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Love's Way por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Sinceramente, quise haber publicado este capítulo el lunes, porque Lunes es el día de Love's Way. 

Pero, me alegro de haberme tomado mi tiempo de escribir todo lo que quería poner en este capítulo, así que henos aquí <3

 

Llamaron a la puerta, lo cual extrañó a Taemin. No esperaba a nadie, y tenía a penas unos pocos minutos de haber llegado a casa antes de tener que volver a salir para recoger a los niños del jardín de niños. Decidió que no debía de imaginarse un escenario de película de terror en su cabeza y lo mejor sería abrir la puerta.

Gran sorpresa que se llevó al ver a un repartidor de una florería entregarle un gran arreglo de azucenas rosas. Su sorpresa en realidad se centró en que las flores se encontraban en una maceta, agradablemente vivas y enraizadas. Ese sí que era un lindo detalle. El repartidor no fue específico en quien mandaba las flores, solo le preguntó a Taemin por su nombre antes de entregar el arreglo y despedirse. Taemin cerró la puerta, regresando a la cocina donde dejó las flores al centro de la mesa. Entonces notó la tarjeta acomodada entre los tallos de las flores.

<< Astrónomos.

Miradores de estrellas, como tú.>>

Taemin soltó una carcajada al leerla. En efecto, eran astrónomos, y él tenía cierta fascinación por mirar las estrellas; después de todo así habían conseguido Tokki y Yuseong sus apodos. Quién sea que le había mandando las flores, era alguien que le conocía demasiado bien. Alguien que sabía cómo hacerle sentir mejor cuando no estaba teniendo un buen día, y alguien que probablemente se encontraba pidiendo disculpas.

Jihoon.

Taemin exhaló guardando la tarjeta junto al libro de recetas que siempre tenía en al cocina. Luego hablaría con Jihoon, agradeciéndole la ofrenda de paz. Quizás el hombre no quería molestarlo, lo que parecía algo que todos los demás estaban muy seguros de hacer cuando le empujaban al tema de por qué no tenía citas de nuevo. Probablemente Jihoon se encontraba genuinamente preocupado de que no fuera feliz estando solo. Se tomaría algo de tiempo en explicarle que así como se encontraba actualmente, estaba más que contento.

Terminó de arreglar las flores, regándolas un poco. Recogió sus cosas y salió de casa para ir por los niños al jardín de infantes. Era un lujo que pocas veces se podía dar, recoger a su par de niños de la escuela y llevarlos a casa a tener una comida hecha por él. Pero su jefe se encontraba en unas merecidas vacaciones, que su esposa le había obligado a tomar; por ende Taemin había terminado con unas semi vacaciones que le permitirían una rutina más amable alrededor de sus pequeños.

El tráfico de medio día, las filas largas para recoger a los niños, y las pláticas sencillas entre padres que mataban tiempo en la espera de la hora de salida eran situaciones que Taemin atesoraba cada que podía disfrutar. Pero nada se compara a la felicidad que sus hijos mostraron al verle a él esperándoles en la entrada de la escuela.

Ambos niños colgados de su torso, esperando ser cargados hasta los asientos para niños en el auto de Taemin. No dejaban de parlotear acerca del día que habían tenido, de lo que habían aprendido que claramente era información muy nueva y que Taemin desconocía por completo. El camino a casa de ese modo fue mucho más rápido, y al entrar a su departamento ver el enorme arreglo floral era inevitable.

-Woaaah, es tan bonito.- Eunkyung corrió hacia la mesa, subiéndose a la silla para acercarse más a la maceta.

-¿Por qué hay flores?- Sangkyung sin embargo se mantuvo a lado de Taemin, mirándole en espera de una respuesta.

-Nos mandaron flores cariño.- Respondió sencillamente, sin dar más detalles ya que el niño no los pidió. -Bueno mis amores, hay que cambiarnos la ropa de escuela, ¿recuerdan?- Les llamó la atención,  enfilándoles hacia las escaleras para que cada uno fuera a su habitación a cambiarse. Recientemente había empezado a permitirles que escogieron por ellos mismos su ropa, aunque eso significara ayudarlos luego a ponérsela de manera correcta y aceptar que unos pantalones naranjas quedaban bien con una camisa rosa fosforescente.

Empezó a preparar la comida en lo que los niños bajaban, escuchando a lo lejos cuando llamaron a la puerta. Esta vez esa era una visita que sí esperaba.

