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Love's Way por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

No había tenido acceso a Amor Yaoi, no sé por qué. Mi computadora seguía bloqueando la página y no podía acceder :/ Del mismo modo, ya me dejó entrar, así que me pondré al corriente con las cosas que no he subido aquí <3

-Entonces el conejo brincó arriba de la…la…la…- Sangkyung dejó de colorear para llevarse un dedo a la boca en lo que pensaba cómo se llamaba lo que quería decir. -Ah.- Señaló su dibujo, para explicarse.

Si tan sólo eso hubiese sido de ayuda para Minho. Veía un árbol, el cielo estaba pintado hasta arriba de color azul celeste, y un lindo sol circular con una enorme sonrisa iluminaba todo desde la esquina superior derecha. Fuera de ahí, no sabía describir que más había en su dibujo. Se giró un poco, tratando de rogar por ayuda a Taemin, quien sólo rodó los ojos con una enorme sonrisa de satisfacción.

-Barda cariño, eso es una barda.- Taemin se agachó, señalando las muchas rayas que cruzaban el dibujo del niño, para probar su punto. -Que bonita te quedó.

Minho se sintió estupefacto. ¿Cómo rayos Taemin podía distinguir que eso era un barda? ¿Cómo podía decir que Eunkyung tenía sueño hacía cinco minutos cuando en realidad se encontraba corriendo por toda la habitación como si no hubiese mañana? ¿Cómo Taemin podía saber tanto y no lucir agobiado?

Sangkyung se talló los ojos, bostezando en seguida. A diferencia de su hermana, él era mucho más tranquilo al momento de anunciar que tenía sueño. Dejó los colores que estaba utilizando de lado, levantándose del tapete y dirigiéndose al sofá donde su hermana se había quedado dormida. Se recostó a lado de ella, llevándose un dedo a la boca y cerrando los ojos eventualmente.

Para Minho eso fue sorprendente, Sangkyung era el niño más ordenado al momento de ir a tomar una siesta. Eunkyung había corrido lejos de Taemin en cuanto vio que quería atraparla para mecerla un rato antes de caer rendida ante el sueño.

-Son tan diferentes…- Susurró por lo bajo. No quería perturbar el sueño de los mellizos, no cuando lucían tan adorables durmiendo.

-Lo son ¿cierto?- Taemin exhaló, poniéndose en pie, para buscar una pequeña manta en uno de los baúles de la sala. No todos tenían juguetes guardados, Minho se había enterado un par de visitas atrás. Entre materiales para manualidades, o cosas para limpiar que no fueran tóxicas, Taemin los usaba para todo, sobretodo en esa habitación. Los niños habían aprendido a guardar sus cosas en su lugar correspondiente sin dudarlo en ningún momento.

Después de cubrir a los niños, Taemin le indicó a Minho que le siguiera, saliendo de la habitación. Entrecerraron la puerta apenas lo suficiente como para que la luz de afuera no les molestara al dormir, ambos dirigiéndose al pequeño comedor que estaba incluido en la cocina.

-Es algo tarde para una siesta, no creo que vayan a despertarse hasta mañana ya.- Taemin se cruzó de brazos, exhalando. -Se emocionan mucho cuando vienes, les gusta jugar contigo. Y eso los deja exhaustos.

 No pudo esconder la sonrisa en su rostro, Minho sinceramente se sintió orgulloso de saber que estaba creando un lazo con sus hijos. Tenía poco más de mes y medio de visitarlos cada fin de semana. Y aunque al principio le fue algo difícil lograr que Eunkyung confiara en él, al ver que tanto su hermano, como Taemin le hablaban tan animosamente, ella había terminado por ceder.

-En realidad…Me sorprende.- Admitió, sin saber que más decir. Todavía le faltaba mucho por aprender de los niños, o de cómo ser papá, pero, saber que ese par de bebés se emocionaban tanto con sus visitas, le daban los ánimos suficientes como para comentar lo que había tenido en mente desde hacía un par de semanas. -Taemin yo…

-Minho…

Se miraron. Habían hablado al mismo tiempo, dejando un enorme silencio entre ambos resonar por un par de segundos. Taemin señaló a la mesa, indicándole a Minho que se sentara. Salió por un segundo del lugar, regresando con su laptop y un par de libros.

