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Segunda Oportunidad (Cherik - Wolversilver) por midhiel

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Segunda Oportunidad

 

Capítulo Seis

 

Erik seguía acostado boca arriba con la muñeca esposada al soporte del lecho. Cerró los ojos para meditar con una técnica que había descubierto para combatir el hastío en la celda. Claro que esta vez su situación era diferente a la de la prisión del Pentágono porque aquí no había leyes que lo protegieran y estaba a merced de sus secuestradores. Era similar a lo que había sufrido de niño en el campo de concentración y la idea le sabía angustiante.

 

-Erik.

 

Abrió los ojos, sorprendido, y volteó. Junto a él, de pie, se encontraba Charles con el mismo aspecto juvenil de la época en que se habían conocido.

 

-Charles – suspiró, impresionado, y quiso levantarse pero la muñeca esposada y la pierna en el cabestrillo no lo dejaban movilizarse -. ¿Qué haces aquí? ¿Te capturaron también?

 

Charles sacudió la cabeza con una sonrisa.

 

-No, mi viejo amigo. Yo trabajo ahora para Stryker.

 

Erik dudó. Ese no era el aspecto actual de Charles y parecía más bien la proyección del recuerdo que tenía de él. Pero sintió presión en la cabeza como si un intruso la penetrara y la confusión desapareció.

 

-¿Cómo que trabajas para esta gente?

 

-Ellos desean ayudarnos – contestó el telépata tranquilo. Erik no quiso convencerse -. De veras, Erik. Ellos buscan que nos integremos a la sociedad, quieren que cooperemos. Stryker necesita de nosotros, los mutantes, como sus aliados. Tiene un hijo de nuestra especie y ahora nos entiende. No te resistas, Erik.

 

-¡No, Charles! – exclamó enardecido -. Ellos nunca nos ayudarán. Nos combaten, nos odian porque estamos destinados a acabar con su especie. Somos un peldaño superior en la evolución humana y lo saben.

 

Charles lo miró con pena y le apretó la mano.

 

-Debes calmarte, Erik. No somos tus enemigos. Yo nunca lo he sido aunque pensemos diferente.

 

-¡Tú no pero ellos sí! – replicó Magneto alterado.

 

-Relájate, Erik – le ordenó y se apoyó el índice contra la sien dispuesto a entrar en su mente -. Necesitas relajarte para la cirugía.

 

-¿Cirugía?

 

Erik cerró los ojos y fue cayendo en un sueño profundo. Charles se desvaneció.

 

Del otro lado de la ventana polarizada, el mayor Stryker observaba la escena junto a Jason. El niño se había introducido en la cabeza de Magneto y se había apropiado de su recuerdo más feliz con Charles, que abarcaba todo el período desde que se conocieron en el agua hasta que se separaron en Cuba, y lo había proyectado en la habitación para convencerlo. No lo había conseguido todavía pero seguiría insistiendo con más visiones antes de que fuera llevado al laboratorio para torturarlo.

 

 

…………..

 

Peter entró en la cámara de Cerebro con Charles. Lo observaba todo fascinado. Con una paleta de helado de frutilla en la boca, encendió el tablero como Charles le indicaba. Dio un respingo cuando el ambiente se transformó. El telépata le explicó que las luces celestes pertenecían a las mentes humanas y las rojas exclusivamente a los mutantes. Charles hizo silencio y respiró profundo hasta conectarse con Logan.

 

El avión había aterrizado en un aeropuerto privado y Logan, Raven y Hank rentaron una camioneta que ya estaba acercándose al lago Alkali.

 

“Dejen que los camufle mentalmente para pasar,” ordenó Charles a sus amigos a través de la mente de Logan. “Una vez adentro cada uno se ocupará de lo suyo.”

 

Wolverine les transmitió sus palabras a los demás y se prepararon. La base estaba construida dentro de la roca sólida de una montaña y se detuvieron a pocos kilómetros dentro de un bosque para observar con binoculares. Con su visión de espía experta, Mystique distinguió una placa de acero tallada en la piedra y una grieta que por su forma daba la idea de ser la abertura. Volvieron al vehículo y Hank condujo hacia allí con su forma de bestia.

