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Lazos por RozenDark

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Notas del capitulo:

"CAPÍTULO EDITADO"

Después de pensarlo bien, decidí darles un extra cada que el fic entre en un momento sumamente importante (por no decir, dramático xD) o muy probablemente cada 3 capítulos.

 

En este caso, el primer extra será acerca de la relación de Ben y Kevin –en torno a cómo se conocieron-, así como el descubrimiento de Ben de su lado Anodita, así que alisten sus pañuelos, porque les prometo mucho drama en este primer extra :´)

 

En fin, los personajes de Ben 10, son propiedad de sus respectivos autores. Las imágenes utilizadas a lo largo del fic, son de mi entera propiedad (que raro se siente aclarar eso sin sentir pena xD).

 

La historia, así como la numeración y la idea del universo 18, es 100% mía, así que para cualquier adaptación, bien pueden preguntar. 

 

Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/

Ben sentía cierta envidia de su prima. Gwen a tan corta edad era experta en distintas artes marciales, y por si eso fuera poco, la Omega pelirroja era sumamente inteligente y había heredado ¼ del lado Anodita de su abuela Verdona. Así que no era nada raro, que su abuela tuviera cierta preferencia por su única nieta y más si tenía ese preciado don.

En varias ocasiones -y en completo secreto de sus abuelos y prima- Ben trataba de liberar esos fantásticos poderes que hacían tan especial a Gwen, sin embargo, siempre regresaba al pequeño campamento donde se alojaban su familia y él, sin haber liberado esos poderes.

Lo que más lo molestaba, era cuando necesitaba algún consejo entre Omegas -siendo su abuela la única Omega mayor con vida- Verdona siempre lo mandaba con su abuelo, pues según la Omega mayor, había interrumpido el arduo entrenamiento de Gwen.

Eso solo hacía cuestionarse, acerca de los sentimientos que su abuela tenía hacía él, especialmente cuando fue Verdona, quien decidió juntarse con un Alfa humano, sabiendo los riesgos de no tener descendencia Anodita.

 

—Abuelo, ¿por qué me odia tanto mi abuela? —preguntó algo desolado.

 

Era obvio que esa pregunta, siempre llegaba a la mente del joven Omega. Siempre, y cada vez que Verdona lo rechazaba, la pregunta recién formulada taladraba una y otra vez en su cabeza, por eso, en esa ocasión, justo después de que su abuela le gritara molesta y que Gwen le advirtiera que dejara las cosas como estaban, fue que por fin, Ben decidió hacerle esa pregunta a su abuelo.

Para Max fue algo sumamente inesperado, aunque de cierta manera, sentía que las cosas no iban del todo bien en su familia. Nervioso, y más que preocupado por la inestabilidad emocional de su nieto, decidió abrazarlo con fuerza -sin llegar a lastimar al Omega- y le dio una leve caricia a sus castaños cabellos.

 

—Tu abuela no te odia Ben. Jamás pienses en algo como eso —respondió.

—Si no me odia, ¿por qué cada vez que quiero acercarme, ella termina alejándose de mí? —cuestionó en el pecho de su abuelo.

 

Max no supo responder a esa pregunta. Sabía que Verdona estaba demasiado obsesionada con enseñarle a Gwen a controlar sus poderes Anodita, pero ¿dónde quedaba Ben?...

 

—Hijo, voy a hablar con tu abuela acerca de todo esto —nervioso, le hizo saber aquello—. Sin embargo, espero y comprendas que ella solamente está pensando en lo mejor, tanto para ti, como para Gwen. Verdona está pensando en enseñarle a tu prima, porque teme no estar para ella en un futuro. En todo caso, deberías culparme a mí, puesto que todo esto es por mi culpa.

—Ben por fin decidió mirar a su abuelo, pues lo que menos quería, era que su adorado abuelo se culpara por su falta de comprensión—. Yo no te culpo de nada —murmuró con un sentimiento de culpa. Su abuelo no merecía ningún tipo de reproche, menos cuando sus dos hijos habían fallecido no hacía mucho—. Trataré de no dar problemas a mi abuela y a Gwen.

—Ben, tu no das ningún problema hijo.

—El Omega negó con premura—. De todos modos abuelo, insisto en lo que dije —respondió con una pequeña sonrisa. Y a pesar de que aún tenía algunas palabras que decir, para que su abuelo quitara esa mirada llena de culpas, no pudo seguir con esa charla tan necesitada, pues justo en el cielo, pudo ver una extraña nave llegar a ese deshabitado planeta—. Abuelo, ¿qué es eso? —nervioso, señaló aquella nave.

 

Max al mirar de manera  nerviosa aquella gran nave, terminó por alarmarse demasiado al reconocer aquel peculiar diseño.

 

— ¡Vamos por tu abuela y prima! —

 

Ben se preocupó demasiado. Era demasiado extraño ver así de temeroso a su abuelo, así que dedujo que esa nave y las personas que estuvieran en su interior, no traían nada bueno consigo.

Ambos se apresuraron a ir en busca de las dos Omegas, quienes solamente detuvieron su entrenamiento y los miraron como si estuvieran locos al irrumpir algo de suma importancia.

 

— ¿Qué sucede Max?, Gwen estaba por aprender a tele transportarse, así que espero que sea importante lo que tienes que decir —más que molesta, miro de manera severa a su nieto, esperando que no fuera por él que su entrenamiento se viera interrumpido.

—Hay que irnos Verdona. Justo ahora, acaba de llegar una nave. Y era una nave de las Raíces.

 

Verdona abrió los ojos de par en par. Ella sabía a la perfección quienes eran las Raíces, y que su nieta y ella estuvieran en un mismo sitio con esos neandertales era sumamente peligroso.

 

— ¡Debemos irnos! —

 

Rápidamente, Verdona hizo uso de sus poderes para guardar cada una de las cosas que tenían en su improvisado campamento, mientras que Max iba a alistar la nave para huir de manera rápida.

Mientras que Ben y Gwen, no entendían para nada el comportamiento de sus abuelos.

 

— ¿Qué son las Raíces?, abuelo —preguntó dudoso el joven Omega.

—Las Raíces son un grupo de operaciones especiales, algo así como un oscuro secreto de los Plomeros —mencionó Verdona, a la pregunta de su nieto, aún si a ella no le hubiesen preguntado.

—Justo antes de lo sucedido con los Plomeros, algunos Magistrados y yo, descubrimos lo que en realidad hacían las Raíces. Ellos secuestraban alienígenas con habilidades sumamente raras y experimentaban con ellos. Su líder, Proctor Servantis fue demasiado lejos al usarse a sí mismo para uno de esos experimentos, y terminó por perder su humanidad —explicó Max lo más breve posible.

— ¿Es por eso que se ven tan alarmados? —cuestionó Gwen con preocupación.

—Dense prisa niños —pidió Verdona lo más calmada que podía.

 

El par de primos se miró mutuamente con preocupación. Ambos comenzaron a ayudar en lo que pudieran para empacar. Sin embargo, las cosas salieron demasiado mal, y las Raíces ya sabían de su presencia en el planeta, más específico, en la presencia de dos Anoditas.

Todo pasó demasiado rápido, y sin que se pudiera evitar del todo. Verdona al estar más pendiente de Gwen y sus poderes, no se dio cuenta de que alguien faltaba, y aprovechó que su esposo y nieta estaban lo suficientemente cerca de aquella nave. Tomó su forma Anodita para poder utilizar su poder y tele transportarlos a un sitio seguro, pero Ben no tuvo tanta suerte, pues al tratar de ir donde su familia se encontraba, ese extraño hombre de piel anaranjada lo había dejado inmovilizado. Solo se dio cuenta de que su familia ya no estaba, cuando salió de ese extraño trance, al parecer, impuesto por ese extraño ser.

 

— ¿Qué sucedió? —preguntó en susurro, completamente confundido y aturdido.

—Niño, tu familia te ha abandonado, así que oficialmente, ya eres propiedad de las Raíces.

 

Ben supo que eso solo era el inicio de sus problemas. Ese extraño hombre no le daba buena espina, y menos cuando creía saber de quién se trataba.

 

 

“Creando Lazos” 

 

—Entonces, Ben, ¿cómo llegaste al Null Void? —

 

Ben miró completamente nervioso al extraño chico moreno. Y aún cuando Alan Albright parecía un Alfa de confianza, eso no quitaba el hecho de que se encontraba en un lugar extraño, rodeado de varios extraños con un futuro por delante, totalmente extraño para él, sin embargo, decidió que para su propio bien, debía responder.

 

—Ese tal, Proctor Servantis llegó al planeta donde nos encontrábamos mis abuelos, mi prima y yo. Ellos lograron escapar, pero yo no tuve tanta suerte —respondió con preocupación.

