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Living Together por NeblinaLlameante

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Notas del capitulo:

~

Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto


.


EPÍLOGO.


XXV.


— Todo estará bien, ¿vale? — Suigetsu hubiera querido decir algo más para tranquilizar a su acompañante. Desgraciadamente, sólo alcanzó a pronunciar esas palabras antes de que la puerta se abriera. Como estaba planeado, Sasuke era el responsable y luego de un breve vistazo, los hizo pasar directamente a la cocina. Los pocos invitados que ya estaban ahí saludaron con una inclinación de cabeza y algunas manos alzadas, algo confundidos por la actitud del anfitrión de mantenerlos alejados.


Sasuke los ocultó de la vista desde la estancia y observó a Suigetsu con el ceño fruncido. Segundos después, correspondía un torpe abrazo y saludaba a su compañera como los amigos de años que eran, aunque la molestia seguía presente.


— Creí haberte dicho que lo más tarde que pudieras.


— Verás, creo que tenemos distintas perspectivas para abordar esto — Respondió Suigetsu sabiamente —. Tú quieres ser prudente, pero sabes que a Naruto le gusta la acción y las emociones fuertes. ¿No prefieres un momento culminante dentro de la misma fiesta en vez de esperar a que todos se vayan?


Sasuke rodó los ojos, pero no dijo nada. Su mirada se dirigió entonces a la sala, donde una pelirrosa y una rubia trataban de acomodar el cartel de “Bienvenidos a nuestra casa” en la pared, apoyadas en el respaldo del sillón.


— Debes saber que la única razón por la que no has arruinado todo, es porque justo Naruto tuvo que salir. Ni siquiera llamaste.


— De haber sabido, esperábamos a encontrarlo en las escaleras — Suigetsu chasqueó la lengua y Sasuke lo miró mal —. ¡Oh, vamos! No esperabas que de verdad siguiéramos el plan, ¿verdad?


— Dado con quién trato, creo que no — El azabache suspiró y volvió la vista a las chicas que trataban de colgar el cartel y fallaban estrepitosamente —. Quédense aquí, y Suigetsu, te prohíbo tocar los bocadillos.


— ¡Pero acabo de llegar! ¡Tengo hambre!


— Esto es una fiesta, no una comida de aniversario. Tendrás que esperarte.


Sasuke dejó la cocina para ayudar a las chicas. Suigetsu observó divertido la escena porque se dio cuenta de que ellas no eran tontas, sino que estaban buscando picarlo y hacerle perder los estribos. Mientras los todavía pocos invitados prestaban atención al suceso, Suigetsu se dedicó a admirar la casa y a señalarle algunas cosas nuevas a su acompañante.


Naruto y Sasuke habían acomodado los sillones a las orillas de la estancia y colocado una mesa con bocadillos frente a la entrada al estudio del azabache. También había bebidas, fuentes con dulces, y una música suave que fluía por las bocinas que según sabía, había traído el rubio de su viejo departamento. Todo el ambiente era agradable y se encontró ansioso de terminar con el “gran número” para poder llenarse de dulces las bolsas del pantalón sin temor a ser descubierto.


Justo empezaba a preguntarse dónde estaban las mascotas cuando sintió un calor húmedo sobre su palma. Patitas cubrió su mano y la de su compañera con besos perrunos, y sólo hasta que estuvo satisfecho, permitió que Suigetsu lo acariciara. Lucy, por su parte, sólo los observó desde su escondite sobre la alacena, ese que, según sabía el peliblanco, ninguno de sus dueños había descubierto todavía.


— Gatita lista — Murmuró con una sonrisa. Lucy maulló y Patitas regresó la a estancia, moviendo la cola con entusiasmo como si él fuese el anfitrión. Sasuke volvió poco después, levemente enfurruñado.


— ¿Dónde está Naruto? — Preguntó Suigetsu luego de reírse en su cara, ya que tenía la ropa arrugada de cuando Sakura estuvo a punto de caerse del sillón —. ¿Lo mandaste a comprar refrescos o algo? Pobrecito, víctima de su recién estrenado novio.


— ¿Quieres callarte?


La réplica de Suigetsu quedó opacada por la entrada de Naruto a la estancia. Al parecer, había ido a buscar sillas al sótano del edificio y las había subido con ayuda de otro chico con peinado de piña. Sasuke fue a ayudarles y Suigetsu rió entre dientes, bien escondido entre los botes de leche y cereales para espiar.


— Desde aquí se nota que tienen el mismo temperamento — Comentó a su acompañante. Naruto, Sasuke y el amigo de Naruto acomodaron las sillas en los espacios faltantes, mientras los dos primeros discutían algo sin sentido y que terminó con el rubio abrazando a Sasuke y éste murmurando cosas sobre lo molesto que era —. ¿No te parece?