 

En la cámara, Peter observó cómo Charles cerraba los ojos para concentrarse y disfrazar a sus amigos. Estaba maravillado. En el Pentágono había sido solo él quien usó su mutación para salvar a su padre y ahora se asombraba con los poderes de los otros. Se sentía pasmado y también protegido. No podía definirlo a ciencia cierta pero era la primera vez que notaba que con ellos no iba a pasarle nada malo. Esa comodidad y seguridad aumentaban la sensación de familia que estaba desarrollando hacia los mutantes. Jamás se había sentido a gusto en su casa con su madre y la “gente normal” pero aquí se daba cuenta de que Charles, Logan y los demás eran como él, eran parte de él.

 

Tan ensimismado estaba que no volvió a la realidad hasta quince minutos después, cuando Charles le avisó que ya se habían dividido y Logan corría a encontrar a Magneto.

 

-¿Cómo va a saber dónde lo tienen? – cuestionó el joven.

 

Charles suspiró con tristeza.

 

-Logan conoce las instalaciones.

 

Peter pasó saliva. Claro que las conocía si allí lo torturarían años más tarde. Sintió que el corazón se le estrujaba y también un resquemor en la boca del estómago. Se pasó la mano por los ojos, pensando por qué no lo besó antes de partir. Suspiró, tenía dieciocho años, Logan más de una centuria pero lo amaba. ¡Por favor! Estaba reconociendo que realmente lo amaba y mandaba al demonio su idea de que el amor solo causaba problemas.

 

-No puede ser – murmuró Charles con desesperación y volvió a traerlo a la realidad.

 

-¿Qué pasa? – exclamó Peter asustado.

 

-No hables, hijo – pidió el telépata, tratando de calmarse -. Necesito concentración – cerró los ojos -. Logan, puedo ver que él les hará daño en el futuro pero asesinarlo no es la solución.  .  . Por favor, amigo. Leí tu recuerdo de él en el futuro – gimió -. Es horrible – sollozó, mientras sufría por las imágenes de la memoria de Logan -. Fue un monstruo, no hay palabras para describir lo que les hizo a los tres. Lo culpas por lo que le pasó a tu familia, especialmente a tu pequeña  – Peter se puso en alerta con los ojos como platos -. Pero matarlo no es la forma de impedir que el futuro se repita, hay otras maneras. Déjalo ir, no te ensañes con él. ¡Logan! – suplicó casi llorando -. ¡Por favor! Asesinarlo no va a tranquilizar tu mente. Ahora tienes a Peter, aquí contigo, y piensa en la hija que los dos van a traer al mundo. ¡Piensa en ellos! ¡Detente por ellos!

 

-¡Déjame hablar con él, Charles! – pidió Peter desesperado.

 

Charles abrió los ojos y lo miró para sacudirle la cabeza.

 

-Voy a detenerlo mentalmente, no hay otra salida – se focalizó otra vez y con su poder congeló a Wolverine.

 

Peter estaba ansioso, pensando de quién podía tratarse. Tenía que ser alguien que los haría sufrir a él y a su hija cuando lo secuestraran. Se frotó la nuca para canalizar los nervios. No podía salir a correr dentro de la cámara. Charles había dicho que les haría daño, “especialmente a su pequeña.” Se desesperó pensando en Laura, hacía apenas horas que se había enterado de que la tendría pero ya la amaba tanto como a Logan. Recorrió en cuestión de segundos el puente de punta a punta sin medir el peligro.

 

-¡Peter! – lo llamó Charles, mientras luchaba por seguir concentrado -. Quédate quieto, por favor. Esto es difícil para Logan y para ti, pero tienes que calmarte. ¡Estoy tratando de salvarlo!

 

El joven comprendió que podía arruinar la misión y desatar una tragedia con Wolverine. Regresó junto a Charles y suspiró varias veces para recuperarse.

