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Love's Way por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Es jueves, y son las 12:30, pero actualizaré esta historia, porque sí xd

No actualicé antes, porque me quedé pegada a un libro hasta que terminé de leerlo, cosas que pasan x)

-¡No vayan a irse muy lejos!- Taemin exclamó, usando sus manos como megáfono para que los niños escucharán sus palabras. Probablemente no lo habían hecho, su mente estaba puesta en su juego, y esa era otra razón para no quitarles la vista de encima.

Era, sin embargo, extraña la sensación de no tener que dividir la atención entre sus hijos y el entorno, ya que sabía que Minho también estaba atento al par de bebés. Desde que habían llegado al parque, y Minho les saludó a lo lejos, él no había dejado de mirarlos, con la luna en los ojos y una enorme sonrisa. Una vez más, Eunkyung había corrido hacia él, saludándole alto y alegre. Minho no dudó en acuclillarse y extender los brazos, aceptando el abrazo que la niña quería darle. Sangkyung se acercó luego, y a diferencia de su hermana, él pidió ser alzado del suelo y durar un poco más en brazos de Minho.

Los niños jugaron con él por mucho rato, haciéndole correr de un lado a otro, mientras él intentaba atraparlos y fingir convertirse en el malvado lobo feroz que se comería a un par de niños en estofado. Ellos reían, brincando fuera de sus brazos en cuanto él estaba demasiado cerca de al fin atraparlos. Y por supuesto, verlos reír y divertirse, hacía que Taemin sintiera que tal vez las cosas tenían que ser así, que aunque tuviera miedo, debía dejar que el curso de las cosas siguiera tal cual. Exhaló, sentándose en la banca que tenía detrás de sí. Los mellizos al fin habían dejado que Minho tomara un descanso, decidiendo hacer una pequeña carrera entre ellos. Desde donde estaban hasta el árbol que lucía un bonito nido de pájaros en una de sus ramas bajas. Sólo debían correr en línea recta, pero Taemin los conocía demasiado bien como para saber que no lo harían exactamente.

-¿Es que nunca se cansan?- Minho exhaló, sentándose a su lado.

-Minho, tienen cuatro años.- Rió, rodando los ojos antes de mirarle. -No, no lo hacen.

-Es tan difícil seguirles el pasó.- Negó vehemente, mirando como los mellizos ya no se encontraban en su carrera, sino que Eunkyung perseguía a Sangkyung con lo que parecía ser un enorme caracol en la mano. ¿De dónde lo había tomado? Minho no les había sacado los ojos de encima, y aún así no había podido ver de dónde había salido ese animalillo.

-Te falta condición, no es nada que no ganes con el tiempo.- Taemin desestimó, torciendo los labios en una sencilla sonrisa. -Además, están muy felices de verte, eso los hace estar todos llenos de energía…- Mordió su labio inferior, antes de atreverse a admitir. -Han formado un lazo contigo, que no tienen con nadie más…Supongo que, la sangre llama.

-Taemin…- Sostuvo el aliento, mirándole por un momento.

-¿Sabes? Eunkyung detesta las zanahorias, como yo.- Cambió rápidamente la conversación. -Pero a Sangkyung le gustan mucho; me preguntó si a ti te gustaban. ¿Te gustan? Creo que podrías decirle tu respuesta.

-En realidad sí, me gustan. Se lo diré.- Asintió, observando como Taemin se aferraba al filo de la banca con ambas manos. Era tan fácil notar cuando Taemin no se encontraba del todo cómodo, pero también seguía ahí, haciendo lo posible y correcto. -Taemin…

No supo realmente qué decir. En cambio le contempló. El cabello de Taemin era negro, hacia los tonos fríos en vez de cálidos, como lo era su propio cabello castaño. Los mellizos tenían, sin embargo un tono de cabello negro cálido, una mezcla perfecta del color de cabello de ambos. También lo había notado en el color de sus ojos. Sangkyun los tenía más parecido a los de Taemin, mientras que Eunkyung a los suyos. En realidad, le hacía sentir demasiado cálido y feliz ver la exacta mezcla entre ambos que habían heredado los niños. Hubiese amado si los niños se veían exactamente a Taemin, pero saber que había tanto de los dos en ellos, le daba la sensación de que realmente habían nacido del inmenso amor que una vez se tuvieron.

