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SEXSHOP (taekook) por JUDASHIT

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Cuando entraron por el pequeño camino que los dirigía a la cabaña, vieron a lo lejos el auto de Minjae, antes de estacionar la portezuela de atrás se abrió y Jungkook salió corriendo.

Lo vio apenas se apeó: Minjae estaba tirado en la puerta de la cabaña, tenía la cara ensangrentada y un arma en la mano. Parecía haber perdido el conocimiento mientras intentaba salir.

Saltó por arriba de su cuerpo e ingresó a la cabaña, en el comedor había más sangre y los muebles corridos y tirados hablaba a las claras que una pelea se había producido en el interior. Tae no estaba.

Regresó corriendo, Jimin estaba sobre el cuerpo de Minjae e intentaba despertarlo.

-No está -balbuceó al llegar.

El platinado sacudió el cuerpo del castaño.

-¿Donde está Tae? -le gritó mientras lo abofeteaba.

Jungkook quiso tirarse encima del cuerpo de Minjae pero Jimin lo paró.

-No! Contrólate, si lo matas no sabremos donde está Tae, quédate quieto.

El pelinegro había comenzado a llorar nuevamente, pego un alarido y pateó los muebles.

Suga se mantenía cerca del vehículo, mirando hacia el bosque.

El castaño parpadeó levemente y Jimin se desesperó.

-DONDE ESTÁ TAE? QUE LE HICISTE?

Minjae logró sonreír de costado.

-HIJO DE PUTA DONDE ESTÁ TAE? -preguntó nuevamente el platinado pero esta vez le pegó un puñetazo en pleno rostro mientras lo sacudía.

-Jimin! -le gritó Suga -Contrólate, necesitamos saber donde está!

El platinado respiró profundo, Minjae se había desvanecido nuevamente.

-Llamen a la policía y que traigan una ambulancia.

-¿Para qué mierda una ambulancia? deja que se muera -gritó Jungkook mientras se acercaba y se alejaba como un animal enjaulado.

-Tengo la impresión que Tae huyó, debe estar en el bosque y está herido. La ambulancia es para él.

El pelinegro paró en seco y miró hacia la espesura negra del exterior.

-Dios!!! ¿¿¿hace cuanto habrá escapado??? Hace frío afuera.

-Si. y está herido.

Jungkook salió corriendo y Jimin nuevamente lo paró.

-Hermano, Tae es diestro o zurdo?

El pelinegro conocía el análisis metódico que tenía su hermano para resolver los problemas más difíciles y se detuvo.

-Es diestro.

-Entonces huyó por la derecha. Dividámonos, hagamos un rastrillaje con unos 10 metros de distancia uno del otro. Si alguno lo encuentra, nos notificamos por celular. Suga, fijate que no vaya a escapar! 

El peliverde asintió y los hermanos se separaron para ingresar al bosque.

***

Tae dejó a Yeontan en el suelo y usando el bate como bastón, ingresó al bosque.

Por ratos sentía que lo seguían y la paranoia pudo más, se aferraba a los troncos para descansar de vez en cuando, estaba seguro que no había podido golpear lo suficientemente duro a Minjae como para que no se levantara luego y se decidiera a seguirlo y si daba con él, esta vez lo mataría.

Estaba oscuro, apenas podía ver sus propias manos aferradas a los troncos, sentía el jadear de Yeontan y sabía que lo seguía, eso le quitaba un poco de peso al horror que estaba viviendo.

Por ratos se mareaba, los vestigios de la droga en su sistema no ayudaban.

Por ratos lloraba.

Por ratos quería morir.

Por ratos pensaba en Jungkook y lo llamaba mientras lloraba despacito.

Tenía frío, no podía controlar el castañeteo de los dientes, intentaba abrazarse con su brazo quebrado. Cuando los árboles daban paso a la luz de la luna podía ver que tenía los dedos azulados e intentaba abrir y cerrar los puños para acelerar la circulación sanguínea.

Se apoyó en un tronco caído y cerró los ojos, sería tan fácil rendirse, recostarse a dormir hasta que la parca se apropiara de su sufrimiento. Quería eso, quería que la pierna y el brazo no le dolieran más, quería dejar de sentir frío. 

Rendirse sería tan fácil! pero luego le llegaba el recuerdo de su pelinegro y le dolía en lo más profundo del cuerpo, ahí donde la corporeidad da lugar a la esencia del espíritu. Le dolía saber que no podría tocarlo más, que no volvería a dormir con sus brazos alrededor de su cuerpo, que no tomaría su chocolatada enredado entre sus piernas, que su cuerpo no volvería a ser invadido por el sexo de Jungkook... entonces sacaba fuerzas de donde no había y seguía huyendo.

-Yeontan -lo llamó tratando de no levantar la voz por si Minjae estuviese siguiéndolo.

No escuchaba al perrito y se asustó. Intentó recordar cuando había sido la última vez que lo escuchó jadear y no tenía memoria de eso. 

-YEONTAN -gritó desesperado y entre los mareos, el miedo, la confusión, escuchó que otra voz se alzó en medio de la oscuridad.

-TAAAEEEEE!!!! 

El corazón comenzó a bombear sangre de manera descoordinada. Minjae aun lo seguía y había escuchado su voz llamando al perro.

