El primer show en Yamaguchi fue todo un éxito, especialmente porque la voz de Aki había sonado muchísimo mejor que en la última presentación y mayoría de los ensayos, sin embargo a medida que el tour comenzó a avanzar… nos dimos cuenta de que la situación no remontó tanto como habíamos creído.
Ese día nos tocaba en Tokyo, exactamente en el mismo lugar donde habíamos tocado la noche anterior, lo cual nos alegraba muchísimo porque no debíamos empacar y volver a viajar durante horas al menos hasta la mañana del otro día. Para despejarnos un poco el Jefe nos sugirió que pasáramos el día como se nos antojara hasta las 6pm:
-Los quiero a todos aquí en el livehouse a las 6pm sin falta, ni un minuto más ni un minuto menos- nos miro seriamente. Cuando quería podía ser estricto, aunque nadie lo tomara sumamente en serio.
Nao, Tamon y Kuruto decidieron ir a visitar su casa de música preferida porque allí se reunirían con sus amistades de otras bandas, mientras que al Jefe y Aki los escuché hablar de ir no sé dónde… Suspiré:
-Iré a deambular un rato por ahí entonces- guardé las manos en los bolsillos de mi pantalón. Kuruto me miró un instante.
-¿Dónde irás?- alcé los hombros restándole importancia.
-¿No quieres venir con nosotros?- preguntó Nao.
-Nah, creo que buscaré un lugar para dormir un rato- asintió sin decir más.
De esa forma todos nos dividimos por la ciudad.
No era la primera vez que me iba por allí solo para hacer tiempo hasta que nos tocara la hora de ensayo previo al show, ni me molestaba en lo absoluto tampoco ya que muchas de esas veces era decisión mía. Pero me costaba ignorar el hecho de que, precisamente en esta ocasión, sí me sentía ligeramente fastidiado… Incluso me había empezado a doler la cabeza de tanto fruncir el entrecejo.
Me detuve en el parque que a ese horario apenas si se veía gente:
-…- recargué uno de mis brazos sobre una rodilla y el mentón sobre la mano tras haberme sentado en los bancos de piedra.
Sin siquiera permitirme dudarlo identifiqué que mi molesta no era eso tal cual, sino más bien la incómoda sensación de los celos. Celos de que Aki hubiese preferido compartir la tarde con Jefe en vez de conmigo. O mejor dicho…:
-¿Por qué no confía en mí? ¿En serio lo prefirió a él antes que a mí?- me cuestioné en voz alta.
Quizá no estaba acercándome a él de la forma correcta, ¿pero cuál se suponía que fuese la forma correcta? Ninguno de los dos tenía problemas para tratar con el resto y tampoco entre nosotros, simplemente que entre nosotros no lográbamos forjar esa amistad más cercana que tranquilamente habíamos logrando con los demás.
No entendía la razón… o tal vez esa razón era simplemente falta de “química” sin necesidad de darle más vueltas.
Bufé frustrado encendiéndome un cigarrillo.
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Como aún tengo un poco de amor propio y a pesar de que la plaza no estaba atestada de gente igual se veía alguna que otra persona pasar cada tanto, decidí no echarme a dormir en el banco de la plaza y moverme a algún restaurante para comer algo y beber antes de ir a ensayar.
Pasé por el lugar donde solemos ir a comer habitualmente tras terminar los shows:
-¡Buenas tardes!- entré saludando con una sonrisa a los dependientes de la tienda que ya bien nos conocían a todos.
-¡Bienvenido, hace cuánto que no te veíamos!- tomé asiento en la barra.
-¿Verdad? Hemos estado muy ocupados este último tiempo afortunadamente, pero ayer y hoy nos tocó fecha aquí y ahora que tengo tiempo quise pasar a llenarme el estómago antes del ensayo-
-¿Lo mismo de siempre?-
-Sí señor- asintió con una sonrisa marchándose a la cocina.
Mientras preparaba el platillo continuamos hablando un poco a los gritos, pero como no había nadie más que yo en el lugar no nos preocupó:
-¿Cómo están tus compañeros? Qué raro no estén todos juntos-
-Nos separamos en grupos así que cada grupo fue por su lado a pasar la tarde-
-¿En grupo? Pero si estás solo- rió.
-Bueno… sí, pero por decisión propia- reí. De mí mismo.
