Aunque ninguno lo quería, la mañana del viernes había llegado finalmente y aunque la decisión ya estaba tomada, Maze tenía ganas de gritar, no quería volver a ese maldito cuarto oscuro y sentir de nuevo la soledad pintada en esas paredes blancas, pero si con eso, las personas que se habían vuelto importantes para él estaban seguras, lo haría mil veces, además lo último que el pequeño zorro necesitaba, era volver a ser ese detestable demonio, volver a estar lleno de rabia dolor y sed de venganza.
Si bien lo creía imposible, Maze estaba feliz con su vida, con tener un hermano, un padre (aunque nunca le hubiera dicho a así al sheriff) una familia que lo apoyaba y lo quería a pesar de todo y un novio, Derek, un hombre lobo que había logrado enamorarlo sin que él lo notara, y que le enseño que, a pesar de los malos recuerdos y el dolor, se podía ser feliz.
Por eso, mientras el sol salía, Maze se dedicaba a observarlo, quería memorizar todo de él, sus cejas, sus labios, la linda mueca que hacia mientras dormía, quiera memorizar como se sentía estar entre sus brazos, su olor, porque, aunque solo fueran unos días, el zorro sentía que era una eternidad la que iban estar separados.
- ¿Vas a besarme o prefieres seguir babeando? – La suave voz de Derek lo sorprendió, Maze quiso pegarse en ese momento, había olvidado los sentidos de hombre lobo, al verse descubierto, al zorro no le quedo de otra que cumplir con lo que su pareja quería.
-No quería despertarte, lo siento- Dijo Maze después de terminar el beso.
-Tranquilo-
Por un momento, ninguno dijo nada, ambos estaban perdidos en la mirada del otro, Maze miraba fascinado como el color de los ojos del lobo cambia de gris a verde en segundos y Derek se perdida en esa mirada inocente, quiera decirle tantas cosas, suplicar si era necesario, pero no quería verlo encerrado, su instinto le gritaba que era una mala idea, que, si permita que lo alejaran de Maze, lo iba perder para siempre.
-Por favor, no lo hagas-
-Shhh…no digas nada- Lo último que Maze quería en ese momento era hablar de lo que iba a hacer, pues eso los pondría triste a ambos y él quería que esos últimos momentos fueran felices, para ambos, así que volvió a besarlo, despacio, queriendo recodar la textura de los labios de Derek.
Poco a poco el beso fue tomando intensidad, logrando que ambos quisieran más, necesitaban más, así que olvidándose de donde estaban, Maze se apresuró a quitarle la camisa a su novio, necesitaba sentir si piel, y una vez lo logro, el mismo se quitó su piyama, esa noche solo llevaba puesta una camisa y en un segundo, los tenia a ambos casi desnudos en su cama.
- ¿Maze que haces? - Aunque quería evitarlo, Derek se estaba excitando con las acciones de su novio, pero estaban en la casa de su suegro y en cualquier momento el sheriff podía entrar con un arma lista.
-Te necesito Derek y no puedo esperar- Todo el poco control (y respeto) que el lobo tenia se fue al oír esa frase, así que asegurándose que no hacer mucho ruido y que el resto de los habitantes de la casa estaban dormidos, Derek giro sobre su cuerpo y en un segundo se acomodó entre las piernas de su novio para volver a devorar sus labios.
Sentir a Derek entre sus piernas, mientras sus manos recorrían su cuerpo, era una de las sensaciones que más le gustaba a Maze y aunque lo evitaba, suaves gemidos salían de su boca, gracias al cielo su familia todavía dormía. Pero el necesitaba más, necesitaba sentirse uno con el lobo, así que en un rápido movimiento cambio las posiciones, sentándose directamente en el miembro de su pareja.
-Uhmm- Derek no pudo reprimir el gemido al sentir como su novio se sentaba sobre él y de una empezaba a mover sus caderas.
-Ahhh, Derek- Escuchar a Maze llamándolo era algo que definitivamente le encantaba, sin pensarlo dos veces, Derek se sentó en la cama, dejando al zorro sentado en sus piernas y desde esa posición se dedicó a besar cada centímetro de piel que tenía a su alcanza, su cuello, sus hombros, su pecho, el lobo era adicto a ese cuerpo suave y quería marcarlo, dejar sus dientes, su olor impregnados en su piel, y mientras lo hacía, era recompensado con los suaves gemidos del chico.
