Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dilemma por UniPandaHamster2

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

A pesar de que había imaginado hasta el peor de los escenarios muchas veces, jamás pensé que realmente sucedería. Pero pasó, mi voz me abandonó de la peor forma.

 Faltaba tan poco, estábamos a nada de dar por terminado el show y sin embargo tuvo que ocurrir, haciéndome creer que todo mi esfuerzo hasta el momento fue en vano. Me sentí abochornado, y porque me sentía avergonzado de mí mismo intencionalmente miré a mis compañeros a mis lados buscando sus miradas, las cuales en mi mente juraba me miraban con el mismo sentimiento.

 Aunque obviamente no fue así, ellos no eran así:

-¿Aki?- leí de los labios de Nao que era quien se encontraba más cerca de mí y me miraba con preocupación.

 Ellos no dejaron de tocar en ningún momento e inclusive de pronto escuché la voz de Tamon seguir con la canción cubriéndome. Shohei le siguió la corriente en tanto Kuruto se acercó a mí indicándome que moviese la cabeza con él.

 Llevábamos toda la semana distanciados con Kuruto, sabía que él estaba molesto por mis recientes actitudes y no lo culpaba. Aún así… aún habiéndome comportado como un idiota con todos…

 Me sentí tan protegido:

-Ey, ¿estás bien?- Shohei corrió detrás de mí para alcanzarme al verme huir del escenario. No quería afrontarlo, pero no me dejó más opción cuando tomó mi hombro obligándome a detenerme. Me extendió su botella de agua sin dejar de verme con la mirada llena de preguntas.

-Gracias- me limité a responder.

 Mis piernas temblaban, estaba sumamente agitado, me daba vueltas la cabeza y los oídos me estaban matando.

 De camino al vestuario me tope de frente con Goemon:

-Estuviste bien, no te aflijas demasiado- me sonrió amablemente pero no pude corresponderle- ¿Me acompañas un momento?-

.

.

.

 -¿Estás adolorido?- nos quedamos en la salida trasera del lugar.

-Mucho, quiero irme-

-Hiciste un buen trabajo… pero imagino que ambos entendemos que ya no puedes seguir así, ¿verdad?- lo miré sorprendido y confundido- No quieras ser terco-

-No haré lo que sea que estés sugiriendo que haga- planté la vista en el suelo. Mi voz sonaba decidida pero no estaba seguro de que mi semblante lo reflejara.

-Si te pones terco no llegarás a ningún lado, sabes que esto puede terminar mal. Además… ¿no te parece que ya bastante preocupados los tienes a los demás?- me mordí el labio inferior.

-No es necesario que te esfuerces, ya bastante mal me siento al respecto-

-Entonces deja de ser egoísta- lo miré con mala cara- No te estoy retando, estoy haciendo mi trabajo como Jefe porque viéndote actuar, claramente no tienes intenciones de cuidarte ni cuidarlos-

-Me voy, estoy muy agotado. Buenas noches-

.

.

.

 Llegué a mi casa tan solo pensando en tomar todos los calmantes que encontrara para apaciguar el dolor y así poder dormir. No quería saber más nada con nadie, con nada. Dejé el agua correr para que llenara la bañera en tanto me desvestía, y una vez llena me metí hasta cubrir mis oídos.

 Él tenía razón. Lo único que estaba haciendo con mi actitud egoísta era ocasionarles problemas y preocupaciones al resto. Ya había logrado que Kuruto se molestara conmigo, no quería hacer que el resto también se enfadara… Incluso el Jefe…

 Inevitablemente la angustia me carcomió al punto en que tuve que dejarla salir como hacía tiempo no ocurría.

 A la mañana siguiente me desperté con los rayos del sol dándome de lleno en la cara. No había siquiera llegado a mi cama, tan solo me desplomé en el sofá:

-Mm…- me tallé los ojos acostumbrando la vista a la luz del día y busqué mi teléfono en el sofá para mirar la hora.

