Desperté en un lugar extraño, el suelo era de pavimento y había barrotes a mí alrededor ¿Dónde diablos me encontraba?
- por fin despiertas extraño. Ahora te haremos unas preguntas- sin mas el soldado me arrastro hasta una sala en donde me ataron a una silla y me hicieron muchas preguntas
-¿Por qué estabas asechando al rey?- no tenia ni idea de que hablaban, solo estaba observando al extraño con….corona…
-eto… solo paseaba por ahí, de verdad no sabia que era el rey- mis nervios no me ayudaban ya que los soldados no parecían muy convencidos de mis respuestas
-no nos estas convenciendo- el soldado mayor daba miedo, tenia unos ojos color miel y una presencia imponente
-yo…- estaba asustado, tenia miedo de que me condenaran solo por pasear. Debí haberme quedado con mis amigos.
-¿Takano, que sucede?- cuando voltee mi cabeza volví a verlo a el. Aunque ahora que se que es un rey lo detesto, como a todos los nobles.
-¡Mi señor! Encontramos a este individuo cerca de donde estaba usted, no podemos permitir que nada malo le pase. Además no tiene identificación y no parece ser de este reino- el rey solo me miro y dio una señal para que me desaten. Sentía alivio pero también curiosidad.
- déjenlo. Yo lo conozco. Proviene del reino sur. Puedes marcharte Masamune- sin mas el terrorífico soldado se retiro dejándonos solos a mi y al peli gris
-g…racias, aunque no debería hacerlo. Yo no estaba haciendo nada malo, solo paseaba- me encontraba molesto. Pase por todo esto solo por estar cerca del rey.
-lo siento, es que nadie va a allí y que alguien aparezca es algo sospechoso. Los ciudadanos no pueden acercarse a mi- al decir eso de verdad me enfade. ¿Quién se creía? El pueblo estaba en ruinas y el no quería que las personas se le acercaran
- eres un idiota. El pueblo necesita de su gobernante y yo solo camine por ahí, no me interesan los nobles los odio- cuando estaba por irme el dijo algo que me dejo helado
-¿es por Ijuuin verdad? Se lo que paso entre ustedes, aunque la versión de el me pareció algo incompleta.- mi mente volvió a ese momento y recordé que este sujeto se encontraba al lado de la fuente en donde esperaba mi huida.
-oh ¿vas a burlarte? ¡Pues hazlo! Fui un completo imbecil- tenia ganas de llorar, era una herida que aun no sanaba, sin embargo no permitiría que nadie mas me viera débil.
-en realidad no. No me interesa tu vida ni nada, pero como eres un extraño no puedo dejarte recorrer mi reino a tu gusto por lo que me servirás unas semanas y luego serás libre- no podía creerlo ¿Qué medida absurda era esa?
-no lo hare. No puedes obligarme- intente escapar pero los soldados se pusieron en la puerta y el mas alto tenia mirada de asesino por lo que volví con la cabeza abajo y acepte.
-así se hace. Empiezas desde ahora. Te asignare con quien trabajaras- sin mas seguí al mas alto a la cocina en donde se encontraba un pequeño oji verde que estaba limpiando unos vasos
-Ritsu el será tu nuevo compañero. Enséñale todo y avísale a Takano si te trae problemas- y así se retiro, dejándome con miles de insultos y reproches.
-hola ¿como te llamas?- el chico parecía tener mi edad, solo que su personalidad parecía ser alegre y soñadora, contraria a la mía.
-Misaki… ¿y tu?
-Ritsu, es un placer. Te enseñare todo el castillo y te vigilare, aunque no te preocupes, quizás seamos muy buenos amigos- su dulzura me empalagaba. ¿Por qué parecía tan contento de estar aquí? Parece una prisión
-¿te gusta tu trabajo?- uno de mis pensamientos se escapo y el castaño alegremente me respondió
-si. El Rey es muy bueno con todos y yo elijo que hacer cada día. Además gano lo suficiente para pagar el tratamiento de mi madre- cuando dijo eso su sonrisa desapareció y unos ojos melancólicos aparecieron. Lo entendía, yo también amaba a mi madre y si le pasara algo no lo soportaría.
-se pondrá mejor, ya veras- el oji verde me sonrío y comenzó a mostrarme toda la inmensa arquitectura. Este castillo era muy bonito, más que el de Ijuuin.
- en esta habitación nunca debes entrar, es privada y el rey decreto que nadie puede asomarse- ahora el centro de mi atención la tenia aquella puerta que ocultaba quien sabe que en su interior
-oye ¿me escuchas?- me agradaba Ritsu, era sencillo y amable, como mis amigos… MIS AMIGOS.
- si… solo que… quisiera decirles a mis hermanos que estoy bien, el rey no me dejara salir- pareció pensativo por un momento y luego me sonrío
-podría decirle a Takano, el siempre va al pueblo y me ayuda cuando lo necesito- ¿acaso no era el guardia que daba miedo?
- pero el da miedo- respondí asustado
-parece malo pero en realidad es muy tierno y es el mejor amigo del rey- decidí confiar en el pequeño ya que era mi única oportunidad
-esta bien. Luego te daré una carta para ellos- y diciendo esto el me arrastro de nuevo a la cocina
-aquí trabajaras. Debes lavar toda la vajilla y mantener limpio- era tarea sencilla ya que toda mi vida había limpiado el castillo sur.
- tu mandas- le respondí mientras comenzaba mis labores aunque no podía concentrarme mucho pensando en ese tonto rey y en la sala secreta a la que nadie podía entrar.
- Ritsu estoy agotado. Perseguir criminales me agota necesito recargar- sin mas el azabache se recargo en el pequeño sirviente quien parecía muy nervioso con su presencia, a pesar de que dijo que eran amigos.
- t…akano san- con su mirada señalo que yo estaba y el otro se aparto, cambiando su mirada a una mas intimidante
-te estaré observando muy de cerca. Aun no confío en ti- ¿Quién se creía?
-pues yo tampoco y sin embargo estoy aquí en contra de mi voluntad- no me agradaba, a excepción de Ritsu que era un sirviente como yo todos los nobles y los guardias me desagradaban.
- tu no sabes nada, así que guarda tu opinión- ambos parecieron tristes por un momento ¿Qué ocurría en aquel castillo?