncipe Yao —dijo la beta haciendo una reverencia. El hombre agradeció el gesto.

—Jovencita, por favor deja a mi adorable sobrino nieto y al futuro rey consorte a mi cuidado —Pepper asintió con la cabeza, hizo una ultima reverencia antes de marcharse para unirse a los otros sirvientes.

—Alteza —dijo el omega, el hombre le sonrió, afable. Ahora con la cercanía, se daba cuenta que el hermano de Ancestral era un alfa —. Creo que no nos conocemos, soy Anthony Stark, el…

—Se quien eres jovencito —lo interrumpió al tiempo que tomaba asiento al lado del omega y acomodaba a Peter en sus piernas —. Provienes de las tierras Bárbaras. “Una joya entre joyas” —agregó sonriendo al recordar las palabras de quien fuera tan importante en su vida —. Yo soy Yao, hermano de su alteza ilustrísima, Ancestral, hija del cielo y de la tierra, un humilde sacerdote de la orden de la diosa Oshtur, la omnisciente.

—Temo que me encuentro en desventaja —dijo Tony —. Hasta ahora no creí que mi esposo y suegra tuvieran más familia.

 

Yao sonrió, comprensivo.

 

—Soy un hijo ilegitimo de la corona. No tengo derechos y los pocos que tenía, yo mismo los rechacé —comentó mirando el trono con cierta nostalgia; añorando a quien hasta hace poco ocupaba ese lugar —. La única razón por la que estoy aquí, mancillando las ropas reservadas solo a la familia real… es porque le prometí a su Majestad Ancestral y a la reina Stephanie que estaría con el príncipe Stephen en las buenas y las malas.

 

Tony guardó silencio. No esperaba una respuesta así.

 

—Cuando su Alteza haga su aparición, debes aguardar a que tome su legitimo lugar en el trono, una vez hecho, tú y Peter deben acercarse, hacer una reverencia antes de posarse a cada lado de él; el rey o la reina consorte siempre debe estar del lado derecho —explicó el hombre.

 

 

 

 

[… las suaves risas de niños resonaban en la habitación. Stephen observaba por encima de su libro a su hermano jugar con su madre alfa desde el amplio sillón.

Donna de tres años, peinaba los largos cabezos dorados de su mamá omega.

 

Se respiraba una paz que hacía dudar al niño que en las fronteras del reino se estuviera desatando una guerra; los conflictos con Darkness eran comunes, incluso antes de que Ancestral subiera al trono, sin embargo, la guerra se desató después de que los Skrull fueron masacrados y Dormammu comenzara a apoderarse de las tierras bárbaras, además de otros reinos, tal era el caso de Attilan, un país vasto y rico recursos y cultura. El rey Agon y su esposa Rynda habían sido asesinados por su menor hijo Maximus quien intentó tomar el trono sin éxito, pues su hermano mayor Black Bolt logró derrotarle y exiliarlo.

 

La agradable escena familiar fue interrumpida por la llegada de un hombre alto, de largos cabellos y barba cobriza; usaba una túnica violeta y blanca con el símbolo de Oshutur en la espalda.

 

—Saludos altezas. Soles del Imperio —su madre Ancestral le sonrió con cariño, acercándose a él con Donna en brazos. En respuesta, el hombre hizo una reverencia pronunciada.

—Yao. Querido hermano, te he dicho que no es necesario tanta formalidad entre nosotros. Somos familia —él agradecía desde lo más profundo de su corazón, el cariño de su manada, sin embargo, no se sentía digno de sus afectos.

 

Yao siempre fue así, distante, pero al mismo tiempo cálido y sobre todo leal. Stephen había presenciado como su tío usó su energía vital y magia con desesperación para intentar salvar la vida de Victor y Donna, sin éxito; observó al hombre envejecido suplicar el perdón de Ancestral, como incluso rogó por que le asesinara por su falta.

 

“Hiciste lo que pudiste hermano mío, pero sí en verdad quieres redimirte… cuida de Stephen, se el apoyo que necesite en caso de que Stephanie o yo no estemos más con él…”

 

Y Yao cumplió su promesa].

 

Una capa roja se encontraba frente a él, la tela parecía tener vida propia, pues se movía de un lado a otro, examinando a Stephen hasta que simplemente se apoyó en sus hombros y le acarició las mejillas.

 

—La reliquia le ha aceptado —dijo un hombre de apariencia parecida a la mujer que lo acompañó durante el ritual de purificación. —Los Vishanti están complacidos con usted.

 

Stephen asintió con la cabeza; cerró los ojos, dio un largo suspiro antes de dirigir sus pasos a la sala del trono donde ya todos se encontraban congregados.

 

Era hora.

 

 

Las grandes puertas se abrieron permitiendo a los presentes dar un primer vistazo del futuro rey. Stephen usaba una túnicade largas mangas de color azul oscuro, pantalones y botas haciendo juego. Su cintura estaba adornada con cintos de piel y sobre su pecho descansaba el “Ojo de Agamotto”, pero lo que realmente sorprendió a los presentes fue ver la capa roja ondeando detrás de él.

 

La Capa de Levitación, era la reliquia y articulo mágico más importante en el reino; un símbolo de poder que muy pocos reyes habían tenido el honor de usar, tenerla era sin duda un símbolo de buena fortuna. Con ella, nadie se atrevería a dudar de su derecho a gobernar.

