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¿Contigo? ¡Siempre! por Adriana Snape

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Notas del capitulo: Feliz Cumpleaños para nuestro pocionista favorito! Gracias por leer este capítulo:)
Era por eso que después de cinco meses de ese extraño y porque no, poco creíble descubrimiento se encontraba con la mano alzada frente a la puerta de los aposentos del mayor estando consiente cuando el toque de queda se hizo presente horas atrás. Estaba bajo la capa de invisibilidad de su padre a merced de la noche, convencido de que Severus estaba durmiendo, no podía culparlo después de todo era la una de la madrugada y con la semana tan cansada que habían tenido todos en el colegio por ser casi fin de ciclo sería sorprendente que estuviese despierto aun sin embargo tenía la esperanza de que lo hiciera, de que no estuviese dormido y poder verlo aunque su amor no a él. “eso es lo de menos “ pensó cabizbajo pero sin dejarse hundir por la tristeza, no, él tenía una pequeña esperanza, no debería pero estaba allí tocando en su corazón, brillando levemente pero haciéndose notar mientras nadaba en un mar de desesperanzas no se quería rendir “todavía no”
-Espero poder verte. “ Susurro no queriendo parecer una colegiala en su primer enamoramiento aunque prácticamente eso es lo que era, un estudiante enamorado de la persona más imposible del mundo aún con ese pensamiento su mano toco suavemente la puerta, con miedo, queriendo escapar al segundo después pero sus pies no respondían a sus pensamiento, quizás era porque sus deseos le ganaban a la razón y aunque una parte de el rogaba que no fuese abierta otra más grande, la parte valiente, esa que hacia honor a su casa ansiaba verlo, abrazarlo fuerte, hundir su rostro en su cuello respirando el olor de su cabello aún su apariencia era grasosa no le importaba, sabía que era a causa del vapor de las pociones y no por falta de aseo como se rumorea entre casas, más de una vez tuvo que controlarse para no lanzarle una maldición a sus compañeros cuando se referían a SU Severus, sí, suyo aunque nunca sepa de sus sentimientos era suyo y él era de Severus, así lo sería siempre… oh Merlin deseaba tanto besarlo, probar esos labios que lo tentaban tanto, mostrarle su amor por medio de besos hasta dejarlo sin aire, no era que tuviese mucha experiencia en besar a personas, ¡su único beso fue en tercer año con Chong y ni siquiera le gustó! Ella lloraba después de todo.
Salió de sus pensamientos cuándo se escucho el sonido de la puerta abrirse dando paso a unos hermosos ojos oscuros. Quedó Enbelesado ante la imagen pero pese a ello pudo notar el típico ceño fruncido que nunca abandonaba el mayor y la mirada soñolienta en su rosto. ¡Lo había despertado! Se hubiese sentido culpable si no fuese porque su mirada viajó al cuerpo de su profesor notando que estaba tan solo con una fina camisa que dejaba ver la forma de su pecho y abdomen, además de unos pantalones de dormir que le quedaban muy bien, para su deleite auque tuvo que apartar la mirada cuando se percató de que los ojos de Severus viiajaba por todo el lugar escaneando cada sitio esperando a que algo lo atacarse o saliese de cualquier lugar accion que no era de todo errónea ya que eso era lo que planeaba hacer, su plan inicial,dejar toda vergüenza y robarle un beso, ya después tendría tiempo para arrepentirse y buscaría una excusa para explicarle a sus compañeros de casa el por qué de la pérdida de todos los puntos que estaba seguro le restaría el pelinegro por tan osada actitud; estaba a punto de quitarse la capa de invisibilidad cuando de pronto el gato de la profesora Minerva apareció corriendo hasta pasar frente a él para entrar después a la oficina del mayor.
-¡Maldito gato!.-lanzo una maldición el ojos negros dejando a un lado su examinacion del lugar entrando de inmediato dispuesto a sacar al animal o en el peor de los casos maldecirlo.
Para fortuna Harry la puerta quedo entreabierta y el ojiverde no perdió oportunidad por lo que se dispuso a entrar y asi poder observar un poco más al porcionista sin que este se percatara de su presencia. Estaba emocionado, no era lo que esperaba pero lo tomaría sin embargo.
Camino a pasos lentos tratando de ser lo más silencioso pasando por la oficina que ya conocía por los múltiples castigos que tuvo que pasar los primeros años, desecho esos pensamiento al instante, no tenía porque recordar aquellas cosas que tenian la menor importancia en estos momentos, el pasado no tiene porque importarle ahora, ya no. Sus pasos se detuvieron hasta dónde intuyo eran las habitaciones del mayor, ¿Cómo lo supo? Draco podía ser de gran ayuda cuando se lo proponía, se habían hecho amigos después de la guerra y era el único que sabía sobre los sentimientos que guardaba por el ex espía y no lo juzgaba ya que estaba en una situación igual o similar.