Maze sentía arder su cuerpo, y la lengua de Derek solo lograba aumentar la temperatura, además cada beso, cada caricia de sus manos lo hacía temblar, haciendo que se agarrara de la ancha espalda del lobo solo para sentir que no iba a caer, porque mientras Derek lo devoraba, Maze movía sus caderas queriendo sentir como el miembro de su pareja rosaba con el propio, y era una sensación deliciosa, así que aumento el ritmo, hasta casi volverse frenético.
-Ahhh…Derek te necesito…entra ya-
-Podría lastimarte-
-No importa…Uhmm-
Aunque se moría por hacerlo, entrar de una vez a ese cuerpo tan cálido, Derek sabía que debía prepararlo un poco, por eso, se apresuró a quitar la poca ropa que todavía les quedaba, y mientras Maze se balanceaba en su regazo, el lobo fue bajando una de sus manos por la suave espalda del zorro, buscando su entrada. Cuando sus dedos dieron con ella, agradeció que, en la tarde de ayer, se hubiera esmerado en la tarea de preparar al chico, porque, aunque fue un poco difícil, pudo entrar el primer debo, y con sumo cuidado lo empezó a mover, no quería admitirlo, pero él también necesitaba sentir de forma más íntima a su pequeño zorro.
Debía admitir que sentir los dedos de Derek en su interior, sin nada de lubricante era incomodo, pero su pareja se esforzaba para hacer pasar el dolor y mientras lo preparaba, su otra mano atendía su miembro, creando la mezcla perfecta de dolor y placer que lo hacía suspirar, regalándole a cambio besos profundos y gemidos.
Cada vez sentía más cerca el orgasmo, porque ahora eran tres dedos que jugaban en su interior mientras Derek besaba sus pezones y acariciaba su pene, pero él no quería terminar así, él quería llegar al orgasmo con su pareja, y se lo hizo saber.
-Mmm… Entra ya Derek, te necesito- Y es que ¿quién en su sano juicio se resistiría a esa petición? Sobre todo, cuando el chico entre sus brazos soltaba una esencia tan toxica para atraerlo, no solo su voz pedía por él, todo el cuerpo de Maze lo estaba llamando, sus labios, su interior, todo, así que, retirando sus dedos, y posicionando a Maze sobre su miembro, Derek empezó la tarea de unirlos.
Cuando por fin estuvo completamente adentro en el cuerpo de su pareja, el lobo quiso tomarse un momento, necesitaba grabar en su memoria cada expresión de Maze, sus ojos brillando de placer, sus mejillas sonrosadas, la forma como mordía su labio inferior intentando contener sus gemidos, el calor que su cuerpo desprendía y la sensación de apretar su cadera entre sus manos. Maze hacia lo mismo, pasando sus manos por todo el cuerpo de su compañero, sintiendo cada musculo sobre las palmas y besado todo lo que podía, las mejillas la nariz, los labios de Derek.
-Ahhh…Muévete- Esas palabras volvieron a activar todo el deseo que sentía y teniendo cuidado de no mover mucho la cama, Derek empezó a mover sus caderas, empujado con fuerza, tratando de llegar a lo más profundo de Maze.
Los segundos pasaban y ellos sentían morirse en los brazos del otro, viendo que no podía callar sus gemidos, Maze junto sus labios, queriendo demostrarle a través de besos, lo bien que se estaba sintiendo, lo feliz que estaba de compartir ese momento con Derek y por la forma que en el lobo aumento las embestidas, parecía que había entendido el mensaje a la perfección.
El final estaba cerca y ambos lo podían sentir en la piel, en esa deliciosa corriente eléctrica que les recorría el cuerpo, así que, apoyándose en los hombros de su pareja, Maze aumento más el ritmo de penetración, solo necesito unas cuantas embestidas más para que ambos llegaran al tan deseado orgasmo, Derek como siempre mordiendo su cuerpo y él dejando salir en un gemido el nombre de la persona que más quería.
- ¡Derek…Uhmmmm! -
Se quedaron en la misma posición aproximadamente diez minutos y cuando ambos habían recuperado el aire y sus corazones dejaron de latir tan aceleradamente, Derek se dejó caer en la cama, acunando de nuevo, el cuerpo de Maze contra su pecho.