No hubo respuesta, porque justo Sasuke le susurró algo a Naruto y se acercaron a la entrada de la cocina. Sasuke sostuvo al rubio de la mano y le hizo un gesto al peliblanco para que se adelantara. Suigetsu obedeció.


— Naruto, este es Suigetsu, mi compañero del bachillerato y parte de la universidad. La abandonó a los dos semestres, pero te aseguro que fueron suficientes para mí.


— Ja, ja, que no te sepas divertir como los grandes no es mi culpa — Suigetsu estrechó la mano de Naruto, que lo observó con una extraña expresión.


— ¿Suigetsu? ¿Ese Suigetsu que bromeaba sobre traer tus medicinas para la garganta y que te hablaba de madrugada? — Naruto parecía tener un debate interno, pero ni la peor expresión hubiera detenido a Suigetsu de soltar una carcajada.


— En efecto, soy yo el que le ha hecho bromas sobre gays desde el bachillerato, pero nunca he tenido otra intención que no sea molestarlo — Guiñó el ojo y sin que el rubio se diera cuenta, estiró una de sus manos hacia atrás, llamando silenciosamente a su acompañante —. Respecto a las llamadas, ese no he sido yo, sino ella.


El peliblanco estuvo en primera fila para presenciar cada segundo de cambio en la expresión de Naruto. Primero fue de desconocimiento, hasta que el pelo rojo y las gafas le hicieron sentido y abrió mucho los ojos, por un momento olvidada su presencia.


Como si no supiera qué hacer, retrocedió uno poco. Suigetsu pudo notar que aferró un poco más fuerte la mano de Sasuke. Sin embargo, el desconcierto le duró poco. Volvió a acercarse y esta vez quedó a poca distancia de la recién llegada, una sonrisa tenue en su rostro sorprendido.


— ¿Karin?


La expresión de la pelirroja no vaciló, pero Suigetsu sintió que apretaba más su mano. Se adelantó otro par de pasos y luego de unos segundos, le dedicó una sonrisa a su primo.


— ¿Quién más podría ser?


— ¡Woah! — Naruto soltó la mano de Sasuke para acercarse a ella. Suigetsu tuvo que hacer lo mismo. No la abrazó, pero tampoco mostró ningún rechazo —. ¡¿De verdad eres tú?! ¡Has cambiado mucho! Esas gafas te quedan mejores que las que tenías de niña-ttebayo.


— Tú también has cambiado mucho — La sonrisa vaciló. Volteó a ver el suelo un momento antes de enfrentar la mirada de su primo. Suigetsu supo leer en su expresión que se preparaba para el discurso que llevaba planeando varias semanas —. Escucha, sé que no nos vemos desde que…


— Desde que murió mi mamá, lo sé — Naruto rascó su nuca, levemente incómodo —. Está bien, no estoy enojado-ttebayo.


— Era muy chica y mi mamá dijo muchas cosas sin sentido sobre tu padre. Lamento haberle creído — Finalmente tomó una de las manos del rubio entre las suyas, con lo que evitó que este volviera a hablar antes de que ella terminara —. Disculpa por haberme tardado tantos años en buscarte.


— Eh, no te preocupes. De todas formas no pensé que alguno de ustedes lograra encontrarme — Suigetsu entendió entonces que el gran discurso no iba a ser necesario, porque lo que le importaba al rubio en ese momento era que ahora Karin estaba con él. Apretó la mano de su prima con la suya y sonrió ampliamente. Luego, pareció ser consciente de sus propias palabras y frunció el ceño. Volteó a ver a Sasuke —. De hecho, ¿cómo pasó?


— Yo puedo explicar eso — Suigetsu se separó de la encimera y se enderezó, feliz de volver a ser el centro de atención —. Verás, Sasuke me platicó sobre ti algunas veces que nos vimos después del trabajo, y yo se lo platiqué a ella, que es mi novia — Apretó levemente la mano que Karin tenía libre —. Se le hizo familiar el nombre y me hizo preguntarle a Sasuke cómo eras. De verdad, insistió demasiado. Es muy necia.


— ¡Suigetsu!


— Ya, ya — El peliblanco alzó las manos —. Cuando lo supo, se dio cuenta de que eras su primo. Entonces decidí pedirle ayuda a Sasuke para saber si estaba bien o no que ella viniera.


Sasuke sostuvo el hombro de Naruto y buscó su mirada.


— El día que salí de repente fue para encontrarme con ellos. No quería decirte nada todavía porque no estaba seguro de si querrías verla, pero recordé lo que hablamos hace unas semanas y pensé que tampoco te enfadarías.


Se hizo un breve silencio. Suigetsu no se perdía ninguna expresión del rubio y con ello confirmó lo que Sasuke le dijo alguna vez. El chico era como un libro abierto, pero sólo para aquel que supiera leer correctamente. No estaba molesto ni de lejos, y de hecho parecía feliz de tener a su prima allí. Hizo que Karin soltara su mano para abrazarla con efusividad, a lo que ella no supo cómo reaccionar en un primer momento.


