Gruñendo despertó sin poder evitarlo, porque rayos, tenía demasiado calor, pensó entreabriendo sus ojos un poco, pudiendo observar por la luz de las estrellas que se colaba por la ventana, como su pequeña cría estaba como siempre recostada en su pecho y el alfa estaba como siempre recostado sobre su entrepierna.
Bufó con suavidad. No había nada distinto, pensó, ¿por qué rayos tenía tanto calor? Suspirando se movió un poco para tomar al pequeño bebé, pudiendo sentir en ese momento su temperatura, haciendo que observara mejor a Amarant, que tenía una respiración pesada en realidad.
— Kakaroto — Con cuidado dejó al pequeño beta en el lado de la cama que estaba vacío, moviendo al alfa, gruñendo sin poder evitarlo al sentir que no despertaba, por lo cual prendió la luz de la mesita que tenían a un lado de la cama, terminando por darle una patada al hombre que gruñó algo atontado por el sueño, mientras lo tomaba de la cadera.
— No me golpees, Vegeta — Suspiró mientras abría perezoso los ojos para ver al omega que tenía un gesto preocupado en su rostro, cosa que lo hizo alertarse un poco y hacer que se incorporara en la cama, fijando su vista en Amarant, que estaba acostadito sobre su espalda, durmiendo con una respiración pesada, por lo cual llevó su mano a la frente de su pequeño bebé.
— Esta demasiado caliente — Le respondió el omega, mientras los dos observaban al pequeño bebé, de casi un año ya, dormir pesadamente debido a la fiebre, siendo que pudo ver como el alfa lentamente le levantaba la parte del pijama que cubría su barriga.
— Iré por un paño frío, eso le ayudaras, ya verás, Vegeta — Le dijo con una sonrisa mientras se levantaba a buscar lo mencionado y el nombrado únicamente se quedaba con su gesto serio observando a su pequeña cría.
Su instinto de omega le gritaba que debía hacer algo, pero a la vez se quedo quieto por una razón. A pesar de como fuera de bobo Kakaroto, había sido padre antes en realidad, el beta era la prueba de aquello, por lo que su mente le decía que el alfa tenía al menos una remota idea de lo que podía hacer en esas situaciones.
Por su parte el alfa bostezó pesadamente mientras tomaba una de sus muñequeras —era el mejor paño que pudo encontrar con el sueño— y la humedeció en el agua del lava platos, estrujando con fuerza la tela, para luego volver hacía su pequeño hijo y poner aquella tela en su vientre.
Amarant se quejo un poco, haciendo pequeños pucheros en sueño por lo frío de aquella tela, pero únicamente siguió ahí recostado, con sus manos hechas puñitos, sintiendo aquella tela fría contra lo caliente de su vientre.
Ninguno de los dos hablaba en realidad, Vegeta únicamente observaba con atención como el gesto de su niño iba relajándose de a poco, como sus mejillas lentamente iban dejando de estar tan sonrojadas y pasaban a un color más normal, mientras que Goku únicamente estaba bastante adormilado, aunque cada tanto sentía la temperatura de aquel paño, para irlo a remojar nuevamente y volver a ponerlo en aquella piel que lentamente volvió a ser de una temperatura normal.
— Ahora estará mejor... sólo debe seguir durmiendo, Vegeta — Le dijo con una pequeña sonrisa, arreglando la ropa de Amarant con cuidado, pudiendo sentir como la cola de su bebé se envolvía en su muñeca, razón por la cual se recostó en la cama y el omega también realizó aquella acción, dejando a aquel pequeño bebé entre ambos para que descansara.
Vegeta no sabía hacer aquellas cosas. Nunca había tenido cuidados dulces ni nada de aquello. Por lo general cuando era niño y se hería o enfermaba lo dejaban en un estanque hasta que sus síntomas pasaran o sus heridas sanaran, pero ahora no podía hacer aquello y debía cuidar de su cría de una forma menos "sofisticada", por decirlo de alguna manera.
— Gracias, Kakaroto — Murmuró a penas, dando un besó en la mejilla del alfa. Ellos no eran de demostrar sus sentimientos o emociones, eran seres bruscos, pero claro que podía agradecer al alfa por cuidar de aquella manera a su cría, pensó, acomodando su cuerpo en la cama, para poder dormir un poco más en lo que restaba de aquella noche, todo estaría bien se dijo, comenzando a dormir de una por todas.