-Te quiero Maze-
-Yo también Derek- Sabía que era estúpido pero su voz salió suave, sentía que, si hablaba alto, podía romper la aparente calma que se había formado, así que queriendo esconderse otro rato del mundo, y aprovechando que todavía no era hora de empezar a arreglarse, Maze se refugió en el pecho de su lobo, dejando que el latido de su corazón, lo arrullara otro rato.
…
Cuando llegaron a la veterinaria eran apenas las nueve de la mañana, el sol ese día apenas se había asomado entre las nubes, parecía que el clima frio y gris acompañaba el ánimo de todos. Stiles no pudo contener el suspiro cuando el jeep se detuvo en la entrada.
-Animo hermano, vamos a encontrar una solución- Como siempre, Scott, su mejor amigo lo estaba acompañando en sus momentos difícil, bueno también Kira se había unido- Además, son tres días, no es como si no lo volvieras a ver-
-Lo se viejo, pero es difícil, tengo un maldito nudo en el pecho y siento que estoy haciendo algo mal-
-Es miedo Stiles, y está bien, eso demuestra que en serio te preocupas por tu nuevo hermano-
Las palabras de Scott lograron traer un poco de calma, pero seguía sintiéndose mal, desde que hablara con Lydia en la noche, después de la reunión estuvo buscando mil formas de evitar una posición y leyendo y releyendo los libros del Deaton y Morel, también cosas sobre el origen de los Kitsunes entre otros, pero nada parecía funcionar ante un espíritu tan fuerte.
Cuando el Camaro llego a la veterinaria, Stiles tuvo que hacer un gran esfuerzo para sonreír cuando su hermano y el novio de este llegaron, Maze llevaba un conjunto de sudadera negra, camisa gris y pantalón negreo, ropa cómoda para esos tres días y su inseparable batido de frutas, Derek llevaba su conjunto de siempre, jean apretado, camisa y cazadora de cuero.
-Hola Scott, Kira- A los ojos de todos, Maze se veía tranquilo, pero los lobos e incluso la kitsune, podían sentir el olor a ansiedad y nervios que el chico producía- Saben, solo faltan Lydia e Isaac y esto sería un perfecto Deja Vu-
-No digas eso Maze, estamos para acompañarte- Kira como siempre no entendía bien de sarcasmo, pero en ese momento al zorro no le molestaba, hasta le parecía lindo.
-Tranquila, sé que les gustaría verme más tiempo encerrado, pero solo son unos días, no debieron molestarse-
- ¡Maze! - Stiles no pudo reprimir el grito de vergüenza, pero es que su hermano era molesto en los momentos menos indicados, claro que una parte de su mente le decía que él era igual.
- ¿Ahora qué hice? - Pregunto el zorro “inocentemente”, mientras se dejaba abrazar por Derek, eso era otra cosa que tenía triste a Stiles, ver como la nueva pareja favorita de la manada, debía separarse- Ellos saben que es molestando, pero no me escucharan decir la palabra con “G”, ahora entremos, está haciendo frio-
Al parecer todos tenían ganas de consentir al pequeño zorro y sin pensarlo dos veces entraron a la veterinaria, donde Deaton y su hermana los estaban esperando, ese día el consultorio tenía un aire ciertamente tétrico, que le recordó a los horribles pasillos de Eichen House, se sentía mal, pero tenía que borrar esa sensación de su cuerpo y mente, primero debía concentrase en su hermano y el plan a seguir.
-Como se habló anoche, Maze estará encerrado tres días, las visitas serán una en la mañana y otra en la noche, además nadie podrá entrar al cuarto aparte de Alan y yo, entre más aislado de cualquier energía sobrenatural, mayores posibilidades de éxitos para el traslado- Dijo Morel una vez todos se reunieron en torno a la mesa de metal.
-En cuanto al traslado, este se hará mañana en la madrugada, cuando el sol este saliendo, pero mientras, Scott, la señora Yukimura, Peter, Chris Argent y yo, vigilaremos la urna toda la noche, impidiendo que el demonio se escape o altere, en paralelo, Morel, el señor Stilinski y Derek, vigilaran la veterinaria- Deaton hablaba seguro, al parecer entendía que era un momento serio y no debía hacer pausas dramáticas- ¿Alguna pregunta? -
-Sí, ¿Cómo va el plan para buscar al Darach? - La pregunta de Maze sorprendió a todos, nadie creía que fuera hablar.