Ahora, mientras miraba a Taemin, con su vista pegada en sus bebés, sonriendo ampliamente mientras los niños jugaban, podía verlo realmente. Ese inmenso amor que alguna vez Taemin sintió por él, ya no estaba. Pero eso no significaba que hubiese desaparecido en la nada, puff y dejado de existir. El amor simplemente se había transformado y cambiado de receptor, ahora dirigido hacia ese par de niños que sostenían la vida de Taemin en su sonrisa. Le dolía un poco ahora, saber que tenía que admitirlo, pero también estaba enormemente tocado por el hecho de darse cuenta de lo mucho que Taemin podía amar. Tal vez si se esforzaba, un día ese amor podría volverse a transformar, crecer y multiplicarse, pudiendo volver a ser receptor de tan siquiera un poco de su cariño y atención.

-¿Te parece si les compramos helado a los niños?- Comentó, después de un tiempo. Taemin no pareció haberse dado cuenta de los largos segundos en los que estuvo observándole.

-¿Helado?- El menor mordió su labio inferior, pensando. En realidad no solía permitir que comieran muchas cosas fuera de casa, pero tampoco podía privarles de todas las experiencias. -Supongo que realmente está haciendo calor.- Asintió. -Es buena idea.

Había un camión de helados en una de las entradas del parque, así que Minho se ofreció a pagar por ellos. Taemin llamó a los mellizos, para que se acercaran, ambos tomando su mano al ver qué Taemin se había puesto de pie.

-¿Ya nos vamos?- Eunkyung preguntó, mirando de Taemin a Minho.

-No cariño, vamos por un helado. ¿Te gusta la idea?- Taemin río al ver cómo ambos niños se iluminaban y asentían freneticamente.

-¡Yo quiero helado!- Sangkyung brincaba, todavía tomado de la mano de Taemin, jalandole arriba y abajo.

-¡Yo también!- Eunkyung imitó a su hermano, logrando que Taemin se viera algo mareado debo a los dos niños jalando sus brazos.

-Entonces deberíamos ir.- Minho rio por lo bajo, creyendo que era totalmente adorable cómo se veían sus hijos, y al mismo tiempo agradeciendo no ser él quien estaba siendo casi arrastrado por un par de bebés saltarines. -¿Vamos?- En realidad no lo pensó, estiró su mano ofreciéndola a que alguien la tomara. Tampoco se sorprendió mucho al ver qué Eunkyung era quien soltaba a Taemin para tomarle de la mano.

-¿Puede ser de fresa?- Le preguntó, dando enormes pasos para seguir los pasos de Minho. En cuanto Minho lo notó, disminuyó su ritmo, con medios pasos para que la niña no tropezara.

-Si bebé, puede ser de fresa.- Tampoco lo pensó, la palabra bebé había entrado en su oración de manera natural, porque así la veía. Era una adorable bebé, su bebé.

No esperó ver a la niña tan ofendida.

-No soy un bebé.- Le reclamó, frunciendo el ceño, y la boca, del mismo modo en qué Taemin lo hacía. ¡Incluso había dado un pisotón contra el suelo de la manera en que Taemin solía hacer sus berrinches!

Oh cielos, Eunkyung es totalmente parecida de Taemin. No pudo evitar pensarlo, la niña le miraba enfurruñada, mientras detrás de ellos se escuchaba la ligera risa de Taemin.

-Perdón…- Comentó algo dubitativo, ¿qué había de malo en decirle bebé cuando si lo era? -¿Cómo te gustaría que te diga?

Eunkyung suspiró, casi rodando los ojos, y de nuevo confirmándole a Minho que ella había heredado demasiadas actitudes de Taemin. La niña miró hacia atrás, a Taemin, luego volviendo a ver a Minho.

-Mamá me dice Yunseong, y princesa.

-Lo sé, he escuchado que te dice así.- Asintió. -¿Quieres que te llame así? ¿Princesa Yunseong?

-¡Sí!- Y ella lucía tan feliz de que sus apodos fueran juntados en uno nuevo, que Minho sintió realmente derretirse ante la sonrisa de su hija.

Mientras los niños miraban con asombro los trucos que el vendedor de helados hacía al momento de servirlos, Taemin se acercó a Minho para comentar con discreción.