-He estado pensando, y creo que es injusto de mi parte el no mostrarte más de los niños.- Exhaló, sentándose a su lado, mientras le pasaba los libros y encendía su laptop.

Minho contuvo el aliento al ver las portadas del par de libros. No eran libros, eran álbumes fotográficos. Y aunque eran dos, de hecho ambos estaban dedicados a los dos mellizos. El primero era de los dos primeros años de vida de los niños. El otro no estaba terminado aún, y correspondía a las edades de tres y cuatro años. Su corazón latía rápidamente, sintiéndose algo mareado. Sus bebés…Podría al fin ver cómo habían sido sus bebés…Mordió el interior de su mejilla, sintiendo la aprensión sobre su pecho. ¿Quería verlos? Sabía que la respuesta era sí, pero estaba totalmente aterrado. ¿Qué tal si cuando viese las fotos se sentiría culpable por no haberlos visto con sus propios ojos? Soltó el aire que soportaba de manera pesada, remarcando las letras del álbum en sus manos.

-¿Minho?- Taemin soltó su laptop, para mirarle por un segundo. -¿Está todo bien?

-No puedo Taemin…- Masculló. -Simplemente…necesito saber algo primero…- Inhaló fuerte, porque necesitaba más que valor para señalar al elefante en la habitación. La mayor duda que habría entre ellos. -¿Cuándo supiste acerca de los niños?

Taemin tragó, apretando sus labios en una línea antes de asentir. Confesar la verdad sería difícil, pero, si estaban tratándose así de seguido, por el bien de los niños, lo mejor sería hablar de frente.

-El día que…- Pensó bien en cómo poner sus palabras. -El día que me dijiste que te ibas a marchar, fue el día que supe.- Admitió. -Es lo que tenía que decirte, cuando dejé que hablaras primero.

-Tú…ya sabías de ellos…- Entonces todo el aire en el mundo fue totalmente insuficiente para Minho. Desde que supo de los niños, creyó que tal vez no saber de ellos, había sido totalmente su culpa al haberse ido, sin mirar atrás. Ahora, saber que en realidad había tenido oportunidad de haber sabido de los niños mucho antes, y que Taemin simplemente no lo hizo, le estaba doliendo en la boca del estómago. -¿Por qué? ¿Por qué no lo mencionaste esa vez?- Jadeó, sintiendo que estaba apretando fuerte el álbum entre sus manos. -¿Quién crees que eres, para guardar tal secreto? ¡También son mis hijos!

-¡Minho!- Taemin le interrumpió, sacándole del estado compungido y enojado que estaba. Le hizo soltar el álbum, tomándole de las manos por un momento. -Escucha, te amaba, ¿de acuerdo? No quería que hicieras algo que no estabas sintiendo. De saber lo que estaba pasando, te hubieses quedado a hacerte responsable. A pesar de que eso no era lo que querías en ese momento. Lo hubieras hecho por obligación, y no por amor.- Explicó, suspirando largamente. Soltó a Minho, apoyando el codo sobre la mesa y recargando su cabeza sobre el talón de la mano. Miraba la pantalla de su laptop, donde se veía abierta la carpeta con algunos videos de los mellizos. -No quería eso, no para ti, menos para mis hijos. En cuanto supe de mi embarazo, amé a ese ser, que luego me enteré eran dos. Quería una familia, una casa, un perro. Pero tú no querías eso. Querías viajar, conocerte, descubrir el mundo. Yo sabía quién era, y qué quería.- Rio por lo bajo, sonando cansado, y por un momento sus hombros se hundieron. Volteó a mirar a su antiguo amante, y por ese breve momento, se permitió dejar de lado su apariencia fría y distante hacia él. -Los amé por los dos, les di todo el amor que pude darles, y más, porque quiero que lo sepan. Lo muy amados que son. Si realmente quieres y puedes amarlos, eres más que bienvenido a estar en su vida, pero no por obligación. De esas ya hay muchas historias, y nunca terminan bien.

