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Lazos por RozenDark

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Notas del capitulo:

Y aquí regreso con otro capítulo más de esta dramática historia. Y para variar, haciendo sufrir al pobre de Ben… ¿por qué seré tan mala? xD

 

Espero que no hayan sentido eterna la actualización, porque si es así, lo lamento mucho… 

 

Otra cosa, debido a las delicadezas de Wattpad, he decidido probar la plataforma de Sweek (la cual es muy parecida a Wattpad, solo que algo desconocida y en la que solo he creado una cuenta). Espero que no me lleguen a tumbar la cuenta, pues aquí he conseguido muy lindos y respetuosos seguidores.

 

También he tratado de hacer he creado un respaldo en la plataforma, aunque obviamente no tiene ni una historia. “RozenDark1” anda por allí con la imagen de Eclipsa que tanto me gusta usar xD

 

Pero dejando de lado lo malo, como recordarán, este universo tiene la numeración 18, pero me encanta recordarles  xD

 

Por cierto, @BlackOperator me pidió permiso para hacer un one-shot en torno al universo de “¡¿Mi Hijo?!”, no sé de qué irá, pero le di permiso, en caso de que quieran ir a leerlo, aunque no se con exactitud cuando vaya a publicarlo, pero bien pueden esperar, mientras leen sus historias. A mí en particular, me encanto su fic “Libres”, se los recomiendo muchisímo ;)

 

En fin, los personajes de Ben 10 y Generador Rex, son propiedad de sus respectivos autores y los demás de mi propia autoría. Las imágenes utilizadas a lo largo del fic, junto con la portada son de mi entera propiedad (que raro se siente aclarar eso sin sentir pena xD).

 

La historia, así como la numeración y la idea del universo 18, es 100% mía, así que para cualquier adaptación, bien pueden preguntar. 

 

Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/

Ben sabía a la perfección lo que le pasaba. Era más que obvio, considerando que ya había convivido con aquel Alfa por varios años, y siendo ahora un adolescente con las hormonas más que alborotadas, Ben estaba completamente seguro de que Kevin le gustaba. Y aunque suene prepotente o presuntuoso, el Omega Tennyson podía jurar que Levin era su destinado.

Ya con sus sentimientos más que revelados y después de días de pensarlo una y otra vez, Ben por fin estaba dispuesto a decirle a Kevin lo que sentía por él. Y aunque suene demasiado creído, Ben podía afirmar que el Alfa sentía lo mismo, o eso pensó, hasta que sucedió lo impensable.

 

—Sé que no es mucho tiempo el que llevamos juntos Ben, pero en verdad debo decírtelo.

—Ben sonrió más que encantado—. Pues solo habla, veo que tú tienes más prisa por hablar —mencionó. Sin duda estaba emocionado, y no podía evitar demostrarlo, pues pensaba que el Alfa estaba por confesarle sus sentimientos por él.

—Levin desvió su mirada con pena—. Esto no es nada fácil Ben —murmuró—. Creo que me gusta…

 

Pero Ben había dejado de sonreír. Y las mariposas que sentía revoloteando en su estómago, se habían vuelto unas tremendas ganas de vomitar. Y la emoción que había sentido antes, no eran más que desesperación en esos momentos. 

El Omega juraba que la voz del Alfa se había vuelto un eco demasiado disperso, pero justo la parte donde Levin decía la frase que rompía de poco en poco su corazón, se escuchaba como un pitido sumamente molesto e irritante.

 

—Perdón Kevin, no te escuche —mintió. Claro que había escuchado, pero no podía creerlo—. ¿Qué fue lo que dijiste?...

—Levin suspiró—. Dije que me gusta Gwen.

 

Después de escuchar de nueva cuenta aquella revelación, Ben solamente pudo felicitar al Alfa con una nerviosa y fingida sonrisa. Ni siquiera supo la razón que lo llevó a incitar al Alfa a confesarse, pero lo hizo.

Y vaya que dolía demasiado. Saber que el Alfa que amaba desde que lo conoció, y que éste amaba a la prima que siempre lo vio de menos, dolía, casi hasta el punto de querer desaparecer y jamás volver.

¿Por qué Kevin lo traicionaba de esa manera?, ¿por qué cuando se había armado de valor para confesar sus sentimientos?, pero lo que Ben no terminaba de comprender era, ¿por qué tenía que ser Gwen y no él?, ¿por qué siempre era Gwen?... 

 

 

“El Lazo Que Nos Une”

 

Revonnah sin duda alguna era un bello y magnífico planeta. Más que hermoso y perfecto, era colorido, especialmente el contraste de colores que hacía el ámbar. ¿Quién diría que una semana atrás era sumamente gris?...

