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Segunda Oportunidad (Cherik - Wolversilver) por midhiel

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Segunda Oportunidad

 

Capítulo Diez

 

Peter obedeció y no se puso los auriculares, además bajó el sonido y se quedó acostado boca arriba en la cama escuchando el álbum. Cuando terminó, sintió que otra vez se sentía lastimado con la reacción de Magneto. Confiaba que Charles le había dicho la verdad y Erik tenía sus razones para estar enojado y no se trataba de un asunto personal, pero para Peter ya era difícil acercarse a su padre y esa reacción humillante solo dificultaba las cosas.

 

Cansado, dejó su habitación y caminó despacio, con las manos en los bolsillos. No le agradaba correr con su mutación cuando no se sentía a gusto. Se planteó qué podía hacer para levantarse el ánimo porque no le gustaba sentirse así y pensó inmediatamente en Logan. Con el entusiasmo, ahora sí corrió con su híper velocidad para rastrearlo en la mansión.

 

Logan estaba en un largo sofá en una de las salas fumando y mirando en la tele un programa insufrible.

 

-¿Qué pasa, mocoso? – preguntó cariñosamente al voltear y verlo junto al dintel.

 

Peter sonrió alegre. Así de fácil se le iba la depresión al verlo. Pero todavía sentía el vacío por el desprecio de Magneto y corrió a saltar en el sofá a su lado. Rápido se acurrucó contra su pecho.

 

Logan sonrió. Dejó el cigarro apoyado en el cenicero de una mesita que tenía al lado y lo abrazó.

 

-Hoy estás meloso.

 

Peter asintió. Se sentía tan bien junto a Logan que junto a él se le hacía que los problemas del mundo se evaporaban.

 

-Mi madre dice que yo suelo ser demasiado pegote – rio.

 

A Wolverine no le causó gracia el comentario. Ninguna madre podía reaccionar de esa forma cuando un hijo buscaba afecto y era una muestra más de la molestia que Peter había sido para ella.

 

-Me agrada que seas pegote – contestó Logan serio. Peter rio -. Ah, no sé qué hago mirando esta basura.

 

Peter se levantó para apagar el televisor manualmente y volvió para acomodarse otra vez en sus brazos. Todo en un parpadeo.

 

-¿Cuánto tiempo seremos novios? – preguntó el joven de forma espontánea. Es que la idea le giraba en la cabeza -. Digo, antes de que venga Laura.

 

-Varios años – suspiró Logan, tratando de hacer memoria. Una cosa era recordar el pasado y otra tratar de rememorar un futuro incierto -. Creo que cuatro o cinco.

 

-Eso significa que si ahora tengo dieciocho – sacó las cuentas con los dedos -, empezaríamos a salir cuando tenga veintitrés más o menos.

 

-Algo así – replicó Wolverine y se estiró con cuidado para no molestarlo y alzar el cigarro. Dio una bocanada -. Eras joven cuando te conocí.

 

-¿Y nos enamoramos al instante?

 

-No al instante pero sí a los pocos meses.

 

Peter sonrió de oreja a oreja. Se estaba divirtiendo.

 

-Sabes – suspiró con fuerza -. Me agrada ese futuro y pienso si lo podríamos adelantar.

 

Logan dejó el cigarro en el cenicero antes de que se le cayera de la sorpresa. Peter giró para mirarlo a los ojos. Desde que se besaron en el jardín, no habían vuelto a hacerlo. Logan respetaba los tiempos del joven y Peter era impulsivo pero no quería arruinar lo que estaba destinado a construir con Logan. Las pupilas color miel de Wolverine se dilataron, las pícaras del muchacho brillaban. Peter pensó en su consejo la primera vez, de abrir más la boca para besarlo y separó los labios todo lo que pudo. Reía de los nervios y de la alegría. Logan cerró los ojos y entreabrió los suyos, anticipándose a lo que se venía. Se besaron suavemente hasta que Wolverine lo apretó contra sí y el beso se intensificó. Peter era inexperto y se sacudió al sentir la comezón que le recorría la espina. Logan percibió un escalofrío  excitante y lo abrazó aún más para que el cuerpo del muchacho le diera calor.

 

El joven decidió arriesgarse y liberó los brazos de entre los de Wolverine para tomarlo de la cabeza. Le apretó los cabellos enmarañados y metió la lengua dentro de su boca. Logan aspiró en medio del beso, entusiasmado con su iniciativa.

