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Mascota por anonimo0219

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Notas del capitulo:

Hola a todos, he vuelto con la continuación de la historia, lamento haber desaparecido durante tanto tiempo, no tenía mucho tiempo para escribir y quería publicar varios capítulos al tiempo, por eso tarde tanto, además espero que se estén cuidando mucho con la situación actual y que estén llenos de salud.

Astre ya tenía un plan con Vincent para recuperar a Ciel, primero se iban a infiltrar en la mansión Michaelis, donde se perdió el rastro del menor, supusieron que allá podrían encontrar una pista de su paradero.

Astre se ofreció para ser el espía, por lo que cambiaron su apariencia física, su cabello negro azulado, lo cambiaron a castaño claro, sus ojos con lentillas de color miel y le agregaron gafas, para que no hubieran sospechas, un conocido de Vincent que poseía estrechas relaciones con la familia Michaelis, sería quien lo llevaría el día de mañana.

Al otro día, Alois se despidió de Sebastián con un beso húmedo, debido a que Ciel estaba al lado del azabache, luego de separarse lo miro con burla, pero el otro no cambiaba su expresión.

— Debo volver a casa, ya deben estar preocupados por mí, vendré en estos días cariño, después de la noche tan maravillosa que pasamos, no creo poder dejarte, volveré para que podamos divertirnos — decía con un tono alto, para que el azulino escuchará mientras Sebastián solo asentía, sin ánimos de seguir acostándose con Alois.

Después que el rubio se fue, Sebastián llevo a Ciel a su habitación y empezó a besarlo con pasión, sintiendo que no había nada más maravilloso que los labios del azulino; Ciel, se dejaba hacer y lo disfrutaba, estaban llegando a la cama, cuando el señor de la casa hizo acto de presencia.

— Veo que no pudieron resistirse — decía en tono divertido, haciendo que los jóvenes se separaran rápidamente.

— Padre, ¿Porque nos interrumpes? — pregunto enojado Sebastián, últimamente no soportaba la presencia de su padre y aún más, cuando el azulino estaba involucrado.

— Necesito a Ciel, debo presentarle a alguien, también puedes asistir si quieres — finalizó para dar vuelta hacia su despacho, sabía que el azulino vendría detrás de él, siendo seguido por Sebastián.

— Joven amo, debo ir con el señor Michaelis — intento levantarse, pero Sebastián no se lo permitía, quería acostarse con él en ese momento, ya espero demasiado — prometo que después haré lo que quieras — susurro con un aire seductor causando el estremecimiento del azabache

— ¿Lo prometes? — pregunto en el mismo tono y Ciel asintió, así que decidió besarlo lentamente, para luego separarse y acompañarlo al despacho de su padre.

Al llegar vieron a un joven de cabello castaño y ojos cafés, observándolos de arriba a abajo, Sebastián noto que su mirada se dirigía especialmente a Ciel, así que solo lo agarró de la mano fuertemente para marcar su territorio.

— Bueno, se preguntaran quien es el joven a mi lado, así que les voy a presentar a Sylvester Nell, desde hoy será el mayordomo de Sebastián, junto a Ciel se encargaran de cuidarlo — el azabache menor, estaba enojado porque aquel sujeto iba a estar con él y Ciel durante todo el día.

— Como usted ordene, señor Michaelis — realizó una reverencia, el azulino sentía una ligera conexión con su nuevo compañero, pero no lo reconocía de ningún lugar.

— Bien, pueden retirarse, Ciel enséñale a Sylvester sus deberes y la habitación donde dormirá de ahora en adelante, aquí tienes la llave con el número de cuarto, ahora retírense — finalizó notando como los tres jóvenes se retiraban, el azabache decidió hablar primero.

— ¿De dónde vienes? - fue lo primero que pregunto, hubo un silencio incómodo antes de responder.

— De aquí — finalizó el castaño y el azulino al escuchar esa voz se detuvo, para observar mejor al castaño notando como éste le sonreía con cariño, por lo que lo reconoció inmediatamente.