Fue justo en el momento en el que él y Ben salieron de la nave, y aunque para Max había sido un alivio saber que su nieto estaba bien después de la caída de la nave, todo eso se esfumó, cuando se vieron completamente rodeados por los habitantes de aquel planeta. Para su nieto la imagen de aquel Alfa que lo había abandonado, pero para él simplemente una especie un tanto rara de ver. 

Ingenuamente, el Alfa Tennyson pensó que los Revonnahganders escucharían, incluso los dejarían pasar de largo, sin embargo, el aparente líder decidió atacar apenas lo reconoció. Obviamente Ben hizo uso de sus poderes, ocasionando que aquellos descubrieran que el Omega era un Anodita. 

Las cosas se volvieron problemáticas, más con el embarazo avanzado del Omega, quien terminó por desmayarse debido al esfuerzo. Y Max terminó por odiarse cuando lo obligaron a separarse de Ben. 

Y justo ahora, Max se encontraba en lo que parecía una celda, y por supuesto que sabía lo que su nieto hacia o mejor dicho, lo obligaban a hacer, puesto que le habían dejado verlo por breves momentos hacía ya, dos días. Claro, los habitantes de aquel planeta se habían asegurado de mantenerlo encadenado, débil y sin el privilegio de ver la luz del sol. 

El señor Tennyson había leído sobre la especie Revonnahganders, y lo que ahora le hacían a él y a su pobre nieto, no era nada parecido a lo que había leído cuando aún era un Plomero. 

 

—No demores en comer escoria —ordenó el encargado de vigilar la celda. Ni siquiera se esmeraba en fingir agrado hacia el prisionero. 

—Max lo miró suplicante—. Mi nieto —murmuró—. ¿Cómo está mi nieto?—preguntó desesperado. 

—El Revonniano sonrió con burla—. Justo ahora está regresando la vitalidad a nuestro planeta —respondió con maldad—. Es lo menos que debe hacer, puesto que su maldito abuelo es el causante del deterioro de nuestra bella Revonnah. 

 

Las cadenas que apresaban al Alfa, emitieron un oxidado sonido, cuando este trató de acercarse al Alíen. Mientras que el Revonniano solamente lanzó una risotada llena de burla. 

 

— ¿Qué sucede Tennyson?, ¿te preocupa tu nieto y el bastardo que espera? —cuestionó con cinismo—. Jamás pensé que Maxwell Tennyson se preocupara por alguien más, especialmente cuando causó tanto daño en el universo. 

—Max negó—. ¡Yo no cause nada de lo que me acusan! —exclamó completamente alterado—. Así que no veo la razón por la que deban obligar a mi nieto a regresar a la vida a su planeta. ¡Por dios!, ¡Ben está embarazado!... 

 

Max creyó que el Alíen se apiadaría, sin embargo, el Revonniano solamente rió y salió del lugar completamente divertido del sufrimiento de Tennyson.

 

—Solo espero que te encuentres bien, Ben —murmuró completamente afligido.

 

En verdad esperaba que su nieto estuviera bien, o jamás se lo perdonaría.

 

∞•*•♥•*•∞

 

Justo en Omnitrix, el grupo de los Amalgama acababa de terminar de comprar suministros para su viaje y para el planeta Revonnah. Fue casi como si el pasado, le recordara a la Omega del líder Pierce, de donde venía, pues justo habían interceptado una señal de transmisión de Revonnah, donde pedían ayuda urgente. 

Así que Pierce, para que su pareja no estuviera deprimida, había decidido que irían a Revonnah. Y justo por eso, habían comprado lo necesario para abastecerlo lo más que podían y ayudar a los demás Revonnahganders.

No era nada raro para ellos, el saber en qué estado estaría el planeta, pues fue la misma Rayona, quien les describió su precaria situación cuando fue obligada a dejar su hogar, así que irían más que preparados para ayudar en lo que pudieran.

 

—Creo que con esto es más que suficiente —mencionó Pierce.

—Supongo que es una manera de pedir que no te maten tus suegros —dijo con burla Manny. 

 

Todos comenzaron a reír con el intento de chiste de Manny, especialmente cuando Wheels miro al gracioso Tetramand con ganas de matarlo.

 

—No digas tonterías y apresúrate —espetó con molestia.

 

Los demás dejaron sus risas y comenzaron a apresurar el paso. Mientras que el Alíen de cuatro brazos, acataba a la orden de su líder. 

No era raro para ninguno, ver que Pierce estaba demasiado nervioso, especialmente cuando le tomó bastante tiempo que su Omega confiara en él. Con solo haber visto la reacción de Rayona, supieron que los Revonnahganders la habían pasado bastante mal.

