-Me gusta ese hombre que estaba con Minjae, podrías presentármelo? -preguntó Jihoon.
Regresaban al trabajo, Tae no contestó en seguida, esperó a encontrar un semáforo en rojo y cuando detuvo la moto, giró el rostro y espetó.
-Ni sueñes, más vale que te olvides.
Jihoon largó la carcajada.
-Ya me parecía que no era casualidad que me llevaras a comer tan lejos!!! te gusta el tipo!!
-Me gusta. Me gusta como cualquier otro!
-Ya te lo cogiste?
-Shhhhhhhhh
-Ya te lo cogisteee!!!! hijo de putaaa!! -gritó riéndose mientras la moto aceleraba de nuevo.
Esta vez fue Tae el que lanzó la carcajada.
-Entonces ya lo desocupaste, podrías presentármelo, no sería la primera vez que me alimento de tus sobras.
Si, podría presentárselo, ya había cogido con el pelinegro y en teoría debería mirar en otra dirección, pero estaba tentado de hacer una excepción.
Tae intentaba convencerse que no era lo apropiado tener otro encuentro, la cercanía formaba lazos y no quería tener ninguno.
-Ok, te lo presentaré la próxima vez que lo vea, pero no te hagas muchas ilusiones, tiene novia.
-Ya me parecía!!! tiene mucha cara de hetero! y cómo hiciste para coger con él??!!
Tae paró la moto al frente de la galería, bajaron los dos, se sacó el casco y girando hacia su amigo se señaló.
-Me viste? Estoy para el infarto, nene! nadie se puede negar a esta preciosura!
Se despidieron a las carcajadas.
El pelirrojo se obligó a pensar en otra cosa, el viernes saldría a bailar y conseguiría otra pija para olvidar la electricidad que le había dejado el pelinegro recorriéndole todo el cuerpo.
***
Hicieron el camino de regreso a la empresa en total silencio.
¿Qué había visto en la mirada de Tae? ¿Podría ser que estuviese sintiéndose atraído por Jungkook? Miró a su compañero de soslayo, parecía ir en su propio mundo.
Jungkook habría notado que no pasaba desapercibido a los ojos de Tae?
Se arrepentía de haber sido el artífice de que esos dos se conocieran; desde hacía casi un año venía luchando por tener a Tae a su lado y el pelirrojo se mantenía firme en su convicción de no iniciar ninguna relación sentimental. Ahondar en su vida había sido aun más contraproducente, enterarse que vivía solo, que trabajaba desde los 15, que no había podido seguir una carrera universitaria por falta de recursos hacía que quisiera protegerlo.
Muchas veces se había preguntado si en realidad estaba enamorado de Tae y aun no se atrevía a sincerarse consigo mismo, porque... ¿qué pasaría si lo estaba? qué pasaría si estaba enamorado de ese niño que tenía una vida tan licenciosa? Sólo una vez pudo tener al pelirrojo en su cama y había sido una experiencia tan profunda que su cuerpo había quedado profundamente alterado.
Jungkook no sabría valorar un alma solitaria y libre como la de Tae. Era necesario un hombre que estuviese dispuesto a protegerlo, a quererlo. Estaba decidido a hacer que ese niño lo amara, que lo deseara como lo hacía él.
Volvió a mirar de reojo a su compañero: se encargaría que nunca más se vieran. Tae era suyo.
***
Viernes.
Jungkook salió de su oficina a las 7 de la tarde, pasó por la de Minjae y se despidió comentándole que tenía una cita con su novia y quería comprarse ropa para estar a la altura del evento.
Se despidieron.
El pelinegro salió, tomó su auto y se dirigió hacia una casa que vendía ropa de cuero. Se compró un pantalón y una chaqueta, ambas negras, ambas con el estilo de Tae.
Luego se dirigió hacia una casa que vendían botas y por último se compró un cubrebocas negro.
A las 2 de la madrugada entraba al Rapsodia Nocturna.
Se sentó en la barra y apenas se bajó lo necesario la mascarilla como para poder tomar la cerveza que había pedido, llevaba una gorra que le ocultaba parte del rostro.
El Rapsodia distaba mucho de los lugares a los que estaba acostumbrado a visitar así que lo recorrió con la mirada, intentando reconocer el pelo rojo por entre el mar de gente que bailaba en la pista.
A las 2 y 45 de la madrugada, lo encontró.
Bailaba de manera desaforada entre dos hombres que lo tenían fuertemente sujeto por las caderas.
***
Tae salió a la pista a bailar solo, ya había tomado 2 botellas de cerveza y tenía varias fumadas de marihuana encima.
Comenzó a moverse al son de la pista y cuando se le acercó un tipo por delante, coqueteó con él mientras movía las caderas, a los minutos sintió la presencia de otro más a su espalda y el baile se puso erótico, casi casi pornográfico.
Mientras bailaba comenzó a bajarse la campera hasta dejar los hombros expuestos a través de la remera transparente que llevaba puesta. El hombre que estaba delante se acercó a morderle el cuello y el que estaba detrás le pasó la lengua por la espalda.
