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Ese algo llamado Amor (Riren/Ereri) por Tesschan

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Notas del capitulo:

Descargo: Shingeki no Kyojin y sus personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo solo los he tomado prestados para esta historia.

Encuentro X:

Acortando Distancias

 

 

 

Eren lleva bastante tiempo fuera de la librería, ignorando el frío invernal que lo hace estremecer cada tanto mientras observa trabajar a Levi sin que este se dé cuenta de su escrutinio. Se siente casi como un acosador, aunque no es más que cobardía; su determinación del día anterior se ha esfumado y hoy su inseguridad le hace temer el comportarse como un tonto frente al otro. Cada vez que Levi le mira, él está en total y completa desventaja.

Luego de pensarlo un poco, Eren respira hondamente y se da el valor suficiente para ingresar al local. Levi, sentado tras el mostrador, revisa concentrado algunos documentos, pero, nada más oírlo entrar, levanta el rostro para verlo. El suéter gris claro que lleva es similar al de sus ojos, y el primer pensamiento que azota su mente al contemplarlo, es que parece tormenta: pálido y oscuro, temible y frío; y desbastando sus emociones de la misma forma que lo haría un desastre natural. Y aquello le resulta tan adecuado para describirlo, tan acertado para llegar a explicar cómo se siente ante su sola presencia, que es aterrador.

—¿Vienes por un libro?

La pregunta de Levi es desapasionada, pero algo en su forma de mirarlo delata que es muy consciente de su presencia. No le ha olvidado y eso, a Eren, lo alegra increíblemente.

—Algo así —responde, bajando la bufanda que lleva e intentando controlar sus nervios; la sonrisa que adorna sus labios es mezcla de juego y promesa—. ¿Tienes alguna recomendación para mí? ¿Algo que pienses pueda gustarme?

El ceño de Levi se frunce y su expresión se ensombrece nada más oírlo, agrietando el mundo bajo sus pies debido a un error que no comprende. Cuando ese par de ojos de tormenta dejan de mirarlo, refugiándose en la seguridad de sus manos unidas sobre el mostrador, lejos de él, Eren siente que la distancia entre ambos se incrementa. Y duele.

Pero es cuando vuelve a ser el receptor de la atención de Levi, que Eren percibe el sutil cambio en este, y se extraña. Entre ambos siempre ha sido él quien se muestra más inseguro y dubitativo, quien parece estar en una constante cuenta negativa frente al otro. Que sea Levi el que ahora enseñe una incómoda ansiedad en su presencia, lo impresiona.

—Tch, ni siquiera sé que te gusta leer, mocoso.

La respuesta que recibe es cortante y poco amable, pero lo hace reír, ya que Levi es así, y a Eren le alegra que eso no cambie en su presencia. Además, como si fuese un milagro, un pequeño regalo, una tímida mueca asoma a esos pálidos labios. Una sonrisa que no alcanza a serlo, pero que a él le basta, porque es su pequeño logro.

—Yo tampoco estoy muy seguro —admite con vergüenza; su rostro enrojeciendo a causa de su abierta ignorancia en ese tema—. Tal vez… ¿podríamos averiguarlo?

La duda se refleja en el rostro de Levi ante su inocente sugerencia, y Eren comprende de inmediato que para este aceptar ese pequeño intercambio de opiniones es un compromiso mucho más grande que el compartir una taza de café o recibir su espontáneo regalo. Para Levi es un paso importante, por lo que él se siente ansioso y nervioso mientras espera por una respuesta. Tanto un «sí» como un «no» tendrán, seguramente, el mismo efecto devastador.

—Té —suelta el otro repentinamente, haciendo que Eren lo mire confundido—. Creo que lo primero será que tomemos un té; luego, ya veremos.

La alegría lo envuelve de inmediato, enorme y bullente como la lava que da vida a un volcán. Sonríe y se ríe, desbaratando la tensión reinante entre ellos, y Levi, por primera vez desde que él entró allí, parece relajado y contento con su presencia.

—Te ayudaré —le dice solícito—. Solo dime que debo hacer.

Este le explica dónde están las tazas mientras se afana en poner el agua a calentar. Eren, a hurtadillas, lo observa hacer, fascinado. Le gusta como Levi se comporta, siempre tan lleno de calma, y lo engañosamente delicado que parece a pesar de ser tan fuerte. Le gustan sus largos silencios y sus escasas sonrisas, que para él son como un premio; pero, sobre todo, le gusta la amalgama de emociones que se despiertan dentro suyo nada más verlo; algo que jamás ha sentido con nadie.

—Oi, mocoso —lo llama el otro repentinamente, asustándolo; haciéndole temer haber sido descubierto en su silencioso escrutinio—, solo para que lo sepas, con esto ya quedamos a mano por la invitación del otro día.

Eren, mitad nervioso, mitad aliviado, se ríe alegremente de aquel comentario.

—Deberá ser entonces un té muy bueno —le pica, divertido; y cuando Levi se voltea a verle, una pequeña chispita parece bailar en sus ojos de plata, convirtiendo la tormenta en luna que parece iluminar su pálido rostro.

—Es excelente —le asegura con total convicción, dejando que un nimio vestigio de sonrisa asome a sus labios—. Puede que cocine como la mierda, pero preparo un té magnífico. Y no lo hago para cualquiera.

Las palabras de aquel hombre, tan simples y directas como este mismo lo es, son para Eren una clara declaración de que conocerle también ha sido importante para Levi. Todavía están lejos de ser algo más que amigos, pero ya han dejado de ser «simples conocidos».

Su timidez, su alegría, le tiñen el rostro de carmín, pero es cuando oye aquel «gracias» apenas susurrado y nota una vergüenza similar a la propia reflejarse en esos ojos plateados, que comprende que ese agradecimiento ha sido por todo: la invitación, el obsequio, el estar allí.

Eren aún se siente insuficiente para Levi, y cada vez que están juntos sabe que juega con absoluta desventaja, porque es demasiado joven, porque no tiene la madurez suficiente, porque aún se comporta como un «mocoso» la mayor parte del tiempo; pero, poco a poco, van acortando distancias. Quizás, antes de que se dé cuenta, ya ese abismo no parecerá insalvable.

Notas finales:

Lo primero, como siempre, es agradecer a todos quienes hayan llegado hasta aquí. Espero el capítulo valiese la pena y compensara el tiempo invertido en él.

Por lo demás, esta vez he cumplido: es domingo y la actualización está aquí. Espero seguir con la buena racha y que la semana entrante también pueda hacerlo; confió en que para el viernes próximo esté ya el capítulo once. ¡Vaya, no puedo creer que ya vayan diez capítulos de esta serie de viñetas! Tengo ganas de ver cuánto demoro en llegar por lo menos al primer beso de esta pareja. Ese es mi objetivo de momento.

Para quienes siguen el resto de mis historias, aviso que La Joya de la Corona ya ha entrado a beteo y espero tenerla a mediados de semana, pero fue un capítulo muy largo y, además, les recuerdo que ya no depende de mí, sino de mi amabilísima beta que también tiene una gran cantidades de responsabilidades con las que cumplir; pero, en cuanto la tenga de regreso, me pondré con los arreglos pertinentes para poder actualizar lo más pronto posible. De momento comienzo a preparar el siguiente capítulo de In Focus.

Nuevamente agradezco a quienes me obsequian un pedacito de su tiempo para leer, dejar sus comentarios, enviar mp’s, votar, apuntar en sus alertas, listas y favoritos. Siempre anima a continuar con esto.

Un abrazo a la distancia y mis mejores deseos para ustedes. Hasta la siguiente.

 

Tess


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