-Anoche quedo listo el aroma que los chicos podrán seguir para buscar al responsable de los secuestros, mientras Stiles y Lydia buscarán información para entender su plan y como detenerlo-
-Entiendo-
-Bueno, como todos saben lo que tienen que hacer, Maze, por favor acompáñanos, es momento de entrar- Dijo Deaton, mientras se acercaba al zorro para quitarle el collar, adentro no lo iba a necesitar.
Con las palabras del veterinario, un pesado silencio se instaló entre los presentes y la presión que Stiles sentía en el pecho aumento, dios era como ver a un inocente ser condenado a la silla eléctrica. Maze por su parte, simplemente respiro y trato de ignorar las caras tristes de los presentes, una parte de él se sentía feliz de que sus ¿Amigos? lo estuvieran acompañando, pero otra quería evitar el dolor y el pánico, así que poniendo la mejor cara que pudo, empezó las despedidas.
-Bueno, diría que fue un placer, pero no, así que los veré en unos días-
-Ya veras, nosotros arreglaremos esto y cuando vuelvas la manada te estará esperando- Dijo Scott tratando de darle ánimos y después abrazo
-Cuídate mucho Maze- Por suerte, Kira no lo abrazo, pero le regalo una inocente sonrisa que aliviano un poco su pesadez.
-Bueno hijo cuídate mucho- El abrazo del Sheriff fue reconfortante, pues sentía todo el apoyo que siempre le habían profesado- Vendré a acompañarte en la noche y mira, esta vez sí traje la almohada, así estarás cómodo y dormirás bien-
-Gracias, me agrada ver que soy el hijo favorito ¿Qué te parce Stiles? - Maze no pudo reprimir la pequeña riza que el gesto de su padre saco y sobre todo al ver la mirada de incredulidad de su hermano.
-Eso es traición padre, alta traición-Al igual que su padre, Stiles tuvo que abrazar al zorro queriendo esconder las lágrimas, dios se sentía patético, pero el dolor era real- Te lo dije una vez y lo volveré a decir, eres mi hermano Maze y estoy feliz con eso, así que evita enloquecer ahí abajo y vuelve con nosotros pequeño zorro-
-Deja de decir estupideces, y aunque me sigas pareciendo insoportable, ten por seguro que volveré- Ante las palabras del zorro, Stiles quería pegarse, al parecer su hermano era un pequeño Tsundere* pero al separase un poco y ver como sus ojos brillaban intentando contener las lágrimas, sabía que Maze también estaba sufriendo.
-Siendo así te estaré esperando Mazikeen-Cuando los brazos del pecoso dejaron libre a Maze, fue el momento de despedirse de Derek, aunque como siempre, no iba a ser fácil, con todos esos mirones alrededor.
Así que, olvidándose de todos por unos minutos, Derek atravesó la habitación y agarrando a Maze de la cintura, junto sus labios en un beso lento, una simple caricia, que servía para prolongar el momento y transmitir todo el cariño que ambos sentían. Cuando el beso termino (interrumpido por una falsa tos del sheriff) Derek se dedicó a limpiar las pocas lagrimas que Maze había soltado, al parecer su novio estaba decidido a mostrarse valiente.
-Te veo en la noche, y espero me traigas un delicioso batido- Las palabras de Maze lograron sacarle una leve sonrisa, pero esta ni siquiera se reflejó en sus ojos.
-Vas a enfermarte por tanto yogurt Maze- Tras las palabras de Derek, ambos simplemente se quedaron abrazados, queriendo impregnarse con el aroma del otro.
-Maze, debemos seguir- Por fin había llegado el momento y sintiendo como si le arrancaran el alma de los brazos, Derek soltó al chico, dejando que caminara detrás de los druidas, como le había prometido a su novio, no lo acompañaría hasta el sótano, porque si lo hacía, estaba seguro que el mismo se encerraría o terminaría huyendo con el zorro en sus brazos, así que antes de ver como Maze bajaba esas malditas escaleras, Derek abandono la clínica, al igual que abandono un pedazo de su alma.
Sin más que decir y con Derek fuera de la clínica, Maze empezó a bajar las escaleras que lo llevarían al sótano, sintiendo en sus huesos el miedo y la incertidumbre, eran tres días, tres días encerrados sin contacto con nadie aparte de la comida, como la última vez, la habitación estaba iluminada, permitiendo que se vieran las cosas desde el otro lado del vidrio, aunque esta vez, la puerta tenía una serie de marcas rojas, al parecer más conjuros para encerrarlos, pero no le importo.