 

—Tranquilízate Pierce. Te aseguro que yo explicaré a detalle cómo nos conocimos, además de que gracias a ustedes, otros Revonnahganders lograron ser liberados de posibles torturas y ahora mismo tienen viven una vida muchísimo mejor —mencionó Rayona con calma. Sabía que su Alfa estaba demasiado nervioso y renuente a ir a su planeta, y aun así, la estaba complaciendo—. Además de que quedarán demasiado encantados con Casey —con amor vio a su pequeño bebé, el cual solamente balbuceaba para sus padres.

—Pierce sonrió apenas, mientras acariciaba la pequeña cabeza de su hijo—. Tienes razón Rayona, es solo que me inquieta que tus padres no me acepten del todo, recuerda que nosotros fuimos “Plomeros” —respondió apenado, haciendo énfasis en la palabra, “Plomeros”.

—Rayona negó ante lo dicho por su Alfa—. Fueron experimentos, y los que los usaron no merecían llamarse Plomeros, ni siquiera los que causaron todo este embrollo. Entendí que los Plomeros aún están haciendo lo posible para restaurar el orden y la paz, y ustedes merecen ser llamados de esa manera, en cambio, los corruptos, deberían dejar de existir en el universo.

 

Rayona aún guardaba rencor hacía los monstruosos seres que masacraron gente en su planeta, y que además, separaron familias sin siquiera tentarse el corazón. Ella supo que los pocos –casi nada- Plomeros que aún quedaban, hacían lo posible por remediar el caos en el universo, y su esposo y manada, merecían ser llamados Plomeros con orgullo.

Dejaron de lado las pláticas y los nervios, pues si apresuraban el paso, estarían en Revonnah en dos días, sino es que antes.

 

∞•*•♥•*•∞

 

Ben se sentía sumamente agotado. Y como si necesitara más razones para odiar a la especie Revonnahgander, los malditos tenían a su pobre abuelo en una sucia y helada celda, sin derecho a tres comidas decentes, mientras que a él lo obligaban a regresar la vitalidad a su maldito planeta. La ironía en esto, es que Ben tenía planeado hacer justo eso, después de revelarle la verdad a Rook Blonko, y vaya que odiaba sus pensamientos pasados, pues ahora guardaba un profundo odio y rencor a aquella especie y su maldito planeta. 

Lo peor de todo, es que aun cuando habían visto su avanzado estado de embarazo, y aun cuando había dicho que el bebé que esperaba era de un Revonnahgander, lo habían acusado de violador y además embustero, ¡como si él hubiera obligado a Rook Blonko!, y claro que los maldecía a todos y cada uno.

 

— ¡Deja de perder el tiempo! —espetó una Alfa—. Aún falta mucho de nuestro planeta.

—Ben la miró con odio—. Le recuerdo que estoy embarazado señora —respondió molesto y agotado—. Por más que lo trate, sin un descanso y alimentación adecuados, no podré usar más energía o mi hijo será el que peligre —explicó una vez más, mientras guiaba sus lastimadas manos a su vientre. Llevaba días con leves dolores y en verdad le preocupaba que su hijo también lo fuera a dejar.

— ¡Tonterías! —bramó—. Tu maldito abuelo ocasionó todo esto sin darnos descanso alguno, así que hazte a la idea de que no saldrás bien librado de esta. Lo que es más, si ese engendro no llega a nacer, mucho mejor para el universo entero, un Tennyson menos.

 

Ben sentía rabia cada vez que los Revonnahganders hacían la mención de su hijo de aquella manera tan despectiva, y de no ser porque no le quedaban fuerzas para pelear, estaba completamente seguro de que utilizaría todo de sí, para erradicar ese planeta, junto con los habitantes.

Para su buena o mala suerte, el mismo líder de los Revonnianos, había hecho acto de aparición, para permitirle un breve descanso. Y el Omega juraba que a ese Alfa en especial, era al que odiaba. No solo por el trato que le daba a su abuelo, también por ser el padre del Alfa que le rompió el corazón y padre de su amado hijo.

 

—Hola de nuevo —

 

Por supuesto que Ben conocía a la perfección la voz infantil que le llamaba. Él, junto con una de sus hermanas mayores, eran los únicos que se acercaban a escondidas y le daban una ración más de comida, y de ser necesario, trataban uno que otro raspón que se hacía.

Ese par de hermanos, era lo único que le hacía cambiar de opinión con respecto al posible genocidio que quería causar, y más increíble era saber que formaban parte de la familia de neandertales que conformaban a los Rook.

 

—Niño, ya deberías dejar de acercarte a mí, o te meterás en problemas —le dijo, aunque era más probable que él se metiera en problemas, por “querer manipular” al pequeño hijo del líder.

