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Segunda Oportunidad (Cherik - Wolversilver) por midhiel

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Segunda Oportunidad

 

¡Gracias, @KiKaLoBe, por leer!

 

Capítulo Doce

 

Peter quedó conmocionado a pesar del abrazo de Logan y a pesar de la seguridad que tenía de que el futuro se podía cambiar. Quiso dormir temprano esa noche y Laura, Logan y su porvenir le daban vueltas en la cabeza. Tenía esperanza, sí, una esperanza poderosa que llenaba de optimismo a los demás, pero para un adolescente que hasta no hacía mucho había tenido como únicas responsabilidades aprobar la escuela y conseguir comida chatarra y dulces y juguetes caros con su mutación, la idea de formar una familia y que se destruyera por la tragedia lo abrumaba.

 

Pasó la noche acostado boca arriba, jugando con una pelotita de goma que lanzaba al techo y atajaba con una mano. Pensó mucho en su hija y más en Logan. Se planteó si el enamoramiento que sentía por él se debía a una atracción genuina o era su propio cerebro que con la información que tenía sobre el futuro, lo empujaba a sentir algo parecido al amor. Peter se planteaba si amaba al lobo de veras o se estaba preparando para la familia que él le había prometido que iban a formar.

 

El joven no lo tenía claro. Era demasiada información, demasiadas emociones y demasiado dolor, todos juntos. Arrojó la pelota al piso y se hizo un ovillo en la cama. Se planteó regresar a su casa materna y seguir su vida solitaria y traviesa, estar con su hermanita, buscar divertirse como los otros de su edad. No sería una mala idea. Mandaría al demonio el progreso increíble que había conseguido hasta ahora: desde recuperar a su padre hasta encajar por primera vez en un grupo y, lo más importante: ¿podía olvidar que había encontrado a Logan y que ese latido agudo en el corazón cuando pensaba en él no era un mandato de su cerebro para realizar su futuro sino un enamoramiento genuino?

 

Durmió un par de horas, bajó a desayunar temprano para no chocarse con nadie y se encerró en su cuarto otras horas más para hacer tiempo antes de ir al despacho a buscar a Charles.

 

Cuando llegó, Charles estaba detrás de su escritorio tomando apuntes.

 

-¡Peter! – hizo el bolígrafo a un lado y le sonrió paternalmente -. Me parece que es temprano para tus lecciones.

 

Peter entró y se echó en la silla frente al escritorio. Fue directo al grano.

 

-¿Cómo funciona en nuestros cuerpos la segunda mutación, Charles?

 

Charles quedó descolocado con la pregunta. Enseguida recordó que Peter y Logan habían comenzado una relación y que el muchacho era impulsivo, tal vez, quería cerciorarse antes de tener relaciones, o las había tenido y ahora descubría este don, no, mejor optó por preguntárselo antes de sacar conclusiones precipitadas.

 

-¿Para qué necesitas saberlo?

 

El muchacho se miró las uñas de una mano.

 

-Te metiste en la cabeza de Logan para rescatar a mi padre y viste todo su pasado-futuro – explicó -. Sabes que vamos a tener una hija más adelante y yo quería saber cómo es posible eso. Cuando me lo contó, Logan me dijo que tú entendías del asunto porque eres científico.

 

-Ah, te referías a eso – Charles se aclaró la garganta. No había querido leerlo por respeto -. La teoría de la evolución sostiene que en nuestro organismo se producen cambios o mutaciones, que nos ayudan a adaptarnos al medio ambiente para sobrevivir.

 

-Sí, recuerdo haber dado eso en la escuela – mencionó Peter.

 

Charles asintió y continuó.

 

-Nosotros somos seres humanos que nacemos con mutaciones nuevas, lo que nos convierten en más aptos. En algunos casos porque no todos los mutantes la desarrollan, además del don con el que nacemos, surge una mutación secundaria o segunda mutación, que consiste en una adaptación de nuestro cuerpo para gestar un nuevo ser sin importar nuestro género.

 

-¿Desarrollamos un útero y todas esas cosas?

 

Charles le sonrió condescendiente. Lo notaba nervioso.