—Pobre, debes estar sumamente preocupado, incluso asustado, ¿no? —

 

El Omega le sonrió apenas a la amable Alfa, Helen Wheels. Esa chica de la especie Kineceleran, había sido un sol durante su estadía en aquel lugar, aunque no podía decir lo mismo de su hermano mayor, Pierce Wheels, así como tampoco podía decir nada amable sobre el joven Tetramand de nombre Manny Armstrong. Aunque aquel extraño Beta llamado Argit era alguien que no tenía importancia del todo, puesto que todos le hacían una especie de bullying, así que Ben no lo tomaba muy en cuenta. Aunque de aquel Alfa -quien parecía el líder de ese grupo de niños- era sumamente insoportable.

Kevin Ethan Levin lo tenía completamente harto con tantos insultos hacia su familia, más específicamente, hacía su inocente abuelo.

 

—Alan, Helen, no simpaticen con el enemigo. Recuerden que su abuelo tiene la culpa de que nosotros estemos destinados a servir para dolorosos experimentos, o es que debo recordarles a todos por lo que han pasado.

 

Tanto Alan, como Helen bajaron la cabeza, casi afirmando que aquello era una cruel verdad. Mientras que Pierce y Manny solamente miraban con más odio al único Omega en el lugar. 

Kevin por su parte, solamente vio satisfecho que al fin sus compañeros entraban en razón, solo esperaba que dejaran de simpatizar con el enemigo.

 

—Ben frunció el ceño ante esa más que falsa acusación—. ¡Mi abuelo no es como tú dices que es! —espetó con molestia.

—Levin sonrió burlesco—. Y si no es así de traicionero y embustero, ¿por qué sigues aquí?, digo, eres su preciado nieto, ¿cuándo vendrá a sacarte de aquí?, ¿acaso va a esperar a que experimenten contigo para que valgas algo? —

 

Si bien, Ben tenía en cuenta que su abuelo lo quería, también pensaba en el resto de su familia. Con todo lo que estaba pasando con su abuela y prima, y su estadía que ya se había alargado a tres largos días, Ben no pudo responder ante esas duras y crueles palabras. 

 

—Eso no es verdad —murmuró sin estar del todo seguro.

—Perdón, ¿qué dijiste?, hablas tan bajito y con tan poca seguridad, que no te escuche, niño mimado —Levin hizo burla con una mano en su oreja.

 

Ben lo miro con enojo y aunque nadie lo vio, sus verdes ojos tenían un extraño e imperceptible brillo magenta.

 

— ¡Dije que eso no es verdad! —

 

Para cuando Kevin se dio cuenta de lo que había sucedido, ya se encontraba en el suelo y completamente alejado del Omega.

Ben por su parte, no tuvo tiempo de nada, pues apenas había visto a ese molesto Alfa salir volando lejos de él, terminó por sentirse completamente agotado, hasta caer inconsciente.

 

—Kevin, ¿qué fue lo que le hiciste? —Helen se mostró completamente preocupada por el ahora inconsciente chico.

—Levin la vio como si estuviera completamente loca—. ¡Lo que yo hice!, ¿qué acaso no viste que él me mandó lejos de alguna manera extraña? —se quejó completamente ofendido, mientras se ponía de pie, dispuesto a poner a ese insolente en su lugar.

—Ni siquiera lo pienses Levin. ¿Acaso no ves que lo dejaste completamente inconsciente?, ¿O es que acaso te gusta maltratar a Omegas indefensos? —Alan se mostró completamente indignado por el reciente comportamiento de su amigo y líder, especialmente cuando el vio de primera mano cómo su madre y algunos conocidos Omegas, eran mal tratados cuando aún vivía en el planeta tierra, así que no era extraño que le molestara la manera en la que sus compañeros trataban a Ben.

— ¿Tienes algo más que decir Alan?, digo, tal parece que tú y Helen ya no están pensando con lógica —Kevin se cruzó de brazos, mientras miraba con furia a ese par que parecía dispuesto a proteger a ese intruso—. ¿Ustedes que opinan, Pierce y Manny? 

—Wheels miró con severidad a su hermana menor—. Helen, alejate de ese chico —Pierce se mostró completamente molesto por el reciente comportamiento de su hermana menor, así que no fue nada raro que le diera aquella orden.

—No lo haré. Ninguno de ustedes está pensando con claridad —, respondió la Alfa a la defensiva.

— ¡¿Cómo pueden defenderlo?! —exclamó el Tetramand con furia.

—Ese Omega es nieto del maldito Maxwell Tennyson, el Alfa por el que estamos atrapados en este maldito lugar, ¿se les olvidó acaso? —Levin no podía entender las razones que Alan y Helen tenían para proteger de aquella manera a ese Omega, hasta que cayó en cuenta de lo último. El chico Tennyson era un Omega, y todos -a excepción de Argit- eran Alfas, con eso en mente, sonrió con burla—. Ya veo lo que sucede. 

 

Tanto Helen, como Alan, miraron con nerviosismo a su líder, especialmente por la repentina sonrisa de maníaco. 

 

— ¿Y qué es lo que ves, Kevin? —preguntó Alan a la defensiva. 

 

El resto de los niños Amalgama miraron con duda y extrañeza a su líder, mientras que este ni se inmutaba con el intento de Alan, para parecer más dominante, por el contrario, aquello solo hizo que su diversión aumentará. 

 

— ¿Qué no es obvio? —cuestionó sonriente—. Todos nosotros somos Alfas, claro, a excepción de Argit, que es un Beta, así que siendo Benjamín Tennyson el primer y único Omega que ven después de tanto tiempo, no es nada lógico que no se aprovechará al usar sus feromonas para controlarlos —de la manera más normal, explicó su reciente descubrimiento—. Un Tennyson, siempre será un Tennyson —dijo con odio. 

—Kevin Levin, tu odio ciega toda tu inteligencia —Helen miró con desdén a ese odioso Alfa que tenía por líder—. Tal vez tengan razón en odiar a Maxwell Tennyson, pero su nieto fue secuestrado y traído a este horrible lugar para que experimenten con él en contra de su voluntad, ¿no crees que es sospechoso?, digo, tantos años sin traer más chicos para experimentos y de repente, deciden traer al nieto del Plomero que supuestamente los beneficio, ¿Por qué hacerlo?

—Por favor Helen, deja de tratar de defenderlo —respondió indeciso Pierce, pues si lo pensaba con detenimiento, su hermana tenía varios puntos válidos. 

—Tal vez su abuelo lo vendió —comentó Manny como si no le importara lo que había escuchado. 

—O tal vez me trajeron por el lado Alienígena de mi abuela.

 

Los niños Amalgama miraron con sorpresa al Omega, quien recién despertaba, completamente aturdido y de alguna forma, asombrado con lo que había ocurrido minutos atrás. 

 

—Ben, ¿estás bien? —Helen se acercó con prisa al Omega, especialmente cuando veía que Ben se paraba de manera tambaleante. 

—Estoy bien, gracias a los dos por cuidarme —respondió apenado, a Helen y Alan. 

—No hay de que chico —respondió Alan. 

—Obviamente no iba a dejar que esos trogloditas te hicieran algo malo —dijo Helen con una sonrisa. 

 

Una pequeña discusión se formó entre Pierce, Manny y Argit, quienes no creían lo que el Omega había dicho hacía unos minutos, sin embargo, fue Kevin, quien se acercó al Omega de una manera demandante. 

Kevin Levin quería respuestas y estaba dispuesto a obtenerlas, así tuviera que obtenerlas a la mala.

 

¿Qué quisiste decir Tennyson? —exigió saber con su voz de Alfa. 

 

Aun cuando cuatro de ellos eran Alfas, los niños Amalgama temblaron ante la demandante voz de su líder, no por nada, a Kevin lo tenían catalogado como un Alfa dominante. 

 

— ¡Eso no va a funcionar conmigo Levin! —exclamó Ben con indignación, mientras sus ojos adquirían un brillo magenta—. ¿Quieres saber lo que quise decir?, pues te lo diré. Según todo el maldito universo, mi abuelo es un desgraciado que odia a todas las especies Alienígenas, pero ninguna de las alimañas, como el Proctor Servantis o los Plomeros corruptos, hacen mención de que mi abuelo se casó con una Omega de la especie Anodita y que tuvo dos hijos Alfas saludables. Tampoco dicen que fueron los Alienígenas, quienes atacaron a mí y a mi familia, ni que frente a mí, asesinaron a mis padres. Tampoco he escuchado algo, acerca de cómo un maldito Tetramand asesino a mis queridos tíos, ni que un Appoplexian hizo pedazos a mi primo, pero, ¿eso qué importa?, ¿no?, después de todo, Kevin Ethan Levin y su grupito de niños Amalgama a sufrido por culpa de un hombre que ni siquiera sabía de las atrocidades que el maldito Proctor Servantis les hacía, porque es más fácil odiar a un hombre inocente, que por cierto, trato de salvarme, pero al ver que Servantis buscaba a mi abuela y prima, por el simple hecho de que ambas eran Anoditas, decidió que primero las mantenía a salvo de futuros experimentos. Todo eso es más fácil para ti y todos los malditos que ven lo que prefieren ver, antes de ver la maldita verdad.