-No llames bebé a los bebés, no les gusta en lo absoluto.- Rio de manera suave. -A ninguno de ellos, siempre lo oigo cuando tengo la oportunidad de pasar por los niños al jardín de infantes. Nunca falta el niño de algún grado superior, que acompaña a sus padres a recoger a un hermanito o hermanita, y entonces dice que hay muchos bebés. Todos ellos se enojan y dicen que no son bebés.- Volvió a reír, cruzándose de brazos ante la imagen mental. -Es adorable.

-¿Adorable? Lo único qué pensé al verla molesta, es que había hecho enojar a una mini tú.- Fingió tener un escalofrío, provocando que Taemin esta vez riera alto.

-Lo siento.- Se disculpó con las demás personas haciendo fila por haber sido escandaloso. -¿Tan terrible?- Le reclamó a Minho, sin realmente sonar ofendido. -Supongo que es natural, los niños me han visto enojado, así que lo copian.

-Taemin, algunas cosas simplemente se heredan.- Insistió, porque simplemente había sido tan natural el rodar de ojos en Eunkyung, que ella no podía haber pensado en actuar como Taemin antes de hacerlo.

Taemin volvió a reír, luciendo un poco más desafanado de aquella usual tensión que había acerca de compartir a los niños. Minho podría catalogarlo como que había sido realmente un buen día. Llevaron a los niños de regreso a la banca donde antes habían estado sentados, para que comieran su helado tranquilamente. Claro que, al terminarnos, los niños habían vuelto a salir corriendo y seguir jugando.

Y aunque fuera sólo eso, verlos jugar, tomarles de la mano mientras les llevaba a comprar helado, incluso escucharles hablar acerca de lo que aquella ardilla seguramente estaba haciendo mientras escalaba el árbol,  con eso era más que suficiente para hacerle sentir feliz y completo. Al fin estaba completo.

-Minho…

Taemin fue interrumpido al instante por el sonido del celular de Minho. Se limitó a encogerse un poco de hombros y hacerle una señal para que respondiera la llamada. Realmente odió no poder saber qué era lo que Taemin le diría. Pero tampoco pudo darse el privilegio de no responder su celular, al notar que le estaban llamando de las oficinas donde había hecho su entrevista de trabajo.

Respondió rápidamente, escuchando lo que le estaban comunicando. Asintió todo lo que pudo, escuchando las indicaciones y agradeciendo al final de la llamada. Todo se había sentido tan rápido, que le tomó un par de segundos después de colgar para poder procesar lo que había oído.

-Me dieron el puesto…- Exhaló, ligeramente en shock. -¡Ellos me dieron el puesto! Quieren que vaya a firmar mi contrato.

-¿De verdad?- Taemin se sorprendió, absorbiendo un poco del estado de shock de Minho. -¡Minho, eso es fantástico!- No lo pensó mucho, sólo se estiró para darle un abrazo a Minho, felicitándole.

-¡No!- No hubo mucho tiempo para que ambos adultos procesaran el abrazo, realmente no había otra intención además de una sincera felicitación. Y, por otro lado, ese de por sí corto abrazo, fue interrumpido por Sangkyung que no solía ver con agrado cuando alguien aparte de él o su hermana se acercaban demasiado a Taemin. Escaló entre ambos adultos, hasta poder pedirle brazos a Taemin y que le sentara en su regazo, empujando lejos a Minho.

-Tokki, cariño, le han dado una buena noticia a Minho.- Taemin explicó tranquilamente, sin molestarse demasiado con los celos propios de la edad. -Cuando le dan una buena noticia a alguien, hay que felicitarle.- Le picó un costado, hasta hacer reír a su hijo.

Sangkyung terminó por asentir ante lo que Taemin le había dicho, dejando de verle por un momento, para fijar su mirada en Minho.

-¿Te dieron un regalo?

Minho rio ante aquella pregunta. No entendía cómo la explicación de Taemin le había llevado a creer que la buena noticia de Minho era un regalo, pero lo tomaría.

-Algo así. En realidad, ahora podré tener regalos.- Le explicó, cepillando el cabello del niño. -Y eso me hace muy feliz. ¿Qué haces cuando estás feliz?

-Um.- El niño lo pensó, frunciendo el ceño en concentración. -Juego, y rio, coloreo, y…y…muchas cosas.- Terminó por responder, al no tener más que decir.

