POV Levi.
Después de que Erwin estacionara el auto en el estacionamiento del colegio, nos adentramos en el lugar, llegando algo tarde, pero no me preocupo por eso ya que como teníamos hora libre podíamos llegar a esa hora, y como todos los días las miradas de todos no se hicieron esperar, en especial la penetrante mirada nada disimulada de las chicas, rodé los ojos con fastidio era lo mismo todos los mendigos días. La única persona que desearía me viera de ese modo en este preciso instante a de odiarme. Un suspiro escapo de mis labios, aun no contesta mis mensajes, apuesto a que parezco un acosador.
-¿Qué acabas de hacer? –La irritante voz de Erwin me saca de mis pensamientos, lo mire con una ceja enarcada. – ¿Acabas de suspirar? Y además ¡¿Desilusionado?!
-Ese no es problema tuyo. –Le respondí cortante.
-Oye~ no seas así~ soy tú amigo debes contarme todo. –Comenzó a canturrear, logrando que una venita palpitando en mi frente.
-Ya ¿podrías callarte? Atraes atención indeseada. –Murmure entre dientes, y este arqueo una de sus enormes cejas, rodé los ojos y apunte disimuladamente hacia las personas que nos miraban con interés, tratando de descifrar que era de lo que estábamos hablando.
-Ooh~ -Erwin sonríe nerviosamente al entender la situación, siempre era lo mismo.
-Ackerman. –Luego escucho la voz del entrenador, y al ver de dónde provenía, pude darme cuenta de que este se encontraba saliendo de la sala de profesores, estaba haciéndome señas para que me acercara, así que me acerque junto a Erwin. –Necesito que me hagas un favor. –Avisa una vez estuvimos cerca de él, yo solo arquee una de mis cejas. –Me surgió una gran emergencia, así que necesito que des la clase de educación física de noveno “B” ¿podrías hacerlo?
-No le daré clases a un montón de mocosos. –Le respondí, dándome cuenta de que mi acompañante me fulminaba con la mirada.
-Solo será por hoy, además no es como si te fueras a morir por darle clases a esos chicos. –Dice y yo negué con la cabeza, dando a entender que seguía rechazando su oferta. –Por favor. –Su tono era suplicante, pero aun así seguí negando con la cabeza. –Podrás hacer con ellos lo que quieras. –Ofrece, logrando que soltara un suspiro, en verdad no se va a rendir.
-Suena tentador, pero mi respuesta es-
-Sí, aceptamos. –Erwin me interrumpe, sonriendo de oreja a oreja, eso no era lo que iba a decir.
-¡Genial! Iré a avisarle a los chicos. –Dice para irse por su lado, dejándome solo con mi acompañante, quien sonreía como un verdadero idiota.
-Aprende a disimular zopenco. –Le recrimine a mi acompañante con evidente molestia, era más que obvio que acepto solamente porque en esa sección estudiaba su novio trapito.
-No me vas a negar que también estas emocionado. –Responde Erwin en un canturreo.
-¿Emocionado? ¿Por qué? –Pregunte con cierto tono irónico en mi voz.
-Ah ya sabes, chicas y chicos lindos, deberías salir con alguien, porque se nota que el de la cafetería no resulto ser lo que buscabas. –Una venita palpitante apareció en mi frente ante ese comentario.
-Cierra la boca. –Ordene entre dientes con enojo, y mi acompañante al notar esto mantuvo silencio, pero con una sonrisa arrogante en su rostro.
Mientras íbamos caminando por los pasillos, pude ver a Eren, quien guardaba sus cosas en su casillero, tal vez molestarlo me alegre el día, así que camine a paso algo apresurado para quedar más delante de él, este no me noto ya que estaba muy distraído. Así que aprovechando que estaba sumergido en su mundo, puse mi pie en medio de su camino logrando que este tropezara.
-Deberías aprender a ver por donde caminas. –Le dije en tono algo burlón, recibiendo la mirada desaprobatoria de Erwin, pero no me esperaba la respuesta de este.
-S-Sí. –Responde para levantarse velozmente e irse a yo no sé donde, dejándome con un enorme signo de interrogación encima de mi cabeza, ¿Qué acababa de pasar? Moleste a Eren y este ni siquiera se molesto en confrontarme, eso es extraño.
-Déjalo en paz Levi, deberías aprender a dejar el pasado atrás. –Dice el idiota del cejotas logrando hacerme enfadar.
-Tú no digas nada que querías molestarlo el día que fui a detención. –Le recrimine con molestia.
-Solo lo hice porque estaba muy cercano con Armin. –Responde en un puchero infantil.