 

Tanto Kevin, como el resto de su equipo, vieron que el cuerpo del "indefenso" Omega, comenzaba a brillar con intensidad, sin embargo, al escuchar todo por lo que el joven Tennyson había pasado, supieron que en habían actuado como unos completos idiotas o al menos lo sintieron al ver cómo el cuerpo del Omega cambiaba de una manera un tanto drástica. 

Los niños Amalgama vieron completamente impresionados, como aquel Omega terrestre, cambiaba de una manera sumamente majestuosa. En lugar del chico de cabellos castaños y hermosos ojos verdes, en su lugar había un hermoso y brillante ser humanoide con una particular mezcla de colores, entre azul, rosa y magenta y matices de violeta. Y a juzgar por lo que parecía el cabello de Ben, pues los semi largos zarcillos de cabello –los cuales eran de un brillante color rosa pálido y un tenue brillo de color púrpura-  parecían formados de energía más que nada.

Sin embargo, no pudieron disfrutar de la vista, pues el mismo ser –que parecía omnipotente- alzo su mano derecha en dirección al Líder de los chicos y lo estampo contra la pared con ayuda de una esfera de luz magenta.

 

— ¡No lo hagas Ben! —

 

Kevin sintió como se le escapaba el aire de los pulmones. Nervioso y más que culpable, miró al extraño y hermoso ser de color magenta que se encontraba flotando frente a él, y aunque podría darle pelea -si es que eso era posible-, se sentía basura, por haber llevado al Omega, hasta ese punto. 

 

— ¡Suéltalo! —exigió Pierce de manera nerviosa, mientras se disponía a atacar. 

— ¿O qué?, ¿vas a lanzarme tus débiles espinos? —el joven Anodita miró con desdén a ese insolente ser —. Te diré algo, Alfa insignificante, los Anoditas, son seres sumamente extraños y maravillosos, tanto que están en el segundo lugar de las listas de asquerosos que quieren explotar sus poderes. Se dice que los Anoditas, pueden incluso viajar por el tiempo, y son tan rápidos como un cometa. Yo siempre sentí envidia por ver que mi prima era una Anodita y yo no, pero ahora, solamente siento ira hacia ustedes, malditos asesinos. Ahora que sabes esos insignificantes, pero muy importantes datos, ¿aún planeas usar tus débiles ataques contra mí? — 

 

Tanto Pierce, como Manny acabaron justo como Kevin. Los tres estaban pegados al muro, rodeados y levantados por una energía de color magenta, mientras que veían nerviosos al Omega.

 

—Voy a vengar a mi familia, empezando por aniquilarlos a ustedes tres —el Anodita levantó su mano derecha, para crear tres esferas de luz, dispuesto a quitar de su camino a esos imbéciles, sin embargo, detuvo sus intenciones al ver a Helen y Alan, situarse en su camino—. ¡Quítense de mi camino los dos! —exigió furioso.

—La Alfa negó de manera nerviosa—. Por favor Ben, ellos solamente fueron unos idiotas, pero al igual que tú, estamos atrapados en este sitio. Ellos no fueron los que te arrebataron a tus seres queridos, así que por favor, déjalos ir —Helen miro nerviosa al Omega, esperando que no hiciera algo, de lo que tal vez pudiera arrepentirse. 

— ¿Por qué lo haría?, ellos iban a hacerme lo mismo, solo les devuelvo el favor —respondió con severidad. 

—Porque si lo haces, perderás tu inocencia Ben —Helen no tuvo miedo de acercarse—. Podemos trabajar juntos, tal vez podamos ayudarnos mutuamente, pero por favor, déjalos ir. Recuerda que uno de ellos, es mi única familia. 

 

El Anodita sintió de repente, que toda ira que sentía hacía unos segundos, desaparecía. Helen supo cómo hacerlo volver, solo basto, mencionar la palabra "familia". 

Liberó a los tres Alfas, y poco a poco, regresó a su forma humana. 

 

—Lo lamento tanto Helen —murmuró apenado. 

—Descuida Ben, lo bueno es que te detuviste —respondió la Alfa con una pequeña sonrisa llena de alivio. 

 

Ben cayó de rodillas debido al cansancio, sin embargo, sonrió apenas a la dulce Alfa. Pero pasados unos minutos, el Omega perdió brillo en sus ojos, preocupando a Helen y el resto de los niños Amalgama. 

 

— ¿Qué te ocurre Ben? —Helen se sintió preocupada, por el repentino comportamiento de su nuevo amigo, pero al ver al Proctor Servantis entrar, ella y los demás entendieron lo que había ocurrido. 

—Vaya, vaya, chicos, no creí que lo lograrán, pero sí que me sorprendieron.

— ¿Qué fue lo que le hizo? —Alan lo miró con rencor. 

— ¿Qué no es obvio?, solamente fue cuestión de poner al nieto de Maxwell Tennyson con ustedes y hacer que lo dejaran en un estado en el que no tuviera más opción que sacar su lado Anodita, aunque lo admito, creí que era un simple y patético humano, y ya estaba preparando una buena combinación para hacerlo útil, así que muchas gracias Kevin. Por fin tengo en mis manos, a un Anodita. 

— ¿Quieres decir que lo habías planeado? —preguntó Kevin con odio—. ¿Qué más es mentira?, ¿acaso Ben Tennyson decía la verdad acerca de su abuelo? —cuestionó.

—Servantis sonrió divertido—. Solo diré, que Maxwell Tennyson, no era lo que ustedes creían.

 

Los niños Amalgama, vieron como Ben era llevado lejos de ellos. Helen y Alan, sintiendo una gran impotencia al no haber protegido al Omega, mientras que Pierce y Manny sentían demasiado arrepentimiento por haber juzgado mal al nieto de Max Tennyson, pero Kevin, el miraba con furia al Proctor Servantis, pues no solo había hecho que creyera por completo en las palabras del Omega, sino que además, ahora sentía que debía devolver un favor. Había juzgado mal a Ben -quien era un inocente en todo ese embrollo- y por su culpa, el Omega corría grave peligro. 

 

—Se lo llevaron —murmuró Helen con preocupación. 

—¿Qué haremos ahora?, es decir, es obvio que siendo una de las especies que ellos querían, le va a ir peor que a nosotros, o peor, tal vez con él en sus manos, ahora ni nos vean necesarios, y eso haría que Ben tenga menos probabilidades de lograr escapar —comentó furioso Alan. 

 

Kevin había tomado una decisión. Era obvio que de alguna forma -un tanto estúpida-, que tanto el Proctor Servantis, como sus patéticos seguidores, temían que ellos se juntaran para hacerles frente, sin embargo, ninguno había tenido una razón importante para pelear, pero ahora era diferente. 

Kevin sabía de primera mano lo que hacían con las especies raras que conseguían -no por nada lo habían mantenido a él con vida-, y obviamente al descubrir que Ben Tennyson decía la verdad y que además era un Alienígena como ellos, su Alfa interno, ahora lo veía como uno de los suyos, especialmente si se hablaba de que el Anodita Tennyson era un Omega. 

 

—Creo que es hora de ir en contra de Proctor Servantis.

— ¿Estás seguro Kevin? —cuestionó Pierce con preocupación, especialmente si su hermana se veía implicada en esa forma de rebelión.

—Completamente seguro —respondió Levin—. En primera, porque Tennyson nos dijo demasiadas cosas, lo que significa que lo juzgamos y tratamos mal, cuando su abuelo ni siquiera hizo nada de lo que se le acusa y en segunda, porque si lo que él dijo acerca de los Anoditas es verdad,  el Proctor Servantis podría vernos como un estorbo o impedimento a sus planes, lo que significa que…

—Que probablemente se deshaga de nosotros, una vez obtenga lo que necesita de Ben Tennyson —interrumpió el mayor de los hermanos Wheels.

—Entonces, ¿están de acuerdo en rebelarnos por fin ante las Raíces? —

 

El resto de los niños Amalgama sonrió de acuerdo con su líder, mientras que un nervioso Argit se preparaba mentalmente para la pelea, porque hasta él sabía que separados, no eran amenaza, pero juntos y con una buena razón para pelear, los Amalgama eran sumamente fuertes e invencibles. 

 

∞•*•♥•*•∞

 

El Proctor Servantis veía maravillado al chico inconsciente. Sabía que debía darse prisa, si es que quería lograr escapar, antes de que Verdona Tennyson sintiera que su nieto tenía el legado Anodita, por eso mismo, Ben se encontraba atado en aquella plancha metálica, y que él y su equipo estaban más que listos para comenzar con la investigación y experimentación que tanto habían esperado.

 

— ¿En qué piensas Phil?, ¿acaso hay remordimientos por utilizar al nieto de tu antiguo amigo? —preguntó la mitad Aerofibio con burla.