 

……………………

 

 

Dentro de la base, Logan se había cruzado en un pasillo con Richard Haller y toda su furia, dolor y deseo de venganza estallaron al mismo tiempo. Lo acorraló antes de que el hombre reaccionara y lo bajó de un puñetazo. Haller cochó contra la pared y cayó al piso inconsciente. Logan cerró el puño y dejó salir sus garras. Iba a devanarlo como longas de pan. Parpadeó varias veces mientras oía la voz de Charles y se maldecía el haberle permitido entrar en su cabeza porque quería asesinar a Haller allí mismo. Pensaba dónde la dolería más, lo cortaría lentamente a pedazos y no tendría piedad porque él no la había tenido con Peter ni con Laura. Si lo mataba acallaría su sed de venganza y podría corregir el destino e impedir que su hija muriera. Podría conservar a Peter y ser felices los tres, o, tal vez los cuatro, o cinco, no sabía cuántos hijos más podrían llegar a tener si continuaban juntos. Solo tenía que asesinar a ese monstruo.

 

Pero Charles lo congeló y Logan observaba con impotencia al hombre desvanecido y a sus garras liberadas.

 

“Déjame, Charles,” ordenó mentalmente. “Viste lo que les hizo a Peter y a mi hija. Viste toda la verdad de lo que ocurrió con Laura. Sabes lo que realmente ocurrió, que ni a Peter me atreví a contarle.”

 

“Pero sabes que está no es la solución,” contestó el telépata sin soltarlo. “Si lo asesinas, Stryker buscará a alguien más para que cumpla ese trabajo. Asesinar a tus futuros enemigos no te ayudará a transformar el futuro. Hay otras manera de hacerlo.”

 

-Logan – exclamó Raven, que llegaba con su forma azul -. ¿Qué pasa?

 

Charles controló a Wolverine para que escondiera las garras y se sosegara. Logan se sintió como inmerso en un sueño, con imágenes tranquilas pero sin saber dónde estaba ni qué debía hacer. Raven le dijo que Beast había encontrado a Erik y ahora tenían que abandonar la base. Se oyeron disparos. Eran los hombres de Stryker con el mayor a la cabeza cruzando fuego con Hank. Mystique corrió a repartir golpes para abrirle paso. Logan reaccionó más tarde, parpadeó y se volvió hacia Haller pero vio que había desaparecido. En realidad Charles había camuflado al médico en su mente para que Wolverine no lo viera y volviera a concentrarse en la misión.

 

Con la ayuda de Mystique, Beast se abrió paso ágilmente entre las balas. Tenía a Magneto inconsciente en brazos. Los tres corrieron por el pasillo buscando la salida, pero, claro, al llegar, los soldados estaban agrupados junto al portón de acero.

 

-Son demasiados – rugió Hank -. Tendremos que pelear cada uno contra veinte.

 

Logan tenía los brazos cruzados con las garras salidas en posición de ataque, mientras que Raven estaba agazapada para brincar sobre ellos. Sabían que eran demasiados soldados aun para sus mutaciones. Al final parecía que resultaría una misión suicida.

 

Stryker se ubicó junto a sus soldados, listo para pelear también. Observó a Hank con desprecio porque tenía a Erik, su presa en brazos, y luego a Logan.

 

-No los maten – ordenó -. Los necesito vivos para los próximos proyectos.

 

Cuando estaban a punto de saltar y trenzarse los mutantes contra el ejército, Erik recuperó la conciencia y, en medio del sopor, movió la mano para arrancar el portón de acero. El metal de media tonelada aplastó a varios soldados y los mutantes aprovecharon para escapar. Corrieron hacia la camioneta y se encontraron con un niño de pie junto a ella. Los miraba con los ojos desorbitados y con una expresión de tristeza perenne.

 

Charles soltó un suspiro al leerlo a través de Logan. Reconoció que se trataba de Jason Stryker y pudo sentir todo el dolor que la criatura soportaba.

 

-Tráiganlo a casa – ordenó -. Él nos necesita.

 

Raven le extendió la mano amigablemente. Jason estudió su forma azul y retrocedió. Hank estaba ayudando al debilitado Erik a subir y fue Logan quien se aproximó al niño. Se puso de cuclillas para estar a su altura.

 

-Hola, mocoso – lo saludó con toda la suavidad de la que fue capaz. Le extendió la mano pero Jason no se la tomó -. No queremos hacerte daño.