 

Entre los chasquidos y la humedad, Peter percibió un calor penetrante en la entrepierna. Conocía esa sensación: su miembro amenazaba con erguirse. Lejos de detenerse, quitó las manos del cabello de su amor para bajarlos a la espalda y apretarlo contra sí. Wolverine percibió el choque contra su erección y lo liberó como en un reflejo.

 

-¿Qué ocurre? – preguntó Peter sorprendido.

 

Logan lo hizo a un lado suavemente y se levantó.

 

-Creo que fue suficiente, Peter.

 

El joven no se molestó sino que rio sonoro.

 

-¡Vamos, Logan!

 

-Peter estás jugando con fuego. ¡No! Los dos estamos jugando con fuego. Tú y yo y esto no está bien.

 

-¿Por qué? – cuestionó el muchacho alzando una ceja.

 

Logan lo miró. No se atrevía a decirle que todavía lo consideraba un niño porque sabía que iba a lastimarlo.

 

-No me gusta acelerar las cosas.

 

Pero era malo para mentir y Peter no se tragó el cuento.

 

-Crees que no soy lo suficientemente maduro – suspiró. Vaya, dos veces lo habían hecho sentirse un chiquillo en ¿cuánto? Dos horas o tres. Primero su padre y ahora el mutante del que estaba enamorado -. No soy un inmaduro, Logan – espetó con bronca y dolor -. Tampoco soy un ignorante que no sabe cargar con las consecuencias. Me doy cuenta que eso es lo que suponen cuando me ven correr rápido o robarme cosas, pero no soy así.

 

Logan pasó saliva. No le gustaba verlo frustrado y dolorido pero el muchacho tenía razón: no quería precipitar la relación y que eso fuera nocivo para un Peter tan joven.

 

El muchacho se levantó con las manos en los bolsillos.

 

-Buenas tardes, Logan – se despidió molesto y entristecido.

 

-Oye, Pete – quiso detenerlo -. No es que crea que eres un inmaduro solo que.  .  .

 

-Solo que me conociste cuando tenía veintitrés y no te gustó nada conocerme cinco años antes – terminó Peter y se detuvo en el umbral -. Sabes, Erik y tú, las dos razones más importantes por las que sigo aquí, los dos me ven como a un niño torpe. No lo soy, Logan. Pero ¿qué puedo hacer? – se encogió de hombros y salió -. No tengo la habilidad de Charles para transmitir lo que pienso a las personas.

 

Wolverine sabía que lo había lastimado pero seguía pensando que era mejor no acelerar el ritmo. Lo vio retirarse y fumó una larga bocanada de su cigarro. En el fondo, no era la juventud de Peter lo que lo atajaba sino su miedo, más que miedo, terror, de fallarle otra vez como en ese futuro pasado.

 

 

……………..

 

 

Horas más tarde, se reunieron para la cena Se alistaron en el comedor diario Raven, Hank, que había cocinado los espaguetis, Jason que siempre tenía hambre y Logan, que se arrojó en su asiento con el cigarro encendido.

 

-Logan – murmuró Raven, acercando los vasos a la mesa, y volteó en dirección al niño -. Es muy pequeño para aspirar ese humo.

 

Wolverine apagó rápido su cigarro en uno de los platos apilados y se levantó para limpiarlo.

 

Jason ayudó a Raven a ubicar los vasos y los cubiertos.

 

-¿Dónde está Peter? – preguntó con inocencia.

 

Logan bebió ligero un poco de agua.

 

-¿Por qué no vas a buscarlo, Logan? – sugirió la mutante.

 

-No es necesario, aquí estoy – se presentó el muchacho y se sentó en una punta.

 

No tenía su entusiasmo habitual y Jason le sonrió mientras pensaba que tal vez no le había ido tan bien al llevarle la merienda a su papá. Los padres suelen ser personas complicadas y él lo sabía por experiencia propia. Por eso terminó de acomodar la mesa y se sentó a su lado.

 

-Me gustó la gorra que me diste – murmuró.

 

Peter le sonrió y le revolvió el pelo, luego, miró la mesa servida.

 

-Ni Charles ni Erik bajarán a cenar ahora – comentó -. Cuando venía, Charles me sintió en el pasillo y salió a decírmelo. Lo harán más tarde.

 

-Está bien – comentó Hank, acercándose con la fuente. La salsa olía exquisita y Peter tomó una rebanada de pan para mojarla.

 

Logan normalmente lo amonestaría con un burlón: “modales, niño,” pero ahora prefirió quedarse callado. El joven mojó otra rebanada y se la pasó a Jason, mientras masticaba la suya.