Sin hacer mucho ruido abrió la puerta de la habitación del jefe de las serpientes y entró, al entrar quedó sorprendido con el lugar, no era nada de lo que se imagino, ni cerca estaba de ello.
Las paredes eran de color blanco hueso, siendo loa filos de estas de un dorado brillante los que se asemejaron a las paredes de las habitaciones de su sala común ¿era posible qué alguna vez haya estado allí? Tenía conciencia de qué aunque era el jefe de Slytherin no estaba autorizado a entrar a la ninguna de las casas qué no son las suyas, siempre fue así entonces ¿podría ser casualidad? No lo sabía.
Camino hasta quedar en medio de una enorme cama con sabanas verdes y almohadones rojos con dorado, los miro sorprendido de que esos colores también estuvieran en un lugar tan íntimo como lo era la cama del mayor, quiso tocar las sabanas más no lo hizo, aun se encontraba con la capa y Severus podría aparecer en cualquier momento pero era tan atractiva la idea de estar acostado siendo acurrucado por el pelinegro, sería tan maravilloso poder acariciarlo y ser acariciado también, perderse en la calidez de sus brazos pero esa idea fue descartada por completo.
No era tonto estaba consciente de que tenía un 99.9% de posibilidades de ser rechazado y aunque le dolía en el alma, mantenía la mínima esperanza de que lo aceptara, porque solo Merlín sabía que si eso pasaba haría todo lo que estuviera a su alcance para no dejarlo ir jamás y hacerlo feliz cada día.
Porque sí, ¡quería que fuese feliz y si era a su lado mucho mejor!
Estando cerca de su amor, conocer cómo era el lugar de descanso del ojinegro, sabía que si no lo hacía ahora tal vez nunca tendría la oportunidad de conocerla… Ese pensamiento hizo que su corazón se encogiera un poco.
Su mirada se dirigió a el velador que se encontraba a la derecha de la cama y observó lo que los muggles conocían como porta retrato, en el se encontraba una imagen que permanecía inmóvil lo que llamó mucho su atención, se acercó a ella y su corazón se calentó al ver que en ella se apreciaba a una hermosa mujer de cabellos negros y ojos oscuros quién abrazaba a un niño de 8 o 9 años que aunque tenía la expresión seria si lo observaban bien se podía ver en sus ojos negros alegría y tranquilidad.
Era la primera vez que veía a su Severus tan joven junto a su madre, desde que vio el pensadero del pocionista se preguntó qué había pasado con la pelinegra ¿la razón? En los recuerdos ella solo apareció una vez y eso fue cuando lo llevó al callejón Diagon; tampoco Tobías Snape aparecía, ahora que lo pensaba ningún familiar del Slytterin apareció en sus memorias a excepción de su madre y los merodeadores que eran los que siempre le jugaban bromas pesadas por lo que aún se sentía avergonzado y furioso por el comportamiento inhumano que su padre y padrino tuvieron con Severus.
Suspiro y dejo de observar la foto para centrarse en una que tampoco habia notado pero que estaba mucho más cerca de la cama esta a diferencia de la anterior se veía al pelinegro en la edad de 17 años, estaba sentado en el filo de una fuente mientras sonreía y hacia movimientos con la mano saludando a la cámara para luego levantarse y tomar a alguien entre sus brazos dando giros para tiempo después besarlo dulcemente.
Los ojos de Harry se llenaron de lágrimas contemplando la imagen. No podía ver la cara de la persona que estaba al lado del pelinegro y estaba seguro de que se trataba de un hechizo puesto por el mayor para evitar que curiosos miraran ese momento o en este caso, a la persona a su lado.
La imagen era tan parecida a la que el tenia de sus padres muertos, pero eso no fue lo que le dolió ni lo que le estaba produciendo las lágrimas que no debía botar, no en ese lugar... Lo que lo destrozaba era su mirada, había tanto amor y felicidad que su cabeza no conciliaba la idea de que ese era su profesor ¡él jamás hizo esa mirada en todos los años que tenia de conocerlo! Ni siquiera cuándo ganaron la guerra vio esa expresión de alegría y paz.
Le dolió
Dolía tanto saber que no era ni seria nunca el causante de esa alegría ni de otras más porque él representaba lo que su amor más odiaba que era llevar la sangre y la apariencia de la persona que le arruino la vida en su adolescencia.
Intento tranquilizarse, no se atormentaría más, obligaría a su mente a que dejara de preguntarse por el paradero de la persona de la foto ni si el mayor aun lo amaba porque era obvia la respuesta, lo único que tenía que hacer era salir del lugar y olvidarse de toda esa idea de confesar aquel amor que era más que claro sería una diversión para el mayor y no tenía las ganas ni el valor para ver el odio en su mirada o para escuchar palabra de desprecio.