-¿Les está yendo bien? ¿Dónde tocan hoy?-
-En el Shibuya REX, y mañana en Hokkaido-
-¡Oh! Tienen una agenda atareada. Me alegra que les vaya bien- sonreí- Pero recuerden darse tiempo para descansar bien también, que la salud es muy importante y ustedes son jóvenes aún-
-Mm… si bueno…- torcí la expresión- Hay uno de los chicos que no está en su mejor condición actualmente así que intentamos no sobre exigirnos- salió de la cocina.
-¿Cuál de ellos?-
-Aki, el vocalista-
-¿Qué le ocurrió?- pareció genuinamente preocupado lo cual me enterneció.
-No estamos seguros, aún no le entregan los resultados de los estudios pero lo más probable es que se haya lastimado la garganta-
-Oh… pobre niño. Las lesiones en la garganta son dolorosas y muy molestas- asentí- Espero se haga tratar pronto y no sea nada más que una lesión- alcé la vista instantáneamente con una preocupación que me inundó de repente.
-¿Más que una lesión?- volvió a la cocina.
-Claro, no sea cosa que deba someterse a alguna cirugía o algo por el estilo-
Me quedé atontado.
No estaba seguro de si a Aki y al Jefe les había ocurrido, pero al menos a mí, en ningún momento se me cruzó la idea por la cabeza de que existiese la posibilidad de que tuviese que someterse a algún proceso quirúrgico o algo parecido. De pronto esa preocupación que nació producto de tal comentario se instaló en la boca de mi estómago:
-Aquí tienes- apareció nuevamente con una sonrisa de oreja a oreja dejando frente a mí el plato que había ordenado.
-Gracias…- apenas pude responder.
Aunque la verdad ya no me apetecía comer.
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Bastante antes de que diesen las 6pm yo ya me encontraba esperándolos en la entrada trasera del local. Los primeros en llegar fueron Nao, Tamon y Kuruto:
-Que temprano volvieron- los recibí.
-Lo mismo te digo- habló Kuruto.
-¿La pasaron bien? ¿Con quiénes se encontraron?-
-Con Sora y Saz- entramos al lugar mientras ellos me contaban qué hicieron durante la tarde.
Aunque aún no era el horario pautado, ya que estábamos casi todos ahí optamos por comenzar a ubicar ciertas cosas, probar sonido, hacer ajustes y etc que terminaríamos de retocar una vez llegaran los otros dos:
-¡Muy bien! Me gusta que sean tan trabajadores y responsables- su vocecita molesta inundó el lugar.
-¡Mal! Se supone que tienes que estar antes que nosotros si eres el Jefe, ¿qué clase de ejemplo eres?- bromeó Tamon-¿Dónde está Aki?-
-Fue a buscar algo para beber a la máquina de la vuelta- sonrió en mi dirección. Esa sonrisa obviamente cómplice que no me gustaba para nada- Heihei, sé buen líder y ve a buscarlo que se está tardando demasiado-
-Déjalo en paz…- rodé los ojos.
-Shohei- pero su tono seco me dijo que hablaba en serio- Por favor-
Bufé.
La mezcla de sentimientos que tenía hacia él por todo lo que había pensado durante la tarde me jugaba en contra en ese momento y no quería que fuesen un desencadenante de una discusión o tensión estúpida entre los dos. Menos a nada de que empezara el show. Para que no fuese obvio el que me habían enviado por él, me encendí un cigarrillo metros antes de encontrarlo bebiendo un té mirando a la nada misma:
-¿En qué piensas?- pregunté como si nada sacando un billete para comprar un energizante. Me miró ligeramente sorprendido.
-En que espero salga todo bien hoy…-
-Si no haces tú prueba de sonido dudo eso pase- abrí la lata.
-Si…- alcé una ceja, no esperaba esa respuesta, de hecho vi venir casi con seguridad algo hiriente.
-¿Pasa algo?-
Lo miré con detenimiento, porque aquella expresión de suma preocupación e impotencia pocas veces la había visto en él. Rápidamente lo que había dicho el viejo volvió a mi mente, planteándome el peor de los escenarios y estrujándome el estómago:
-Ey…-
-Me siento inquieto, es solo eso- calló. Yo no quise insistir tampoco.
Bebimos lo que quedaba en nuestras latas y tras apagar el cigarrillo decidimos volver al lugar. No me atrevía a decirle nada. No sabía qué decirle, ni cómo decirlo… y tampoco me nacía hacerlo.
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Durante el tiempo que estuvimos preparándonos en los vestuarios mientras la gente llegaba y se ubicaba, Aki se mantuvo notablemente distante de todos y en silencio. Hecho que obviamente a todos les llamó la atención:
-¿Se siente bien?- Nao se acercó a mí y me preguntó en susurros. Muy obvios por cierto ya que Aki estaba a pocos metros de nosotros. Rodé los ojos.
