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SEXSHOP (taekook) por JUDASHIT

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Tae se sacó la ropa en la pieza blanca, por instinto la dobló en varias partes para que resaltara lo menos posible sobre el blanco impoluto de las sábanas, se puso un albornoz blanco que Jungkook le había dejado y guiándose por el sonido del agua, llegó al baño y tímidamente entró.

Jungkook estaba metido en un jacuzzi y lo esperaba.

-¿Esto es como en las novelas pedorras donde la dama pobre se enamora del empresario rico?

-¿Eso significa que te estás enamorando? -preguntó divertido mientras le daba la mano y lo ayudaba a entrar.

-No! significa que yo soy el pobre y tu eres el rico.

-No soy rico! este departamento me lo regaló mi padre cuando me gradué. Con mi sueldo no podría costear ni la cuarta parte.

-Pues ya tienes un padre, eso es mucho más de lo que yo podría decir que tengo!

A Jungkook se le borró la sonrisa de la cara y Tae lo notó.

-Perdón, no quise ser denso. Vinimos a coger, no ha hablar de la vida del pobre chavón que vive en medio de las cucarachas -dijo el pelirrojo en medio de una carcajada, pero Jungkook sintió una oleada de culpa.

-No vinimos a coger. Te invité a desayunar. Ven. -le pidió, tomándolo del brazo y aproximándolo a su cuerpo, lo hizo sentar entre sus piernas y Tae apoyó la espalda en su pecho. El pelinegro tomó un frasco, le puso en los hombros un líquido denso con olor dulce y comenzó a masajear formando espuma, las manos resbalaron por el cuello, los omóplatos, viajaron hasta las clavículas, pasaron por el pecho, rozando los pezones, Tae jadeó y llevó las manos hacia atrás para acariciar también algo de piel. Luego los brazos de Jungkook lo abrazaron y con un suspiro profundo apoyó el rostro en su cuello, sin hacer nada más.

Tae giró divertido.

-¿Eso será todo?

-No quiero que pienses que te traje para coger. Sonó feo cuando lo dijiste. Quería estar un rato contigo.

Taehyung lo miró serio... ¿que pasaría si se acurrucaba en ese pecho y bajaba la guardia? ¿Podría? ¿Era una opción convertirse en la dama pobre de las novelas que se enamoraba del niño rico? No! aquí la situación no pasaba por la situación económica de los personajes, iba más allá, era enamorarse del hombre que tenía su vida resuelta y que podría cansarse del niño todo rojo que no sabía amar porque desde pequeño la orfandad le había demostrado que ser un monstruo con los sentimientos congelados ayudaba más a la hora de afrontar la vida. No podía darse esos lujos, coger era sólo pasajero. No valía la pena sentir algo por alguien y mucho menos por alguien como Jungkook que tenía una novia esperándolo en alguna parte. Jungkook partiría la coraza que había construido con los años para protegerse, lo dejaría destruido y continuaría su vida.

-Yo quiero coger, tomar esa chocolatada con masas porque tengo hambre e irme -le respondió sentándose a horcajadas entre sus piernas, comenzando a moverse, haciendo fricción de su pija sobre la del otro mientras lo abrazaba y le mordía el cuello.

Jungkook se aferró a él desesperado, le pasó la lengua por el pecho, deteniéndose a morderle los pezones mientras las manos se deslizaban con ferocidad por toda la espalda y viajaban hasta su culo para tocarlo, apretarlo, hacerlo suyo.

Tae bajó el rostro gimiendo y el pelinegro aprovechó para buscar su boca, pero el pelirrojo giró el rostro y negó.

-No, Jungkook, no beso en los labios!

El mayor se quejó desconforme mientras desquitaba su impotencia con los pezones del pelirrojo y los mordía para luego pasarle la lengua, chuparlos, hizo lo mismo con la piel del pecho, succionando para dejarlo marcado en castigo por negarle el elixir de su saliva junto a la de él.

Se levantó haciéndolo a un lado con delicadeza, se aproximó a una cajita que había a unos metros del jacuzzi y sacó un preservativo, cuando se lo puso regresó al agua, tomó a Tae con suavidad y lo puso de rodillas, apoyándolo en el lateral de la tina y con toda la lentitud que le permitió su urgencia por hundirse en él... lo penetró.

Tae pegó un pequeño grito y Jungkook se quedó quieto para que el esfinter del niño se acostumbrase a la intromisión, mientras tanto miró la espalda perfecta con los músculos que se movían con suavidad mientras el pelirrojo subía y bajaba el brazo masturbándose y metía los dedos de la otra mano en la boca, para chuparlos. ¿Cómo aguantar tanta excitación si mirarlo era lo más erótico que había experimentado en toda su vida?

Comenzó a moverse lentamente y cuando Tae levantó su culo precioso, buscando profundidad, supo que era el momento de hundirse en él como nunca.