Iba a salir de la habitación para lamerse las heridas en soledad, lejos de aquella imagen que lo lastimó tanto pero que lo hizo abrir los ojos pero antes de tan siquiera dar un paso la puerta se abrió de repente trayendo consigo a un afligido Severus que parecía más cansado de lo habitual.
Lo vio sacarse la camisa y pantalón en silenció. Tuvo que morderse el labio inferior para ahogar un gemido al verlo en ropa interior.
El pocionista ajeno del intruso se acercó a su cama mientras se quejaba del gato que tuvo que hechizarlo y enviarlo casi bajo la maldición imperius a su dueña, cosa que le causó un poco de gracia en medio de todo ese torbellino de emociones sin embargo no duro por mucho tiempo al notar al mayor mirar de manera nostálgica la fotografía que el tanto quería olvidar.
Algo en su corazón se rompió, al notar la mirada de añoranza; eso significaba que no lo había olvidado.
"¡Por supuesto que no lo ha olvidado idiota! ¿Acaso no ves que tiene su foto al lado de su cama? Esta más que claro.." se regañó a si mismo tratando de controlar el llanto pero las lágrimas salieron sin permiso al escuchar de la boca de su amor las palabras que ilusamente había deseado que fuesen para él.
-Te amo tanto.-ahogo un gemido mordiéndo con fuerza su labio. No estaba preparado, no, no lo estaba ahora y no lo estaría nunca porque tampoco quería estarlo pero tenía que escucharlo, necesitaba hacerlo, tenia que darse cuenta que la persona dueña de su corazón no lo correspondería porque había llegado tarde a su vida, alguien más ya tenia su amor y sin importar cuan roto terminará después se quedó a escuchar lo que el mayor decía mientras su alma se quebraba un poco más con cada palabra expulsada de sus labios.
-No sabes lo duro que han sido estos años sin ti, aún pese a verte no me es suficiente...-Harry no podía seguir escuchando, pensó que si pero esto era demasiado, la persona que Severus amaba la veía todo los días, pero donde si no salía casi nunca de Hogwa...
"Él estaba en el castillo" Y un gemido escapo de sus labios siento acallado con su mano mordiéndola hasta el punto de dejar marca pero en ese momento poco le importaba.
El pelinegro no escucho el gemido proveniente del menor, estaba tan absorto viendo aquella imagen que tantos recuerdos le traían que sus sentidos no funcionaban como normalmente lo haria por lo que siguió hablando sin percatarse de nada.
-¿Sabes? No hay día en que no piense en volver a tenerte en mis brazos, abrazarte, besarte y decirte lo mucho que te extrañe todos estos años mi vida porque no hay ni abra nadie que pueda llegar querer nunca. Nadie más que tú me aceptaste tal y como soy sin intentar cambiarme, me demostrarte que podía ser feliz y merecía la felicidad aun si creía no merecerla. Me hiciste un mejor ser humano; pronto te volveré a tener conmigo y esta vez no te dejare ir, sin importar el tiempo, te demostrare que lo que siento por ti no ha cambiado que mis sentimientos son los mismos y cuando estés convencido de ello, te pediré que seas mi esposo.- Cada una de sus palabras eran como cuchillos golpeando su alma, cada una de ellas rompiéndolo un poco más, y aquello era lo que más dolía, era palabra era la que no podía apagar su llanto “esposos” Su Severus quería casarse y no con él, no podía soportarlo más, escucharlo hablar así taladraban su corazón hasta el punto de dificultársele respirar, solo quería salir de allí, irse de Hogwarts y olvidarse de todo y todos, comenzar una nueva vida lejos del mundo mágico, del muggle, lejos de lo que le recordara esos sentimientos que nunca debió permitirse tener.
Sabía que si no se iba no soportaría verlo en brazos de alguien más…
Camino ciegamente hasta llegar a la puerta, las lágrimas nublaban su vista pero nada le importaba, tenía que irse pero la mala suerte nunca lo abandonaba y antes de llegar a la salida sus pies tropezaron con la alfombra y termino cayendo encima de lo que por el olor que desprendían eran pociones, aun así no se detuvo, tomo con fuerza su capa y trato de levantarse para no ser visto, no fue demasiado rápido cuando de un tirón su capa había caído al suelo, quedando al descubierto.
-¡¿POTTER?!.-grito con furia el profesor tomando fuertemente el brazo del menor sin notar el estado en el que se encontraba.
Notas finales: Cada cuanto tiempo desean que actualice? Les ha gustado el capítulo? Me encantaría leer los!

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