-Jihoon.- Saludó alegre, dejándole pasar como siempre. Realmente quería agradecerle por el detalle de las flores, y la disculpa implícita que estás significaban. El hombre no había podido haber deseado molestarlo si estaba así de arrepentido.

Entonces Jihoon miró el interior del departamento.

-Hey Taem, vaya compraste flores.

Taemin a penas pudo darse cuenta que todo lo que se había imaginado había estado mal. Jihoon no le había mandado las flores, ni tampoco significaban disculpas. Maldición, incluso podía ser que Jihoon no tenía idea de por qué había estado mal que le insistiera en que tuviera citas de nuevo porque ya era hora. Miró a su amigo, tratando de entender la situación por completo. ¿Entonces de quien eran las flores? ¿Quién podría conocerle así de bien como para enviarle su flor favorita con una nota que dijera por qué lo era?

Se aferró al pomo de la puerta, tratando de mantener la calma.

-Eh, si…- Alcanzó a responder, mirando fijamente a la maceta rectangular en la que se encontraban plantados los astrónomos.

-Se ven bien...- Jihoon dejó algo de silencio colgando, antes de recuperar la palabra. Había notado la súbita rigidez en Taemin, y asumido a qué se debía a su pelea de la noche pasada. -Escucha Taemin, sé que me extra limité ayer. No era mi intención, espero que lo sepas. Sólo quiero asegurarme que estés viviendo tu vida feliz por completo, y no que estés reteniéndote de vivir de nuevo, porque crees que la responsabilidad de ser padre es incompatible con la de tener citas y enamorarte de nuevo. Quiero saber que si encuentras a la persona indicada, que sepa cuidar de ti y de los niños, no te niegues a su presencia. Porque es obvio que si algún día estás de nuevo con alguien, esa persona tiene que amar por completo a tus hijos. Yo sólo…te ofrezco una disculpa Taemin.

Exhaló desde el fondo de sus pensamientos. Y sin embargo Taemin parecía estarle prestando la más mínima atención, mordiéndose el interior de la mejilla mientras miraba las flores que adornaban la mesa.

-Esta bien Jihoon, te perdono.- Soltó sin cuidado, habiendo escuchado a medias el mensaje y sin darse cuenta de las verdaderas intenciones en él.

 

~*~

 

Minho revisó su celular que vibraba. Sonrió ante la respuesta de Taemin, estaban en casa así que podía visitarlos. Había tenido poco tiempo en la semana para ver a sus hijos, por tanto en cuanto pudo salir temprano de la empresa, le había mandado un mensaje a Taemin para saber si podía visitarlos esa misma noche. Era poco probable que Taemin le dijera que no, nunca le había negado de hecho. Pero había habido un par de veces que los niños se encontraban fuera de casa, así que Taemin le decía que fuera más tarde o que los visitara al día siguiente. Hoy había tenido la suerte de su lado.

Se encontraba de buen humor por eso, y por la buena noticia que les tenía. Tal vez también podría impresionar un poco a Taemin con su progreso en cómo convertirse en una persona totalmente cualificada para criar de sus hijos.

No se demoró en dirigirse al departamento, corriendo escaleras arriba y tocando el timbre con ahínco. Cualquier noche que pudiera visitar a sus bebés, era una buena noche.

-Hey, ¿corriste hacia acá acaso?- Taemin se sorprendió ante la pronta llegada de Minho. Le dejó pasar al departamento, cerrando la puerta tras de sí de inmediato. -Los niños fueron a lavarse las manos, todavía no hemos cenado. ¿Cenas con nosotros?

-Me encantaría.- Minho accedió rápidamente. -Y si digo que si, ¿me vería como un entusiasta padre que corrió hacia el encuentro con sus hijos?

Taemin rio, negando con la cabeza en lo que se dirigía a la cocina.

-Tal vez un poco, pero yo diría que eso es lo normal.- Admitió, acercándose a su encimera para tomar los platos con comida y moverlos a la mesa.

-Déjame ayudarte.- Minho se ofreció, tomando los platos que Taemin traía encima. Fue en ese movimiento que miró de reojo la ventana que se encontraba al costado del refrigerador. Solía dar hacia la parte trasera del edificio y por ahí se veía la luna. Claro que ahora parte de la vista estaba tapada debido a una maceta con flores. -¡Genial! Los astrónomos se ven hermosos.