—Por supuesto que no —respondió el aludido —. Aunque si me preocupa que Servantis no logré terminar a tiempo para lograr escapar, porque conozco a la perfección lo que Max y Verdona nos harían, si logran encontrarnos.

—Por favor, dudo mucho que Verdona Tennyson sea tan temible y poderosa —le restó importancia Swift.

 

A pesar de que Phil Billings sabía lo fuerte y veloz que era aquella Alfa, él conocía bien a Max y a su esposa. Él sabía cuán poderosa era Verdona Tennyson y más si atentaban contra su legado Anodita –el cual era difícil de conservar con el camino que había elegido-, así que no era nada raro que le preocupara que la Omega logrará dar con el paradero de su nieto y hacerlos pagar por intentar atentar contra el chico, aunque Max no se quedaba atrás, pues al haber sido su socio y compañero, sabía que Maxwell Tennyson era alguien a quien temer cuando estaba furioso.

Así que en respuesta, a la tontería que su compañera había dicho, Phil comenzó a reír lleno de diversión.

 

—Eso es porque no conoces a la pareja Tennyson —dijo con burla—. Max es alguien de temer, no por nada, siendo un simple humano sin entrenamiento, logró salvar a la que ahora es su esposa de unos cazadores y claro, derrotar al famoso villano Vilgax. Y Verdona Tennyson, ¿en serio la menosprecias?, esa mujer, a pesar de ser una Omega, es considerada una de las Anoditas con más poder y sabiduría en su planeta, ¿en serio te crees capaz de hacerles frente, cuando estén juntos?...

 

La Alfa Aerofibio apretó los puños en señal de enojo. Ella se creía más que capaz de derrotar a la pareja Tennyson, sin embargo, sabía que Phil conocía más que nadie a los Tennyson y eso le hacía enojar demasiado.

 

—Ya lo verás Phil. Ellos no podrán hacer nada con nosotros juntos —murmuró, mientras salía de aquella sala. Había tenido suficiente, así que decidió tomarse un descanso en otro lado.

 

Phil solamente comenzó a reír ante la molestia que causó en la Alfa, y aunque quería que su compañero, Leander le respondiera ante el debate que se había suscitado, sabía que debía aguantarse, pues ese pobre diablo no contó con la suerte que él y sus otros compañeros tenían con los experimentos de Servantis.

 

∞•*•♥•*•∞

 

— ¿Y cómo planeas que rescatemos a Ben Tennyson? —cuestionó un nervioso y asustado, Argit.

 

Kevin sintió las miradas de sus compañeros y no pudo evitar sentirse completamente nervioso. 

Ya habían salido de su sitio de confort, incluso se encontraban cerca de la sala donde Servantis realizaba sus experimentos, sin embargo, aún no estaba del todo seguro, de lo que haría para que lograran salvar al Omega. 

 

—No lo has pensado, ¿cierto? —Pierce se cruzó de brazos al momento de preguntar aquello.

—Bueno, sé que debemos de salvarlo y salvarnos a su vez, pero aún no he pensado cómo hacerlo siquiera —respondió Kevin completamente apenado.

—Pobre Kevin, al parecer fue otro el que sucumbió ante los horribles síntomas de la adolescencia y las feromonas de un Omega —, comentó Alan con burla. Kevin se las debía y vaya que debía aprovechar a cobrárselas.

—El Alfa Levin enrojeció ante la burla de Alan—. ¡Claro que no! —respondió azorado—. Es solo que se la debemos a Tennyson, por lo mal que lo tratamos, además de que eso podría beneficiarnos, pues al fin seríamos libres de los horribles experimentos de Servantis.

 

Kevin no podía evitar sentir una indescriptible pena, pues sus compañeros -Argit incluido- se reían de su nada convincente explicación.

 

—Tranquilo Kevin, tal vez si te repites eso una y otra vez, logres terminar de convencerte a ti mismo —mencionó Albright con burla.

 

Una pequeña y demasiado absurda discusión dio inicio entre los chicos, y de no ser, porque Helen tuvo la brillante idea de analizar el terreno con su velocidad, no se hubiera dado cuenta, de que tenían la oportunidad de derrotar a los miembros de las Raíces, uno a uno. 

Corriendo a gran velocidad, llegó justo donde esos torpes estaban discutiendo, así que con gran enojo, uso su velocidad, para golpear -con poca fuerza-, las cabezas huecas de esos Alfas y el Beta.

 

—Helen, ¿por qué hiciste eso? —preguntó Pierce con reproche.

—Chicos, no puedo creer que me voy por solo unos minutos, y ya se están peleando por algo tan absurdo, especialmente si a la persona que están incluyendo, se encuentra atado en una fría plancha metálica —mencionó con reproche—. Y los golpee, porque no hay tiempo que perder, Swift se encuentra algo alejada del laboratorio —se justificó con premura.

— ¿Y eso qué? —preguntó Manny molesto.

—Significa que podríamos dejar fuera de combate a la más veloz del grupo, cabeza hueca —explicó Alan con fastidio.

—Incluso podíamos ver cómo hacer que Leander tenga motivos para salir del laboratorio y eso nos dejaría solamente con Phil —, sugirió Pierce seriamente.

—Eso nos quitaría del camino a la más veloz y al eslabón más débil —murmuró Kevin—. El verdadero problema sería Phil, puesto que si logramos derrotarlo, Servantis ya no sería una gran amenaza.

—Habla por ti Kevin, porque yo recuerdo que Servantis tiene una habilidad para lograr que quedemos inmóviles de manera telepática —Argit hizo mención de aquella importante habilidad en el Proctor Servantis.

—Pero si logramos despertar a Ben, podríamos tener una oportunidad —la Alfa recordó las vagas explicaciones de Ben con respecto a los Anoditas y la manera en cómo dejó a Kevin, Manny y Pierce—. Es decir, él logró dejar a los tres incapacitados cuando tomó su forma Alienígena —mencionó aquello que parecía de gran importancia.

—Pierce se puso pensativo con aquellas palabras, recordando lo que el Omega había dicho sobre su abuela y sus poderes—. Él había dicho que su abuela entrenaba a su prima, así que probablemente veía ese entrenamiento siendo que él deseaba con todo su ser, formar parte de esa herencia, lo que podría significar que… —miró a su líder con seriedad, esperando que también hubiera captado lo que podría ser un as bajo la manga.

—Qué si veía en secreto ese entrenamiento, tal vez tenga más trucos que aprendió al mirar, y si los Anoditas hacen lo que él nos dijo, podría ser que nos sea de gran ayuda contra Servantis —dijo Kevin con una sonrisa llena de satisfacción.

— ¡Pues hay que darnos prisa! —exclamó Manny, más que dispuesto de poner en su lugar a esos abusivos adultos.

—No es tan sencillo como suena, cerebro de músculos —mencionó Alan con burla—. Para empezar, debemos derrotar a Swift, y luego pensar en qué hacer, para que no nos dé más problemas, junto a Leander.

—Qué tal si utilizamos las viejas cápsulas de escape —sugirió Argit—. Digo, si ponemos las coordenadas más lejanas para su aterrizaje, nos daría algo más de tiempo, aunque si utilizamos algo de la anestesia que Servantis utiliza a veces para sus conejillos de indias, nos daría más tiempo todavía, ¿no?...

 

Los niños Amalgama no podían dejar de ver a Argit como si fuera un bicho raro, especialmente, cuando el Beta era el primero en arruinar sus planes y el último en llegar a sugerir semejante plan.

 

— ¿Quién eres y qué hiciste con Argit? —preguntó sorprendida la Alfa.

 

Los demás Alfas concordaron con la pregunta de la única chica en el grupo, todo mientras miraban expectantes al Beta, en busca de una respuesta lógica.

 

—Que graciosa eres Helen —respondió el Beta completamente ofendido—. Digamos que llevo esperando que ustedes se pongan de acuerdo con eso de rebelarse contra las Raíces, aunque solamente pensaba en qué hacer en caso de derrotarlos, para que pudiéramos escapar, el tema del Omega Tennyson y las Raíces separadas no se me hubiera ocurrido.

—Creo que eso tiene más sentido, puesto que si lo hubieras intentado tu solo, lo más seguro hubiera sido que no estuvieras vivo en estos momentos —mencionó un burlesco Alan.

—Aunque su idea no suena del todo mal —dijo Kevin, mientras miraba a Helen —. Helen, ¿podrías encargarte de traer suficiente de la anestesia?, claro, sin que nadie se dé cuenta.

—Seguro, ahora mismo me encamino en ello —la Alfa no espero más, cuando comenzó a correr en dirección hacia los almacenes del lugar. 

—Argit, tu ve donde las cápsulas y alista dos de ellas con diferentes coordenadas, asegúrate de que sean las más lejanas y conflictivas —ordenó Kevin con seriedad. Solo esperaba que Argit no fuera tan tonto como para fallar en la tarea más sencilla.

—Creo tener idea de donde podríamos mandar a ese par —murmuró ansioso, mientras se disponía a hacer lo que le habían ordenado.

