POV Eren.
Gracias a Dios pude esconderme en armario del conserje, porque si no, no podría vivir para contarlo, me senté encima de unas latas de pintura que había allí, olvidaba que dentro de poco tendremos que pintar el colegio. El sonido del timbre provoco que diera un brinco de donde me encontraba, suspire al darme cuenta de que solo era el pinche timbre indicando el cambio de hora. ¡Mierda! Llegare tarde ¡¿Qué hora es?! Busque como loco mi celular en el bolsillo de mi pantalón, para encontrarme con la desagradable sorpresa de que no estaba allí, me di una bofetada mental, debió haberse caído en algún lugar.
Salí rápidamente de mi escondite chocando con alguien nuevamente ¡¿Qué acaso hoy es el día de tropieza con Eren?! Mire de quien se trataba y era la misma persona con la cual había tropezado minutos atrás.
-¡Eres tú de nuevo! –Dijimos ambos a unisonó, luego nos miramos sorprendidos y sonreímos con nerviosismo. –Te estaba buscando. –Dice él siendo el primero en levantarse, para ayudarme levantarme de igual forma.
-¿Para qué? –Pregunte con una ceja enarcada una vez me levante. Luego observo que él me entrega mi celular, quise llorar de felicidad en ese momento. – ¡¿Acaso es un ángel?! –Tome mi teléfono con el rostro iluminado. –Gracias ¡Muchas gracias de verdad! –Le dije a punto de abrazarlo, pero me contuve.
-No es nada, pero deberías tener más cuidado con tus cosas. –Me advierte con una sonrisa divertida.
-Tendré más cuidado. –Asentí para ver mi teléfono y notar que tenía algunos mensajes de Levi y… ¡Era muy tarde para entrar a la clase de inglés! ¡La profesora va a matarme! –Debo irme… ehm… –Que maleducado soy olvide su nombre.
-Rhys. –Dijo este sonriendo divertido.
-¡Sí! ¡Te veo luego adiós! –Comencé a correr en dirección a mi salón, ojala la profesora de inglés no haya llegado.
Cuando entre al salón la profesora ya había comenzado la clase y al verme me lanzo una mirada asesina, mientras se cruzaba de brazos.
-Señor Jaeger. –Dice muy molesta. –Llegaste 7 minutos tarde a mi clase, espero que tenga una buena excusa.
-Es que tuve que ir a la enfermería.... –Comencé a inventar una excusa. –Porque me dio un fuerte dolor de cabeza. –Puse mi mejor cara de enfermo a punto de morir, la profesora soltó un bufido.
-Vaya a sentarse y no interrumpa la clase. –Asentí para sentarme en mi lugar, pero claro, con mucho miedo porque Armin estaba allí, no me miraba lo que me pareció muy extraño ¿Ocultara un arma para matarme? Bueno eso sería exagerado, pero no hay que descartar esa idea.
Me senté con mis manos entre mis piernas, mientras aguantaba la respiración, ahora no tenía escapatoria ¡Armin me matara! Pero pude ver que estaba algo… ¿Deprimido? Enarque una de mis cejas me acerque a mi amigo algo dudoso.
-¿A-Armin? –Dije su nombre bajito para que la profesora no nos llamara la atención. Pero este me miro y no dijo nada, solo volvió a mirar a otro lugar como si fuese un muerto. Un gran signo de interrogación apareció encima de mi cabeza, hace unos pocos minutos parecía que él me quería matar y ahora anda con esa cara de muerto. –Hey, ¿qué te pasa? –Pregunte colocando mi mano en su hombro.
-Erwin… –Dijo en un susurro, yo seguía igual de confundido ¿Acaso ese idiota lastimo a Armin? Ahora conocería quien es Eren Jaeger.
-¿Qué sucede con él? –Pregunte sintiendo la depresión de Armin sobre mí.
-Terminamos. –Dijo lo último con voz quebrada y se tiro sobre su mesa, cubriendo su rostro entre sus brazos.
-Voy a matar a ese imbécil. –Dije entre dientes, dispuesto a ir a buscar a Erwin, no me importa que sea el doble de mi tamaño, pero pagaría por lo que le hizo a Armin.
-No hagas eso. –Dice este tomándome del brazo. –No fue algo intencional. –Enarque mis cejas confundido. –Su padre nos descubrió y lo obligo a terminar conmigo. –Mis ojos se abrieron de par en par. –Me lo dijo cuando toco el cambio de hora. –Explica igual de deprimido.
-Armin- –Trate de decir, pero el rubio me interrumpió.
-No sé qué hacer Eren, no quiero perderlo. –Dijo con un hilo de voz, mientras en su rostro se notaba que se había estado tragando las lágrimas.
-Todo se resolverá. –Dije abrazándolo ocultando su rostro en mi pecho para que nadie notara que estaba sollozando. –Nunca antes había tratado con un amigo en esta situación ¡¿Qué debería hacer?! –Lloré internamente, ya mi vida es demasiado complicada con lo de Axel, y ahora me surge un amigo al cual consolar, esto sin duda es un castigo divino.