 

Jason sabía que no tenía que acercarse a gente extraña pero por una extraña razón, sentía que esas personas eran como él. Escuchó disparos y gritos desde adentro de la base. Se asustó y como aun no sabía manejar su mutación, la angustia hizo que se desmayara. Logan lo cargó antes de que azotara el suelo y fue el último en entrar al vehículo antes de que Hank pusiera en marcha el motor.

 

Stryker los persiguió en una camioneta más amplia, secundada por dos autos más. Hank le pasó el volante a Mystique que era una conductora experta para escapar de persecuciones y con unas cuantas maniobras que hicieron que Logan abrazara con más fuerza al niño y Erik por poco vomitara, dejaron atrás a sus captores.

 

Ya cuando se encontraban seguros, cerca del aeropuerto, Charles se desconectó de la mente de Logan para entrar en la de Erik. Sabía cuánto Magneto detestaba tal intromisión pero no podía resistirse.

 

“Hola, viejo amigo,” Erik abrió los ojos sorprendido. Después de unos segundos sonrió. “Bienvenido a casa.”

 

Charles apagó el tablero y se quitó el casco. Peter se acercó para ayudarlo suponiendo que el esfuerzo mental lo había agotado. El telépata alzó la cabeza para mirarlo. El muchacho notó cuán emocionado estaba. Sabía lo que su padre significaba para Charles y que pudieran traerlo a la mansión le daba esperanza.  Xavier notó el agua en los ojos y se los enjugó con los dedos.

 

-Vamos, Peter. Hay que prepararnos para recibir a nuestros amigos.

 

………………..

 

 

Erik estaba molido literalmente, a lo exhausto que se encontraba se le sumaban las dos heridas, que le dolían e impedían movilizarse por sus propios medios. Hank le dio unos analgésicos cuando subieron al avión y lo ayudó a acomodarse en uno de los asientos, también prepararon el que estaba enfrentado para que reposara la pierna. Erik no dijo nada y solo contestó con un escueto “gracias” cuando terminó de atenderlo. No olvidaba la batalla campal que había desatado con él y con ese tal Logan en Paris y en Washington. Ah, Logan. Volteó hacia Wolverine que se había ubicado en otro asiento más atrás y no le quitaba los ojos de encima. Erik pensó que tal vez pensaba matarlo con la mirada y volteó con sorna. A decir verdad, no podía culparlo ya que él mismo lo había atravesado con los alambres y lo había arrojado al Potomac.

 

Después observó a Raven, que ya había recuperado su apariencia de muchacha rubia, e intercambiaba palabras con Hank, que se estaba inyectando para recuperar su figura humana para pilotear la nave. Ni uno ni el otro parecían sentirse a gusto con sus verdaderas formas, algo que a él, con su pensamiento supremacista, le costaba comprender. Inclinó la cabeza y cerró los ojos. Le llegaba el aroma a tabaco de algún cigarro que Logan debía haber encendido. Trató de relajarse y antes de que despegaran, el sueño le fue ganando.

 

-Disculpe, señor.

 

Erik abrió los ojos y se encontró con el niño.

 

-Yo quería decirle que lo siento.

 

Magneto frunció el ceño sin entender. Pero antes de que Jason le aclarara por qué estaba arrepentido, Raven lo empujó para que se sentara en otra silla junto a la de ella. Erik volvió a acomodarse y cerrar los ojos, mientras los motores se encendían. Tuvo un sueño ligero del que recordó poco y nada: soñó con Westchester, o, al menos, con el recuerdo lejano que guardaba de la mansión y con Charles, ese joven que lo había cautivado desde que le salvara la vida y con el que había vivido ese efímero pero profundo romance diez años atrás.

 

 

………………..

 

¡Hola! Disculpen la tardanza en actualizar. Espero que les haya gustado y más adelante se revelará el secreto que Logan aun no le ha dicho a Peter sobre el futuro. Ah, les pregunto: ¿están de acuerdo con el mpreg? ¿Les gustaría también un bebé entre Charles y Erik?

 

Gracias por leer.

 

Midhiel


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