-Sí, seguro solo está nervioso como todos en este momento-
-¿Estás seguro?- se cruzó de brazos no creyéndome del todo. Asentí.
Faltando pocos minutos para salir, nos reunimos en la antesala al escenario a darnos las últimas palabras de aliento y juntar las manos como hacemos habitualmente. Pero a diferencia de siempre, esta vez Aki no habló.
Antes de que saliéramos quise de alguna forma demostrarle mi apoyo y calmarlo, no obstante lo único que me nació hacer fue palmear su espalda y mirarlo con cara de circunstancia, acto no muy efectivo para ese tipo de situaciones creo yo.
Me maldije internamente.
Y si bien al momento en que salimos su cara y actitud cambiaron drásticamente haciendo de cuenta que nada ocurría, a medida que las canciones pasaban, su voz comenzaba a traicionarlo nuevamente… Tamon se dio cuenta de ello, e incluso mucho antes de que yo mismo reaccionara para ayudarlo, él ya se encontraba gritando por su micrófono para evitar que se sobre esforzara cantando. Nao me miraba extrañado y Kuruto miraba de la misma forma a Aki.
Sentía que todos nos miraban de forma extraña. Me pregunto si realmente nos veíamos como nos percibíamos nosotros mismos.
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-Lo siento mucho…- se disculpó con todos nosotros mirándonos directamente a los ojos.
-No tienes que disculparte por nada - Nao lo abrazó queriendo demostrarle su completo apoyo.
Tamon se les unió al abrazo, mientras que Kuruto no levantaba la vista del suelo y apretaba los labios sin dejarme entender del todo qué clase de pensamientos pasaban por su cabeza:
-Ya, ya… tampoco fue tan terrible, y deprimirnos no va a ayudar en nada- palmeó el hombro Aki y Tamon- Vamos a comer que seguro deben estar muy hambrientos- sonrió.
Pero nadie le correspondió.
Queriendo acabar el día de la mejor forma que nos fuese posible más allá de todo lo que había ocurrido, decidimos que en vez de salir todos juntos a comer, terminaríamos la noche temprano y cada uno podría volver a su casa al menos a pasar la noche cómodamente antes del viaje que nos esperaba en la madrugada.
Nao y Tamon se fueron por su lado, Kuruto y Aki siguieron camino juntos porque viven cerca, y Goemon y yo caminamos un par de metros a ningún punto concreto simplemente para poder dialogar:
-Te veo estresado- no contesté- Y apesadumbrado-
-Mi cabeza no da más- suspiró.
-¿Qué te dijo?-
-Solo que estaba inquieto- rodé los ojos- Estoy casi seguro de que le ocurría algo más. ¿Tú sabes qué?- me ignoró con una sonrisa.
-Heihei… Aki necesita descansar-
- Lo sé, ¿pero cómo haremos sin él?-
-Cómo haremos…- repitió dudoso- No sé… no sé qué haremos-
-Ninguno de nosotros sabe cantar lo suficiente como para suplir a Aki-
-Tampoco podemos cancelar el tour, la mayoría de las presentaciones están vendidas por completo-
-....- sentía su mirada sobre mí de forma expectante- Dame tiempo para pensar qué hacer- suspiró negando con la cabeza- En fin, me voy, estoy agotado-
-Nos vemos en el estudio por la madrugada- asentí- Intenta descansar-
-Tú también- nos despedimos.
Antes de ir a mí casa supe que sería necesario pasar por la tienda y comprar unas cuantas cervezas para poder dormir, otra vez.
No quería pensar en futuras presentaciones, siquiera en el show de mañana. Yo estaba dispuesto a cubrir a Aki pero aunque yo tuviese la predisposición, ¿estaría eso bien? ¿Era correcto tan solo intentar seguir sin él? ¿Era justo para los fans, quienes habían pagado para ver a la banda completa?
Tantas cosas cruzaron por mi cabeza que realmente no me apetecía hacer hincapié en ninguna.
Bebí las latas compradas una tras otra mientras buscaba quién sabe qué para mirar en la televisión, a pesar de que difícilmente encontraría algo a esa hora, hasta que casi terminando la 5 lata empecé a sentir los placenteros efectos del alcohol...:
-Sueño ven a mí…- me acomodé en el sillón de forma que si me quedaba dormido repentinamente, de mañana no me despertara contracturado.