Lo penetró con parsimonia, cerrando los ojos, con los músculos tensos, intentando disfrutar del momento lo más que pudo, pero Tae estaba desesperado y comenzó a empujar la cadera sobre su pija, autopenetrándose con furia. Abrió los ojos cuando sintió como el pelirrojo le agarraba una mano y llevaba los dedos a su boca para simular una felación, mientras giraba el rostro y lo miraba sonriente.

Jungkook se acercó y mientras hundía su pija hasta tocar la próstata del crío, le pedía con la mirada los dedos llenos de su saliva y el pelirrojo, absolutamente hundido en el placer que el pelinegro le daba, comprendió lo que quería así que con las bocas a centímetros de distancia, sacaba los dedos de su boca y se los pasaba a él para compartir las salivas, sin el beso de por medio.

Jungkook dio un par de estocadas más y eyaculó mordiéndole la espalda, Tae sintió los dientes apretando su piel y acabó en medio de un grito grave.

Cuando se apartaron, el pelinegro le pidió que terminara de bañarse mientras el preparaba el desayuno. 

Tae se dio una ducha, se puso el albornoz y caminó hacia la habitación: su príncipe lo esperaba en la cama, con una bandeja en el medio que contenía las infusiones recién calentadas y las masas. Era todo tan perfecto que dolía.

Vaciló y Jungkook se dio cuenta. El mayor esperó conteniendo el aire, mirándolo profundamente, intentando saber si escaparía o le daría una oportunidad.

-Suelo mirar mvs a esta hora -le dijo mientras prendía el televisor y ponía el canal de youtube intentando darle ánimos para dar los pasos que faltaban y meterse en la cama -¿que clase de música escuchas?

Tae sonrió y se acercó. Se puso de rodillas en la cama, Jungkook le dio el control remoto y aprovechó para sacarle el albornoz, acostarlo junto a él, taparlo y ponerle la bandeja encima con su chocolatada. El pelirrojo dejó que cumpliera con el ritual, el corazón latiéndole a mil en el pecho. Le iba a doler, eso seguro que iba a doler cuando llegara a su departamento frío y recordara el calor que le estaba dando. Cuando no tuviera más compañía que su propia mente y los recuerdos. Iba a doler como mil demonios.

-Muestrame. Quiero saber qué escuchas.

-Éste video me hace llorar -le comentó entre risas.

-¿Quienes son?

Taehyung giró el rostro con tanta velocidad que un hueso tronó en el apuro.

-Decime que me estás jodiendo y es broma que no sabes quienes son.

-Nop, no sé quienes son, instruime -le dijo mientras lo apoyaba en su pecho y lo abrazaba.

La música había comenzado a sonar, un rubio en el piso levantó las caderas para que un morocho se pusiera bajo él y lo sostuviera, había otro cerca de la cabeza ayudándolo a mantener esa pose. Era una melodía dulce, siete chicos cantaban y proclamaban i'm fine.

Tae le habló del grupo y Jungkook prestó tan poca atención al televisor que nunca se enteró de quienes eran, estaba absorto mirándole el rostro iluminado, la sonrisa que aparecía formando rectangularidades, ese pucherito que hacía mientras masticaba las masas, la forma en que se deleitaba con la chocolatada.

Lo abrazó hasta que a Tae se le escapó una lágrima y comenzó a vestirse con premura.

-¿Hice algo mal? -preguntó desesperado.

-No, haces las cosas demasiado bien -argumentó el pelirrojo mientras se ataba sus zapatillas, tomaba la chaqueta y se preparaba para huir.

-Dejame que te lleve a tu casa. 

-No, Jungkook, puedo regresar a mi casa solo. Siempre me he manejado solo. Ésta es mi vida: estar solo. No necesito de tu jacuzzi, ni tus sábanas blancas, mucho menos de tus abrazos. Sos un niño correcto y yo un humano casi monstruo. No puedo estar mucho tiempo fingiendo ser como tu porque no lo soy!!! Necesito una cerveza y un porro. Me voy Jungkook, gracias por la mañana, nos vemos por ahí, bro!

-¿Puedo invitarte algún día a comer? -preguntó con los ojos amplios y Tae dudó.

-Dame tu número de celular, yo te escribiré -le respondió y eso era mucho más de lo que esperaba Jungkook, se lo dio apresurado y cuando sintió que la puerta de calle se cerraba con fuerza, cayó sentado en el colchón. Una sonrisa se dibujo en el rostro cansado, ¿hacía cuanto que no pasaba una mañana tan cálida como esa? Él iba a ganárselo, paso a paso.

-Lentamente -se dijo mientras regresaba la mirada hacia el televisor y observaba como esos 7 chicos seguían jugando a ser perfectos con esas coreografías jugadas y las mezclas de voces que a cualquiera le ponían los pelos de punta.


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