 

Stephen caminó por el pasillo hasta llegar al gran trono en forma de dragón que una vez le perteneció a Ancestral. Aguardó unos segundos. Casi podía sentir a sus madres y hermanos mirándolo desde el pulpito. Sonrió. Esperaba ser un buen rey.

 

Se sentó en el trono, inmediatamente “Los ojos de los Vihsnti” se acercaron para poner una corona que parecía una especie de tocado sobre su cabeza. Enseguida, le entregaron un huevo petrificado que al contacto con sus manos comenzó a brillar hasta cegar a los presentes cuando la luz desapareció una hermosa ave mezcla entre grulla y pavorreal apareció, su plumaje era de color azul, rojo y pequeñas tonalidades de verde.

 

—¡Coronado, coronado! —gritó el ave Nisei solo cantaba dos veces en su vida, la primera cuando un nuevo rey ascendía al trono y la segunda al morir éste.

 

 

Con nacimiento del ave Nisei y la coronación de Stephen muchas cosas cambiaron. Los territorios que comenzaban a resentir la ausencia de Ancestral, pronto se estabilizarían, los pocos efectos climáticos existentes se detuvieron tan pronto como el nuevo rey era coronado.

 

El reino entero se sumió en alegría y tristeza embargó a la gente por partes iguales; habían perdido a su amada soberana pero ahora el príncipe que admiraban era quien tomaba su lugar; quizás Dormammu y su hueste maligna aun amenazaba la paz, pero por un momento, se permitirían ser felices.

 

 

 

 

Tony observó con cierta nostalgia el paisaje desde su ventana. Después de la coronación, se habían mudado al palacio principal, de eso hace casi un mes. Al principio Stephen había estado reacio a utilizar las habitaciones que una vez les pertenecieron a sus madres, pero al final tuvieron que hacerlo pues era lo que se esperaba de la pareja real.

 

El invierno había llegado al reino, cubriendo principalmente a la capital y el norte con su manto blanco. A Stark, el paisaje le recordaba al reino de Brooklyn en la misma época. Cerró los ojos, pronto sería Navidad, se preguntó si Stephen y su gente también la celebraban o si tendrían alguna festividad parecida, aunque… con lo sucedido con Ancestral, dudaba mucho que existieran ganas de festejar.

 

—¿Te sucede algo? —cuestionó el rey abrazando a su omega por la espalda. —No deberías estar tan cerca de la ventana hace frío afuera y no llevas más que un camisón delgado. Te vas a enfermar —Tony sonrió ante la preocupación del alfa.

—No sucede nada y si te quedas conmigo no tendré frío —Tony sonrió mientras que Stephen lo hacía contra su cuello. En los últimos días se habían estado comportando como un par de adolescentes enamorados y eso hacía que el omega sintiera su corazón ligero.

—Debemos vestirnos, hoy es la reunión con los gobernantes de Mar-Vell y de Attilan; Dormammu ha estado inactivo en las últimas semanas y debemos aprovechar para recuperar fuerzas.

 

Tony asintió con la cabeza. Hace poco se había enterado que existían más reinos de los que había creído; no comprendía del todo, pero al parecer el reino Místico no era el único que existía a parte de los “países bárbaros”.

 

El mundo se dividía en dos enormes extensiones de tierra, en una habitaban los reinos humanos y separados de estos gracias a las enormes montañas y el mismo mar vacío, estaban los países antiguos, ellos mismo se hacían llamar.

 

El continente Egos, estaba dividido en 12 reinos principales y algunas tribus (la mayoría ahora destruidos), de los que destacaba Hydra, Wakanda, Asgard, Brookyn y por supuesto, la tribu araña. Sus habitantes compartían costumbres similares a lo que se refiere a las castas; los alfas dominaban, los betas eran personas con pocos derechos, mientras que los omegas eran vistos como poco más que simple ganado cuyo único propósito era complacer a los alfas.

En contraste en el continente Ether, se consideraba que ninguna casta era mejor que otra, aunque sí que eran xenofóbicos con los habitantes de Egos, a quienes consideraban barbaros. La mayoría vivía en armonía con la naturaleza y poseían habilidades que los humanos no tenían; en el reino Místico, la magia, los Skroll eran cambia formas, los Kree eran feroces máquinas de guerra, en Mar-Vell sus habitantes podían volar, además de la super fuerza y algunos, como su reina, tenía la capacidad de absorber y lanzar energía, los habitantes de Attilan poseían diferentes habilidades, ninguno era como el anterior, la gente de Darkness eran demonios que poseían poderes mágicos oscuros. Existían otros reinos más, algunos habían ya desaparecido a causa de Dormammu y su ambición.

 

 

—¿Has pensado en la alianza Avengers? —Stephen frunció el ceño. No muy contento con la mención de esos humanos, en especial el recuerdo de Steve.

—Hablaremos después de eso —dijo separándose ligeramente de su pareja —por ahora, centrémonos en proteger a la gente de Ether.

 

No era la respuesta que Tony quería escuchar, pero sí la que esperaba después de todo, para Stephen, los Avengers eran los responsables de la muerte de Ancestral (y para ser sincero, tenía razón), aun así, no creía justo que personas inocentes pagaran por los pecados de sus incompetentes gobernantes. Suspiró, esperaba poder convencer al alfa de ayudarlos.

 

 

 

Continuará…

 

 

….

 

 

Bueno, hasta aquí el capítulo. Nos leemos en el siguiente capítulo. ¡Felices fiestas!

 


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