 

-No un útero pero sí una bolsa amniótica que se crea al momento de implantarse el embrión. Se trata de un descubrimiento muy reciente porque hace apenas una década que comenzaron a darse los primeros casos de gestación masculina, así que no se sabe todavía cómo se produce la fecundación, ni dónde. Tampoco el proceso del embrión antes de implantarse.

 

-¿Y cómo es el embarazo? – preguntó el joven aprensivo -. ¿Normal?

 

-Es un embarazo normal, con los mismos síntomas y que requiere los mismos cuidados – aclaró Charles rápidamente -. Después de los nueve meses, para darlo a luz.  .  .

 

-No, gracias – interrumpió Peter abrumado -. Con esto ya tengo suficiente.

 

Charles cruzó las manos sobre el escritorio y lo miró profundo.

 

-Peter, conocer el futuro es una ventaja que también puede convertirse en maldición si no sabemos manejarla. ¿Cómo? Preocupándonos excesivamente por lo que vendrá y no disfrutando del presente.

 

Peter se rascó la nuca.

 

-¿Te refieres a que estoy pendiente de lo que Logan dijo que va a pasar?

 

El telépata asintió.

 

-Le estás quitando la gracia a la vida. Eres un joven prometedor que está aprendiendo a controlar sus poderes y a conocerse, y, sin embargo, te estás preocupando por el embarazo que Logan dijo que ocurriría una década más adelante.

 

Peter se asustó.

 

-¿Eso quiere decir que mi hija podría no existir?

 

-¿Cuándo dije eso? – cuestionó Charles confundido.

 

-No – sacudió la cabeza Peter y se tranquilizó -. Cuando dijiste “Logan dijo” pensé que te referías a que lo dijo pero que podría no pasar.

 

-¿Ves? – inquirió Charles con paciencia -. Estás tan preocupado y ansioso que interpretas conflictos donde no los hay.

 

-Sí – bajó la cabeza el muchacho, arrepentido.

 

-Peter – lo llamó para que la alzara y volviera a mirarlo a los ojos -. Disfruta del momento, el destino te dio una oportunidad increíble al permitirte conocer a Logan antes de tiempo y poder comprender el futuro maravilloso que construirán los dos juntos. Disfruta de Logan, disfruta de tu padre, disfruta de tu juventud, disfruta de lo que estás aprendiendo – consultó su reloj -. Bueno, muchachito, enseguida comenzaremos la lección del día de hoy. ¿Por qué no me haces el favor de ir a buscar a Jason?

 

-Ah, con respecto a Jason.  .  .

 

-¿Qué pasa con él?

 

Peter cruzó los brazos contra el estómago y volvió a bajar la cabeza.

 

-Jason ayudará a su padre a secuestrarme – confesó despacito.

 

-No, Peter – rebatió Charles resuelto -. No el Jason Stryker que está viviendo hoy con nosotros sino el que abandonamos en una realidad que no va a repetirse.

 

El joven lo miró confundido. Charles le sonrió.

 

-Verás, yo también usé a nuestro favor la información sobre el porvenir que obtuve de Logan. Cuando leí en su mente sobre la ayuda que recibiría Stryker explotando la mutación de su hijo, busqué la manera de impedir que se valiera de ella en el futuro. Pensé que Jason sería un instrumento para su padre porque habría vivido toda su vida sometido a él, considerándose un fenómeno para los demás. Cuando se cruzaron con el niño en Alkali Lake y leí en su cabecita lo que sufría, me conmoví y quise traerlo para ayudarlo a él y ayudarnos a nosotros.

 

-¡Wow! – suspiró Peter sorprendido.

 

-Jason Stryker necesita de nuestro cariño y apoyo. Contigo se lleva muy bien.

 

-Es un buen chico.

 

-Lo es y tu amistad lo ayuda mucho, Peter. No lo culpes por lo que su padre quiere hacer contigo. A él lo ha torturado mucho más.

 

-Entiendo – suspiró el joven.

 

-Ahora ve a traerlo y si quieres, más adelante te explicaré más de esta segunda mutación.

 

-¡Claro! – brincó Peter del asiento con entusiasmo -. ¡Gracias, Charles! – exclamó y corrió a buscar al niño.

