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Mascota por anonimo0219

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Vincent y Leónidas estaban desesperados buscando a sus hijos, se encontraban asustados de lo que podría hacerle la loca de Rachel, tenían que moverse rápido ya que el tiempo es crucial.


Los policías no tenían suficiente información para dar con su paradero, la motivación de encontrarlos con vida disminuía; y aún más, al tener referencias del secuestrador.


Rachel se había alejado, dejando a Ciel y Sebastián solos, mientras ella dormía en otra habitación, ya no tenía nada más que decirle al azulino; después de todo, ya había aceptado ser parte de su plan, por ahora se centraría en descansar para tener energía y así actuar cuando sea el momento apropiado.


Ciel seguía buscando con su mirada una manera de salir de ese lugar, mientras Sebastián seguía inconsciente, de repente escucho un ruido extraño, al alzar la mirada descubrió que en aquella habitación, había un ducto de ventilación abierto, sospecho de que fuera una trampa; pero luego entendió, que posiblemente su madre no tenía la capacidad mental en ese momento para planear algo así, por lo tanto aquel ducto debió ser abierto por alguien más, aunque no sabía si podía confiar o no en esa persona desconocida, o cuales eran sus intenciones al dejarlo abierto a propósito, pero igual lo usaría, no perdería nada ahora, lo único que falta sería quitarse sus cuerdas y las del azabache.


Sebastián despertaba, observando el lugar desconocido en el que se encontraba y al darse cuenta que estaba amarrado a la silla, se asustó de inmediato, por lo que al azulino intento tranquilizarlo.


— Tranquilízate Sebastián, la vas a despertar — susurro en voz baja, llamando la atención del azabache, quien se relajó un poco; pero al ver a Ciel, se volvió a preocupar debido a su cabello corto, mirándolo con preocupación — Debemos liberarnos para huir por ahí — volvió a susurrar, mientras miraba hacia el ducto de ventilación, logrando que el azabache entendiera de inmediato lo que pretendía, asintiendo con la cabeza.


Ambos empezaron a mover sus manos, con el fin de soltar las cuerdas, pero ellas no se aflojaban ni un poco, por lo que decidieron buscar algo en esa habitación que les permitiera liberarse.


Pero antes de encontrar algo, escucharon ruidos dentro del ducto como si alguien viniera, siguieron observando, hasta que por el bajaban dos de los hombres que ayudaron a Rachel a secuestrarlos, aún cubiertos para que no los reconocieran, se acercaron con una navaja a los dos chicos amarrados, asustándolos de inmediato.


— No teman, vinimos a soltarlos — Ciel reconoció la voz de uno de los encapuchados, relajándose de inmediato; en cambio, Sebastián seguía asustado, pero no lograba hacer nada para liberarse por sí solo, por lo que decidió esperar a ver qué hacían los desconocidos.


El primero en ser soltado fue Ciel, quien se le acercó al que iba soltar a Sebastián para pedirle la navaja y hacerlo el mismo, esperando que el azabache se calmara cuando lo viera liberarlo, así después de un rato ambos estaban libres.


— Ahora debemos salir por aquel ducto de ventilación, irá primero uno de nosotros, luego ustedes dos y al final el último de nosotros, para que no se vayan a perder y poder salir más fácilmente — todos asintieron, aunque el azabache aún estaba preocupado, por lo que decidió que el iría detrás de Ciel, para protegerlo.


Una vez dentro del ducto de ventilación, se deslizaron con cuidado, siendo guiados por uno de los encapuchados, durante un tiempo, hasta que por fin lograron salir al callejón al lado del edificio.


— Bien, ahora que logramos salir de ahí, me pueden explicar que hacen aquí y vestidos así — pregunto el azulino a los dos encapuchados que los habían ayudado a salir del lugar.


— Ahora entiendo porque estabas tan calmado, así que nos reconociste, no podemos engañarte tan fácil — ambos chicos se quitaron las capuchas revelando su identidad y en ese momento Sebastián reconoció a los dos amigos de Ciel, que había distinguido cuando fue a buscar al azulino con Alois y lo encontró en una cafetería.