—Lo siento Ben —respondió apenado. Por supuesto que sabía que muy posiblemente, el Omega se metería en más problemas, pero al ver lo pálido que estaba, se preocupó—. Te traje unas cuantas Amber Ogía —mencionó sonriente. Lo justo era que el Omega tuviera el derecho de comer aunque sea una vez de su fruto natal, especialmente cuando gracias a él, había comenzado a crecer de manera natural nuevamente.

—El Omega solamente hizo un gesto de desagrado—. Creo que paso Pequeño —respondió en susurro—. No es por ser descortés o rechazar algo tan significativo en tu planeta, pero el padre de mi bebé me invitó a comer ese fruto, justo antes de decirme puras mentiras llenas de romanticismo y cursilería.

 

El niño solamente dejó de mover su pequeña y esponjosa cola al oír aquello. Obviamente sabía quién era el padre de ese bebé, pues había sido el mismo Omega quien lo dijo, esperando clemencia por parte de su padre y el resto de los Revonnianos. Sin embargo, eso ocasionó que su padre tratara aún peor al Omega, en lugar de ver por el bienestar de su futuro nieto.

 

—Blonko fue un tonto —dijo de brazos cruzados—. Si yo tuviera edad suficiente, juro que vería por tu bienestar y el del bebé, Ben —mencionó completamente seguro de sus palabras. 

—Ben lo miro completamente sorprendido, para después reír apenas—. Bueno, aun te falta crecer pequeño, quizás algún día —le dijo un poco más alegre. Sin duda aquel niño podía buscar la manera de alegrarlo y hacerle olvidar su tortura.

—Pequeño, ¿qué ya te dijo tu padre?...

 

Tanto el Omega, como el niño, viraron a ver con nerviosismo a aquella gruñona Alfa. La mujer veía con reproche al infante, sin llegar a perder la mirada llena de odio y rencor que le dirigía al embarazado.

 

—El líder ya te dijo que dejes de acercarte a ese sucio embustero —agregó la Alfa con molestia.

 

Pequeño frunció el ceño ante esas palabras. Tal vez sea porque vio desde tan corta edad lo que su familia paso durante todos esos años, o por el simple hecho de que él recordaba que antes de todo lo ocurrido, su hermano mayor y modelo a seguir, siempre quiso ser un justo Plomero. Era tan irónico que Blonko, aquel Alfa al que admiraba tanto, se hubiera vuelto tan maldito como para abandonar a su Omega marcado y embarazado, por el simple hecho de ser un Tennyson.

Pequeño podría tener su cola aún, incluso ahora, aun no poseía un nombre propio, debido a su inmadurez, pero entendía a la perfección, que aquel Omega no era tan malo como lo describían.

 

— ¡Él no es un embustero! —respondió con enojo—. Justo ahora, somos nosotros los que le estamos obligando a revivir nuestro planeta. Lo que es más, él esta embarazado y parece que a nadie le interesa que todo ese estrés y trabajos forzados, pueden hacerle daño a ese bebé, que bien podría nacer siendo de nuestra especie.

 

La Alfa miro completamente sorprendida al hijo de su líder. Incluso más Revonnahganders, habían dejado de lado sus labores para ver y escuchar aquello. Sin embargo, contrario a la reacción que el pequeño Rook esperaba, su padre había hecho acto de aparición para dejar en claro lo necios que todos los habitantes de Revonnah eran.

Rook Da ni siquiera se inmuto cuando vio dolor reflejado en el Omega. Es más, apretó su agarre en el brazo de Ben y lo obligo a ponerse de pie.

 

— ¿Cómo te atreves a querer engañar al menor de mis hijos? —cuestionó completamente furioso—. ¿No te basto haber engatusado y engañado a mi primogénito y tener una cría más, perteneciente a los malditos Tennyson?...

 

Ben miró a ese Alfa con completo desdén, a pesar de que tenía ganas de golpear con fuerza al Alfa, pudo más su preocupación por su hijo y se abstuvo de hacer algo en contra del Alíen. Sin embargo, eso no impidió que se defendiera de las calumnias de las que lo culpaban.

 

— ¡Yo no hice nada de lo que me acusan! —respondió apresurado—. Su hijo y yo tuvimos la culpa por igual, y este bebé que llevo en mi vientre, es prueba de ello. ¿Dice que lo engañe?, yo ame a su hijo y tenía planeado incluso, decirle la verdad sobre mi familia, ¿qué esperaba al hacerlo?, que mi Alfa confiara en mi palabra antes que en su rencor mal infundado, incluso planeaba venir a este planeta y regresarle la vitalidad poco a poco, pero en su lugar, ese maldito me rechazo apenas supo quién era mi abuelo, aun cuando me había marcado y embarazado…

—Rook Da apretó su agarre aún más—. ¡¿Cómo te atreves a levantar falsos en contra de mi hijo?! —se negó a creer que su hijo hubiera sido capaz de hacer tales cosas, especialmente cuando un Tennyson era quien se las decía—. Eres un maldito arribista —acusó con odio.