 

 

……………

 

 

Logan abrió con la garra una lata de cerveza y enfiló hacia el jardín para beberla al aire libre. Al pasar por una habitación, sintió que el metal de recipiente vibraba.

 

-No tan rápido, sobreviviente – reclamó Erik pausado. Logan volteó y lo vio sentado en un sofá. Las dos muletas estaban apoyadas contra el respaldo -. No te estimo, tú no me estimas, pero sabes que tenemos que hablar.

 

Wolverine asintió.

 

-Peter Maximoff.

 

-No eres estúpido.

 

-No lo soy – replicó Logan serio y se acercó al sofá. Bebió un trago -. ¿Sabes? En el futuro que yo conozco, no recuerdo que te haya mencionado como su padre pero a pesar de lo pendejo que eres, protegías a los tuyos.

 

-¿Quieres decir que me consideras un buen padre? – indagó Erik con solvencia.

 

-Te considero un sobreviviente que se preocupa por los que estima.

 

-Es un cumplido.

 

-Es la verdad – respondió Logan sin bajar la guardia. La presencia de Magneto lo ponía siempre a la defensiva y eso que venían conviviendo ya un tiempo juntos -. ¿Te habló Peter de mí?

 

-Parece interesado en ti – contestó Erik. Cerró un puño y con ese movimiento estrujó la lata que Logan sostenía. El líquido se escurrió por entre sus dedos -. Esto es una advertencia de lo que puede llegar a pasarte si le haces daño.

 

-¡Eh! – rugió el lobo.

 

Magneto tomó sus muletas y se puso de pie para quedar a su altura. Se miraron a los ojos.

 

-Puedo notar que lo estimas – continuó Erik gélido -. Pero nunca se te pase que él es mi hijo.

 

-No se me pasa nunca, lo sé bien y lo amo a pesar de eso – espetó Logan con la misma frialdad.

 

Erik emprendió su marcha apoyado en las muletas. De espadas a Logan, le recordó.

 

-Que nunca se te olvide, lobezno.

 

Logan arrojó los restos de la lata al basurero y se sacudió la playera empapada.

 

-Maldita sea, idiota – murmuró. Pero en el fondo le agradaba saber que Peter podía contar con su padre.

 

……………….

 

Pasaron dos meses. Los mutantes convivían en la casa sin mayores conflictos. A veces Magneto le enviaba a Logan alguna indirecta evidente y Logan no se quedaba atrás, pero Hank, Raven y Charles ponían paños fríos sobre el asunto antes de que se les fuera de las manos. Estaba claro que los dos disfrutaban buscarse cizaña, como si se tratara de un aspecto que no pudieran controlar. Más tarde Peter hablaba ya con su padre y ya con su amor para calmar las aguas.

 

Jason se sentía a gusto y se daba cuenta de que con Charles estaba progresando y aprendiendo a usar su mutación como Peter. La decisión del telépata al traerlo a Westchester había resultado inteligente para todos y en especial para el niño. Jason había sufrido incomprensión y falta de afecto con sus padres y los mutantes, que se estaban convirtiendo en una familia, revertían eso de a poco.

 

Charles y Erik reconstruían su relación. Era más fácil de lo que habían imaginado porque ambos se amaban. Pronto volvieron a tener relaciones y Logan, viejo lobo-zorro, sonreía ante las excusas que el par de tórtolos daba para alejarse del grupo y pasar la tarde juntos. Habían vuelto a sus antiguas partidas de ajedrez y aunque Charles juraba que no se valía de su mutación, Erik sospechaba que algo hacía porque era impresionante la cantidad de jugadas que anticipaba y la cantidad de partidas que le ganaba.

 

Logan y Peter seguían disfrutando estando juntos. Se regalaban besos, abrazos y uno que otro arrumaco, pero Wolverine no reclamaba más ni el joven lo pedía. Estaban conociéndose y todavía no querían precipitar su relación.