-La habitación sigue igual como la dejaste, salvo que ahora encontraras, un pequeño refrigerador con botellas de agua y frutas, como la última vez, Morel y yo vendremos a servirte las tres comidas, y el baño sirve a la perfección al igual que la ducha-
Deaton hablaba mientras Maze acomodaba su maleta y almohada encima de la cama, al igual que la otra vez, el blanco de las paredes le molestaba, y el aire acondicionado le parecía demasiado frio, pero no se quejó.
-Si hay algo que quieras antes de que cerremos la puerta, solo tienes que decirlo-
-Dirá que me dejaran salir, pero esa no es una opción ¿cierto? -
-Es lo mejor Maze, no solo para la manada sino para ti- Dijo la hermana del emisario mientras le ayudaba a acomodarse.
-Lo sé, pero sigo sintiéndome inquieto, como si debiera hacer algo mas-
-Es solo el miedo joven Stilinski- Deaton hablo desde afuera, terminando de rayar algunos símbolos en la puerta- Entonces ¿quieres algo antes de que nos vayamos? -
Mientras pensaba en lo que pediría, Maze no podía dejar de observarlos kanjis que Deaton estaba haciendo, algo en ellos le llamaba la atención, era como si le susurraran a su mente, explicándole cosas que no entendía y lo ponían inquieto, sobre todo cuando hicieron crecer la teoría que llevaba rondándole la cabeza desde que entendió su situación y leyó todos los libros que su hermano estuvo usando, claro que podía equivocarse con lo que quería y al final terminara empeorando todo, pero no iba rendirse, se lo había prometido a Derek y con eso le bastaba.
-Podían dejarme un momento a solas con Kira, necesito hablar con ella- Aunque los emisarios tenían sus dudas, cumplieron su petición, y no tuvo que esperar mucho para ver bajar sola a la kitsune.
- ¿Maze, necesitas que te ayude en algo? -
-Sí, no sé cómo, ni porque, pero tu ayuda me serviría mucho- Aunque había dudas en la mirada de Kira, y a él las manos le temblaban, ya no había marcha atrás, debía arriesgarse, era ganar o perderlo todo.
….
Después de la despedida de Maze, Scott se apresuró en poner el plan en marcha, reuniéndose esa misma tarde con Isaac, Allison, Malia y Kira, explicándoles cómo seguir el rastro y organizando las áreas de búsqueda, al principio pensó que sería una tarea difícil, todos sabían que la pareja no era muy amiga del zorro, pero por suerte, entendían la amenaza que rondaba el pueblo y empezaron la búsqueda.
Una vez la reunión se terminó y la noche llego, fue momento de alistarse para ser guardián de la urna por esa noche, esta vez la reunión seria en su casa, pues querían mantener a todos lo más alejado de Maze. Al igual que en la tarde, hubo algunos problemas en medio de la reunión, primero porque Peter se negaba a mostrar la ubicación de la bóveda secreta de los Hale a un cazador y segundo porque Chris se negaba a pasar toda la noche con alguien como Peter.
Por suerte para todos, Melissa fue la encargada de hacer reaccionar a ambos hombres, claro que a los ojos de los demás, los regaño como a un par de niños e increíblemente un hombre lobo y un cazador especializado no podían hacer nada ante una madre experimentada.
-Bueno, será mejor que te gires Argente-La voz de Peter rompió la quietud de la noche, por fin estaban en la puerta de la bóveda- Que te deje estar acá, no significa que te muestre la combinación-
-Como digas- Chris respondió sin ánimos, al parecer ni había empezado su larga noche y el hombre ya estaba cansado.
Cuando vio que el cazador ya no miraba, Peter empezó con la tarea de abrir la bóveda, la verdad es que a Scott le había sorprendido la ubicación de la misma, justo debajo del letrero de la escuela, según les explico el hombre lobo, esta llevaba muchos años en ese territorio y aunque habían construido sobre ella, seguía siendo impenetrable para cualquiera que no fuera un Hale de sangre, solo tuvieron que esperar unos segundos hasta que la gran puerta de piedra empezó a moverse y les dio acceso al lugar.