El sonido de Taemin dejando caer algo le tomó desprevenido, prestándole inmediata atención.

-¿Tú fuiste el de los astrónomos?- Taemin le cuestionó, rápidamente luciendo aliviado. -Por supuesto que sí, ¿quién más me mandaría astrónomos hablando de Tokki y Yuseong? Maldición Minho, no tienes idea del susto que sentí al no saber quién había mandado flores a mi casa, hablando de su relación con mis hijos. ¡Qué no sabes que las tarjetas se firman!- Le regañó, colocando sus manos en jarra sobre su cintura. -Ni siquiera tus iniciales, hubiese sabido que eras tú si ponías tan siquiera una C de Choi.

Y Minho no pudo evitar reír. Taemin era lindo estando molesto, le parecía divertida la vista. Además, de que, Taemin tenía la extraña costumbre de llamarlo Choi cuando las cosas eran demasiado serias. Esta vez le había gritado por su nombre de pila, él realmente no estaba enojado.

-Estabas tan molesto el sábado…- Se encogió de hombros al explicarse. -Creí que podrían hacerte sentir mejor.

Taemin exhaló, volviendo a tomar lo que había soltado y llevándolo a la mesa. Negó un poco, pero terminó por sonreír.

-Si, me sentí mejor viéndolas, hasta que me di cuenta que no sabía quién las había mandado.

-Lo siento.- Minho rio. -La siguiente vez firmaré la tarjeta.- Le aseguró, sintiéndose orgulloso de haber podido decirlo de tal modo en que quedaría claro que le seguiría enviando flores, y que Taemin no le hubiese detenido de hacerlo de inmediato.

Siguieron bromeando por unos minutos, ajenos al par de oídos que al fin habían terminado con su titánica tarea de limpiarse para cenar, estando ahora emocionados por la presencia de ese adulto extra.

-¡Papá!

-¡Papi!

Sangkyung y Eunkyung bajaron las escaleras a trompicones, dando una vuelta demasiado cerrada en el último escalón para dirigirse a la cocina lo más rápido posible. Casi se estamparon contra las piernas de Minho, si él no se hubiese agachado primero para recibirles en un abrazo.

-¡Aquí están! Llevo esperándolos por siempre.- Exageró, haciendo reír a ambos niños al picarles el vientre. -¿Cómo han estado, par de monstruillos?

Ambos niños empezaron a hablar uno por encima del otro, siendo un poco difícil de seguir sus respuestas. Sin embargo Minho fue paciente, tratando de desenredar todo lo que le decían. Por suerte, siempre contaba con Taemin especificando en las partes difíciles de entender.

-¿Vas a… vas a comer con nosotros?- Sangkyung preguntó en el momento en que Minho lo alzó del suelo para sentarlo en la silla adaptada para que comiera en la mesa.

-Así es Tokki.

-¿Y, y, vas a contarnos un cuento? ¿Jugar con nosotros?- Eunkyung fue la siguiente en preguntar cuando su turno de subir a la mesa llegó.

-Por supuesto, me gusta jugar con ustedes, y contarles cuentos.- Les aseguró. -Pero primero, hay que comer la cena.- Les convenció, regalándoles un beso en la frente a cada uno, ganándose sus risas emocionadas.

La cena estuvo llena de ruido y conversaciones que los mellizos dirigían acerca de todo y nada. Después de cenar, corrieron a su sala de juegos, inventando un extenso escenario en el que eran piratas, y Minho por supuesto el pirata enemigo que quería robarles su tesoro. Entre risas y gritos, se cansaron más rápido de lo usual, permitiendo que una vez más Minho ayudará en su rutina para antes de ir a dormir. Y así fue como los terminó llevando acostar, después de haberles leído un cuento para dormir, asegurándose de que estuvieran bien arropados. No tardaron mucho en quedarse profundamente dormidos, iluminados cada uno por la pequeña lámpara de noche que tenían en sus respectivas habitaciones.

Minho exhaló, entrecerrando la puerta de Sangkyung al momento de dejar su habitación. Taemin le había permitido estar a solas con los niños al momento de contarles el cuento y meterlos a la cama. Se lo agradecía, la confianza en tal tarea, pero junto a eso Minho sólo podía recordar las mil preguntas que tenía con respecto a la crianza de los mellizos.