 

Raven y Hank nada decían pero por las miradas y algunas sonrisas cómplices daban a entender que ellos también habían reanudado lo suyo. Lamentablemente Raven quería continuar con su vida de espionaje. No había más noticias del proyecto de los centinelas y no se tenía información de Trask. Se sabía que estaba encarcelado pero los mutantes no tenían confianza en los homo sapiens. Sabían que el científico trabajaba para el ejército y que gente como Stryker haría lo que fuera por protegerlo y que continuara a su servicio. Por eso Raven decidió marcharse a Washington. Charles y especialmente Hank se lamentaron pero sabían que lo hacía por la causa mutante. Peter solidario, opinó si podía acompañarla ya que con su don podría colarse donde fuera pero el no rotundo de todos le quitó las ganas. En otra ocasión se hubiera molestado pero de solo ver las expresiones de los demás, incluida la elocuente de Logan cuando se lo negaron, lo hizo sentirse contenido y querido por esta familia mutante. Esa noche el joven se lo preguntó a su lobo mientras miraban tele abrazados.

 

-¿Cuándo tendremos relaciones? – soltó muy casual.

 

Logan quedó con la boca abierta en forma de o y el habano se le deslizó de entre los dedos.

 

-¿Qué dijiste, mocoso? – depositó el cigarro en el cenicero de la mesita de café.

 

Peter se arrodilló en el sofá para mirarlo de frente. Le tomó el rostro entre las manos y sonreía con picardía.

 

-Me oíste, viejo.

 

Logan podía replicarle que no pero era demasiado el tiempo que había esperado. No quería acelerar las cosas pero ya no veía más a Peter como una versión joven de la persona de la que se enamoraría sino que lo amaba. Lo abrazó y besó con efusión. No le preguntó si estaba seguro porque conocía a Peter y sabía que no se lo propondría como un impulso sino porque estaba sintiendo la misma necesidad que él. Se enredaron las manos entre los cabellos, enmarañándolos más de lo que estaban, y de besos con chasquidos pasaron a comerse la boca. Peter estaba en una posición ventajosa así que lo empujó hacia atrás. Logan se dejó caer en el sofá con los omóplatos apoyados en el apoyabrazos. Le gustaba que Peter tomara la iniciativa. Así lo recordaba en el futuro: audaz, decidido, impulsivo.  .   . pero no tenía sentido recordar al Peter del futuro cuando lo tenía aquí y ahora, acariciándolo y besándolo con fogosidad en el presente.

 

Peter sonreía. Su lobo se había dejado caer y él le mordía los labios a besos y chupones. Su pelo, su aroma, su piel, todo él lo incentivaba y su cuerpo adolescente se estremecía al imaginar que dentro de poco lo tendría adentro. Sí, necesitaba a Logan, su organismo se lo pedía, especialmente su pene que se estaba levantando. ¿Y el de su novio? ¿Qué pasaba con el de Logan? Juguetón, le rozó la entrepierna con la rodilla. Ah, Wolverine también estaba excitado.

 

-¿Qué creías? – bromeó Logan, adivinando su intención y lo abrazó de la espalda para ubicarlo contra su pecho.

 

Peter quedó encima de él, apoyando los codos sobre los pectorales del lobo y observándolo con esos ojos oscuros y vivaces de los que ya le saltaban chispas. Rio, pícaro e insinuante.

 

-Estando arriba, siento que te estoy protegiendo, lobito.

 

Protegiendo, protección. Logan maldijo a todo su árbol genealógico hasta la Edad Media y más allá. No tenía preservativos cerca. Pedírselos a Magneto quedaba descartado por obvias razones y Hank no los tendría, era tan mojigato que de seguro era Raven quien los guardaba, y no interrumpiría a Raven para.   .   . mientras razonaba, Peter fue y volvió con un paquetito.

 

-¿Necesitabas esto? – le mostró la bolsita.

 

Logan prácticamente se la arrancó de la mano y abrió con las garras el envoltorio. Peter se levantó y comenzó a desvestirse, mientras que su amor se bajaba los pantalones para colocarse el preservativo.  

 

Peter, desnudo, le echó llave a la puerta. No querían interrupciones embarazosas. Volvió junto a Wolverine que con una rapidez asombrosa, se había liberado de la ropa y calzado el preservativo. Peter sonrió con malicia. Al fin estaban preparados.