— ¡Déjalo en paz padre! —Pequeño trato de hacer que su padre libere al Omega.

—Pequeño, regresa a la casa —le ordenó autoritario.

—No lo haré —respondió con molestia—. No, hasta que dejes ir a Ben, él no hizo nada.

—Niño necio —espetó el Alfa con enojo—. Acata mi orden o tendré que…

 

Rook Da y el resto de los Revonnahganders vieron con horror como una de las zonas de cultivo comenzaba a arder en llamas.

 

— ¡Líder Rook!, ¡los Muroides nos atacan!...

 

Los Muroides son unas ratas gigantes sin pupilas y parecidas a una especie de cerdo o jabalí. Antes solamente eran una molesta plaga que fácilmente podían controlar, sin embargo, cuando el caos se desato en el universo y comenzaron a invadir Revonnah, los Muroides comenzaron a evolucionar.

Siendo que antes caminaban en cuatro patas y eran demasiado tontas, terminaron por aprender a caminar en dos patas, hablar y utilizar armamento que robaban, incluso hacían uso de su cuerpo y se hacían bola, para hacer más rápidos y peligrosos sus movimientos.

Los Revonnahganders creían que se habían extinguido cuando su planeta comenzó a morir y su especie a decaer, pero ahora, justo cuando Revonnah estaba regresando a la vida, los Muroides hacían acto de aparición nuevamente, atraídos por el aroma de la Amber Ogía y de paso, tratar de hacerse del planeta por completo.

 

—Pongan a salvo a los Omegas y a los niños, y también, eviten que dañe más cultivos —ordenó con prisa—. En cuanto a este Omega, pónganlo a salvo, pero no lo dejen sin ataduras. Aún lo necesitamos para terminar de restaurar nuestro planeta.

 

La mujer que antes había regañado al menor de los hijos de su líder, no dudo ni un segundo en tomar del brazo al Omega. Ben tuvo que reprimir un quejido, debido a la brutal fuerza que la mujer ejerció en su ya, magullado brazo. Y mientras, los niños y Omegas eran trasladados por algunos Alfas, la Alfa que tenía maniatado a Ben, se encargaba de proteger al Omega y al pequeño Rook.

Pequeño solo podía seguir a la mujer, esperando que poder evitar que siguieran haciéndole daño al Omega. Se sentía culpable, pues su padre solamente le había echado la culpa a Ben, cuando fue él, quien se acercó al Omega, a pesar de las advertencias.

 

—Falta poco para llegar, Pequeño.

 

El niño asintió no muy a gusto, sin embargo, sabía que con los Muroides de vuelta, Ben estaba mejor en el escondite, que a la intemperie.

Ben por su parte, decidió mejor seguirle el paso a la Alfa, al menos lo más que podía, pues no podía correr como antes, debido a su gran vientre. Sin embargo, justo antes de llegar al gentío, dos Muroides les cerraron el paso.

 

— ¿Pero qué…?

 

La Alfa no pudo siquiera defenderse cuando la mandaron a volar con un golpe. Ben sintió pánico, pues las bestias aquellas, podrían haberlo liberado de aquel salvaje agarre, pero parecían carentes de raciocinio y atacaban por atacar.

 

— ¡Corre Ben! —

 

Pequeño no dudo ni un solo segundo en tomar con fuerza la mano del Omega. Sabiendo escaparse desde siempre, tenía unos cuantos sitios seguros, así que llevaría a Ben a un lugar, donde pudiera estar a salvo. Ni siquiera le importo cuando uno de esos Muroides comenzó a pelear con la mujer, lo que ahora le importaba, era mantener a salvo al Omega y a su sobrino.

Pero en contra de sus planes, el otro Muroide se interpuso en su camino. Su colita se esponjo, mientras él se situaba frente al Omega, esperando ser lo suficientemente fuerte para proteger a Ben.

 

— ¡Aléjate de nosotros! —ordenó con molestia.

—Pequeño, no creo que debas meterte en el camino de esa cosa —mencionó Ben con nerviosismo.

 

El Muroide ni siquiera medio palabras con el niño. En su lugar, miró y gruño a los dos seres que estaban justo frente a él. Pequeño vio las intenciones de la bestia, y aunque trato de retroceder, ya era demasiado tarde, el Muroide utilizo el arma de plasma que llevaba entre las patas.

 

— ¡Pequeño!...

 

Rook Da había visto que su hijo no estaba seguro como lo había planeado, y aunque quiso ir a ayudarlo en cuanto vio a la Alfa encargada de cuidarlo caer, no pudo por el repentino ataque de varios Muroides.

Más que angustiado, y furioso, se deshizo de los dos Muroides con los que peleaba, pero por más que lo intento, no pudo llegar a tiempo para impedir el ataque de esa horrible rata.