 Inmediatamente me sorprendí al ver la cantidad de mensajes que tenía de cada uno de mis compañeros, además de llamadas perdidas y un mensaje de voz de parte de Shohei:

“Ya hablé con el Jefe y me dijo qué te fuiste a tu casa. Por favor… la próxima vez solo avisa cuando te vayas, Aki.”

 Suspiré frustrado, su voz sonaba muy molesta.

 Procuré intentar almorzar con la mente despejada, tranquilo. Hoy tendríamos el día libre y por ende no quería seguir agobiándome con eso, al menos no hasta que tuviese que afrontarlas sí o sí cuando los viese. Me senté frente al televisor para poder distraerme con cualquier cosa que encontrase entretenida mientras comía, pero por más que intentara no hubo caso, se me hizo imposible. Empezando porque dolor en el cuello y los oídos aún me martirizaba.

 El hecho de que el dolor no desapareciese ya ni con calmantes comenzaba a alarmarme. Cada día que pasaba mi voz sonaba notablemente más ronca. Me sentía sumamente fatigado aunque durmiera toda la noche, algo que para colmo pocas veces conseguía. Y últimamente tenía la sensación de tener algo atorado en la garganta todo el tiempo, especialmente cuando tragaba.

 Aparté el plato de arroz.

 En ese preciso momento me asaltó una nueva preocupación; ¿qué haría con nuestras próximas actividades si me veía obligado a tener que tomarme un receso? La agenda ya estaba planeada, no podía hacerles eso. Además, ese tour, el tour alrededor de las 47 prefecturas que nos esperaba a menos de una semana de distancia prometía muchísimo para todos.

 Estábamos tan entusiasmados…

 Yo estaba tan entusiasmado…

 Revisé los mensajes de cada uno de ellos y todos decían exactamente lo mismo; “¿Dónde estás? Por favor llama cuando llegues. ¿Te encuentras bien? ¿Necesitas algo?” Me sentía patético preocupándoles de esa forma, y me sentiría más patético si les llegaba a fallar dejándolos solos en el tour, posponiéndolo, o peor, teniendo que cancelarlo. Instantáneamente al pensar en ello fruncí los labios y el entrecejo muy molesto conmigo mismo, pero decidido a que eso no podía ocurrir.

 No podía.

 No debía.

 Procuré ejercitar mi voz durante esa semana de ensayos y evité usarla en casos innecesarios para no dejarme en evidencia y con propósito de estirar aquello cuanto más pudiese. Me hice la idea de quizá, si ejercitaba, descansaba bien y no la irritaba demasiado, todo volvería a la normalidad o al menos podríamos llevar el tour adelante sin mucho problema.

 Poco a poco con el transcurrir de los días los ánimos entre nosotros se fueron destensando al punto de sentirse todo casi con total normalidad nuevamente. Kuruto parecía ya no estar enfadado, pero por otro lado…:

-Qué callado te encuentras últimamente- me topé con la mirada de Shohei fija en mí. El resto había salido a fumar y buscar algo para tomar durante el descanso mientras nosotros dos nos quedamos esperándolos en el estudio.

 Aún tenía a Shohei muy pendiente de mí.

 Lamentablemente Shohei era muy perceptivo, como buen líder que quería ser, y muy cargoso, como buen líder que era. Por tanto cuando percibía que alguno se comportaba extraño o necesitaba algo intentaba estar siempre allí para poder ayudarlo.

 Todos apreciábamos eso de él, excepto yo en este momento:

-No es nada- mascullé lo más bajo que pude pero lo suficientemente alto como para que me escuchara.

-No te creo- nos miramos- Después de lo que ocurrió la última vez y de lo que me dijo Goemon ese misma mañana mientras nos dirigíamos al recinto, no te creo- me asusté.

-¿Qué te dijo?- me tensé, gesto que no pasó desapercibido para él y me lo hizo notar con una sonrisa burlona.

-Nada concreto, pero lo suficiente como para entender que sí te ocurre algo- se colocó serio.

 Afortunadamente en ese momento en que me sentía acorralado por sus ojos entraron los demás:

-¿Interrumpimos algo?- preguntó Tamon tímidamente.