La bóveda de los Hale, era una gran recamara de piedra con un canal de agua rodeándola, en las paredes varias repisas contenían libros y objetos que contaban la historia de una de las familias de lobos más importantes de la región, con todo el respeto del mundo, el equipo entro al lugar, buscando lo que les interesaba.
Al fondo de la sala, sobre una de las repisas, y alejada de cualquier otro objeto, se encontraba una urna de madrea, mejor conocida como la prisión del Nogitsune, cuando se acercaron lo suficiente para verla, todos se quedaron sorprendidos al ver como del recipiente salía una especie de líquido negro putrefacto, que chorreaba hasta el piso, claro que esa horrible cosa negra parecía seca, pero con la luz del lugar brillaba en negro, dando la sensación de que estaba viva.
- ¿Qué demonios es eso? - Aunque no quería sonar tan sorprendido, la voz del alfa puso a todos en alerta, y es que sus instintos gritaban ante el peligro que tenía frente a sus ojos.
-Eso es sangre de demonio o miasma, al parecer en su intento por escapar, el Nogitsune se ha lastimado- La explicación de Deaton logro calmar un poco la situación, pero era obvio para todos que debían encargarse de eso.
-Lo mejor será echarle sal, según las tradiciones taoístas, eso retiene los demonios y esconderá la peste- La madre de su novia comento con asco, al perecer seguía sin gustarle la situación.
Después de tomar prestada un poco de sal de la cafetería del instituto, y que Deaton y la señora Yukimura se encargaran de la peste y cubrir el miasma, la noche siguió relativamente tranquila, todavía sentía en lo profundo de sus entrañas la alerta constate de peligro, pero al menos eso lo ayudaba a concentrarse en la tarea, mirando fijamente la prisión esperando para actuar al más leve movimiento. La verdad no estaba siendo fácil, no solo por el incómodo silencio entre los presentes, sino porque cada minuto que pasaba, sentía como si una presencia los observara y casi podía jurar que escuchaba pequeños susurros desde las sombras, alterando a sus sensibles oídos.
-Déjame preguntarte algo Noshiko ¿Cuándo invocaste ese demonio no pensaste que esto pudiera suceder? - La pregunta de Peter había sonado sarcástica, pero su curiosidad era obvia.
-No, en ese momento solo quería venganza y pensé que el demonio me poseería a mí, nunca imagine que cien años después, todavía debía que enfrentarme a mi pasado- Scott sabía que la respuesta de la kitsune era verdad sin necesidad de usa sus sentidos, pues su rostro le mostraba lo arrepentida que estaba.
-Entiendo la sed de venganza, créeme, pero debes admitir que fue estúpido de tu parte, era obvio que las cosas se joderian en algún momento-
Antes de que cualquiera pudiera responder a las palabras del lobo, un horrible ruido los puso en alerta y no debieron esperar mucho, para ver como de las sombras, cinco guerreros Oni los atacaban, como siempre, eran demasiado rápidos y sus ojos brillaban dándoles un aspecto aterrador. Scott reacciono al instante, convirtiéndose en lobo y atacando al igual que Peter y Noshiko, que saco su espada y se unió a la pelea, mientras Alan y Chris custodiaban la urna, tratando de evitar el hedor del miasma, pues de nuevo había empezado a salir, escurriendo hasta manchar el piso.
La batalla se acabó en unos minutos, increíblemente, entre todos habían acabado a los Oni, y mientras Scott y los otros de su equipo se ocupaban de destruir con ayuda de unas flechas de plata a los demonios en el suelo, nadie se percató de la sombra que aparecieron detrás de los humanos.
Scott lo vio todo en cámara lenta, gracias a sus sentidos desarrollados, en un segundo, la sombra ataco, dejando a Deaton y Chris inconscientes en el piso, y antes de que él pudiera hacer algo para detenerla, nuevos Oni se levantaron de los rincones, clavando cada uno una espada en sus piernas, impidiendo su movimiento, lo único que el alfa pudo hacer mientras era atacado, era ver como la sombra agarraban la urna y en un rápido movimiento, la estrellaba contra el piso.
- ¡NOOO! –
Aunque intento detenerlo, el agarre de los Oni era demasiado fuerte y ante sus ojos, de los restos de la urna empezó a salir un horrible miasma acompañado de un manto oscuro que cubrió toda la bóveda, lo último que Scott pudo ver antes de desmallarse, fue un par de ojos verdes y unos blancos, que brillaban en la oscuridad que los envolvía.