 

— ¿Estas bien, Pequeño?...

 

El niño había cerrado los ojos por mero reflejo, pero al abrirlos, se sorprendió de verse rodeado por un campo de fuerza de color magenta, pero se preocupó al verlo cuarteado. Temeroso, miro al Omega y se asustó al ver lo pálido y sudoroso que estaba.

Rook Da, al igual que sus compañeros, estaban igual de sorprendidos, pues el Omega Tennyson había protegido a ni más ni menos, que al menor de los hijos del líder.

 

—Ben, tú estás…

 

Pero  Pequeño no pudo seguir hablando, pues el Omega cayó de rodillas, mientras se llevaba las manos a su vientre. El campo de fuerza termino por romperse y el Muroide iba a atacar de nueva cuenta.

Justo cuando Pequeño pensó que no la iba a contar por segunda ocasión, su hermana mayor, Rook Shar llego justo a tiempo, para acabar con aquel Muroide. Por fortuna, junto a ella llegaron más Alfas que se aseguraron de ayudar en la pelea, y los pocos Muroides que lograron sobrevivir, salieron huyendo al ver al reciente grupo de Alfas que había llegado.

 

— ¿Estas bien Pequeño? —preguntó la Alfa con preocupación, mientras observaba de cerca a su hermano menor.

—Pequeño asintió nervioso—. Yo estoy bien gracias a Ben, pero él no lo está…

 

La Alfa asintió con preocupación, mientras se acercaba al Omega, de una manera cautelosa. Se alarmo cuando vio que justo debajo del Omega, se estaba comenzando a formar un pequeño charco de los que parecía agua, con una imperceptible cantidad de sangre.

 

—Entro en labor —murmuró preocupada. Había visto a su padre acercarse a verificar el estado de su hijo, así que decidió decir aquello—. Hay que asistirlo o perderá al bebé.

 

El Alfa miró con duda a sus dos hijos. Sin embargo, no creyendo que su propia hija lo miraría con desdén por haber pensado en dejar que ese bebé muera, decidió hablar de una vez por todas.

 

—No nos conviene que nazca otro Tennyson —respondió sin tacto.

—La Alfa apretó los puños ante eso—. Ese “Tennyson” es hijo de Blonko, y lo hace tu nieto, ¡maldición!...

—Rook Shar entiende, él…

— ¡Él me salvo la vida! —interrumpió el menor—. Ese bebé es tu nieto, es mi sobrino, y Ben no merece este trato tan bestial.

—Si tú no estás dispuesto a ayudarlo, yo sí —mencionó la Alfa completamente segura de sus palabras.

—Y yo también lo haré —dijo Pequeño, mirando a su padre con rencor.

 

Ambos hermanos, ayudaron al Omega a ponerse de pie. Ben apenas y estaba despierto, pero su instinto le decía que debía poner de su parte, para que su hijo estuviera a salvo.

Y aunque deseaban apresurarse, el mismo líder de su especie, les había cerrado el paso. Rook Da se veía por completo decepcionado de sus hijos y lo que ahora estaban haciendo. 

 

—Les di una orden —aseveró—. Si ese bebé no logra sobrevivir, pues bien, ¡un Tennyson menos!, pero solo hasta entonces, no permitiré que atiendan a ese Omega. 

—Si ese bebé muere, me asegurare de largarme apenas tenga la edad, Rook Da… 

 

El Alfa líder sintió su pecho oprimirse al oír esas palabras. Se lo podía esperar de Rook Shar, quien había nacido con un alma libre y exploradora como la de su hermano mayor, pero del menor de sus hijos, jamás. 

Pequeño era el que más andaba con él, incluso pensó en que algún día, ese niño tomaría su lugar como líder de su especie, pero el niño estaba tan empeñado por cuidar de aquel Omega y el hijo que esperaba. 

Rook Da se rindió, y como pudo, les dio espacio suficiente a sus hijos, para que pudieran ir con su esposa y atender al Omega que estaba en labor. 

 

—Apenas nazca ese bebé, será separado de su madre. Un botín por todo lo que nos han quitado los Tennyson —sentenció con severidad. 

 

Rook Shar negó ante esas palabras y Pequeño solo pudo odiar aún más las injusticias que su especie y familia hacían. 

En cuanto a Ben, sintió pánico y un gran cambio en sí mismo. Soportaría por su hijo, y apenas lo tenga fuera, haría algo que su abuela le enseñó en caso de emergencia. Pero ese algo, era una técnica que juró jamás hacer contra otro ser vivo, al menos eso era antes de que lo obligarán a dar toda su energía y amenazaran con quitarle lo único que lo mantenía con ganas de seguir viviendo.