Entonces mi teléfono sonó:
-¿Ah?- lo saqué de mi bolsillo mirándolo extrañado.
El número era el de Aki:
-¿Si?- tardó en responder.
-Hola- masculló.
-Te hacía durmiendo ya-
-Suenas ebrio- rió tímido, lo que involuntariamente me sacó una sutil sonrisa- ¿Estabas por dormir?-
-Sí y no, eso lo decide el alcohol - me tiré hacia atrás contra el respaldo- ¿Pasó algo que llamas a esta hora?- más silencio- El Jefe me dijo que necesitas descansar, ¿hablaron algo al respecto?-
-Esta tarde fuimos a buscar los resultados a la clínica- involuntariamente contuve la respiración.
-¿Y qué te dijeron?-
-Parece que no voy a poder seguir cumpliendo con la agenda. Necesito reposo absoluto sí o sí, cuanto antes, si no quiero que esto empeore- su voz sonaba apagada.
-¿“Cuánto antes” sería…?-
-Desde mañana- me quedé mudo. ¿Mañana mismo?- Pero… no quiero, o al menos no tan pronto…-
-¿Qué te dijeron que tienes?-
-Nódulos. No es tan grave como para tener que operarlos, pero tampoco nada como para descuidarlo. Principalmente porque mi voz no sonará en condiciones hasta que me recupere por completo- cerré los ojos con cansancio un instante- Lo siento…- susurró- No puedo prometerles acabar el tour pero al menos-…-
-Nada- lo interrumpí- Al menos nada. Desde mañana te quiero encerrado en tu casa descansando-
-¿Qué?-
-¿Qué? ¿Vas a hacer berrinche por ello?-
-¿Qué dices? ¿Y qué harán ustedes a último momento? Shohei no es justo para nadie eso- alzó la voz.
-Nada es justo en la vida- repentinamente todas las preguntas que me atestaban hacía unas horas se solucionaron- Nosotros nos las arreglaremos, no te preocupes. Mejor preocúpate por recuperarte lo más rápido posible. Preocúpate por ti al menos una vez-
-No digas estupideces…-
-¿Te parece una estupidez tu salud?- fruncí el entrecejo.
Odiaba que se importara tan poco él mismo.
-Yo hablaré con los demás si quieres- no respondió- Yo te hago ese favor y tú me haces el favor de cuidarte, ¿trato?- creí que había cortado la comunicación- ¿Aki?-
Entonces lo escuché sollozar:
-Lo siento…- apenas lo escuché.
-¿Por qué lloras?-
-Impotencia… supongo-
-También me da impotencia que te haya ocurrido esto, porque sé cuánto te preocupas por todos y cuánto esfuerzo pones. Pero… lamentablemente no hay nada que pueda hacer por ti- fruncí el entrecejo- El único que puede resolver sus problemas eres tú. Solo tú eres dueño de tu vida y solo tú puedes hacerte feliz de verdad - relajé la expresión- Y no hablo solo en esta circunstancia… Créeme que si pudiese solucionar tu vida yo, ya lo habría hecho hace mucho… pero las cosas no funcionan así-
Fijé la vista en el cielorraso sin decir más. Ninguno agregó nada, tan solo lo escuché sollozar un poco más dándole tiempo para que se calmara:
-¿Estás bien…?- balbuceé.
-Si- sonaba mucho más calmado ahora. Suspiró- Gracias…-
-Más que un “gracias”, me gustaría verte bien- no respondió- Imagino que debe ser difícil para ti pero… prometo estar allí siempre que necesites a alguien en quien apoyarte. Quizá no sea la mejor opción- reímos- Pero puedo asegurarte que ahí estaré-
-Si… Me iré a dormir entonces- sentí su respiración pesada- Ya que no iré con ustedes al menos quiero verlos en la mañana y hablar un poco con cada uno antes de que se marchen- en cierta forma eso me tranquilizó.
-Me alegra escuchar eso-
-Descansa, nos vemos más tarde-
-Igualmente- esperé a que él colgara para colgar yo también.
Siendo completamente honesto en el fondo me sentía muy avergonzado de lo que había ocurrido, de no haber estado ebrio probablemente nunca le hubiese dicho todo aquello. Rara vez era completamente abierto a decir lo que sentía… pero creí completamente necesario que lo supiera.
Lo bueno fue que a la vergüenza la acompañó un inexplicable alivio que me relajó totalmente. Dejando el teléfono nuevamente en el mi bolsillo, me tiré de costado a lo largo del sillón y en cuestión de segundos, aparentemente me quedé dormido.