-Oh, ya veo. Entonces cuando a llegue a casa, esta tarde, voy a colorear.- Le aseguró. -Ahora, ¿me darías un abrazo? Me gustan los abrazos.

Sangkyung volvió a pensarlo antes de asentir. Abandonó el regazo de Taemin para ir a abrazar a Minho, y quedarse sentado en su regazo. Al niño simplemente le gustaba estar en brazos, a diferencia de su hermana, que siempre prefería estar en el suelo corriendo.

-¿Podemos ir con los tíos Jjong y Onew ya?- Eunkyung regresó de correr, sus rodillas manchadas de pasto, al igual que las puntas de sus zapatos.

-Por supuesto cariño, pronto iremos.- Taemin la tomó en brazos, evitando que corriera de nuevo. Si Minho tenía que irse a firmar su contrato, entonces lo mejor sería empezar a irse.

-¿Vas a ir con nosotros?- Pero Sangkyung no tenía idea ni siquiera por qué había felicitado a Minho con un abrazo. Él sólo quería saber si podía seguir jugando.

-Perdóname, pero no puedo ir con ustedes.- Minho tocó la punta de la nariz de su hijo, tratando de distraerle.

-¿Por qué?- Lloriqueó.

-Cariño, Minho tiene algo importante que hacer.- Taemin intervino. -Los adultos siempre tenemos que hacer trabajos, ¿recuerdas?- Comentó, sonriendo cuando su hijo asintió. -Minho irá a trabajar, pero estoy seguro que cuando se desocupe, te mandará una foto del bonito dibujo que dijo que iba a colorear llegando a casa.- Alzó la mirada, riendo por lo bajo  cuando Minho tuvo que agarrar rápidamente la idea.

-Así es, ¿qué te gustaría que dibujara y coloreara?- Miró al niño, Sangkyung tenía la costumbre de ponerse un dedo entre los labios al momento de pensar, Minho podía reconocer eso como un gesto que se usaba mucho en las caricaturas.

-¡Un conejo!- Exclamó.

-¿Un conejo? ¿Cómo tú?

-Sí, un conejo llamado Tokki, como yo.- Repitió. -Me llamo Tokki, mamá me dice Tokki. Dijiste que le dirías Yunseong a mi hermana, ¿me dirás Tokki?

Minho se sorprendió un poco de ver que Sangkyung había estado atento a lo que él y Eunkyung platicaban cuando la llamó erróneamente bebé. Ambos realmente estaban muy atentos a todo, para ser sólo niños de cuatro años.

-Sólo si me dejas llamarte así. Tokki es un bonito nombre.- Asintió con la cabeza, permitiendo que su hijo se levantara y se parara en la banca.

-Me gusta ser Tokki, -entonces se acercó como si quisiera susurrarle al oído un secreto- me gusta más que Sangkyung.

-Oh, ya veo.- Minho rio, alzando un poco la vista para ver si Taemin había escuchado o no. El rodar de ojos de Taemin, y su sonrisa, demostraban que en efecto había oído lo que su hijo había dicho. -Pero, ¿no te gusta que te digan Kyunggie nah?

Esta vez el niño frunció el ceño, procesando la pregunta, volvió a sentarse en la banca, esta vez sin estar en el regazo de alguno de los adultos, pero sí entre ellos. Se veía duramente concentrado en esa pregunta.

-Bien hecho, le has dado algo en qué pensar por cinco minutos.- La felicitación de Taemin fue una mezcla de sincero reconocimiento, y un poco de ironía.

-¿Estará bien?- No supo realmente de dónde salió su preocupación, pero trató de controlarse.

-Lo estará.- Afirmó. -He leído que es normal que los niños jueguen a ponerse otros nombres, eventualmente se conciliarán con el suyo. Además, una vez nos subamos al auto, se olvidará de la pregunta, por estar practicando los números. ¿No es así cariño?- Le recordó. -¿Vamos a jugar a contar los autos de color rojo?

-¡Si!

-¡Yo también quiero jugar!

Ambos mellizos mencionaron, provocando que Taemin riera. Una vez más, Minho sintiéndose que se derretía ante el encanto de esa situación. Sus hijos aprendiendo a contar, Taemin riendo por su obvio entusiasmo, saber que ese par de niños le habían dado permiso de usar esos apodos tan importantes. Toda esta situación, simplemente era lo mejor que podía pasarle en la vida.


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