 

—Tranquilo Ben, no dejaremos que eso pase —murmuro como pudo, Pequeño.

 

Pero el Omega no podía confiar en esas palabras. No, cuando había visto que el líder Alfa, Rook Da, no parecía escuchar las palabras de sus propios hijos, y mucho menos las suyas. Ben haría lo que estuviera en sus manos, para evitar que le arrebaten a su hijo.

 

∞•*•♥•*•∞

 

No paso mucho tiempo para que Ben se encontrara a sí mismo, justo encima de una gran cama. No era cómoda, pero a comparación de lo que había usado para dormir en días, era mejor.

Se sentía mareado, completamente sudado, pero lo más importante, adolorido y agotado. Esperaba tener la fuerza suficiente para poder tener a su hijo, y que este naciera con bien. Considerando que el bebé estaba por nacer a los siete meses y no a los nueve, las probabilidades de que algo malo ocurra, eran bastantes.

 

—Tranquilo joven Tennyson. Te aseguro que ese bebé nacerá con bien…

 

Ben apenas logro enfocar su mirada en la mujer que le hablaba. Una Omega un tanto parecida a Rook Blonko y a Rook Shar, muy seguramente, la madre de ellos, Rook Bralla.

No la había visto, pero por palabras de Pequeño y Rook Shar, la mujer no estaba del todo de acuerdo con lo que su esposo hacía para obligarlo a darle energías al planeta Revonnah, menos cuando ella sabía, que el bebé que aguardaba en su vientre, era su primer nieto.

 

—Mantén la calma Ben, mamá no es como los demás y está de acuerdo en que conserves a tu bebé, además de que es la mejor partera de Revonnah —alentó un tanto animoso Pequeño. Lo menos que quería, era preocupar demás al Omega.

—Ben asintió como pudo—. Te creo Pequeño —murmuró dolorido, para después mirar a la mujer—. Espero que así sea señora. Raymond es todo lo que tengo…

 

La mujer se sorprendió al oír aquel nombre. Sin embargo, no dijo nada, pues ese bebé había sido cuidado por los últimos siete meses por el Omega.

 

—Muy bien, es hora de comenzar, joven Tennyson…

 

Ben asintió apenas. Tenía miedo y se sentía por completo agotado, pero estaba dispuesto a hacer lo que Rook Bralla le dijera, especialmente si eso aseguraba el bienestar de su bebé.

 

∞•*•♥•*•∞

 

Justo habían llegado al planeta y no podía evitar sentir ansiedad. Pues había dejado de lado la búsqueda de Ben y su bebé.

Y apenas pisaron las tierras donde su aldea se encontraba, tanto él, como Rex y Noah se sorprendieron de ver la vitalidad de vuelta en Revonnah, aunque fue preocupante, pues eso no le daba ni una buena sensación, a ninguno de los tres.

Y justo cuando iba a preguntar, sus compañeros los vieron y fueron a darles la bienvenida.

 

— ¡Blonko ha vuelto!...

 

Obviamente se sintió más ansioso y angustiado por alguna razón desconocida. Todos los Revonnahganders le sonreían con complicidad, casi como si algo hubieran hecho. Y justo cuando iba a preguntar, escucho la voz de la Omega que en un pasado le había gustado, pero que había sido llevada por unos saqueadores, junto con muchos Omegas más.

 

— ¡No puede ser!... ¿Rayona, eres tú?...

 

Para Rex y Noah era demasiado extraño, pues ellos no sabían de aquella chica, sin embargo, tanto ellos dos, como Rook y los demás Revonnianos, reconocieron el uniforme de los acompañantes de la Omega. Parecían unos Plomeros o eso creían.

 

— ¡Cálmense por favor!... Ellos son amigos, de hecho, por ellos, los demás secuestrados y yo estamos con vida —se apresuró a explicar al ver las intenciones de todos los de su especie, pero más importante, aún, miro a sus padres para decir lo más importante—. Además de que encontré a mi destinado y ya tenemos un hijo.

 

Las miradas ambarinas fueron a parar en el bebé que estaba en brazos de la Omega. Los padres de Rayona se sintieron aliviados y eufóricos de ver a su hija volver, aunque les preocupaba ver que estuviera emparejada con un Plomero y además, con un hijo también.

Rook por su parte, estaba sumamente feliz de que su amor pasado estuviera bien y con una nueva manada. Quiso felicitarla por lo que ahora ya tenía, pero una repentina explosión, cerca de su casa alerto a todos.

Las preguntas comenzaron a resonar entre los Revonnahganders, pues su líder podía estar en peligro y estaban listos para defenderse de ser necesario.

 

— ¿Qué es eso?...

— ¿Por qué brilla tanto?...

—Es hermoso, pero se ve peligroso, ¿qué será?...