POV Levi.
-¿Cuándo piensas contestar? –Pensé algo molesto al ver que Axel había visto los mensajes, pero no contestaba, deje escapar un bufido, para guardar nuevamente mi celular en mi bolsillo, ya estoy lo suficientemente molesto con lo de Rhys para seguir mortificándome.
-Levi. –Me llama la castaña con cierto tono serio, cosa que me sorprendió, es difícil hacer que Hanji sea seria en algo.
-¿Qué quieres? –Le respondí cortante.
-Mira a Erwin. –Enarque una ceja para mirar al rubio y notar que este se veía demacrado, peor que aquella vez en la cafetería.
-Se ve muy mal. –Comente viéndolo fijamente. –Que mal por él. –Dije restándole importancia, ganándome una mirada desaprobatoria de Hanji. –¿Qué quieres que haga? –Pregunte fastidiado.
-Eres su amigo, debes ir a ver que tiene. –Me regaña con el ceño fruncido.
-Tú también eres su amiga, idiota. –Contraataque fastidiado.
-Eso hice, pero no quiere contarme nada. –Me explico.
-¿Y qué te hace pensar que conmigo será diferente? –Dije sarcásticamente.
-Solo haz el intento, eso no te va a matar. –Ordena cruzándose de brazos.
-Está bien. –Me levante de mi asiento para dirigirme con Erwin, al lado de este se encontraba Mike, quien trataba de hablar con él, cosa que no consiguió. –Yo hablare con él, ve con Hanji.
-Si tú lo dices. –Mike se levanta de su asiento para irse a sentar junto a la castaña, ambos eran expectantes de lo que sea que fuera a ocurrir.
-Oye cejotas. –Lo llame, pero este soltó un gruñido. Mire a Hanji encogiéndome de hombros queriéndole decir “No quiere hablar”
-Sigue intentando. –Ordena en silencio, yo solo rodé los ojos con fastidio.
-Erwin. –Llame moviéndolo un poco, ya que se encontraba cubriendo su rostro entre sus brazos. –Puedes decirme lo que sucede. –Trate de sonar lo más amable posible. –Te voy a escuchar.
-Quiero estar solo. –Una venita palpitante apareció en cien ante la respuesta de Erwin, le di un fuerte golpe en la cabeza.
-Escucha pedazo de mierda, no ando de humor como para tener que estar atrás del trasero tuyo por una de tus rabietas, ahora mismo me vas a contar que pasa si no quieres que te haga hablar. –Amenace completamente enojado. Hanji golpeo su frente con la palma de su mano, mientras Mike comía frituras disfrutando la escena.
Erwin giro su cabeza en mi dirección, tenía los ojos hinchados y la nariz ruborizada. Se veía realmente mal. Era como ver a un perro grande moqueando, pero no a uno adorable, si no uno con sarna y maltratado, tal vez exagere.
-Te contare. –Dice de mala gana, pero con el mismo tono triste. –Mi padre descubrió mi relación Armin. –Mis ojos se abrieron por la impresión. –Entonces me dijo que terminara con él, pero me negué a hacerlo, me dijo que me sacaría del equipo, pero seguí negándome y le dije que no me importaba que me sacara del equipo que igual no dejaría a Armin, entonces él…–Observe como apretaba los puños. –Dijo que haría lo imposible para sacar a Armin del colegio y arruinaría su vida escolar. –No podía creer lo que me decía Erwin ¿Su padre era capaz de hacer esas cosas con tal de que él terminara con Armin? Al parecer sí. –Si dejaba a Armin él olvidaría el hecho de que hubo algo entre los dos. –Cubrió su rostro con una de sus manos, ocultando la rabia que sentía. –No tienes idea de las ganas que tengo de golpear a ese sujeto ahora mismo.
-Ya veo que tú padre resulto ser un homofóbico. –Este asintió para volver a su posición inicial más decaído que antes. –No sé qué mierda vamos a hacer, hemos estado teniendo muchos problemas, no quiero perder este año en las nacionales. –Suspire frustrado. –Erwin, no sé cómo vas a solucionar tus problemas, pero que esto no te afecte en el rendimiento al equipo, no podemos darnos el privilegio de perder ante el colegio rival, debemos seguir demostrándoles que seguimos siendo mejores que ellos. –Comente mirando a Erwin seriamente, este asintió, comprendía mi odio hacia aquel colegio. Pero después volvió a caer en su mar de sufrimiento. –Y respecto a lo de Armin. –Supongo que después de advertirle de aquella manera tan cortante, por lo menos tengo que darle un consejo. El rubio poso su atención en mi. –Te ayudare a conseguir algo que lo perjudique a él y con lo que puedas amenazarlo para que deje de usar a Armin en tú contra. –Le propuse y el estado de ánimo de este se volvió más alegre.
-¿Harías eso por mí? –Pregunta con un brillo en sus ojos.
