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Mascota por anonimo0219

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Notas del capitulo:

Los dejo para que disfruten del capitulo...

Gracias...

Ciel se acercó a Sebastián, tomado su corbata en su mano, lo dirigió a la cama donde lo arrojó sin cuidado, para subirse encima de él.


— Joven amo — ronroneo en su oreja, antes de morderla, sacando un gemido al mayor — Soy Ciel — dijo mientras empezaba a dejar pequeños besos y lamidas lentamente, en el cuello y parte de la cara, excitando al azabache.


— d..d.dete..te ah — salían suspiros y pequeños gemidos de su boca, estaba sorprendido, no entendía que pasaba, solo sentía como aquel hermoso chico, porque se había dado cuenta que era un joven, lo tocaba de esa manera tan sugerente.


— Joven amo, ¿le desagrada lo que hago? — decía agarrando las manos del azabache, para pasarlas alrededor de su cuerpo lentamente, permitiendo que disfrutara de su tacto.


— ¿Qui..quien e.eres? —  volvió a preguntar el azabache al azulino, mientras con la mirada, recorría el cuerpo del menor.


— Soy tu regalo de cumpleaños.. puedes hacer conmigo lo que desees, soy tuyo— decía el azulino en un ronroneó, dejando que el azabache recorriera con sus manos su cuerpo y permitiendo, observar su rostro con mayor claridad, dejando al azabache hipnotizado con sus ojos bicolor.


— Ciel — susurro lleno de deseo, para empezar a quitarle el kimono al pequeño azulino y apreciar su cuerpo, que aún estaba sobre el, quitándole la camisa.


— Sebastián, deja que te de placer — al decir eso el azabache gimió, al sentir como el azulino tocaba su entrepierna por encima del pantalón, sobandola despacio, para terminar de despertar el miembro.


— ah.ah. Ciel... Más ra..rápido ahh — el azabache ya no pensaba en nada, solo en aquel joven de belleza incomparable, sobre el.


Ciel decidió bajar la cremallera del pantalón, para empezar a sacar el miembro del azabache y así acariciarlo con sus manos, mientras el mayor gruñía de excitación.


— ¿Quieres que use mi boca? joven amo — la voz del azulino salía con un tono seductor, mientras acariciaba lentamente el miembro del azabache de arriba a abajo, en un leve vaivén.


— s.s.si haz..hazlo, con tu b.boca, Ahh — gemía al sentir como su miembro era lamido por la lengua del azulino, de manera lenta, desde abajo hasta la punta, donde se detenía para besarle y hacer círculos con su lengua —mas... mas, ra.ra.rapido Ciel — el azulino obedeció al joven amo y de una mordida atrapo el miembro, para chuparlo rápidamente, sintiendo como se hacia grande en su boca, al ser la primera vez del menor, este se esforzaba por aparentar ser experimentado, sin saber que era la primera vez también de sebastian. 


Después de un buen rato chupando y lamiendo, ciel sintió como el mayor se contraía, anunciando que en cualquier momento se vendría, pero el sabia que no terminaría ahí, por lo que con su mano decidió irse preparando, mientras el mayor lo veía con deseo, así que se detuvo antes de que el azabache terminara y se subió en sus piernas.


— Quieres prepararme, Sebastian — pregunto con una sonrisa, cargada de lujuria, mientras el azabache se relamía los labios, para agarrar al menor y arrojarlo a la cama, subiéndose sobre el. 


— Ahora dirijo yo — finalizo besando por primera vez los labios del azulino, los cuales tenían un ligero sabor a chocolate que le gustaba; desde hace rato estaba incitado a hacerlo, pero no había logrado acercarse lo suficiente; el menor, le permitió tomar el control, dejándose llevar en un beso tierno, donde sus labios se posaban suavemente, haciendo presión entre los dos; al pasar el tiempo, aquel contacto no era suficiente para ellos; por lo que, se fue convirtiendo en uno mas húmedo, cuando el mayor saco su lengua y lamió suavemente los labios del azulino, pidiendo su permiso para explorar su boca, siendo aceptado de inmediato, fundiéndose en un fuerte abrazo; y así, sus lenguas danzaban, la saliva se combinaba, sentían como el aire se escapaba de sus pulmones y su temperatura corporal iba en aumento, por lo que después de un tiempo se separaron lentamente sin deshacer el abrazo por completo, dejando que solo un hilo de saliva los uniera, junto a una expresión impregnada en deseo. 


Luego de que los dos estuvieran completamente desnudos, Sebastian decidió empezar a preparar al azulino, así que bajo dejando pequeños besos y marcas en la piel desnuda del menor, sacando leves suspiros de placer, para detenerse en los pezones, donde succiono y mordió causando una ligera hinchazón en los dos botones rosa y un gemido por parte del azulino.


 Luego decidió bajar, recorriendo con su lengua la cintura del menor, dejando un camino de saliva y así detenerse frente al miembro del doncel, levanto un poco sus piernas, dejando a la vista su rosada entrada, se mordió el labio antes de empezar a lamer para prepararlo con su saliva.