— Joven amo, no debería estar en clase de piano — pregunto el azulino, notando como el azabache palideció, antes de correr al salón de la práctica — ¿Qué haces aquí? — su voz entrecortada, causa la preocupación del otro.

— Vine a buscarte Ciel, la única pista que tenía era esta casa, así que vine... Vamos, debes mostrarme mi habitación, ahí hablaremos, recuerda que las paredes tienen oídos — Ciel asintió y empezó a caminar, guiando al castaño hasta los dormitorios, donde se encerraron para hablar con tranquilidad.

—...Te extraño — corrió el azulino a sus brazos, para llorar, se había sentido tan solo durante todo ese tiempo.

— Mi niño, que es lo que tienes que hacer en esta casa — al escuchar la pregunta del castaño, se tensó de inmediato, siendo notado por este.

— Lo normal... Ya sabes... Ser mayordomo — el azulino no hallaba como decir, que en realidad es la mascota de Sebastián y tiene que satisfacerlo sexualmente, era demasiado incómodo para él.

— Ciel, dime qué tienes que hacer ahora, soy tu hermano mayor, debo saberlo — Astre siempre sabía cuándo no quería decirle algo y aun así, seguía preguntando hasta sacarle la información.

— Yo...yo... Yo soy... La mascota de Sebastián — finalizó, sin mirar a su hermano, quién palideció de inmediato.

— Tu...tu...tienes relación con ese tipo — no cabía en la ira que tenía, está bien que jueguen con él, que lo lastimen a él, podía soportar la traición de Alois y vivir con ello, pero pensar en su hermano siendo obligado a acostarse con alguien que no ama, por órdenes, le parecía muy bajo por ello, odio aún más a su madre por haber vendido a Ciel a esa casa.

— No te enojes si, sé que es algo que no esperabas, pero prefiero vivir esto, que volver a la época donde estaba la madre, que me lastimaba y me encerraba, aquí todos me tratan mejor que ella... incluso Sebastián — finalizó el azulino, intentando disminuir el enojo de su hermano.

— Ciel, buscaré la manera de sacarte de este lugar, no quiero que seas usado por otros como si fueras un objeto, te prometo que te protegeré y conmigo estarás muy seguro, así que por ahora fingiremos que nos volvimos amigos, para que sea más fácil para mí, sacarte de aquí- finalizó aceptando que su hermano tenía razón, él tampoco quería volver a la época que vivían con su madre.

Después de hablar un poco, salieron y fueron a ver si el joven amo necesitaba alguna cosa, Sebastián estaba cansado, lo único que quería en ese momento era el azulino y al verlo llegar, no espero para besarlo con pasión, tenía tantas ganas de hacerlo suyo en ese justo instante, sin importar el lugar, pero un carraspeó de garganta los interrumpió.

— Joven amo — susurro con ira, ver cómo ese tipo se arrojaba a su hermanito doncel, le enojaba, quería partirle la cara y llevarse al pequeño azulino.

— Sylvester, verdad — mencionó con molestia, mientras el otro asentía — lo siento, estaré ocupado en mi habitación y Ciel me acompañará, puedes hacer otras labores mientras tanto — Sylvester estuvo a punto de golpearlo de no ser por Ciel.

— Sylvester si quieres puedes ir a conocer el resto de la casa, yo cuidare del joven amo primero — el tono de voz que uso, no permitía réplica, por lo que decidió aceptar, el azulino agarró la mano del azabache y lo jalo hacia la habitación, donde cerro con seguro, esta vez nadie los interrumpirá, se entregarían el uno al otro durante unas largas horas, hasta que ambos estén satisfechos.

Notas finales:

He vuelto después de tanto tiempo espero hayan disfrutado el capitulo me disculpo por la tardanza y por los errores de ortografía  que pudieron encontrar estaré publicando varios capítulos espero lo disfruten 

Gracias...


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