 

Muchas preguntas asaltaron a los Revonnahganders, especialmente cuando hermoso ser brilloso había hecho acto de aparición. Incluso Rayona, Blonko y Rex se preguntan sobre el hermoso ser, pero solo hasta que los Amalgama y Noah hablaron, supieron que algo andaba mal en el planeta Revonnah…

 

—Ben… —murmuró Noah con sorpresa.

—Blonko lo miró con sorpresa—. ¿Ese es Ben? —cuestionó nervioso y más que nada, preocupado.

 

Todos miraban expectantes al ahora Anodita, y solo hasta que lograron divisar al pequeño ser en brazos del Omega, los Revonnianos sintieron temor. Más al ver como un debilitado Rook Da llegaba a alertar a los suyos y detrás de él, el resto de los Rook, que estaban dispuestos a abogar por el Omega.

 

—No tengan piedad con ese Omega —murmuró con trabajo Rook Da.

 

Rook Blonko se sorprendio de escuchar aquellas palabras por boca de su padre, sin embargo, la sorpresa se esfumo, al recordar que hacía unos días, él era igual de mente cerrada que su padre y compañeros.

 

— ¿Qué está pasando aquí? —preguntó alterado Rook Blonko. 

—Pasa que ese Omega busca escapar y aún le falta darle más vida a nuestro planeta —respondió con furia el líder de Revonnah.

 

Blonko por primera vez sintió rabia hacia su especie. E inmediatamente ato cabos sueltos. Su familia, sus amigos, su especie, ellos habían ocasionado que la poca paciencia de Ben se agotara, pero lo peor, estaba seguro que casi le causan un daño enorme a su hijo. ¡Por dios!, ese bebé debía nacer en unos meses más, y calculando bien, había nacido a lo mucho, casi cumpliendo los siete meses de gestación.

Estaba dispuesto a detenerlos, pelear de ser necesario, pero Rayona y sus acompañantes se le adelantaron, aunque solamente uno de ellos, le dio una sensación de inestabilidad, especialmente cuando aquel Alfa de piel morena hablo. Diciendo palabras que él debió haber dicho meses atrás.

 

—No vamos a permitir que le hagan daño a Ben…

 

Casi de inmediato, el Alfa tomo la forma de un Pyronite dispuesto a defender de todos al Omega Anodita. Inclusive, tuvo que reprimir sus enormes ganas de usar su voz de Alfa.

 

—Rayona, apenas estas regresando, pero al ver tu falta de cooperación, preguntaré… ¿Estás a favor o en contra? —cuestionó con seriedad el padre de la Omega. El Alfa no estaba dispuesto a tentarse el corazón por su hija y mucho menos por un nieto que ni tenía intenciones de reconocer como tal, más al ver la apariencia de ese bebé.

—La Omega miro a su hijo y a su esposo, antes de responder, era demasiado obvia su respuesta—. Estoy a favor de mi manada. Y Ben Tennyson es parte de ella.

 

Rex se había puesto en guardia al ver que Noah también estaba dispuesto a defender al Anodita, así que él también lucharía para protegerlo de ser necesario.

Blonko por su parte no escuchaba nada. Su vista solamente estaba en el Omega al que tanto daño le había causado. Él solamente pensaba en cómo le haría para recuperar a Ben y poder estar a su lado y el de su hijo, el cual, no emitía sonido alguno, a pesar de ser un recién nacido y del ruido de lo que parecía convertirse en una batalla.

Una batalla estaba por iniciar y a Blonko no podía importarle menos. En verdad quería tomar al Omega entre sus brazos y darle el cariño que tanto se merecía.

 

Continuará

Notas finales:

Y eso ha sido todo con este capítulo, espero y les haya gustado. Y si es así y me lo hacen saber con sus hermosos comentarios, se los agradeceré muchísimo :3

 

Como podrán haber notado, Ben está dispuesto a dar pelea y vengarse…

 

¿Qué teorías tienen para el siguiente capítulo?, claro, aparte de los spoilers xD

 

 

 

.- Ben Anodita entra en acción…

 

.- Al inicio del capítulo se verá como Ben hizo para recuperar fuerzas y tomar su forma Anodita…

 

.- Rook trata de tener acercamiento con Ben y su hijo…

 

.- Azmuth hace acto de aparición…

 

Todo eso y más en “Lazo Quebradizo”

 

 

 

Y, en vista de que me he tardado demasiado con la actualización, les daré un spoiler para un futuro no tan lejano… El Omnitrix, el arma más poderosa jamás creada, si va a hacer acto de aparición… ¿Quién creen que será el portador?... solo pregunto para ver si se esperaban esto, pero no revelare la verdad, hasta que el momento llegue xD

 

En fin, nos leemos pronto

 

Chau chau (^3-)/


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