 

Logan lo recostó de lado sobre el sofá y se ubicó él entre sus piernas. Peter temblaba de la ansiedad y el deseo. Logan le acarició la cabeza y le acomodó algunas hebras platinadas detrás de la oreja. Existía una cuestión que recién razonaba: en el futuro, el Peter que amaría ya había tenido otros amantes pero el del presente era virgen y esta sería su primera vez. No era el Peter experto.

 

-Escucha, Pet – aproximó el rostro a su oído. Podía sentir la respiración ansiosa del joven -. Quiero que goces y lo disfrutes al máximo.

 

Tras decir esto, le mordió la punta de la oreja porque sabía cuánto lo excitaba o excitaría ese gesto. No se equivocó porque Peter se encogió y desperezó con un gemido. Logan sintió que ya estaba preparado. Le alzó las nalgas, un gesto que el muchacho agradeció porque la erección lo estaba matando, y presionó un dedo hacia el orificio.

 

Peter se arqueó, mitad por la sensación extraña y mitad porque era placentera. Logan tuvo mil déjà vu por cada vez que se habían amado o se amarían. Le introdujo un dedo, luego otro para expandir su cavidad. Peter gozaba. Logan rugía.

 

Cuando el joven estuvo listo, Wolverine entró. Primero empujó entre pausas, haciendo silencio para oír y observar la reacción del joven. Peter había apretado uno de los cojines y mordía un borde. Logan se tomó un instante para bajar la cabeza y besarle la mejilla. Le aseguraba entre murmullos que todo estaba bien, un consuelo inútil porque el muchacho no quería que lo consolara sino que le hiciera el amor.

 

-Por favor – suplicó Peter, jadeando -. ¡Hazlo!

 

Logan empujó con más fuerza. El muchacho soltó un gemido y mordió el almohadón. Wolverine ya podía sentir la humedad de su interior y se relamía los labios. Al quedar acomodado, el lobo embistió lento al principio. Después fue acrecentando la frecuencia y potencia. Peter ya casi gritaba. Logan también y se buscaron los labios para acallarse mutuamente. Entre besos y lengüetazos, fueron acercándose al clímax. El joven no había sentido nada igual antes, era placentero, excitante y fabuloso a la vez. No podía describirlo, se trataba de una sensación que le llenaba y vaciaba el cuerpo al mismo tiempo.

 

Logan se colmaba de recuerdos. Lo había amado anteriormente pero en otros contextos. Esta se podría decir que era la primera vez de ambos. Peter lo hacía gozar, realmente gozar. No solo le provocaba placer sino que al amarlo, se mezclaban los sentimientos con las emociones haciendo único el encuentro. Comenzó a sentir el temblor de aviso que estaba a punto de eyacular. No importaba, tenía el preservativo colocado. Siguió embistiendo. Finalmente con un grito liberó su simiente.

 

Peter gritó también. Logan lo fundió en un abrazo mientras vertía cada gota. Bajó la mano hacia la entrepierna del muchacho y notó la calidez de la eyaculación de su amante. Ambos habían alcanzado el orgasmo.

 

Se enredaron en un nuevo abrazo y se llenaron de besos. Reían y jadeaban con complicidad.

 

Logan se quitó el preservativo y lo arrojó con puntería al fondo del tacho de basura. Luego tomó a Peter entre sus brazos para recostarse en el sofá y recostarlo a él sobre su pecho. Ambos seguían gimiendo y riendo.

 

-¿Qué te pareció, mocoso? – bromeó Logan. Peter rio ante el apodo y se hizo un ovillo encima de él -. Sabe mejor que tu música y las papas fritas con kétchup, ¿cierto?

 

El joven se incorporó para mirarlo a los ojos.

 

-Tú sabes mejor que todo, Logan.

 

Lo expresó con tanta sinceridad y amor que el viejo lobo se emocionó hasta la médula. Volvió a abrazarlo para que yaciera encima de su pecho otra vez. Sonriendo, los dos pensaron que no había podido salir mejor. Lo que no sabían era que la cajita que Peter apurado había requisado de la farmacia estaba vencida.

 

 

…………..

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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