-Ves, y hablas de dejar el pasado atrás. –Este al escuchar mis palabras se quedo mudo.
-Touche. –Dice totalmente derrotado.
Llegamos a la cancha en donde se encontraba el entrenador dándoles la fatídica noticia a los alumnas, porque yo no estoy feliz de darles educación física. Una vez el entrenador abandono la escena, me tuve que aguantar los quejidos de todos esos flojos.
-¡Oi, oi! –Alce la voz, llamando la atención de los presentes. – Hagan silencio o les daré una verdadera razón para quejarse. –Amenace con el ceño fruncido y todos cerraron la boca, aterrados, que bien se siente ser temido. –Levanten sus traseros de allí que comenzamos. –Dije, y al ver que no reaccionaban les lance una mirada asesina. – ¡Ahora! –Alce un poco la voz y todos acataron la orden.
Los alumnos se levantaron de las gradas a paso apresurado quedando en la cancha, formados de manera vertical, uno al lado de otro como si de soldados se tratase. Luego comencé a caminar en frente de ellos, de manera amenazante.
-Escuchen bien porque no lo repetiré dos veces. –Dije de manera autoritaria. –Sí por casualidad, alguien no haga las cosas como digo o se atreva a cuestionarme, todos pagaran las consecuencias, así que procuren no quejarse o detenerse si quieren que su vida social siga a flote. – Me detuve en frente de Eren, desafiándolo con la mirada, pero no obtuve lo que esperaba, mis pupilas se dilataron levemente ante esto. –Erwin inicia con el calentamiento. –Ordene para dirigirme a las gradas, dejando al susodicho a cargo.
Mientras pasaba el calentamiento, pude ver como Erwin se acercaba de manera nada disimulada a su trapito, “explicándole” como hacer correctamente los calentamientos, por Dios, él no era el único que hacia los calentamientos de manera incorrecta, pero el cejotas no desaprovechaba la oportunidad, negué con la cabeza al ver eso.
Saque mi celular del bolsillo de mi pantalón para revisar si tenía algún mensaje de Axel, pero nada, no había respondido, suspire pesadamente, esta situación me está poniendo algo ansioso.
(……)
Ha pasado una semana, una semana en la cual no he sabido nada de Axel, le he escrito un motón de mensajes, pero nada que este responde, me resigne ayer, cuando después de buscarlo exhaustivamente no lo encontré.
Estaba entrenando junto a los demás del equipo, totalmente sumergido en mi mundo.
-¡Levi! –Luego un balón casi cae en mi rostro, si no es porque Erwin me saco del camino antes de que el balón pudiera tocarme estaría en la enfermería, ya que choco contra el suelo con mucha fuerza. – ¿Qué te pasa? Has estado demasiado distraído estos últimos días.
-No me pasa nada. –Respondí cortante, pero luego el silbato del entrenador resonó por el lugar.
-¡Ackerman! Ven acá. –Ordena el entrenador, y yo solo me limite a obedecerle y caminar hacia donde se encontraba él. Una vez cerca, este me miro negando con la cabeza. – ¿Qué es lo que te ocurre? Nunca te había visto tan distraído.
-Estoy bien, solo no dormí bien anoche. –Me excuse para evadir el tema.
-Muy bien, solo porque luces cansado dejare que te vayas temprano, pero que no vuelva a pasar. –Ordena de manera autoritaria, yo solo asentí en respuesta para buscar mis cosas e irme a la casa de los Jaeger.
Me despedí de los demás, para caminar por los pasillos, dirigiéndome a la salida del colegio algo pensativo, ¿en verdad voy a rendirme tan fácilmente? Pues supongo que así es mejor, ya que puede que él este enamorado de alguien más y por eso reacciono de esa forma. Un suspiro escapo de mis labios, para llegar a la puerta principal del colegio, saliendo del lugar, iba caminando a paso lento hacia la salida del lugar, una vez me encontré fuera completamente del colegio, mire por encima de mi hombro, hacia la derecha, encontrándome con la figura de Axel, estaba apoyando su espalda del muro del colegio, no había notado mi presencia así que se giro para caminar dándome la espalda, yo me quede atónito un par de segundos.
No podía creer lo que estaba viendo ¿esto es real? Aun así no me importa si es real o no, camine a paso apresurado para alcanzarlo, tomándolo del hombro delicadamente, este se sobresalto y se giro para mirarme.
-Axel. –Dije su nombre con la respiración algo entrecortada por el nerviosismo. –¿Qué haces aquí?
Díganme por favor que esto no es un sueño.