Bajó las escaleras, volviendo a entrar a la cocina para encontrar a Taemin terminando de limpiar y recoger todo. Era una escena tan hogareña, que pudo sentir como todos sus deseos se estrujaban ante el recordatorio de que era algo que no tenía. No tenía un hogar con Taemin, a pesar de si tener una familia con él.

-Taemin, ¿puedo hacerte una pregunta?- Cuestionó, tomando un lugar en la mesa en el momento en que Taemin asintió. -¿Por qué los niños duermen en diferentes habitaciones? ¿No están muy pequeños aún como para que ya no compartan habitación? No lo sé, incluso creería que todavía estarían durmiendo contigo.

Taemin suspiró, como si estuviera exhausto de que le cuestionaran cada paso en su vida. Quizás era así, pero Minho no podía detener su curiosidad.

-Son pequeños, pero también son cercanos.- Taemin inició la explicación. -Han estado juntos desde antes de nacer, y aunque ahora están aprendiendo a compartir, también quisiera que tuvieran cada uno su propio lugar, que está bien que se vean como un individuo ajeno al otro.

-Pero son pequeños aún.- Minho sabía que Taemin tenía un punto en ello, y aún así no podía evitar pensar en que cada uno de sus bebés durmiendo solito era una visión muy aterradora.

-Y es por eso que si tienen miedo, pueden ir a mi habitación a pasar la noche. También tienen sus luces de noche. Si durmieran en la misma habitación, probablemente uno de los dos convencería al otro de ir a dormir conmigo. Me gusta que tomen sus propias decisiones.

-Son bebés.- Minho sabía que tenía razón, torciendo los labios en un puchero totalmente ajeno a su edad.

Taemin rio, entendiendo que Minho realmente no estaba criticándolo. Sólo tenía una idea de cómo debían dormir los niños pequeños, diferente a la suya. No podía enojarse con él, porque ciertamente Minho no estaba al corriente de cómo es que Taemin los criaba, más allá de lo poco que había estado participando el par de meses en que había estado en contacto con los mellizos.

-Pronto dejarán de serlo, Min.- Le advirtió. -Y pronto también dejarán de ser niños, cuando menos te lo esperes serán adultos, con sus propias vidas. Quisiera hacer lo mejor que puedo para que sean adultos completos. Me gustaría que ayudarás a que crezcan de tal modo.

Y Minho no podía evitar sentirse hinchado de felicidad y orgullo. Taemin realmente estaba invitándole a ser parte de la crianza de los niños. A tomar decisiones en conjunto. Estaba ciertamente extasiado ante tal muerta de confianza por parte de Taemin.

-No hay motivo alguno para que ahora, que sé de su existencia, deje a mis hijos.- Asintió. -De hecho, quería comentarte algo. La empresa me facilitó un aval, para conseguir un automóvil. Así que pronto conseguiré uno.

-¿En serio? Vaya, eso es absolutamente genial Minho.- Taemin le felicitó genuinamente. -Los niños se van a volver locos cuando vean tu auto nuevo. Espera, Choi, no vas a poder subirlos si no tienen sus asientos para coche. Tenemos que ir a comprarlos pronto…- Taemin rápidamente agregó.

-Por supuesto.- Accedió rápidamente. -También hay otra cosa de la que me gustaría hablar…- Sabía que está vez no sería tan sencillo, que Taemin se pondría a la defensiva. Así que apretó los labios pensando bien en qué decir.

-¿Qué ocurre Minho?

-Taemin, deberíamos arreglar la situación de los niños con nuestros abogados.

Taemin se tensó, su espalda rígida y los ojos bien abiertos. La sorpresa en su rostro no pudo deshacerse más rápido de lo que el terror apareció.

-Dijiste que no me los quitarías.- Le acusó, retrayéndose rápidamente. -No puedes hacerme esto, estás viendo a los niños, hablas con ellos, no puedes quitármelos.

Minho  se apresuró a tomarle de la mano con la que Taemin se estaba sosteniendo de la mesa, parecía apunto de empezar a empacar sus cosas y salir corriendo a la ciudad más lejana que pudiese alcanzar corriendo. Sólo le tomó un segundo hacer que Taemin dejara de encajar sus uñas en la mesa.