-Nada, solo hablábamos- respondió dándose la vuelta- ¿Me trajiste el café que te pedí?- cambió el tema drásticamente y ninguno volvió a decir nada al respecto.

 Me urgía escaparle.

 .

.

.

La misma noche anterior a la fecha del tour nos quedamos todos hasta tarde en el estudio haciendo los últimos arreglos a todo. Teníamos la mayor parte de las cosas solucionadas, pero al ser nuestro primer tour grande, nos sentíamos completamente nerviosos e inseguros. Sentíamos que nunca eran suficientes arreglos, que todo podía quedar mejor:

-Estoy muy cansado ya Shoheeeei- se quejó Nao estirándose sobre la mesa ahogando un bostezo en su mano.

-Vayan yendo ustedes, mañana ultimamos detalles una vez estemos en el recinto- sin dudarlo Nao se colocó de pie y él lo siguió Tamon.

-¿Te quedarás más tiempo?- Kuruto lo miró ligeramente preocupado- Tienes que dormir también, especialmente porque te toca conducir mañana-

-Solo un rato más-

-Me quedo hasta que te vayas-

-No es necesario- me puse de pie para retirarme también- No es necesario porque se quedará Aki conmigo- volteé a mirarlo rápidamente con sorpresa.

-¿Qué?- pregunté. Kuruto me miró sin hablar.

-Ya- se puso de pie- Si te quedas con él me voy entonces-

-¿Qué?- volví a repetir como si no entendiese.

-No se vayan sin el otro- me miró especialmente a mí- Nos vemos mañana-

 Y entonces sin que pudiese oponerme o ninguno de los otros preguntara nada, nos dejaron solos.

 Rápidamente me sentí muy molesto:

-¿Por qué hiciste eso?- reclamé.

-¿Qué cosa?-

-¿Por qué estás tan empeñado en molestarme?- alcé la voz irritado.

-No me grites, ¿tanto te molesta quedarte conmigo?-

-Sabes que no te diré nada si es lo que tanto te tiene ensañado. No es asunto tuyo Shohei- arrastré su nombre con toda la ira que sentí en ese momento.

Me miró varios segundos sin expresión alguna:

-Entiendo- bajó la vista- Puedes irte si quieres. Procura descansar. Nos vemos mañana- y no volvió a mirarme.

 Salí de allí cerrando con molestia la puerta detrás de mí, y tras apenas salir, me sentí completamente estúpido.

 ¿Por qué me costaba tanto dejar que se acercase a mí?

 Estaba seguro de que no lo hacía con mala intención ni mucho menos, pero el solo pensar que… que de alguna forma me vería vulnerable para él, para todos, me asustaba.

 Muchas veces me había sentido de esa forma y varias de ellas las habían aprovechado para humillarme…

.

.

.

-…- miré hacia arriba cuando escuché la puerta abrirse, topándome de lleno con sus ojos y aquel semblante serio- ¿Qué haces aquí afuera?- me levanté.

-Te esperaba…-

 Me sentí tan mal por como lo había tratado sin justificación que no pude volver a mi casa, en su lugar decidí sentarme en cuclillas junto a la entrada del estudio a esperar a que saliese. No quería irme de allí sin antes disculparme, pero tampoco me atrevía a volver a entrar:

-Hubieses entrado, hace frío aquí. ¿Qué hacemos si te enfermas? No puedes dejar que se te joda la voz- aunque sonaba enojado, aquello último me hizo sonreír ligeramente. Qué ironía- ¿Qué te hace gracia?-

-Solo quería disculparme contigo, pero veo sigues muy molesto-

-Por supuesto que estoy molesto- metió las manos en los bolsillos de su campera mirándome desde su altura con notable enojo.