 

Los cuatro Alfas esperaron tan solo unos breves minutos, hasta que por fin vieron llegar a Helen con lo que le habían pedido.

 

—No hubo problema, aunque tuve que tomar otro camino, porque Leander también decidió salir del laboratorio —explicó su breve tardanza, para después darse cuenta de que faltaba el único Beta del grupo—. ¿Dónde está Argit? —preguntó.

—Kevin lo mandó al área de cápsulas para alistar dos con distintas coordenadas —respondió Alan.

—Vaya, eso nos daría demasiada ventaja —comentó la Alfa impresionada—. Supongo que debo colocar la anestesia y asegurarme de que Argit no lo estropee.

—Kevin sonrió divertido—. Si ya sabes, ¿qué esperas Helen? —mencionó con burla.

 

La mitad Kineceleran corrió con prisa hacia donde Argit se encontraba. Ella misma sabía que en velocidad y experiencia, Swift era mucho mejor, así que no debía perder una gran oportunidad, para darle una lección a la adulta.

 

—Muy bien Kevin, ¿por quién vamos primero? —preguntó Manny ansioso.

 

El aludido estaba a punto de responder, hasta que un rayo pasó justo cerca de su rostro. 

Los cuatro Alfas, miraron, justo de donde aquel ataque había provenido, encontrándose con la Alfa mitad Aerofibio, quien los miraba con profundo odio.

 

—Ya se habían tardado en pensar siquiera que podrían derrotarnos.

—Que no es obvio Swift —mencionó Kevin con rencor—. Estamos hartos de que ustedes nos utilicen a su antojo. Nos entrenaron, a ellos los cambiaron totalmente y además, planean usar a alguien inocente para hacer más de sus enfermos experimentos, así que no esperes compasión por nuestra parte.

 

Kevin había guardado una importante pieza de un metal sumamente fuerte y resistente que había encontrado en una de sus tantas exploraciones, así que no dudo en usar sus habilidades para que su cuerpo se volviera por completo de ese material.

Alan por su parte, tomó por completo su forma Pyronite, mientras que Manny y Pierce tomaban su posición de ataque.

La Alfa no se inmuto en lo absoluto, así que más que dispuesta a enseñarle su lugar a esos mocosos, comenzó a flotar, alistándose para hacer un ataque aéreo y demasiado preciso.

 

—Pagarán por su osadía, mocosos malcriados.

 

Los niños Amalgama, sabían a la perfección cuán fuerte y veloz era aquella Alfa, sin embargo, un entrenamiento y tenerla de su lado era tan distinto a un enfrentamiento contra ella. 

Pierce término lejos de sus compañeros y con una quemadura en su hombro derecho, mientras que Manny trataba de cubrirse con sus cuatro brazos -algo no muy efectivo-, mientras que Alan procuraba volar de un lado a otro tratando de evitar los potentes y rápidos ataques de la Alfa.

 

—Kevin, no sé si tu plan consistía en terminar apaleados por Swift, pero de no ser así, será mejor que pienses en algo más —Pierce logró ponerse de pie, para seguir batallando con aquella mujer.

—Ella es demasiado rápida, ¿cómo derrotar la velocidad? —Alan hizo mención de aquella pregunta, justo al lograr evadir un ataque demasiado cercano.

 

Kevin pensó con detenimiento en la pregunta de Alan. ¿Cómo derrotar la velocidad?, esa pregunta era demasiado fácil. La velocidad en sí, no debería ser derrotada, más bien, superada por algo o alguien más veloz, desgraciadamente, la única que podría hacerle frente a aquella feroz Alfa, se encontraba haciendo otras cosas, sin embargo, y siendo que él era quien conocía a la perfección a cada uno de los Alfas que formaban parte de las Raíces, sabía que la mayor debilidad de Swift era el subestimar a sus contrincantes, especialmente si creía que no tenía un as bajo la manga.

Dejó que la Alfa lo atrapara, y ahora mismo, Pierce, Manny y Alan se encontraban tirados y agotados, mientras que Kevin era agarrado con fuerza del cuello. 

 

— ¿De qué te ríes Levin?, ¿acaso no ves que estás a punto de morir? —inquirió la Alfa con soberbia.

—Me divierte ver que eres tan crédula y soberbia, ¿en serio crees que no tengo un as bajo la manga? —

 

Swift no había entendido la reacción de ese insolente mocoso, y menos entendió la razón por la que Kevin silbo lo más fuerte que su agarre le permitió. Sin embargo, lanzó un dolido alarido cuando sintió una fuerte mordida en su pierna derecha y unas grandes garras, rasgar su espalda, justo la zona donde sus alas sobresalen cuando así lo quiere.

 

— ¡¿Qué es esa maldita cosa?! —preguntó en un grito furioso.

—No es una cosa, es una chica, para ser más específicos, una Anubian Baskurr, aunque yo la llamo, Zed —respondió Kevin de lo más normal, mientras acariciaba a la extraña Alienígena parecida a un canino terrestre.

—Malditos mocosos, no crean que esto hará un cambio en sus probabilidades. Van a perder y pagar por su traición.

 

Swift no se iba a dar por vencida, pero los chicos tampoco. Sin embargo, no tuvieron que mover un solo dedo, pues la aparente mascota de Kevin, dio un potente  rugido, justo cerca de la presuntuosa Alfa.

Alan aprovechó en lanzar bolas de fuego a las heridas recién hechas que la Alfa tenía, mientras que Pierce utilizo su agilidad y destreza para lanzar sus espinas justo en los puntos débiles de la mitad Aerofibio.

Swift sentía que no podía moverse, pero no estaba dispuesta a rendirse.

 

— ¿Eso es todo mocosos? —cuestionó jadeante.

— ¡Ahora chicos! —gritaron Pierce y Alan a los dos Alfas que faltaban.

 

La mitad Aerofibio no lo vio venir, pero tanto Kevin -con su cuerpo completamente metalizado- y Manny -quien procuro usar sus dos puños derechos-, esperaban el momento ideal para darle los golpes finales.

Swift ya no era un problema para los niños Amalgama, así que con la fuerza y determinación que aún les quedaba, la cargaron para llevarla hasta las cápsulas.

 

—Eso estuvo cerca —mencionó Alan con un silbido.

—De no ser por esa mascota tuya Kevin, que por cierto, ¿de dónde la sacaste? —Manny fue el primero en preguntar aquello, mientras veía la peculiar mascota de su líder.

—La encontré en la rara misión que me pusieron con Argit. A la pobre la tenían encerrada en ese laboratorio, y claro, puede que al principio quisiera matarme, pero Zed no es mala, ¿no es así chica? —Kevin comenzó a acariciar a la extraña ¿canina?...

— ¡¿Por qué viene esa cosa con ustedes?! —

 

Al escuchar esa gritada pregunta, tanto Pierce, como Alan y Manny entendieron que aquella extraña criatura canina no era tan amable como Kevin la había descrito, o al menos no con Argit.

 

—Su nombre es Zed —respondió Kevin con molestia—. Y gracias a ella, pudimos derrotar a Swift.

 

Manny entendió a lo que Kevin quiso llegar, así que con todo el rencor que tenía, lanzo a la Alfa Aerofibio a una de las cápsulas, no importándole que esta lanzara un insignificante quejido.

Helen aprovecho que Swift se encontraba ya más que lista en la pequeña nave, y de manera rápida, le coloco una mascarilla en el rostro y puso a funcionar el pequeño tanque de anestesia. Con prisa salió, no sin antes ajustar el modo automático de la cápsula.

 

— ¡Listo, una menos! —Helen no pudo evitar soltar esa exclamación, al ver que la pequeña nave comenzaba a irse lejos de su posición.

—Solo nos faltan tres más —mencionó Argit sin ánimos de seguir con aquella descabellada misión—. ¿No sería mejor si solo nos vamos? —preguntó en susurro.

 

Los cinco Alfas solamente miraron al Beta con enojo, especialmente, cuando aquella idea había sido suya.

 

—No podemos irnos si Ben —respondió Helen con enojo.

 

Argit se sintió diminuto –más de lo que ya se sentía con los Alfas-, así que decidió que por su propio bien, asentía ante la evidente exigencia de la única chica Alfa.

 

—Lamento haber preguntado —se disculpó completamente nervioso.

—Eso te enseñara a no hacer enojar a Helen —se carcajeo Manny.

 

Los demás chicos estuvieron de acuerdo con las palabras del joven mitad Tetramand.

 

—Ahora, debemos hacer algo con Leander, para tener más probabilidades de lograr salvar a Ben —mencionó seriamente Pierce.

—Bueno, si atacamos desde distintos puntos, será más sencillo hacerle frente, hay que recordar que Leander es el más lento, debido a su condición y al menos sabemos que él no va a hablarnos hasta tenernos hartos —Kevin se aseguró de decir aquello de manera un tanto seria. Si bien, sabía que Leander tenía demasiadas debilidades, eso no hacía que tuvieran menos cuidado, pues los rayos láser que el Alfa podía sacar a voluntad, sin duda eran de cuidado extremo.