-No te los quitaré Taemin, lo sabes.- Reiteró. -Pero me preocupo. Yo no he estado aquí por cuatro años, si te pasara algo, y ojalá eso no pase nunca, podrían quitarme a los niños por eso. Quiero que todo esté en regla. Además, te lo he dicho, debería estar pagando por las cosas de los niños también. Tengo un sueldo fijo ahora, quiero hacerlo. Y no es solo eso, ¿qué tal si un día decides que ya no quieres que esté presente en la vida de Eunkyung y Sangkyung? También los necesito en mi vida, necesito a mis hijos.

-Yo jamás…- Taemin inició, echándose hacia adelante casi excusándose.

-Taemin, vamos, te conozco. Sé que desde el día uno pensaste en la idea de tomar a los niños y escaparte, cambiarles el nombre y mudarte a Japón.

Minho sólo no se rio por la seriedad del asunto, pero Taemin se veía adorable totalmente avergonzado de ser transparente y que su plan de escapar siempre hubiese sido conocimiento de Minho.

-Sólo quiero saber que tengo el derecho de verlos cada dos fines de semana, si un día dejamos de estar en buenos términos.

-¿Por qué habría de pasar eso? Somos amigos.- Taemin frunció el ceño.

-Sí, bueno…- Minho deseó haber agregado que esperaba que no fuera siempre así. -¿Y si te dijera que estoy buscando un apartamento nuevo, en donde los niños tengan sus habitaciones? Que espero algún día sea una casa, con jardín y todo. Así los niños podrían enlodarse jugando y corriendo.

Taemin mordió su labio inferior, asintiendo.

-Tienes razón, necesitamos arreglar esto con abogados.

-Taemin, que no te los voy a quitar.- Insistió. -Sólo quiero seguridad.

-No puedes hacerme esto ahora, mi jefe está de vacaciones, no sé dónde encontrar a un abogado…

-Taemin, no te demandaré mañana.

-¿Me vas a demandar?- El grito de pánico en la voz de Taemin hizo que Minho tratará de regresar sus palabras.

-No, no lo haré. Era un ejemplo…- Suspiró. -Nada en esta conversación está yendo en la dirección que creí.

-Bueno, si no intentaras demandarme.- Reclamó el menor. -Sólo dame tiempo, mi jefe es lo más parecido a mi abogado, así que no es algo que podamos arreglar ahora.

-Todo el tiempo que necesites, ¿pero entiendes por qué ocupo que esto se aclare?

Taemin exhaló, apoyando su cabeza sobre los talones de sus manos. Miró a Minho, imaginándose si estuviera en su lugar.

-Supongo que sí. Lo entiendo. Quieres a los niños, tanto como yo.- Masculló, frotándose el rostro. -¿De verdad no me los vas a quitar? Mañana, cuando busquemos un acuerdo de custodia, ¿no debo esperar que me traiciones buscando su custodia permanente?- Le tembló la voz al final de su pregunta.

-No podría hacerles eso, no a ellos, ni a ti. Separarlos sería un crimen.- Le aseguró.

-Pero también lo sería negarte tus derechos a ellos.- Taemin accedió. -Está bien, lo arreglaremos. Pero, deberías pedir más tiempo con ellos, no solo cada dos fines de semana.

-Eres increíble.- Minho empezó a reírse, quizás un poco demasiado, tan sólo no podía creerlo. -Estabas acusándome de querer quitarte a los niños, y ahora me dices que exija más tiempo con ellos.

-Ellos te adoran, y tú los amas.- Taemin comentó con naturalidad, encogiéndose de hombros.

También te amo a ti. Sólo lo pensó, pero Minho sabía que no era prudente decirlo. Taemin, desde su reencuentro, jamás le dio señales de que eso sería posible. Además, le había dejado más que claro que le gustaba estar soltero.

-Bien, ahora ¿quisieras contarme por qué tu jefe es tu abogado? Creí que trabajabas con un economista, eso era lo que solías estudiar.

Un suspiro salió de Taemin antes de levantarse de su silla y soltar una pequeña risa.

-Estudio economía, mi jefe no es economista. Y en realidad, es una historia un poco larga el cómo llegué a trabajar con él. Si tienes tiempo, podría hacer café.

-Tengo toda la noche Taem.

Notas finales:

Pronto dejaremos de enfocarnos tanto en la situación con los mellizos, para pasar por completo a Minho y sus intentos de conquista hacia Taemin, pero primero debe dejar todo arreglado por si no tiene resultados favorecedores UwU  

 


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