-Por eso me estoy disculpan-…-

-Aki- lo miré inseguro- No sé qué rayos te pasa que estás tan a la defensiva, pero sea lo que sea, si no vas a confiar en nosotros, al menos intenta guardártelo para ti. Los ensayos han sido espantosos estas últimas semanas por culpa de la tensión que hay entre todos, no quiero que se vuelva a repetir- me sorprendí. Pocas veces usaba su tono de “líder”, tan autoritario, para remarcarnos las cosas que no le gustaban. Aunque podía parecer severo, Shohei intentaba darnos la mayor libertad posible en todo lo que pudiese y era muy permisivo con todos además de comprensivo.

 No negaría que el que me hablase de esa forma se sentía horrible. Juraría que hasta dolía de cierta forma:

-Créeme que no me agrada para nada tener que tratarte de esta forma pero nos lo estás poniendo difícil a todos, especialmente a mí. Sé que no somos tan cercanos como lo somos con el resto, quizá siquiera y podemos decir que tenemos una amistad, pero más allá de eso no dejas de ser mi compañero. Te respeto y te aprecio, y porque te respeto y te aprecio también me preocupo. Sin embargo ya entendí que no importa cuánto me preocupe, no voy a lograr acercarme a ti si tú no me dejas. No voy a seguir insistiendo, no es mi intención incomodarte, pero por favor, no mezcles tus asuntos con la banda si no nos incumben-

 Me quedé perplejo.

 Al no lograr atinar a decir nada y luego de varios segundos en completo silencio, lo escuché suspirar:

-Acepto tus disculpas- sentí una de sus manos en mi cabeza con suavidad- Ahora vámonos de acá o nos terminaremos enfermando los dos- lo sujeté del antebrazo antes de que se alejase más de mí- ¿Qué?-

-Le conté al Jefe de esto porque sentía que debía recurrir a alguien- sentí mi garganta cerrarse probablemente por la vergüenza que me daba, pero ya había hablado, no me iba a echar atrás. Me di la vuelta para volver a verlo de frente- Me aconsejó ir a hacerme estudios para estar seguros de qué decisión tomar más adelante y…-

-¿Estudios? ¿Estudios de qué?-

-Creo que mi voz no está bien- su expresión se afligió- Hace tiempo no suena bien, tengo muchos dolores, incomodidades, me cuesta mucho mantener el ritmo en los lives…-

-Aki…-

-Pero- fruncí el entrecejo y apreté los labios. ¿De verdad me pondría a llorar? No quería hacerlo justo ahí, frente a él- ¡Pero no quiero siquiera ser capaz de comenzar el tour!- alcé la voz sin querer- Lo siento es que… Goemon me pidió que me tomara un receso durante algunas fechas hasta que los síntomas disminuyeran y estuviésemos seguros de qué era y qué tratamiento debía seguir. Yo no quiero hacer eso- negué con la cabeza- Venimos preparando todo esto con tanto esfuerzo, todos estamos tan entusiasmados y justo ahora…- apreté los puños.

-Ey- apoyó sus manos en mis hombros- Oye no te castigues, no es tu culpa-

-Sé que no lo es… del todo…- balbuceé.

-Ni del todo ni nada, son cosas que pasan. Si tienes que descansar, descansarás-

-¡No! Exactamente por esto no quería decirles a ustedes. No quiero que eso sea una opción para este tour, ¿qué pasará si eso ocurre?-

-Es un asunto mayor, tan solo los pospondremos o…- dudó- No sé… de alguna forma nos las arreglaremos. Pero definitivamente poner en riesgo tu salud no es opción-

-Seguramente solo tenga la garganta irritada de tanto gritar y cantar sin parar, no hay necesidad-

-¿Y si no?- frunció el entrecejo. Me soltó con suavidad y de la misma forma relajó su rostro.

-Por favor Shohei…- bajé la cabeza.

-¿Cuándo te darán los estudios?-

-En estos días-

-¿Estás seguro de que podrás aguantar hasta que sepamos qué tienes?- rápidamente lo miré sorprendido. Asentí seguro. Él volvió a suspirar- Pero una vez que sepamos qué es, no quiero oír quejas sobre lo que se decida-

 Me mordí el labio inferior.

 Esperaba que un milagro ocurriese.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).