— Ahh ah Se..Sebas..tian, ahh sigue, ah así — gemía fuertemente el azulino, al sentir la lengua del mayor ingresar a su interior, se sentía húmedo y caliente, Sebastian agarraba con lentitud el miembro de Ciel, para darle aun mas placer, logrando que el menor se corriera, manchando su rostro con su esencia — lo s.s.iento — decía con dificultad, mientras el mayor agarraba lo sobrante y lo consumía, ante la mirada atenta de aquellos iris bicolor.


—Ciel, luces tan hermoso a mi merced — decía el azabache, para meter un dedo dentro de la entrada del menor, junto con su lengua lentamente, causando que este se arqueara del dolor y placer al sentir la húmeda lengua en su rosada entrada,  por lo que rápidamente dejo de lamer, para agarrar el pequeño miembro en su boca, comenzando a chuparlo, procurando que el placer distrajera al menor de su intromisión; luego de ver como el azulino movía sus caderas, buscando un mayor contacto, decidió que era el momento de meter el segundo dedo, sin detenerse de saborear el pequeño miembro de su doncel.


— ah, ahaah, se.se..sebastian, ah, ah — gemía desesperado el azulino, por todo el placer que le causaba su amo, cuando menos se espero, ya tenía tres dedos en su interior, embistiéndolo suavemente en círculos y movimientos de tijeras. 


Sebastián dejo de saborear el miembro del azulino, para prepararse a entrar en el menor, sacando sus dedos, mientras escuchaba un bufido de este por la ausencia y vació que ahora sentía en su interior.


— Ciel, estás listo- ronroneó el azabache, mientras se acomodaba en las piernas del azulino, para tener un mayor acceso, cuando recibió el asentimiento del menor; realizó la intrusión de su miembro de una sola estocada, causando que salieran lágrimas de los ojos del doncel, por el dolor que sentía — l.l.lo si.si.siento, Ciel — decía besando el rostro del menor, para calmarlo, mientras esperaba que se acostumbrara.


Después de un rato el dolor fue transformado en placer, por lo cual Ciel empezó a mover sus caderas, buscando un mayor contacto y así Sebastián dio inicio con las estocadas. 


— ah, ah más, hah más, ah — gritaba el azulino, sintiendo al azabache dentro de el.


— ah ah s.se sien..te bie..n, Ciel, ah ahaah, ah — gemía el azabache embistiendo al azulino, que tenía los ojos vidriosos a causa del placer que recibía.


Ciel decidió que quería tomar el control, así que en un movimiento rápido, empujó a Sebastián a la cama y se subió encima de él rasguñando su torso en el proceso, con una sonrisa desafiante y lujuriosa, enterró en su entrada el gran miembro del azabache, para empezar a cabalgarlo con un ritmo rápido.


— ah, ah si Ciel, si ahaah, más ahah — Ciel controlaba el ritmo de las estocadas, iniciaba lento, para desesperar al azabache y después ir mas rápido, fijándose siempre en sus expresiones.


— ah ah se..Sebas...tian, yo domino ah ahaha ah — el azabache estaba hipnotizado con el azulino, así que asintió, dándole el completo control, solo deseaba sentirlo como lo sentía, la mirada del menor cargada de deseo y malicia hacían que su corazón se enloqueciera y las palpitaciones aumentaran.


Después de un tiempo cabalgando, Ciel sobre Sebastián, ya se estaban acercando al clímax y el líquido pre-seminal no paraba de salir, anunciando que en cualquier momento terminarían.


— ahah Sebastián, ah estoy cerca ah — gemía el azulino, avisándole al azabache, sin bajar en ningún momento el ritmo. 


— ah, ah yo también, ah ah vengámonos juntos, ahah - gemía el azabache, acariciando el cuerpo de Ciel sobre el, quien se movía mas rápido.


— Sii, Mas ah rápido, ah ya casi — contestaba el azulino,  a punto de llegar al tan ansiado orgasmo.


— Me vengo, ahhhahh — gritaba los dos, al llegar al orgasmo, el azabache se corrió dentro de Ciel, en cambio el menor sobre el vientre del mayor, terminado los dos entre sabanas, untadas de sudor y semen, ambos cansados por tanto ejercicio.


— Ah, ah, logré complacerlo joven amo, ah — respiraba agitadaménte, del cansancio que te tenía.


— Aah, si dijera que no, sería una mentira — susurro cansado, mientras acercaba el rostro del azulino para besarle con ternura, agradeciendo por todo lo que habían hecho, siendo aceptado gustosamente por el contrario; estaban tan concentrados en lo que hacían, que no notaban que aún estaban unidos, hasta que de un movimiento Sebastian lo saco, causando que ambos gimieran de placer.


— Joven amo, ya debo irme — dijo el azulino, mientras intentaba levantarse, siendo detenido por el azabache.


— Dormirás conmigo esta noche Ciel... Es una orden — finalizó para que el azulino no pudiera negarse, ya que no quería dejarlo ir, por lo que se acomodaron en la cama para descansar, ya mañana hablarían de lo que paso.

Notas finales:

Espero les haya gustado esta parte y me disculpo por los errores de ortografía que pudieron encontrar les deseo una feliz noche y una buena semana.

Gracias... Hasta la Próxima...


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