¿Tenía gusto a sangre en la boca?
Quiso moverse y el cuerpo le pegó un alerta de dolor en pleno pecho que repercutió en el brazo.
Se estiró en la cama llevándose la mano hacia el codo y lo sintió hinchado, el hueso estaba fuera de su lugar.
-JUNGKOOK! -gritó en medio de un lamento y el perrito ladró.
Abrió los ojos. Recordó el golpe en la cara y se hizo a un lado para escupir sangre.
Estaba sobre una cama, en una habitación pequeña y Yeontan lo miraba desde un esquina del cuarto.
Se sentó en medio de quejidos, utilizó toda la fuerza que su cuerpo maltratado tenía, se levantó y caminó hacia una ventana. Tenía barrotes y a través del vidrio podía ver el bosque. Estaba en una cabaña.
Yeontan volvió a ladrar y Tae lo llamó, el perrito corrió hacia él y saltó a su brazo bueno.
Inspeccionó el cuarto pequeño. La puerta estaba cerrada y había un silencio profundo del otro lado. Colocó al perrito en la cama y con su brazo sano luchó con los barrotes, pero no se movieron. Estaban fuertemente soldados al marco de la ventana.
Miró por la cerradura de la puerta y vio un salón.
Comenzó a patear y golpear con su hombro derecho la puerta, se desesperó ante la impotencia de no poder salir, gritando cayó al suelo, con el codo fuera de lugar enviándole puntadas de un dolor agudo a todo el brazo.
Yeontan corrió hacia él y le lamió la cara mientras daba pequeños aullidos.
-Tranquilo, vos y yo nos vamos a escapar de aquí -le susurró recuperando la compostura.
Le dolía todo el cuerpo, se dedicó a observarse. Tenía oscuros hematomas en el pecho y el pantalón estaba roto en las rodillas, todavía tenía sangre coagulada en todos los sectores que habían tocado la calle cuando se arrastró tras la caída.
Estaba cansado, miró la cama, pero debía hacer algo antes que regresara Minjae, no sabía que tenía en mente el castaño y si tenía planeado matarlo.
Se dirigió nuevamente hacia le ventana y comenzó a luchar con los barrotes hasta que creyó sentir un pequeño crujido. Con el corazón en un puño, intentando que su respiración se normalizara para poder escuchar nuevamente, hizo el esfuerzo de mover la reja y nuevamente escuchó el crujido, levantó la mirada, era arriba. Ahí estaba, en la esquina superior izquierda el cemento comenzó a ceder, un pequeño escombro cayó al piso y volteó para mirar a Yeontan.
-Nos escaparemos, te lo prometo, te lo prometo! -gimió con una rectangularidad llena de esperanza.
Escuchó una puerta y regresó a la cama.
A los pocos minutos apareció Minjae, traía una bolsa y cuando entró y lo vio despierto retrocedió un paso, cerró nuevamente la puerta y apareció a los pocos segundos con un bate en la mano. Tae sonrió de costado, lo conocía muy bien, sabía que nunca se rendiría sin luchar.
-Necesitas un garrote para controlarme? estoy herido!
-Ponte estas esposas, Tae. -le dijo mientras las tiraba en la cama.
-Tengo un brazo quebrado, no podré hacer algo para escaparme, no me pidas que me ponga eso, ya es muy doloroso para mi sostener el codo quieto.
-Si no te las pones vos, lo haré yo y te esposaré con los brazos en la espalda, será mucho más doloroso -amenazó. El pelirrojo tragó saliva y se las puso.
Minjae no soltó el bate, se acercó a él y le tiró la bolsa en la cama.
-¿Qué es?
-Es tu cena. Aliméntate, mañana a la mañana seguiremos el viaje.
-¿A donde nos vamos?
-Al mar.
-¿Mar?
-Si! siempre quise ver el mar, y lo conoceré contigo. Ahí me despediré de ti. Ningún putito termina conmigo, yo soy el que pongo el punto final cuando quiero.
-¿Ahí me dejarás libre?
-No, ahí me despediré de ti -sentenció y salió de la pieza.