— ¡¿Cómo me enfadaría?! ¡Siempre fuiste mi prima favorita-ttebayo! — Se separó para verla con una enorme sonrisa —. Me pegabas mucho, pero tenías seis años y ya te perdoné.


— ¡Tú me jalabas del cabello! ¡Te recuerdo que eras tremendamente malcriado! — Respondió la pelirroja con el ceño fruncido.


— Je, je, eso me recuerda… — El rubio tomó uno de sus mechones y lo jaló con suavidad. Karin reaccionó con un golpe amistoso en su hombro, a lo que Naruto respondió que seguía golpeando como anciana. Cuando se dio cuenta de que había provocado a la fiera, decidió presentarle al resto de los invitados de la fiesta.


— Te caerá bien Sakura, tienen un carácter muy similar-ttebayo.


Karin al principio se mostró confundida y le dirigió una mirada nerviosa a su novio, pero se dejó llevar por su primo hasta la estancia. La presentó como su “prima favorita” y era como si no hubieran dejado de verse por años luego de muchos problemas y malas vivencias. Suigetsu tuvo que reconocer que aquello era un avance, si se le comparaba a la actitud evasiva del rubio que Sasuke describía las primeras veces que le habló de él.


— Bien, no se agarraron a golpes, así que ya lo considero un éxito rotundo — Comentó Suigetsu, de brazos cruzados y recargado en la encimera de la cocina.


— Te dije que no harían nada como eso, pero te niegas a crecer — respondió Sasuke mientras imitaba su posición, la mirada fija en Naruto y con una expresión de orgullo y profundo cariño. Se quedaron así un momento, ajenos al alboroto que provocaba el rubio en la estancia, hasta que el peliblanco le dio un golpecito suave al azabache con su codo.


— Entonces, ¿me harán un descuento por el departamento?


— Ya te dije que no.


— ¡Oh! ¡Pero a Naruto le salió gratis!


— Él pagó la remodelación y no son cien yenes, Suigetsu.


— Está bien, está bien. ¿Qué me dices de descuento por antigüedad?


— No.


— ¿Por los buenos momentos juntos?


— Dije que no.


— ¿Por los buenos momentos que se nos vienes?


— Di otra frase y buscaremos a otro comprador.


Sasuke ignoró la réplica de Suigetsu y centró su atención en el desastre de la sala, porque el cartel se había vencido de nuevo y cayó sobre el sillón, donde Ino y Sakura acababan de sentarse para hablar con la recién llegada.


Naruto corrió a ayudar. Karin intentó hacer su parte y sólo consiguió darle un golpe a Ino en la nariz por accidente. Sakura empezó a reírse, Naruto la imitó. Ino hizo un mohín disgustado antes de ceder y aunque Karin seguía avergonzada, no pudo evitar que se le escapara una sonrisa.


Naruto ahora estaba rodeado de trozos de su pasado y su presente, y todo marchaba bien. Sasuke sabía que costaría trabajo que el rubio abandonara esa costumbre de escapar, pero era algo en lo que él estaba dispuesto a ayudar.


Después de todo, Sasuke era consciente de que hay ciertas personas que constituyen una parte importante de la vida de cada quien, lazos que son irremplazables. Lo vivió con su hermano y Deidara, con su madre y su padre, con el propio Naruto nueve años antes y en su presente. Y es cierto que muchos se van, pero también hay muchos que necesitan de un empujón para intentarlo y dar un primer paso.


Para resarcir los vínculos del pasado que dejamos ir.


 


FIN.

Notas finales:

______________________________

Cuando empecé este fic, fue por un reto y el simple gusto de hacer una historia de estos dos viviendo en un departamento. Sin embargo, no quería algo espontáneo y dominado por impulsos, y les construí una historia llena de dudas. Después, me di cuenta de que Naruto tenía más miedo del que planeé en un inicio, y que sólo él era capaz de dar el paso definitivo si quería quedarse con Sasuke. Esta historia es, entonces, un viaje de dos adultos que aprenden que volver la vista atrás no está mal, que a veces es necesario para continuar el camino y que incluso hay quienes necesitan de una pequeña ayuda.

Espero, de verdad, que haya logrado transmitirte esto, querido lector. Muchas gracias por haberme seguido hasta aquí.

Agradecimientos especiales:

A Altaír Lenaf, que espero le haya seguido animando mi historia.

A Kanna_Chan, por su curiosidad.

A Geion, por su alegría y por gustarle las mascotas de Sasuke.

A Bcy, que me recordó mi otro fic.

A Carlos, por su pregunta. xd

A Hibary, por su emoción.

A naruf, por su intriga.

A Riuk-san, por la felicidad en sus comentarios.

A gotentruncks55, por recordarme actualizar.

A Camiluz17, por su amor.

A M, por su espera.

A omagela, por sus cortas pero bellas palabritas.


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