Tae rió divertido, quiso seguir bailando pero se tensó cuando sintió los brazos de ambos hombres comenzar a dirigirlo hacia los sectores donde se encontraban los cubículos privados.
El pelirrojo se puso serio y se asustó cuando vio que la situación se le iba de las mano. Empujó al que tenía delante para sacárselo de encima pero el de atrás le sostuvo las manos en la espalda mientras lo obligaba a caminar hacia el fondo.
Tae entró en pánico, con la mirada buscó a Minjae que un rato antes había estado con él y lo había dejado salir a la pista, molesto porque seguía negándose a ir a su casa.
Minjae no aparecía, seguramente se había ido enojado y ahora esos hombres lo arrastraban, lo manoseaban. Comenzó a luchar para que lo soltaran y a gritar, pero la música estaba tan fuerte!!! y la gente tan enfrascada en su propia ebriedad, en su propio mundo de alucinaciones!!
Lo empujaron dentro del cubículo.
Uno le arrancó la campera y el otro comenzó a desprenderle el pantalón.
-NOOOOOO -gritaba Tae intentando morder, patear, golpear. Uno de ellos se le acercó y con violencia le tiró del cabello hacia atrás para poder meterle la lengua en la boca en un beso rabioso. El segundo había desaparecido sin que el primero se diera cuenta.
Cuando el tipo logró desprenderle el pantalón y meter la mano, Tae intentó una lucha casi demencial hasta que lo vio desaparecer.
Se acomodó la ropa lo más rápido que pudo y cuando salió del cubículo se encontró con un hombre vestido de negro, con una gorra que le tapaba el rostro hasta los ojos y un barbijo oscuro que dejaba poco de la cara al descubierto, golpeando al que había intentado violarlo, el segundo ya estaba tirado a un lado semi inconsciente.
Trastabilló intentando alejarse y gritó cuando el hombre de cuero giró, lo encontró y tomándolo por la cintura lo elevó en el aire, lo puso en su hombro y lo alejó de ahí.
Tae estaba mareado y a punto de vomitar, cabeza abajo vio pasar los pies de los que bailaban hasta que volvió a estar parado en el suelo, muy cerca de los baños.
El hombre lo apoyó contra la pared.
-Estás borracho, deberías irte a tu casa. Viniste con alguien?
-No te importa Bro! ahora saca las manos. -le gritó, tratando de hacerse escuchar por encima de la música, mientras intentaba alejar los brazos que hacían de bloqueo a ambos lados de su cuerpo.
-No voy a hacerte daño, pero estás borracho, casi te violan ahí.
Tae se tranquilizó cuando vio que el hombre levantaba las manos en señal de paz.
Parecía que no iba a hacerle daño.
El pelirrojo bajó la guardia.
-Gracias. Estoy con un amigo, ya lo busco y me voy.
El hombre se acercó y Tae se quedó inmóvil.
El extraño le pasó la mano por el rostro y el pelirrojo contuvo el aire mirándolo a los ojos.
-Viniste en la moto? puedo llevarte a tu casa.
-Como sabes que ando en moto? nos conocemos?
-Te llevo?
Tae afirmó con el rostro. El hombre de negro le sostuvo la mano y lo sacó del Rapsodia.
Una vez afuera el pelirrojo lo guió en silencio hacia el estacionamiento y le dio las llaves cuando estuvieron frente al vehículo. Por qué confiaba en él? Acababa de tener un episodio traumático y ahora le confiaba las llaves de su vehículo y su cuerpo mismo para que lo transportara?
El extraño le resultaba familiar y esa familiaridad exudaba franqueza y calor.
El hombre subió y Tae hizo lo mismo, aferrándose a su cintura.
-Te guiaré -le susurró al oído y pudo sentir como la respiración del extraño se volvió agitada.
Lo condujo durante 15 minutos hasta que llegaron a su pequeño departamento en un barrio de mala muerte.
-Quieres entrar? -le preguntó el pelirrojo cuando bajó.
El hombre de negro vio las pupilas dilatadas del pelirrojo, todavía afectado por el alcohol y las drogas, y negó con la cabeza.
-Me tengo que ir.
-No me dirás de donde nos conocemos?
Silencio.
-Cómo regresarás?
-Buscaré un taxi.
-Espera, no te dejaré solo en esta zona de mierda -el crío se alejó hacia una de las esquinas, se paró durante unos segundos y cuando vio un auto con el cartel de libre pegó un silbido fuerte.
Cuando el vehículo se detuvo, Tae se acercó al hombre hasta quedar pegado a él.
-Gracias -volvió a decir y le bajó el barbijo con delicadeza. El extraño lo paró cuando quiso quitarlo por completo, entonces el pelirrojo se puso en puntas de pies y lo besó.
El hombre de negro intentó profundizar el beso tomándolo por la nuca, pero Tae se alejó.
-Nunca beso -le aclaró -esto es sólo en agradecimiento por lo de esta noche.
El hombre lo miró intensamente, tomó el taxi y se fue.