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Te odio, te amo por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marvel Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fanfic lo hice solo y únicamente como diversión.
Personajes: Dr. Strange/Tony Stark.
Aclaraciones y advertencia: Romance, algo de Ooc, omegaverse y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

Lector Beta:

Resumen: Tony se ofrece a casarse para que el reino Místico se una a la alianza conocida como los Vengadores, siendo un omega mayor, sus oportunidades de tener una familia son casi nulas, está podría ser su última oportunidad de ser feliz, aunque viva en un matrimonio sin amor, pero tal vez su nueva vida le dé más libertad de la que soñó jamás.

-F

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

Te odio, te amo

 

Capítulo 17.- Nacimiento parte III

 

Los dolores del parto comenzaron la tarde del día anterior, dando tiempo a los líderes de la alianza, miembros de la manada para reunirse y recibir al nuevo miembro de la familia real de Místico, aunque, por supuesto, no eran los únicos reunidos en tan feliz ocasión, la mayoría de los gobernantes de Ether también se encontraban ahí.
Steven observó a los desconocidos con cierta reticencia; eran alfas, al menos la mayoría de ellos; hablaban entre sí en un idioma demasiado extraño. Frunció el ceño, molesto. Stephen, el bastardo alfa que le quitó a su omega, no se encontraba por ningún lado.

Incluso en Egos, los alfas permanecían cerca mientras su pareja daba a luz a su descendencia; pero aquel monstruo ni siquiera tenía la amabilidad de presentarse.
Los pensamientos de Steve se vieron interrumpidos por una pequeña comitiva integrada por cinco personas, encabezada por un hombre anciano, esta persona en particular descoloco a Rogers; era el primer anciano que veía en ese reino. Había creído (como todos) que los habitantes de Místico mataban a los viejos al ser una carga para la sociedad; no los juzgaba, muchos en Egos hacían lo mismo, estando en guerra, se necesitaba de individuos que proveyeran y las personas de mayor edad solo consumían recursos preciosos y poco o nada aportaban.

—¡Abuelo! —exclamó Peter antes de abrazar la pierna del anciano, quien se apresuró a cargar al niño.
—Es bueno verlo, Alteza —dijo el anciano, antes de dirigirse al grupo de reyes ajenos a los Vengadores. —El sacerdote Yao saluda a sus majestades y que los Vishanti iluminen su camino.
—Y a ti, noble sacerdote —habló Carol. Black Bolt hizo unas señas con las manos y Yao asintió con la cabeza.
—Así es, Majestad, nosotros hemos sido honrados con tan importante trabajo.

Yao bajó a Peter, hizo una reverencia a los reyes de Egos y procedió a continuar su camino a la puerta que los separaba de Tony y su labor de parto.
El anciano tocó la puerta y ésta se abrió dejando ver a una mujer omega que lucía cansada.

—Saludos, Excelencias, disculpen a esta humilde galena por no recibirlos como lo merecen —hizo una inclinación. Yao le restó importancia al asunto y el quinteto ingresó en la habitación antes de cerrar la puerta.

Natasha hizo un gesto de desagrado, mismo que fue imitado por Elektra y T'Challa.

—Una omega… —susurró Elektra con repulsión —, ¿sanadora? ¡Blasfemia!

Los soberanos de Ether fruncieron el ceño. ¿Quién se creía que era esa mujer? Estaban en un momento sagrado, intimo, al que se les había brindado el privilegio de asistir. Yondu estuvo a punto de enfrentarla, pero fue detenido por Black Bolt que, a base de señas, le dio a entender que no valía la pena empañar tan memorable día, por simples ignorantes. Víctor se dio cuenta y decidió hablar.

—¿Dónde está el rey Stephen?
—Adentro —respondió Wanda. En Ether, acostumbraban acompañar a sus parejas en el momento del parto; compartir el dolor del alumbramiento atreves de un ritual mágico dirigido por sacerdotes.

«Si los dos disfrutaron del proceso de reproducción, era justo que ambos compartieran el sufrimiento de la concepción».

Fueron casi dos horas antes de que los sacerdotes emergieran nuevamente; grandes sonrisas iluminaban sus rostros.

—¡Tenemos una princesa! —exclamó uno de los acompañantes de Yao. Usaba una túnica de color azul.
—¡Un Kirin! —exclamó un segundo. Los presentes; habitantes de Ether estallaron en algarabía, confundiendo a los Vengadores.

Los sacerdotes, no solo estaban presentes en los nacimientos para ayudar a las parejas a compartir la carga del alumbramiento, también estaban para revelar la segunda escénica del bebé.

—¿En verdad?, ¡un kirin! —exclamo Yondu con alegría. No solo la familia real de Místico tenía un nuevo miembro; Ether había sido bendecido con un ser que se consideraba sagrado en todas las culturas del continente. Era maravilloso.