Minho apretó la boca, sin palabras para expresarse. Seguía enojado, pero una parte de sí entendía el motivo por el que Taemin le escondió la existencia de los mellizos. Taemin había dicho que le amaba lo suficiente, como para sacrificarse de tal modo.

-Creo que me amaste más de lo que yo te amé…- Susurró, sin darse cuenta que estaba hablando en voz alta. La realización le había caído como un balde de agua fría, despertándole después de tanto tiempo. Taemin le había amado profundamente, pero ya no lo hacía. Y sin embargo, él había vuelto luego de tanto tiempo, buscándole, porque todavía le amaba. Amaba a ese Taemin que había dejado atrás hacía cuatro años, y ahora veía a un nuevo Taemin, producto de aquel chico que tuvo que crecer rápidamente para poder cuidar bien de sus bebés. Y también le estaba amando.

-¿Qué se le puede hacer?- Taemin soltó, media sonrisa en el rostro. Ahora que Minho ya no se veía al borde de un ataque de histeria, volvió a pasarle el álbum, abriéndole de hecho para que mirara las fotos. -Supongo que a estas alturas, ya te diste cuenta que los llamo Yunseong y Tokki.- Comentó, sonriendo ante las fotos que guardaba de los ultrasonidos.

-Si, una estrella fugaz y, supongo que conejo por el conejo de la luna.

-Eres perspicaz.- Taemin asintió. -Cuando los esperaba, en vez de antojos, tuve una enorme fascinación por ver el cielo estrellado cada noche. Realmente me ponía triste el que estuviera nublado, o no hubiera luna.- Rio. -Sé que es estúpido, pero incluso antes de saber que nombres ponerles, yo ya los llamaba así.- Se encogió de hombros.

-No es estúpido.- Minho recalcó, pasando su mano por las pequeñas fotos que se encontraban pegadas en las hojas, adornadas con estrellas y conejos brincando alrededor. -Es algo que siempre tendrán entre ustedes…

-Minho, si quieres, puedes llamarlos también así.- Colocó su mano sobre el brazo del nombrado, señalándole que aunque le costara, estaba confiando en él con esto.

Eso dejó una vez más sin palabras a Minho. Taemin lucía totalmente en contra de todo lo que estaba haciendo el día de hoy. Usualmente marcaba de manera tan rígida los límites, totalmente alerta, y sin embargo hoy parecía estar sacrificando algo enorme por el bien de sus hijos.

-Creo que dejaré que los niños decidan si puedo llamarlos así.- Asintió. -¿Qué te hizo cambiar de opinión?- Le miró, por su parte Taemin bajó la mirada, mordiéndose la mejilla.

-Sé que es lo que ibas a pedirme, Min…- Suspiró. -No soy ciego, pero…Es difícil para mí…

-No te los voy a quitar Taemin.- Le aseguró. -Sólo quiero conocerlos, quiero aprender a ser su padre. Y agradezco que me lo estés permitiendo, pero necesito más tiempo con ellos. Quiero poder llevarlos de paseo, que los conozcan mis padres, estar ahí su primer día de clases.

Una vez más, Minho sólo notaba sus anhelos hasta el momento de decirlo en voz alta. Realmente quería ser el padre de esos niños, quería poder cuidarlos y atesorarlos de esa manera tan ferviente como Taemin lo hacía a diario.

-Lo sé, lo puedo ver en ti.- Taemin asintió. -No quiero que esto sea una pelea, y si vamos a compartir su custodia, supuse que lo mejor que puedo hacer es mostrarte todo lo que te has perdido.- Se aclaró la garganta. -Podrías tal vez así empezar a recuperar el tiempo, y cuando los tengas por ti mismo, no estar falto de información.

Minho sonrió, Taemin estaba haciendo algo fantástico, incluso ahora que no estaba totalmente convencido. Ese sentido de lo correcto y lo incorrecto que tenía, su determinación, habían brillado en él desde siempre, y Minho lo adoraba. Si tan solo Taemin no le mirara como un viejo conocido.