— ¿Tienes algo en mente?, porque no estoy dispuesto a seguirte como con Swift, porque créeme Kevin, que si no fuera por tu mascota, no estaríamos aquí  —Wheels se encargó de encarar a Levin, pues no estaba dispuesto a volver a arriesgarse y mucho menos, a su hermana menor.

—Kevin suspiro abatido—. Descuida, tengo una que otra idea para ir contra Leander y eso concierne a Helen, Zed y un artefacto que guardaba de la misión donde encontré a Zed.

 

Pierce lo miro con recelo, pues no estaba del todo seguro que Kevin tuviera contempladas todas las posibilidades que podrían pasar.

Sin embargo, los chicos estuvieron dispuestos a acatar las órdenes de Kevin.

Según la Alfa, Leander se encontraba justo cerca de los almacenes, y no era mentira, pues el mitad Prypiatosian-B se encontraba el espacio, casi meditando.

 

—Esta distraído, ¿podríamos aprovechar? —preguntó en murmullo Manny.

 

Y a pesar de que el mitad Tetramand hablo demasiado bajo, fue lo suficientemente fuerte como para que Leander lo escuchara. Leander comenzó a atacar con gran rapidez.

Los chicos comenzaron separándose y evadiendo los ataques del mayor, esperando la señal de Kevin y no paso mucho para tenerla.

 

— ¡Hazlo ahora Helen! —

 

La Alfa llego con gran rapidez y aprovecho que el mayor había quedado distraído para lanzar el arma secreta de su líder: una rara esfera de color verde limón.

Leander no pudo evadirla, y mucho menos prevenir lo que ocurrió momentos después. Primero, su cuerpo fue rodeado por una gran burbuja verde, y segundos después, la misma burbuja exploto. Los restos que quedaron por todo su cuerpo, comenzaron a darle unas potentes descargas eléctricas, pero lo peor –y para terminar de vencerlo-, una extraña criatura canina apareció de la nada para terminar por noquearlo con su potente rugido.

 

— ¿Lo ven?, pan comido.

 

El resto de los niños Amalgama miro con demasiado reproche a su líder, quien por cierto, no parecía haberse sorprendido de los resultados.

 

— ¿Qué era eso? —preguntó Helen con asco.

—Es una cosa que encontré en el mismo laboratorio donde rescate a Zed. Según los informes que encontré, es una esfera de energía comprimida o algo así, y claro, a los locos les gusta usar criaturas para sus fines, pues la esfera fue hecha con la “ayuda” de un Insectoid.

— ¿Tienes más sorpresas? —preguntó Pierce, porque ahora resultaba que también Kevin tenía bastantes ganas de traicionar a las Raíces, peor aún, parecía el joven Osmosiano no confiaba del todo en ellos.

—Kevin suspiro resignado, pues en un principio quiso decirles sobre Zed y las demás cosas que había encontrado en su última misión en solitario –no es como si Argit hubiera ayudado mucho para contarlo-, pero tuvo sus razones—. No tengo nada más, así que ahora debemos de ver como separar a Phil y a Servantis, para que alguien despierte a Ben.

 

Era hora de la verdad. Los chicos sabían a la perfección que de todos los perros guardianes de Servantis, Phil Billings era el peor, pues al ser mitad Terroranchula –una especie de la que casi no se sabe nada-, y uno de los Plomeros con mejor rango –antes de ser lanzado al vacío-, era de temer.

 

∞•*•♥•*•∞

 

—Servantis.

 

El mitad Cerebrocrustáceo dejo sus minuciosas anotaciones, sobre el reciente comportamiento del chico de la plancha con respecto a su lado Anodita. Miró con detenimiento a Billings, esperando que tuviera algo bueno que decirle, como para distraerlo y quitarle valiosos minutos en su investigación.

 

— ¿Qué necesitas Phil? —cuestionó seriamente.

—Swift y Leander no responden. Algo anda mal —mencionó. Hacía unos minutos, había tratado de comunicarse con ambos Alfas, sin embargo, ninguno había dado señales de nada.

—Servantis medito seriamente en las palabras de Billings—. Dudo mucho que sean los Tennyson —respondió tajante—. Pero no dudaría que fueran nuestros recientes errores. Los niños Amalgama.

 

Phil entendió a lo que quiso llegar Servantis. No perdió más tiempo, y tomo su forma Terroranchula, dispuesto a acabar de una vez por todas, con el terrible error que habían cometido.

 

—Ahora mismo me encargo del problema —dijo severo.

 

Servantis siguió prestando atención, pues decidió que lo mejor era seguir en lo suyo.

Phil salió del laboratorio con completo sigilo. Agudizo todos sus sentidos, para tratar de encontrar a esos mocosos, y lo hizo –casualmente cerca de las cápsulas de escape-, imaginando lo que había sucedido con sus dos compañeros desaparecidos.

De manera rápida, dirigió sus pasos al lugar, notando que dos cápsulas hacían falta, pero ninguna señal de los chicos.

Phil lanzo un gruñido al sentir un tenue aroma, reconociendo de inmediato que pertenecía a la única chica de los jóvenes.

 

—Más les vale salir de su patético escondite —dijo.

 

Sin embargo, no hubo señales de nada, ni siquiera un sonido. El mitad Terroranchula comenzó a correr por los lugares cercanos, pero después de un rato corriendo, tuvo que evadir una bola de fuego, revelando la dirección donde los chicos se encontraban escondidos.

 

— ¿Creyeron que tendrían una oportunidad siquiera? —cuestionó burlesco.

 

Los chicos miraron completamente nerviosos al terrible Phil, o al menos los que se encontraban en el lugar.

Billings se dio cuenta de manera inmediata, pues en lugar de que Kevin Levin estuviera liderando, estaba Pierce Wheels. También se percató de que Helen Wheels faltaba, pero en su lugar, se encontraba Argit.

 

—Parece ser que están desesperados —mencionó por el obvio y mal formado equipo.

—No dejaremos que vayas a advertirle —respondió secamente Pierce.

—Yo podría apoyarlos de lejos —murmuró Argit. Era el único que no estaba del todo de acuerdo con el plan de Kevin, especialmente, si debía arriesgarse a ser despellejado por el Alfa Billings.

— ¿Qué hacemos ahora Pierce? —Alan ignoro por completo el patético intento del Beta para salir huyendo, pues Phil no parecía de tan buen humor.

—Debemos confiar en el plan de Kevin. Por lo general, sus planes funcionan, además, por alguna razón, Helen confía en las palabras de Ben Tennyson, así que si es verdad lo de la magnitud de sus poderes y logran despertarlo, posiblemente tengamos una oportunidad.

—Así que mientras tanto, ¿debemos tratar de aguantar la furia de Phil? —cuestionó Manny, pues no estaba del todo de acuerdo con esa locura de plan, pero debía confiar en su líder, y más que nada, en la entera confianza que Pierce le tenía a Kevin.

—Debemos aguantar lo más que podamos —respondió Pierce con seguridad—. Confió en mi hermana e incluso en Alan. Ellos creen que Ben Tennyson es capaz de ayudarnos, así que hay que confiar, además, también debemos confiar en lo que nuestro líder nos dijo. Así que, ¿por qué no le enseñamos a Phil lo bien que trabajamos nosotros tres?...

 

Alan se sorprendió de las palabras de Pierce, pues tan solo unas horas antes, Wheels estaba en contra de él y Helen con respecto al Omega Tennyson, sin embargo, sintió cierto orgullo y respeto al ver como Pierce se comportaba ahora. Tal vez en un futuro, Pierce Wheels logre convertirse en un gran líder, o al menos como en momentos como ese, el que Kevin no pudiera.

 

—No se tu Manny, pero Pierce y su discurso motivacional, me han inspirado —Alan miro con una ladina sonrisa a su compañero de cuatro brazos.

—Yo digo que le hagamos caso —respondió Manny con una prepotente sonrisa.

—Creo que ya es demasiado tarde para huir. Al menos espero que ese Omega no nos falle, o juro que hallare la forma de matar a Kevin.

 

∞•*•♥•*•∞

 

—¡Sé que están aquí, Kevin y Helen! —

 

Servantis se alejó del inconsciente Omega, para encarar al par de Alfas que se encontraba en la entrada del laboratorio. Lanzó una risotada llena de autosuficiencia, pues en verdad le divertía ver que esos niños creían que podrían contra él y Phil, peor aún, con ese patético plan de “divide y vencerás”.

¿Qué si le molestaba?, claro que lo tenían enojado, pues justo cuando iba a aplicar la anestesia en el Omega, llegaron esos dos con sus intenciones de hacerlo fallar.

 

—Obviamente queremos salvar a Ben —respondió la enojada Alfa.

