HyukJae terminó de tomar un sorbo de su café mientras veÃa al menor salir sonriendo a todos del colegio, lo vio buscando con la mirada el auto y lo encontré a menos de tres metros.
— ¿Sabes la hora que es? — le preguntó viéndolo a los ojos.
— Estaba hablando con el profesor de artes escénicas — HyukJae levanto una ceja al escuchar a DongHae tan feliz — Me dijo que deberÃa inscribirme al grupo de danza del colegio.
— DeberÃas para que sirvas de algo — DongHae bajo la mirada con una sonrisa incómoda, tratando que el mayor no se diera cuenta lo mal que se llegaba a sentir cuando le decÃa algo por ese estilo.
— Tengo tres amigos — dijo de pronto tratando de cambiar de tema y levantando tres dedos en la cara de HyukJae — KyuHyun, SungMin y LeeTeuk.
— ¿Cómo son? — preguntó sin prestan atención.
— KyuHyun y SungMin son novios... aunque no se que es eso, y LeeTeuk es muy tierno, y también tiene sólo que ya es mayor de edad y dijo algo sobre que podrÃa ir a la cárcel.
— Vamos a comprar ropa para ti — DongHae abrió sus ojos.
— ¿Para m� — preguntó con sorpresa.
— Seguro para tu gemelo — DongHae paso su mirada a la ventana y vio unos pequeños gatitos en una caja.
— Detente — gritó de repente.
— ¿Qué te pasa? — HyukJae detuvo el auto de un frenazo que casi los deja aterrizar en el parabrisas. DongHae bajo rápido y dio unos cinco pasos para atrás viendo dos pares de ojos viéndolo — Esto no lo puedes hacer... regresa al auto.
— ¿Los podemos llevar? — HyukJae lo miro con ganas de matarlo.
— No ves que son de la calle están llenos de pulgas — el menor lo miro lo vio de manera tan tierna que HyukJae se imagino como la podrÃa cambiar a una llena de placer como la otra que le habÃa mostrado la vez pasada — Si los llevo tendrás que pagarme — el mayor lo tomo de la cintura pegándole a el — Quiero que cuando lleguemos a la casa hagas todo lo que yo quiera — DongHae sintió un mordisco suave en su cuello que lo hizo soltar un jadeo.
— Si — respondió inseguro, HyukJae sonrió satisfecho.
Después de una extensa caminata por el centro comercial DongHae querÃa dormir todo el resto de la noche pero apenas puso un pie dentro de la casa HyukJae le dio la orden de ir a bañarse y esperarlo en la cama sin nada de ropa.
HyukJae sacó esa bella de cola de cabello sintético y la acaricio pensando en lo difÃcil que serÃa introducir el extremo de plata en el trasero del menor. Abrió la puerta de su habitación y lo encontró sentado en la cama con sus pequeñas manos en sus rodillas, su cara reflejaba curiosidad mientras veÃa los cuerdas que se sujetaba en cada esquina baja de la cama, tenÃa un poco de miedo de lo que ocurrÃa, dio un salto al escuchar el rechinar de la puerta.
— Muy bien — HyukJae le sonrió de manera traviesa. Fue directo al cajón junto a la cama y sacó algo negro que no entendÃa bien lo que era — Extiende bien el pie — Donghae hizo caso y el mayor le colocó unas medias que le llegaban a casi su medio muslo.
— ¿Cómo se ven? — preguntó DongHae con la máxima inocencia que se podÃa ver en una situación asÃ.
— Perfecto — susurró el mayor pasando su mano por sus muslos y apretando con fuerza — Acuestate boca abajo — DongHae volvió a hacer lo indicado por HyukJae. El mayor tomo de su lubricante y empezó a tratar de adentrar su dedo.
— Me duele — dijo DongHae al sentir dos dedos dentro suyo.
— Cállate — HyukJae tomo la bella cola y la introdujo dentro escuchando al menor jadear y suspirar. Tomo las cuerdas con las esposas y las colocó en los tobillos del menor.
— ¿Qué pasa? — preguntó asustado el menor al sentirse amarrado.
— Te dije que te callaras — HyukJae tomo la otra cuerda y ató sus manos en su espalda, bajo de la cama y lo vio, como su trasero no se pegaba al colchón y su pene, rápidamente reaccionó a la imagen.
— Si fuera tu no me moverÃa tanto — HyukJae sonrió al ver como dejaba de mover sus pies — Son esposas antiguas, creadas para triturar huesos — soltó una carcajada al ver como su mirada le reflejaba angustia.
— ¿Me puedes soltar? — HyukJae negó viéndolo a los ojos.
— Hoy vamos a jugar... cuantas veces puedes llegar al orgasmo en un dÃa — HyukJae se acercó y paso su mano por la espalda del menor — Será un récord — paso su mano por el miembro del menor haciendo que soltara un gemido fuerte.
— Yo no quiero jugar — HyukJae movió un poco la cola haciendo que el menor levantara el trasero logrando que se pegara a su erección, ya que se entendÃa de rodilla en medio de las piernas del menor, la sacó de su pantalón y la acercó el trasero de DongHae.
— Apuesto que estas deseando que me adentre en ti y abra tu culo como la puta que eres — DongHae intento cerrar sus piernas, las palabras de HyukJae lo exitaban. Asà comenzó el mayor a jugar con el y le empezaba a encantar como ese hombre le daba nalgasos tan fuerte que le dejaban ardiendo su trasero. Sintió unos pequeños vibradores en sus pezones, lo hicieron saltar y morder su labio inferior — ¿Te gusta — preguntó acercando más al botón rosa de carne.
— Si — respondió con dificultad DongHae, y con eso llegó el primer orgasmo, con un simple estÃmulo en su pezón, al parecer esa zona era la indicada si lo que querÃa era ver al menor gritar de placer.
El segundo fue diferente, con un consolador que le golpeaba su punto cada segundo y lo hacÃa pegar cada vez más su trasero a esa erección que ya empezaba a estar más que lista para profanar esa entrada. Recordaba lo que le habÃa dicho a SiWon, sobre nunca tener sexo con un hombre, pero no podÃa evitar pensar en cómo se sentirÃa estar dentro de ese niño, debÃa estar más estrecho, más caliente y húmedo que cualquier mujer, sacó el consolador y acerco su miembro a ese pequeño espacio, metió la punta escuchando al menor jadear, se adentró por completo y el fue en esa ocasión el que dejó salir un suspiro, era mejor de lo que imaginaba, ese espacio lo recibÃa mejor que bien, dio un movimiento de cadera escuchando al menor gemir y el sintiendo como esas paredes lo envolvÃan y la humedad se mezclaba junto a la del menor, el segundo golpe fue más adentró y ese fue el que le dio pasa las las embestidas frenéticas y contrastes, DongHae sentÃa su vista nublada su piel llena de sudor y cada embestida lo dejaba sin aire, después de varios minutos sintió su trasero pegarse a la pelvis de HyukJae y como el mayor le dejaba los restos dentro de el, estaba cansado y lo único que sintió fue ser soltado de los amarres y una sobrecama siendo lanzada sobre el.
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