Las tradiciones humanas, que hace años le habían sido bastante ajenas, ahora le eran algo más familiar gracias a Bulma, aquella mujer que muchas veces se robaba a su hijo para comprarle muchas cosas y tener al niño demasiado mimado en realidad, por lo que ahora tenía a su hijo de cuatro años demasiado emocionado junto con Gohan y Kakarotto, que reían quedo al ver lo emocionado que estaba el pequeño Amarant.
— ¡Entonces tía Bulma dijo que si escribía una carta a Santa, él vendría y me traería lo que deseara! — Dijo con una pequeña sonrisa, bastante orgulloso de lo que le había explicado su tía Bulma, después de todo la última vez que había salido junto con ella había estado curioso por la decoración que había en la ciudad, con un hombre gordo en un traje rojo, del cual su tía le había explicado que era Santa Claus, que traía regalos a los niños que se portaban bien en realidad.
Bulma le había explicado que debía escribir una carta dirigida a Santa Claus, diciendo como se había portado durante el año y escribiendo lo que deseaba en realidad para navidad, podía ser cualquier cosa y estaba realmente emocionado por aquello, siendo que únicamente le sonrió a su papá y a su hermano.
— Me imagino que escribirás la carta, ¿verdad? ¿quieres que te ayude? — Le preguntó Gohan con una pequeña sonrisa, mirando a su hermano que estaba realmente emocionado. Él no había celebrado aquellas fiestas de esa manera, si era sincero, recordaba a su madre cocinar mucha comida aquellos días, pero lo que era tradición de Santa Claus y todo aquello, había sido ajeno a su mente hasta que había ido a la escuela y sus compañeros emocionados hablaban de aquellas fechas.
— ¡No! ¡La haré yo solo y se la entregaré a tía Bulma para que la mande! — Dijo con una sonrisa, mostrando sus dientes, aquellos pequeños dientes de leche que según los cálculos del omega pronto cambiaría en realidad.
— Bien, como sea, ahora vayan a lavarse para cenar — Les gruñó el omega, que simplemente comenzó a servir la comida, viendo como aquellos tres, el alfa y los dos betas, se levantaban con rapidez para irse a asear.
Se quedó un momento pensando que eran todas aquellas tradiciones que tenían los humanos. Eran bastantes curiosos, celebraban cosas que uno no imaginaría, tanto como días especiales como el nombrado día de los enamorados —cosa que le había explicado demasiado explícitamente la madre de Bulma—, el año nuevo y ahora la nombrada navidad.
En su planeta se habían celebrado cosas como batallas, quizás el nacimiento de los reyes y uno que otro carnaval para tener contentos a los soldados, pero no recordaba que tuvieran tanto esmero como los humanos en sus asuntos.
Quizás eso de la navidad no fuera algo demasiado malo para Amarant en realidad.
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— ¡Tía Bulma! — La nombrada quitó la vista del proyecto que estaba realizando, para ver a ese pequeño saiyayin vestido con uno de los trajes de entrenamiento que había hecho para el niño, siendo que sonrió al tomarlo en brazos, frotando su mejilla con la del niño.
— ¡Oh, Amarant! ¿Vienes a trabajar con tía Bulma? — Le sonrió con suavidad a aquel niño. Sí, sí alguna vez hubiera tenido un bebé, estaba segura que lo hubiera tratado como a Amarant, enseñando las cosas que sabía, para que su bebé fuera listo, pero también lo hubiera tenido demasiado mimado en realidad.
— Nop, vine a entregarte mi carta a Santa — Le dijo el pequeño saiyayin de ojos negruzcos como los de sus padres, que movía su cola de allá para acá, haciendo que la joven mujer —porque ella seguía siendo joven, si señor—.
— Oh, claro cariño — Le dijo con una sonrisa mientras tomaba la carta que le era tendida por el niño, un sobre bastante colorido. Cualquiera dudaría seriamente que el padre de ese niño era Vegeta, pero bueno, en realidad eran bastante parecidos en el físico.
— Gracias tía Bulma — Sonrió el pequeño, casi brincando de la emoción en realidad por lo que estaba ocurriendo, el hecho de que su tía recibiera la carta era que pronto la recibiría también Santa Claus.
— No es nada, Amarant — La mujer miró entonces a su amigo de la infancia, que sonreía dejando hacer a su hijo, siendo que únicamente le dio una suave palmada en el pecho al hombre — Supongo que tú y Vegeta vendrán a la fiesta de navidad, ¿no es así?
Le sonrió con suavidad, mirando al hombre que al escuchar la palabra fiesta se ilumino su rostro, ella sabía bien lo que significaba fiesta para Goku, aquello era comida.
— ¡Claro que sí, Bulma! — Siempre hacía aquello aquel alfa, aceptar compromisos sin el omega a su lado, pero bueno, siempre disfrutaban de la comida que se ofrecía en la fiesta.
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Botó con suavidad el humo del cigarrillo que estaba fumando, sacando la carta del pequeño Amarant de su mono de trabajo, para ver qué era lo que había deseado el niño para navidad, la verdad era que no importaba el juguete que fuera, ella se lo quería regalar de igual manera, siendo que quedo sorprendida al leer la carta del niño, que estaba tachada en algunos lados y en otros únicamente tenía faltas de ortografía por la edad.
"Querido Santa,
En esta nabidad navidad queria pedirte que mi papá, mi padre, mi er hermano, los amigos de papá y tía Bulma esten bien y felices. E sido bueno durante el año y aprendo las cosas que me enseña mi hermano y tía Bulma, espero que estes bien, Santa.
- Son Amarant.
PD: Ojala si puedieras que tía Bulma encuentre un novio o que sea feliz, eso estaría bien. "
Se río sin poder evitarlo por todo aquello, debió suponer que un niño como Amarant, que era un ser que se podía subir a la nube voladora, sólo pediría que sus cercanos estuvieran bien y felices.