-Sí. –Respondí ganándome un abrazo de este, cosa que me incomodo, pero no me opuse a esto. –Solo porque te veías patético.
-Siempre arruinas los buenos momentos. –Se separa de mí con el ceño fruncido. Observe que Hanji levantaba los dos pulgares en señal de que había hecho un buen trabajo. Mike comenzó a llorar como si hubiese visto el Titanic.
Luego mi teléfono comenzó a vibrar, lo saque de mi bolsillo, para ver que era un mensaje de Axel.
Axel: Lo siento por contestar tarde, estaba en clases.
Sonreí un poco aliviado. Luego llego otro mensaje.
Axel: También estoy ansioso.
¿Se podía ser más feliz? Quería ir besar a Axel, pero no podía hasta que llegara la hora de ir a la cita ¡Pinches clases terminen rápido!
(….)
Cuando llego la hora de salida fui directamente a casa, sintiéndome aliviado de que tenía mi propia habitación, odio tener que ver la horrible cara de Eren. Me cambie a un suéter azul oscuro con algunas líneas negras, unos jeans algo ajustados, rotos por la parte de las rodillas, y unos zapatos deportivos, me rocié un poco de perfume, para lucir más casual, y me dispuse a salir de la casa con toda la emoción del mundo, pero que no mi rostro no transmitía, tenía mi típica expresión seria.
-¿A dónde vas tan guapo? –Una voz detrás de mi hiso que me congelara. Era Carla, me gire y pude ver que tenía una sonrisa pícara.
-Hola Carla. –Salude acercándome a ella. –Voy a una ci- reunión de amigos. –Carraspee un poco para que no notara lo que iba a decir.
-¿Con qué reunión de amigos? –Dice no muy convencida, se acerca olfateándome y me comienza a reírse a carcajadas. –Te diste un baño de perfume ¿Y vas a una reunión de amigos? No nací ayer. –Suspire derrotado.
-Bien. –Dije rodando levemente los ojos, pero no con fastidio ni siendo odioso, solo queriendo decirle que me había atrapado. –Voy a una cita.
-KYAAH. –Exclama provocando que me asustara. –Estoy tan feliz, uno de mis hijos va a una cita. –Me sorprendió que dijera aquello, pero me alegro que me considerara su hijo a pesar de que llevamos poco tiempo conociéndonos. – ¿Cómo es ella? ¿Es linda? ¿De tú misma clase? ¿Cuántos años tiene? –Y un montón de preguntas más comenzaron a bombardearme, debería buscar en internet un tutorial en el que me explique cómo decirle a tú madrastra que eres bisexual y que tu cita es un chico.
-Carla, me encantaría seguir conversando contigo, pero se me hace tarde. –Dije apuntando a un reloj imaginario en mi muñeca.
-¡Oh, cielos! Ve, ve. –Me lleva a la puerta rápidamente, pero antes de que pudiera salir me detiene. –Espera un momento. –Sale corriendo hacia la cocina, haciendo que me preguntara que es lo que estaba buscando. Sale de la cocina con un ramo de flores, de quien sabe donde lo saco. –Entrégale esto. –Me dice dándome las flores.
-¿De dónde las conseguiste? –Pregunte observando el ramo y era hermoso, no era muy grande ni muy pequeño, algo simple, tenía una combinación de rosas blancas y rojas.
-Siempre salgo a comprar flores y las rosas son mis favoritas, sabía que este momento llegaría. –Sonríe amablemente, no sabía cómo agradecerle a Carla por el detalle. –Ya vete, no querrás hacerle esperar. –Asentí y salí de la casa sonriendo levemente.
Comencé a caminar hacia el punto en donde me encontraría con Axel, el cual era el mismo parque en donde… ustedes saben lo que paso. Cuando llegue a dicho parque pude ver a Axel de espalda, pude notar que tenía puesta una camiseta holgada de color blanco junto a unos jeans azules, junto a unos zapatos negros. Me acerque rápida y silenciosamente a este. Cuando estuve lo suficientemente cerca lo tome de la cintura apegándolo a mi cuerpo tomándolo por sorpresa, pero no era todo, me acerque a su rostro robándole un beso que quise darle en todo el día.
-¡¿Levi?! –Dice al separarse de mí, viéndome con los ojos abiertos de par en par y sus mejillas sonrojadas, una escena adorable. – ¡Agh! Me lleve un susto de muerte. –Comenta calmando su respiración.
-Hola Axel. –Salude amablemente, pero sin dejar mi rostro serio, luego el susodicho mira al ramo de flores que tenía en mis manos con duda.
-¿Para qué es eso? –Indaga viéndolo confundido.
-Es que hoy vamos a ir a un cementerio y la dejaremos en una tumba al azar. –Este me miro aterrorizado ante mi respuesta sarcástica. Suspire tratando de no reírme, le extendí el ramo hacia él. –Son para ti. –Dije un poco avergonzado, y pude ver como este estaba sonrojado hasta las orejas.