— Violet, Dagger ¿Que hacen aquí? — volvió a preguntar, queriendo saber la razón por la que habían ayudado a secuestrarlo.


— Lo siento jefe, sucede que días antes, esa mujer había estado preguntando a varios estudiantes de nuestro colegio, que son conocidos por ser delincuentes y líderes de pandillas, para que la ayudarán a secuestrar a un joven y en el momento que les mostró una de las fotografías, ellos lo reconocieron y nos contaron, por eso ideamos un plan, para capturarla primero, nuestro grupo accedería a hacerlo y usaríamos capuchas para que no nos reconociera y una vez ella se durmiera o se alejara de ustedes, nosotros entraríamos y los sacaríamos para llamar a la policía y tenderle una trampa — termino el relato el joven Violet.


— Entiendo, ahora debemos aprovechar que está dormida, para comunicarnos con la policía e informarles lo sucedido — decía el azulino, observando cómo su rubio amigo empezaba a llamar a la policía.


— Pero debemos evitar que escape, así que yo creo que debemos inmovilizarla de inmediato, con el fin de que no pueda escapar — ante lo dicho por su amigo, el azulino decidió que tenía razón, así que todos se adentraron de nuevo y observaron a la mujer dormida, agarraron una cuerda y con cuidado empezaron a amarrarla; pero la mujer despertó y empezó a forcejear con ellos, así que Violet saco un trapo y una botella de escopolamina, la misma que había usado en Ciel y Sebastián, cuando los secuestraron, así que rápidamente lo coloco en la cara de la mujer, para que ella pudiera olfatearlo y así quedara inconsciente, facilitando amarrarla.


Después de hacerlo se comunicaron con las autoridades, quienes no tardaron en llegar a la escena, entrevistando cada uno para conocer los hechos e identificar los antecedentes de la mujer, los trasladaron a todos a la estación de policía más cercana y les permitieron informar a sus familias.


Después de ser capturada Rachel, debido a que la encontraron inconsciente, fue llevada a una clínica para revisar su estado de salud, mientras los dos jóvenes se comunicaban con sus familias, para que fueran a recogerlos en la estación de policía.


— Sebastián... lo siento — susurro suavemente Ciel, pero lo suficientemente fuerte para que el azabache lo escuchará.


— No es tu culpa — le contesto de la misma manera.


— Si lo es... Nunca debimos conocernos Sebastián, de esta manera no hubieras sido secuestrado y no te habrías visto envuelto, en toda esta situación con mi madre — el menor intento agarrarse su cabello largo con su mano, en un acto de nerviosismo, recordándole lo descuidado que estaba, después de haber sido cortado violentamente, por la mujer, en un intento de que se pareciera a su hermano, causando que su expresión se entristeciera.


— Ciel... No me arrepiento de haberte conocido y de todas las situaciones que pasamos, de lo que si me arrepiento fue de no darme cuenta, que la persona que siempre he amado eres tú y de haberte lastimado con Alois, tu eres un chico increíble que afrontó muchas situaciones por sí mismo, yo te amo Ciel y está vez no volveré a decir esas palabras a alguien más, porque estoy seguro que mi vida no sería la misma, si no estás a mi lado y si no nos hubiéramos conocido, yo sería la persona más infeliz del mundo, junto a alguien que solo está conmigo por interés... te amo demasiado Ciel — miraba con una sonrisa cálida al menor, intentando transmitirle sus sentimientos de amor, mientras el otro lo correspondía.


— Sebastián... Yo... También te amo — se abrazaron felices de estar juntos por fin, después de tantas dificultades.


— Hum — un carraspeó de garganta los hizo separarse, para observar a un azulino muy parecido a Ciel, con una mirada de odio. 

Notas finales:

He vuelto después de tanto tiempo espero hayan disfrutado el capitulo me disculpo por la tardanza y por los errores de ortografía que pudieron encontrar hoy me voy a esforzar en terminar de editar varios capítulos espero los disfruten.


Gracias...


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