Los únicos privilegiados de tener dos naturalezas (humanoide y bestia), eran los habitantes de Místico y entre ellos existían algunos que se consideraban sagrados o legendarios; entre ellos, los más raros eran los dragones, que solo nacían entre los miembros de la familia real o quienes fuesen descendientes de alguna rama, quizás ya extinta de la línea de Agamotto, más escasos que ellos eran los Wendigos y Fénix, pero aún más raro eran los Kirin; en toda la historia del reino, habían nacido tan solo dos, Cale, esposo de Choi Ha (hijo de Agamotto), y la misma Stephanie, madre alfa del actual rey.

 

Los Dragones eran poderosos, se les consideraba los reyes entre las bestias.
Los Wendigos, considerados los más místicos y misteriosos. Aquellos que nacían con esta segunda naturaleza; poseían habilidades sobre la vida y la muerte, siendo la mayoría de ellos, Nigromantes.
En contraste, los Fénix eran sabios, amables; con poderes que quizás rivalizaban con el de los Dragones. Aquellos a quienes entregaran su corazón, serían bendecidos con buena fortuna y prosperidad. Tenían la cualidad de resucitar, pero si su amor fallecía, estos se entregaban a una larga y agonía hasta que la muerte los reclamara.
Los Kirin, por su parte, tenían afinidad con los elementos. Se creía que ellos eran de buen augurio para el reino. Líderes natos y guerreros ágiles.

Esa noche se celebró un gran banquete en honor al nacimiento de la primera princesa del reino, la familia real no estuvo presente, para molestia de la mayoría de los Vengadores quienes consideraban una falta de respeto el que Stephen no los recibiera como merecían.
Era costumbre en Ether, que los padres y cachorros mayores permanecieran el primer día y noche, a solas con el nuevo bebé; el padre debía mantener guardia y atender a su manada; durante ese período, no podría comer, beber o dormir, por otro lado, la madre (o gestante), permanecía en cama, solo moviéndose para alimentar al recién nacido. Los hijos mayores (de existir), permanecían en el lecho, ayudando al cuidado del infante.

—¡Es hermosa! —exclamó Peter. La bebé se encontraba en brazos de Tony mientras la alimentaba. El omega asintió, aun sumergido en su felicidad.
—Lo es —dijo Tony antes de besar la cabeza de su hija.
La bebé era regordeta, su piel enrojecida, arrugada (como todos los recién nacidos), pero para el omega, era el ser más hermoso en la tierra.
—¿Cómo te sientes? —le preguntó Stephen al tiempo que colocaba una bandeja con comida en las piernas de su pareja. Retiró a la bebé para permitir que pudiera comer.
—Yo debería preguntarte eso —Stephen había tomado todo el dolor y cansancio de Tony, dejando solo un adormecimiento y cansancio.
—Estoy bien —le aseguró —la poción que el tío Yao me dio, me ha ayudado mucho, y mi magia se encargó de lo demás.
—No era necesario que lo tomaras todo —Stephen se acercó para besar a Tony en los labios.
—Es lo menos que puedo hacer por todo el dolor que te causé.

Tony sonrió.

—Acuéstate con nosotros —el alfa asintió; se acomodó al lado de Tony, pasó el brazo por la espalda del omega, para acurrucarlo en su regazo, mientras este sostenía a la bebé.
—Papá, ¿cómo llamaran a mi hermanita? —ambos adultos se miraron.

Los habitantes de Místico tenían tres nombres, el primero dado por quien los dio a luz, el segundo por el por el padre y el tercero era otorgado por el templo al cumplir la mayoría de edad.

Tony ya sabía el nombre de su hija, Astina, mientras que Stephen escogió el de su hermana fallecida: Donna.

 

 

Tony y Stephen presentaron a su hija dos días después, primero con los otros reyes de Ether «a quienes Stark les tomó cariño con facilidad», después al reino y por último a los Vengadores «más por obligación que por deseo». Steve odió a la bebé tan solo verla.

Astina Donna «nombre ridículo», tenía los malditos ojos de su padre alfa, la pelusa que coronaba su cabeza de un horrible color pajoso (por los cuadros de Ancestral, heredado de ella), en su frente tenía una marca de nacimiento en forma de estrella.

—¿Es normal que tenga eso en la frente? —el tono despectivo de Steve no pasó desapercibido para los gobernantes de Ether, en espacial para Stephen, pero por fortuna Tony no lo captó, demasiado absorto en su hija.
—Solo es su cuerno. Los kirin los tienen —respondió Yondu con el ceño fruncido; trataba de comprender por qué le permitían a ese hombre estar cerca de Tony y Astina.
—Cuando sea mayor aprenderá a ocultarlo —Stark había estado investigando desde que supo de su embarazo.

Cuando la “especie” de Stephen eran bebés, mantenían rasgos visibles de su segunda naturaleza que podían ser alas, cuernos, garras colmillos o hasta pelaje. Tony aun recordaba las platicas que tuvo con su alfa sobre lo adorable que seguro era de pequeño. Esa tarde, vio a su esposo sonrojarse por primera vez, fue una vista tan tierna que quedó grabada en sus memorias. Esperaba poder crear más recuerdos hermosos en compañía de su alfa e hijos.

 

Continuará…

 

 

Este capítulo me salió un poco como relleno, pero espero les gustara, y ya la pequeña Astina ha nacido.

En fin, nos leemos en el siguiente capítulo. Saludos.


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