 

Raven fue a sentarse junto a Hank. Comenzaron a comer mientras los lugares reservados a Charles y a Erik permanecían vacíos.

 

…………..

 

Charles percibió la mente de Peter en el corredor y salió un momento para pedirle que avisara que no bajarían a cenar con los demás sino que lo harían más tarde. Después regresó a la cama, donde Erik permanecía boca arriba, mirando el cielorraso en lontananza. Se metió en el lecho y se acurrucó a su lado. Erik lo empujó para que apoyara la cabeza sobre su estómago, le besó el pelo y cerró los ojos. No durmieron, solo permanecieron dormitando abrazados. El calor del otro era un consuelo necesario para el duelo que tenían que elaborar.

 

La noche llegó y la oscuridad inundó la recámara. Charles no tenía ganas de levantarse a mover el interruptor, ni Erik de encender el velador de la mesa. Permanecieron en penumbras cobijados en un abrazo.

 

Erik no podía sacarse de la cabeza la idea de que si no hubiera sido tan obstinado y se hubiese sacado el casco a tiempo, Charles habría podido localizarlo aquella vez. Charles, por su parte, pensaba una y otra vez si había hecho lo correcto al separarse de él en la playa. Los dos habían cometido errores y el precio se les hacía demasiado alto. Habían pagado con la vida inocente de su hijo. Con los ojos cerrados, Erik recordó la imagen de la criatura que su amante le había transmitido. Lloró y Charles lloró también. Necesitaban llorar en silencio juntos.

 

Magneto pensó que al ser un bebé a término, tenían que haberlo enterrado en alguna tumba. No se atrevió a preguntarle dónde estaba el cuerpecito, pero la duda era tan profunda que Charles lo leyó sin querer y le contestó con un murmullo entre las lágrimas.

 

-En un sector del jardín, al fondo antes del bosque – hizo una pausa para secarse los ojos -. Es el único sector que sigue cuidado, yo mismo me encargué de mantenerlo aun en medio de la depresión. Está en dirección a la antena que moviste aquella vez.

 

-¿Lo hiciste por mí? – susurró Erik con la voz trémula -. ¿Lo enterraste cerca de esa antena por mí, Charles?

 

Sintió que Charles asentía sobre su estómago.

 

-Quise darle mi jardín y quise darle esa antena para que permaneciera junto a algo que nos representara a uno y al otro, fuimos sus padres aunque no pudiéramos educarlo ni verlo crecer – en medio de la oscuridad, sintió los labios mojados de lágrimas de Erik sobre su cabello. Fue un beso corto y húmedo -. No le puse una lápida, sino que le planté un rosal.

 

-Quiero ir a conocer ese rosal – confesó Magneto con un suspiro.

 

Charles siguió recordando.

 

-Le había comprado ropa y muchos juguetes, como no sabía si sería niño o niña, eran ropitas amarillas y blancas. Los juguetes eran peluches y Hank consiguió un sonajero demasiado ruidoso – rio en medio del dolor -. Él se encargó de donar a la caridad todo después de unos meses. Yo solo quise conservar un tigre de felpa, que fue el primer regalo que le compré apenas supe que lo esperaba. Lo conservé por cinco años hasta que en su quinto aniversario, quise enterrarlo junto al rosal. ¿Crees que exista la vida después de la muerte? – sollozó -. ¿Crees que él esté en otro lugar disfrutando de su tigrecito y de.  .  .? – no pudo seguir porque le ganó el llanto desconsolado.

 

Erik lo abrazó más contra sí, tanto que Charles podía sentir sus latidos. Magneto también lloraba sin parar. No podía hablar pero le transmitió su idea mentalmente: “Después de perder a mis padres necesité creer que hay otra vida pero a veces es difícil con tanta destrucción y malicia. Pero pienso que sí la hay, Charles.”

 

No fue hasta horas más tarde, cuando todos dormían, que el telépata recién dejó la cama para bajar a buscar comida y subió para compartirla en la habitación con Erik. Comieron poco y nada. Después Charles volvió a entrar en el lecho. Fue una noche triste y silenciosa pero durmieron unidos.

 

 

………………..

 

 

-Peter – Logan lo llamó mientras golpeaba a su puerta.

 

Peter estaba echado en su cama con la ropa puesta. Era casi medianoche pero no tenía sueño. Primero quiso hacerse el que no lo oía pero Logan insistió y se dio cuenta de que si lo evitaba sí se estaría comportando de manera inmadura. Por eso se levantó a abrirle.