-¿Qué piensa tu novio al respecto?- Exhaló. Taemin no llevaba anillo de bodas, pero por algún motivo no podía olvidarse del hecho que la primera vez que vio a Sangkyung, llamaba a alguien más papá. -Que empiece a estar presente en la vida de los niños, quiero decir. No lo he visto aquí, así que supongo que ustedes no viven juntos, pero creo que…

-Espera, Minho.- Taemin le detuvo, confundido. -¿Novio? ¿Qué te hace creer que tengo novio?- Frunció el ceño. Honestamente, de su parte, tenía tantas cosas qué hacer, además de ser padre, que tener un noviazgo sonaba algo innecesariamente agotador.

-Bueno, cuando conocí a Kyunggie, yo estaba en el centro comercial.- Torció los labios. -No me di cuenta, él vino corriendo hacia mi y se escondió detrás de mi de hecho.- Rio. -Luego fue que lo llamaron, supuse que era su padre, pero no le iba a dejar ir con un adulto hasta saber que en realidad era alguien de confianza con quien estaba jugando.- Talló el filo de las hojas del álbum, había dado a la vuelta a la página, encontrándose ahora con un par de bultitos de manta, de los cuales apenas se lograban atisbar un par de caras. -Le pregunté si le conocía, si era su padre. Y Sangkyung dijo que sí…Así que supongo, él es su padre, a quien conocen como tal.- Trastabilló lo último, sintiendo pesadez ante ese pensamiento.

-Ellos saben que Jihoon no es su padre, Minho.- Taemin le aseguró, una vez más estirando su mano para tocarle en su gesto conciliador. -Tienen cuatro años, pero entienden muchas cosas. Saben que los niños tienen una madre y un padre, y saben que ellos tienen un padre aunque todavía no lo conocen.- Señaló. -En cuanto a Jihoon…Supondré que no lo recuerdas.

Minho alzó la vista, consternado ante el comentario de Taemin.

-Él era mi maestro y tutor en la universidad, llegaste a ir por mi varias veces luego de sus clases.- Sonrió. -Se preocupó bastante cuando dejé de ir a clases, y eventualmente dejé la universidad. Así se convirtió en mi amigo, y después en el padrino de los niños.- Recalcó. -En muchas escuelas, incluso en las guarderías, no puedes inscribir a los niños si no marcas a un padre y una madre. Así que Jihoon, siendo su padrino, siempre colocaba su contacto como el del padre. Así que los mellizos están acostumbrados a responder que sí, cuando les preguntan si es su padre. Las maestras de prescolar dan por hecho muchas cosas, supongo que se inventaron una historia desgarradora en sus cabezas, en vez de preguntarles a los mellizos si él es realmente su padre.- Se cubrió la boca, riendo por lo bajo.

Oh…Tenía sentido, aunque todavía había tantas cosas que quería preguntar y saber. Pero, ¿qué tanto era lo suficiente para cruzar la línea? Taemin se vea más que dispuesto a hablar cualquier cosa que tuviera que ver con los niños, pero ¿podría preguntarle acerca de él?

-Cielos, es tanto por procesar…- Intentó reír, deshaciéndose de la sensación extraña en su estómago. Así como quería saber más de los niños, quería saber más de Taemin. Recuperar todo ese tiempo perdido, y por fin superar esa barrera que Taemin había puesto a su alrededor.

-¿Quieres ver el video de los primeros pasos de Eunkyung?- Taemin aplaudió, emocionado por ver de nuevo todo el material que tenía de sus bebés. -Se ve tan adorable, y vas a derretirte por completo, Min. Es una verdadera princesa.

Minho rio, asintiendo. Aprendería cada foto de memoria, cada video, hasta sentir que estuvo realmente ahí, conectando con sus hijos desde el primer momento. Porque quería ser lo suficientemente bueno como para poder llamarse su padre ahora, que los niños le identificaran a él como su padre, y así eventualmente, poder armar su familia feliz.


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