 

Servantis evadió como pudo a la chica con gracia y agilidad, para después lanzar un potente rayo, acompañado de una gran mesa metálica. Helen pudo evadir el rayo, pero la mesa la golpeo y mando lejos.

Kevin decidió comenzar un ataque cuerpo a cuerpo, pero Servantis no se la dejaba fácil –no por nada el Alfa mayor, no les había mostrado todas sus capacidades-, pero eso no detenía a Kevin.

El Proctor repentinamente uso su escudo para protegerse y después lanzo la misma mesa que había utilizado anteriormente, para golpear a Levin.

 

— ¿Eso es todo niños? —preguntó secamente.

—Kevin lo miro con odio y una imperceptible sonrisa—. No lo creo Servantis.

 

El proctor no entendió la reacción de ese pequeño Alfa, hasta que fue demasiado tarde, pues justo cuando iba a terminar su trabajo, una extraña criatura lo mordió justo en su brazo derecho.

Kevin aprovecho esa distracción e implanto en la cabeza del mitad cerebrocrustáceo un extraño aparato y el su pecho, una extraña esfera, muy parecida a la que había utilizado contra Leander.

La esfera estallo, mandando al Proctor a la pared y dejarlo completamente pegado con una sustancia verdosa y desagradable, mientras que el aparato en su cabeza, comenzó a darle grandes y fuertes vibraciones, las cuales no permitían su concentración, ocasionando, que su control sobre el Omega, comenzará a desaparecer.

 

—Creí que no tenías más sorpresas —le reprocho Helen, mientras liberaba con gran velocidad a Ben.

—Supuse que entre más supieran, menos probabilidades tendríamos de engañar a Servantis —se explicó Kevin completamente apenado.

—Helen dejo de lado su reciente reproche, para después ayudar al confundido Omega—. ¿Cómo estás Ben? —preguntó preocupada.

 

Ben espabilo como pudo, dándose cuenta de que no se encontraba en la zona donde los niños Amalgama descansaban. Miró nervioso el lugar en el que ahora estaba, y no pudo evitar sentir pánico al ver que se encontraba en una especie de laboratorio, ¿qué había pasado?...

 

—Servantis estuvo a punto de iniciar sus experimentos, pero llegamos a tiempo para impedirlo —respondió Kevin a la pregunta silenciosa del Omega.

—Ben se sorprendió de saber que el Alfa Levin tomo parte en su rescate—. ¿Tú ayudaste?, ¿en serio? —cuestionó, sin ocultar su evidente sorpresa.

—Kevin se sonrojo apenado—. ¡Por supuesto que ayude! —exclamó —. No soy tan idiota y necio, como para no admitir mis errores, así que tómalo como una disculpa por faltarle el respeto a tu abuelo y a ti.

—Tennyson lo medito unos segundos, para después sonreír—. Disculpas aceptadas —respondió sincero.

 

Kevin y Helen suspiraron aliviados de escuchar las palabras del Omega, sin embargo, no pudieron permanecer calmados, pues una explosión cercana, sacudió todo el laboratorio.

 

— ¿Qué está sucediendo? —preguntó Ben. Algo le decía que eso tenía que ver con su reciente rescate.

—Los otros están en problemas —respondió Helen completamente preocupada.

—Parece ser que Phil les está dando problemas —murmuró Kevin.

—Entonces vamos.

 

Tanto Kevin como Helen miraron sorprendidos al Omega, pues aun cuando sus intenciones eran convencer a Ben de que los ayudará, el chico se había ofrecido, sin siquiera pedírselo.

 

—No van a lograr escapar mocosos.

—Ben lo miro rencoroso, mientras se acercaba—. Tal vez me dio miedo cuando me secuestro, pero debe recordar algo, Proctor Servantis, hace tres días era un simple humano, ahora soy un Anodita.

 

Los ojos de Ben brillaron con intensidad, mientras mostraba una mirada completamente amenazante.

 

—Lo irónico es, que he aprendido muchas cosas, sin siquiera tener los poderes, tales como esto… Somnus —sonrió al ver que Servantis comenzaba a dormirse—. Creo que ayudará un poco más lo que sigue… Apendaja grigoria.

— ¿Qué fue lo que hiciste Ben? —preguntó Helen completamente impresionada al ver como Servantis quedaba inconsciente y luego congelado con tan solo unas breves palabras.

—Les dije que aprendí algunos trucos, mientras observaba a mi abuela entrenar a mi prima. Mi prima al ser algo nueva en los poderes Anodita, y que el entrenamiento de la abuela es demasiado acelerado, recurrió a aprender a controlar sus poderes, gracias a una chica que cree que sus poderes son magia. Estos hechizos ayudan a controlar los poderes de mi prima, y para buena suerte, yo también leía el libro de hechizos que ella utilizaba —respondió apenado el castaño—. Pero dejemos de lado esto, vamos a detener a ese tal Phil.

 

Kevin y Helen estuvieron completamente de acuerdo con el Omega, incluso Zed, quien solamente olfateo al castaño y asintió.

 

∞•*•♥•*•∞

 

—Creo que el plan fallo, porque Kevin y Helen ya tardaron —comentó un agotado Tetramand.

 

Pierce y Alan asintieron completamente agitados, mientras que Argit, trataba de ocultarse –inútilmente- detrás de los tres Alfas.

 

—Parece ser que fallaron completamente mocosos.

 

Los tres Alfas y el Beta vieron con nerviosismo, como Phil se lanzaba con intenciones de aniquilarlos, sin embargo, un grito con unas extrañas palabras de trasfondo, dejaron completamente inmovilizado al Alfa Billings.

 

Statuea

— ¿Qué ocurrió?, ¿estamos muertos? —Argit no pudo evitar preguntar aquello, pues se encontraba con los ojos completamente cerrados.

—Seguimos vivos, y no gracias a ti cobarde —respondió Manny.

—Y parece ser que Helen y Alan tenían razón, ese chico Tennyson, podría ayudarnos —comentó Pierce con alivio.

— ¡Wow Ben, eso fue genial! —Helen se mostró más sorprendida al ver cómo había quedado Phil con una sola palabra.

—No canten victoria todavía, porque no creo resistir mucho tiempo con el hechizo, ¿qué tan testarudo es este sujeto?...

 

Los Alfas y el Beta miraron con detenimiento a Billings, y al ver como su cuerpo comenzaba a temblar, supieron que no tenían mucho tiempo.

 

—Chicos, vengan junto a mí. Tengo un hechizo que nos sacará de este lugar —dijo Ben seriamente.

 

Pierce, Manny, Alan y Argit hicieron caso al llamado de Ben. Mientras que Ben, se preparaba, para liberar a Phil de su anterior hechizo y ser lo suficientemente rápido para recitar otro.

 

—Date prisa, Tennyson —pidió Kevin, al ver como Phil recuperaba la movilidad de sus brazos.

—Ben suspiro para calmarse—. Abeo exorior —recitó con calma.

 

Los chicos se sorprendieron al ver cómo fueron rodeados por un gran campo de energía de color magenta, justo antes de que Phil consiguiera acercarse.

 

— ¿Qué hiciste mocoso? —exigió saber Billings.

—Algo que obviamente no te esperabas —respondió con burla el Omega—. Chicos, es hora de que se despidan del señor. Bye, bye señor Alfa.

 

Phil Billings vio completamente enojado, como cada uno de los jóvenes comenzaba a desaparecer poco a poco, sintiéndose completamente herido en su orgullo, pues no podía hacer nada para impedirlo.

 

—Me las van a pagar mocosos.

 

∞•*•♥•*•∞

 

— ¿Dónde estamos? —

 

Los niños Amalgama  y Argit miraron completamente asombrados al Omega Tennyson, sin embargo, Ben solo podía mirar con preocupación, los trozos de tela que quedaron de la mochila que traía consigo, el día que Servantis lo había secuestrado.

 

—En este lugar nos escondíamos del universo. Fue justo aquí donde me separaron de lo que queda de mi familia —respondió con tristeza.

—Tranquilo Tennyson. Tu nos ayudaste, así que nosotros haremos lo mismo —Kevin no pudo evitar acercarse al Omega, especialmente, cuando parecía que Ben terminaría por llorar su perdida.

— ¿Tan poderoso eres? —preguntó Alan, para tratar de cambiar de tema, aunque la magnitud de poder que el Omega tenía era magnifico, pues los había sacado del vacío, sin siquiera sudar.

—Y gracias a ese poder somos libres, es decir, miren las estrellas, son tan diferentes de ese horrible lugar —comentó Helen con alegría.

 

Kevin le dio la razón a sus compañeros, sin embargo, al desviar momentáneamente su mirada, el Omega había tomado de nueva cuenta aquella extraña y a su vez hermosa forma Anodita. Los Alfas y el Beta temieron por un posible enfrentamiento, pero por alguna razón, el Omega solamente veía el espacio.