 

Logan lo vio con los cabellos platinados revueltos y la mirada cansada, no de sueño sino de ese agotamiento que trae el hastío.

 

-Pensé que sería bueno que platicáramos como adultos, ¿te parece?

 

Ah, bufó mentalmente Peter. Ahora le venía con la actuación de adulto. Típico de la gente que lo veía como a un niño. Debía molestarle pero estaba tan acostumbrado a que los mayores (su madre y sus profesores) lo trataran de ese modo que optó por abrirle más la puerta para que entrara.

 

Logan se ubicó en una silla junto a la cómoda. Sin muchas ganas, el joven se sentó en otra cerca y quedó enfrentado.

 

-Siento haber cortado el beso, Pete. Pero no me gusta apurar las cosas, no justamente en este asunto que es para mí tan importante – lo miró a los ojos -. Entiende que no quiero arruinar lo nuestro.

 

-Lo que digas – contestó el muchacho, encogiéndose de hombros.

 

Wolverine insistió.

 

-Mira, Peter. No voy a negarte que me gustas pero.  .  .

 

-Pero me ves demasiado joven y crees que no estoy preparado para una relación seria como la que tendrías conmigo años después – terminó Peter cansado. Era cierto, tantas vueltas lo cansaban -. Viniste del futuro, te encontraste con mi versión demasiado joven y esto que parece guion de ciencia ficción ya me está sacando de quicio – se levantó y fue a la cama a arrojarse en ella -. Mira, no me importa lo que tengamos en el futuro, espera, sí me importa nuestra hija pero no lo nuestro, eso del amor y de lo eterno y que somos almas gemelas.

 

-No dije que fuéramos almas gemelas – aclaró Logan. No le gustaba la cursilería.

 

-Lo que sea – suspiró el muchacho aburrido -. Te voy a decir lo que pienso claro y directo, Logan – frunció el ceño, dejando salir lo que le molestaba -. Pienso que estás hasta la coronilla con lo que va a pasar, sé que viviste todo lo que ocurrirá en más de una década y que el conocimiento debe abrumarte pero es agotador para mí soportarte. ¡No te juegas por nada! ¿No te das cuenta? – lo miró -. Pareces esos adivinos con la bola de cristal y el turbante lila que se la pasan encerrados en una carpa porque no quieren vivir la vida, si total ya saben lo que va a ocurrir.

 

Logan abrió la boca pero no supo qué responderle. Maldita sea que el mocoso había dado en la tecla.

 

Peter cruzó las manos sobre su nuca y permaneció cabeza arriba.

 

-Cansas, viejo, porque como te la sabes todas, no quieres experimentar nada nuevo y, en el fondo, crees que todo va a repetirse.

 

Ahora Logan sintió el ego herido. No era algo que le sucediera a menudo. Peter no lo miró y siguió concentrado en el techo.

 

-Eres un impertinente – exclamó Wolverine por decir algo. Sintió el impulso de marcharse pero volteó hacia la cama.

 

-Si en serio confías que el futuro se puede cambiar, ven a besarme – reclamó el joven con solvencia -. No voy a arrancarte la ropa, al menos que tú me la arranques primero a mí. Solo quiero que nos besemos y que nos demostremos que nos amamos. ¿O es mi padre lo que te inhibe?

 

-¿Tu padre?

 

-Tú y Magneto no se llevan – contestó Peter -. ¿Acaso te molesta que él sea mi padre aunque todavía no lo sepa?

 

-¿Estás buscando enfurecerme para excitarme? – reclamó Logan tan asombrado que ni enojarse podía.

 

-No – replicó el joven con seguridad -. Estoy tratando de que veas que el problema eres tú y tus miedos ridículos. Yo tengo claro lo que quiero y es amarte. ¿Crees que iba a ser tan estúpido e impulsivo de hacerte el amor en ese sofá? No soy así, Logan, me creen así los demás pero pensé que tú no, si dices conocerme tanto. Solo quiero amarte – repitió con la voz trémula -. Solo eso.

 

Logan corrió a besarlo. Él quería exactamente lo mismo. Se sintió mal al darse cuenta que sus miedos ridículos, como Peter los había llamado, no eran más que prejuicios y que el muchacho como Charles le estaban enseñando que tenía que tener fe, y el primer paso para la fe siempre es confiar en los demás, especialmente en aquellos a quienes se ama.

 

 

………………….

 

¡Hola! Tenía abandonado este fic. ¿Qué les pareció? Espero que les siga gustando.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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