Se desesperó.

Minjae llegaría y le dispararía.

Jungkook encontraría su cuerpo frío y sin vida.

-Dios, dios, dios, dios -gimió mientras apresuró el paso.

Una rama gruesa le dio de lleno en la pierna quebrada y sin poder contenerlo pegó un alarido.

Escuchó de nuevo que lo llamaban, intentó huir pero tropezó.

Mientras todo el mundo giraba, nuevamente pensó en él y antes de que su cabeza diera con el tronco, se despidió de su Jungkook.

***

Jimin se movía con rapidez, intentando no golpearse el hombro herido. Se había parado en un claro y estaba por gritar su nombre cuando escuchó claramente su voz. No entendía qué había dicho! parecía que llamaba a alguien! ¿Había escapado con alguien más?

Estaba seguro que era su voz.

Se quedó inmóvil intentando escuchar algo y luego su voz de nuevo, esta vez mucho más potente, era un grito: YEONTAN!

Estaba cerca, hubiese jurado que su voz provenía desde aproximadamente unos 20 metros delante de él, pero el bosque era tan cerrado que no podía ver bien.

Eufórico comenzó a correr.

-TAAAAEEEEE -gritó.

Y a los segundos escuchó un alarido de dolor, se congeló en su lugar por un momento, el grito le había llegado desde un sector muy cercano, intentó concentrarse porque no era quería equivocarse en la línea que marcaban los árboles y luego, un golpe.

Se apresuró, ya no le importó que las ramas le pegaran con fuerza en su hombro herido, a los 10 segundos de correr se detuvo perdido nuevamente.

-TAAAEEEEEEE -volvió a gritar y esperó.

Nada.

-TAAAAAAAEEEEEEEEE 

Estaba por echar a correr hacia su derecha cuando un ladrido llegó desde la izquierda.

-Yeontan -pensó -no estaba llamando a un persona, llamaba a un perro! - y sonrió -mi niño salvaje, aguanta, aguanta!!!

Siguió el ladrido hasta ver su cabellera roja como una hoguera prendida en medio de la oscuridad el bosque.

Se tiró sobre él, estaba desmayado junto a un tronco, tenía un fuerte golpe en el rostro y se veía maltratado. El cuerpo casi hipotérmico. Se sacó su campera y lo cubrió, aferrándolo a su pecho.

-Niño hermoso, ya estamos aquí, todo saldrá bien. -gemía mientras le hablaba al oído y sacaba el celular.

-JUNGKOOK LO ENCONTRÉ, REGRESA A LA CABAÑA Y TOMA EL CAMINO QUE YO TOMÉ, VE GRITANDO MI NOMBRE, CUANDO TE ESCUCHE GRITARÉ Y GUÍATE DE MI VOZ.

Cortó la llamada y se dedicó a masajear los hombros, las manos azuladas. Tenía que hacerlo entrar en calor.

-Tae, Tae! crío de mierda, reacciona!

-Jungkook -gimió el pequeño e intentó una sonrisa -Jungkook, me encontraste.

-JIIIMIIIIINNNNN!!!! -la voz de su hermano sonó cerca.

-JUUUNGKOOOOOKKKK -gritó el platinado y Tae levantó su brazo bueno, le tocó el rostro y se acercó.

-Jungkook, pensé que no volvería a verte, tuve miedo Jungkook. -gimió y comenzó a llorar -pensé que me moriría sin verte.

-Tae, tranquilízate -susurró el platinado mientras lo acariciaba, llorando él también, sin poder contenerse al ver al crío salvaje temblando de esa manera, todo roto y al borde del colapso. Sin intentar evitar esa sensación de cercanía que sentía con el niño lo tomó del rostro para besarlo, introduciendo la lengua delicadamente, saboreando la saliva del pelirrojo que intentaba continuar con el beso en medio de su semi inconsciencia. Le acomodó el cabello sacándoselo del rostro mientras seguía con el beso, mordiendo delicadamente el labio. Lo abrazó con mas fuerza, cuidando de no dañarlo.

Iba a besarle el cuello cuando una mano lo detuvo.

-Hazte a un lado Jimin, lo cargaré para sacarlo del bosque -dijo la voz grave y seria de Jungkook y el platinado se alejó para que su hermano cargara al pequeño.

Los hermanos recorrieron el trayecto de vuelta en completo silencio.

Antes de llegar a la cabaña ya se escuchaban los sonidos de las sirenas, Tae pareció recobrar la consciencia, lo miró y le susurró algo. El pelinegro lo atrajo un poco más hacia su oído y Tae repitió la frase.

-Te amo, Jungkook.

El mayor sintió que el mundo giraba nuevamente, sonrió con los ojos inundados por las lágrimas, apresuró el último tramo y cuando los médicos recibieron el cuerpo de su Tae, pidió ir en la ambulancia con él.

-Jungkook -lo paró Jimin y el pelinegro giró y lo miró con seriedad.

-Ahora no, hermano, necesito estar con él. De todos modos no quiero hablar sobre lo que vi.

-Tae no tuvo la culpa, el creía que eras tu.

-No te preocupes, nunca dudé de él.

Y se marchó con el pelirrojo.


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