Ellos no sabían, pero al no tener la presión de escapar, o la furia que había sentido al lograr sacar su lado Anodita, Ben solamente pensaba en lo que un Anodita pensaba: viajar libremente, divertirse. Los Anoditas son un alma libre, y necesitaban por lo menos setenta y cinco años para controlar todo su poder, de lo contrario, perderían sus recuerdos con todo ese poder en su cabeza.

Y ahora, sin nada, ni nadie que lo atará, Ben deseaba utilizar todo ese poder para viajar por todo el universo y vivir de su amada libertad. Comenzó a flotar, dispuesto a irse, pero al sentir su mano ser apresada, miró con reproche al Alfa de negros cabellos.

 

—Quiero irme. Debo irme, el espacio me llama —murmuró con sinceridad.

—No puedes hacerlo —respondió Kevin con seguridad.

— ¿Por qué no? —preguntó con molestia—. Ya son libres, yo también quiero serlo.

—Pero Ben, ¿no buscaras a tu familia? —preguntó Helen con preocupación.

—Ellos no me buscaron cuando los necesite, ahora solo necesito ser uno con el espacio —dijo con demasiada frialdad —. Suéltame ahora Levin, de verdad no quiero hacerte daño.

—No lo haré Ben —sintió que el Omega se sorprendió, incluso él lo hizo cuando dijo por primera vez el nombre del castaño—. Estoy seguro de que tu familia te está buscando, ¿o es que acaso mentiste en la confianza que tanto le tienes a tu abuelo?, porque si Max Tennyson es tan buen abuelo como dijiste, estoy seguro de que te está buscando.

—Y no te equivocas niño.

 

Los niños Amalgama vieron con desconfianza la luz magenta que comenzó a aparecer justo frente a ellos. Para los Alfas y el Beta, unos posibles problemas, pero para el Anodita, era la esperanza que tanto estaba esperando en el fondo de su ser.

 

— ¡Oh mi niño! —

 

Los niños Amalgama vieron con asombro a la Alienígena, tan parecida al Omega, pero justo detrás de ella, llego el “temible” Max Tennyson, junto con una chica pelirroja. Los tres abrazaron con fuerza al Omega Anodita.

 

—Verdona, parece ser que tenías razón cuando dijiste que sentiste una energía similar a la tuya, pero me sorprende ver que Ben también fuera un Anodita —Max parecía más aliviado, pues por un momento pensó que perdería a su nieto.

—Y uno muy bueno, ni siquiera Gwen ha logrado tomar su forma Anodita —halago la Anodita de manera alegre.

—A todo esto, ¿Quiénes son esos? —Gwen cambio de tema, al ver a los chicos de trajes similares a los que se habían llevado a su primo.

— ¿Ben? —Max se preocupó al ver que su nieto solamente veía el espacio.

—Lo ves Ben, ellos te buscaron, así que no tienes razones para irte —a Kevin no le importo que la chica y el señor Tennyson lo vieran con recelo, el simplemente tomo de la mano al Anodita, para ayudarlo a bajar poco a poco.

—Gracias Kevin —murmuró Ben, mientras tomaba su forma humana—. Todo ese poder me había nublado el juicio.

—De nada Tennyson —respondió sonrojado.

—Abuelos, Gwen, ellos fueron parte de los experimentos de las Raíces. Y me ayudaron a escapar antes de que el Proctor Servantis lograra hacerme algo —respondió a la pregunta de su prima—. No tienen dónde ir, y yo no pienso dejarlos a su suerte —les advirtió. Había notado que a su prima no le agradaba la idea, y menos a su abuelo.

—Ben, sabes porque no puedo dejarlos venir con nosotros —apenado, Max vio a los chicos.

—No voy a dejarlos —sentenció seriamente.

—Tranquilo Ben, no nos molesta —murmuró Helen con preocupación.

—Al menos nos ayudaste a escapar —dijo Alan con una pequeña sonrisa.

—Podemos valernos por nosotros mismos, no es como si fuéramos débiles —respondió Manny con falsa prepotencia.

— ¡No voy a dejarlos! —gritó el Omega.

—Verdona entendió a su nieto, y por primera vez estuvo de acuerdo con él—. Ellos son chicos entrenados por las Raíces, así que no son niños indefensos, yo digo que pueden venir Max.

— ¡Tú también Verdona! —exclamó Max con sorpresa, pero al ver las miradas de los chicos y las miradas de su esposa y nieto, supo que había perdido esa batalla—. No tienen idea de todo lo que pasamos, ni siquiera se compara con las Raíces y sus desquiciados experimentos. Todo el universo esta en mi contra, incluso me arrebataron tanto y no solo a mí, también a lo que queda de mi familia —Max se encargó de mencionar aquello, aun si le sacaba de lo más profundo de su ser, recuerdos sumamente dolorosos y fatídicos. Soltó un suspiro resignado, al ver las miradas llenas de decisión que aquellos adolescentes tenían—. De acuerdo, pueden venir con nosotros, pero les advierto, que estén preparados para los riesgos que conllevan estar conmigo y mi familia.

 

Ben fue rápido a abrazar a su abuelo, pues en verdad le alegraba que aquellos chicos pudieran tener otra oportunidad de sentir la calidez de tener una familia.

 

— ¿Estás seguro de que debemos ir con ellos Kevin? —cuestionó Pierce en susurro. No estaba del todo seguro de si debían unirse a los Tennyson o seguir por su cuenta huyendo de la venganza de las Raíces.

—Kevin miro directamente al Omega Tennyson, sintiendo en su interior que debían estar con él y el resto de los Tennyson—. Creo que no es mala idea Pierce, además, ¿crees que con todo lo que hicimos a las Raíces, nos dejarán en paz?, porque hasta donde yo sé, Swift y Leander van a volver tarde o temprano, y ni mencionar a Phil, porque es más que obvio que espera derramar sangre, y Servantis, él no va a estar nada contento al saber que perdió contra los niños a los que creía haber controlado a su antojo.

—Pierce lo pensó con detenimiento—. Touché —respondió resignado.

 

Tal vez no era mala idea que los niños Amalgama se quedaran con los Tennyson. Técnicamente, también ellos eran buscados por seres que querían matarlos, sin embargo, sentían que había algo más.

Los niños Amalgama, sin saberlo, ya habían establecido un orden en su manada. Cada uno de ellos, tenía en cuenta de que el líder Alfa de su manada era Kevin Levin, pero debido a su inexperiencia y juventud –no solo socializando, también en cuestión a manadas y castas-, no se habían dado cuenta de que sus Alfas internos, habían elegido a Ben como el líder Omega.

Los niños Amalgama habían agrandado su manada, y si no fuera, porque su líder Omega quería estar con su familia, ellos se hubieran asegurado de haberse ido lejos con Ben.

Aunque ahora parecía algo lindo y ajeno, esa elección traería algunas consecuencias. Pero por ahora, Max solamente pensaba en conseguir una nave más grande al ver como su familia volvía a agrandarse de nueva cuenta, mientras que Gwen sentía lo que alguna vez su primo había sentido, al ver como su abuela felicitaba de manera exagerada  que Ben hubiera tomado su forma Anodita. Y los niños Amalgama, solo hablaban entre ellos, para ver que podían ayudar.

Todo tan diferente, a lo que en un futuro, les deparaba…

 

Continuará

Notas finales:

Y eso ha sido todo para este primer extra, espero y les haya gustado. Y si es así y me lo hacen saber con sus hermosos comentarios, se los agradeceré muchísimo :3

 

Saben que siempre pueden corregirme y yo al final de la historia haré caso a su amable corrección :D

 

 

 

Algunas curiosidades que deben tener en cuenta son:

 

.- Gwen 18  no es tan buena como la hace lucir Ben…

 

.- A pesar de que Kevin se empareja con Gwen, el resto de los Amalgama no la ve como la líder Omega…

 

.- Verdona solo nota a su nieto por haber heredado sus poderes…

 

.- Di un leve spoiler de quien tomará el mando, cuando Kevin ya no esté…

 

 

 

Y después de pensarlo con detenimiento, he decidido también dejarles spoiler de los extras, claro, solamente en los extras xD

 

Así que como se viene la discusión entre Rex y Noah, el próximo extra tratara de como Rex se da cuenta de sus sentimientos por Noah, así como hará la aparición la primera Omega con la que casi se va (yo sé que ya saben quién es y personalmente diré que ella me cae mal). Aquí van los spoilers…

 

 

 

.- Rex se siente confundido con la llegada de su nuevo amigo y la Omega que tanto le gusta…

 

.- Rex descubre un terrible secreto…

 

.- Noah sale lastimado por culpa de Rex…

 

Todo eso y más en, Extra II: “Lazos Conmovidos”

 

 

 

Y pues, espero traerles pronto el próximo capítulo, pero considérense afortunad@s, pues este es uno de los capítulos más largos (además del capítulo anterior) que he escrito, con un total de 10,945 palabras (hasta me da flojera pensar que los otros extras queden así de largos).

 

En fin, nos leemos pronto

 

Chau chau (^3-)/


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