***
-Hermano, hermano -gimió llorando sobre él.
-Jungkook, oprime la herida para que no pierda tanta sangre, tranquilízate, es el hombro, acabo de tocar la parte trasera y hay un orificio de salida, el proyectil entró y salió. Tranquilo, oprime mi herida para que no pierda sangre y no te asustes. Estoy por entrar en shock hipoglucémico.
-No se que me quieres decir -gritó el pelinegro llorando a los gritos.
-Que me voy a desmayar, no te asustes y no liberes mi... no lib... no -y el rostro con una palidez azulada cayó inconsistente.
***
Jihoon entró a la comisaría temblaba entero, iba acompañado de un oficial de policía y cuando divisó a Jungkook sentado a la salida de una oficina, corrió hacia él, pero al verle la camisa manchada con sangre cayó de rodillas.
-¿Qué pasó? ¿qué le hiciste a mi Taetae? ¿le hiciste daño hijo de putaaaa??? -el oficial lo levantó y trató de calmarlo explicándole que Jungkook estaba como testigo.
-¿Testigo de qué? usted me dijo que mi Tae estaba desaparecido! ese tipo que está ahí era su pareja, ¿¿¿porqué está ensangrentado??? ¿¿esa sangre es de mi taetae??
-Es de mi hermano -gritó Jungkook con una seriedad oscura.
Jihoon volteó a verlo, el pelinegro estaba sentado con los brazos colgando a ambos lados del cuerpo y tenía la espalda apoyada laxa sobre el respaldo de la silla.
"Está rendido" pensó y se le acercó.
-¿Qué pasó Jungkook? ¿Donde está?
El oficial de policía lo tomó del brazo y le explicó que primero necesitaba hablar con ellos y darle las mayores pistas posibles sobre la relación que tenía con Minjae. El pequeño escuchó el nombre y supo que algo terrible había pasado.
-Tienen que hablar contigo, tu eres su mejor amigo, lo conoces más que yo -gimió Jungkook y Jihoon tuvo miedo, porque si ese hombre que estaba ahí sentado era el que había luchado a las trompadas en todos lados por el amor del pelirrojo, entonces las cosas estaban tan mal que el pelinegro había perdido toda esperanza de volver a verlo con vida, porque ya no parecía un hombre fuerte sino la piltrafa de alguien que lo ha perdido todo.
El oficial de policía le señaló una oficina y Jihoon entró, arrastrando los pies, con el corazón temblando en una esquina del pecho.
***
Tae sacó de la bolsa un sándwich y lo comió, no tenía hambre, pero necesitaría energía si quería luchar con esos barrotes y luego huir por medio del bosque. Daba una mordida él y luego lo aproximaba al hocico de Yeontan, cuando lo terminaron sacó una botellita con agua. Esa sí la bebió con ansias, casi no le importó el dejo de sabor amargo que tenía. No pensó en ello hasta que sintió la somnolencia, no podía mantener los ojos abiertos, cuando la puerta se abrió y logró ver a Minjae entrar sin el bate, supo que se había equivocado y lo había drogado. Intentó levantarse pero no pudo y terminó cayendo hacia un costado. Gritó cuando su cuerpo aprisionó el codo fracturado contra el colchón y sintió las manos de Minjae acomodándolo en la cama para luego comenzar a sacarle la camisa rota.
Luchó.
Intentó patearlo.
Lo tenía encima y le besaba la boca.
Gritó cuando el castaño se aferró a su cuello y comenzó a succionar su piel mientras frotaba la pija dura sobre su cadera.
La somnolencia lo vencía y lloró. Lloró por él, por su cuerpo invadido y por Jungkook.
Sintió el asco subirle por la traquea, vomitó sin poder hacerse a un lado y Minjae se alejó con asco y le pegó una trompada en el rostro.
Ya no percibía el dolor, el sueño lo estaba llevando a una zona donde no podría sentir que lo estaban por violar y agradecía eso y rogó por no despertar más.
"Ojalá me muera" pensó con el último atisbo de lucidez.