Hinata no podía creer lo que sus ojos veían, y es que jamás se hubiese esperado que Sasuke Uchiha fuera un Omega, y además que estuviera preñado.
Mordió su labio inferior, hasta el punto de sacar ligeras gotas de sangre, pues ya sabía de quién era ese bebé. Luego miró su vientre y maldijo aún más al Uchiha.
Ella siempre estuvo enamorada de Naruto, y sabía que siendo Omega tenía la oportunidad de enamorar al Alfa Uzumaki, pero todos sus intentos por obtener algo más que la amistad de Naruto, jamás funcionaron y ahora, después de quedar embarazada durante una misión en las afueras del país de las Olas -producto de un celo mal controlado-, supo que jamás lograría sus objetivos, menos cuando el Uchiha estaba embarazado de su más grande amor.
Al menos así lo creyó, hasta que recordó que dos meses antes, había logrado tener a Naruto en la misma cama, claro, no logró que el Alfa le hiciera algo, pero eso era algo que se llevaría a la tumba de ser necesario, además, debía aprovechar la oportunidad, ya que sabía que el Uzumaki se había separado de Sasuke Uchiha, gracias a que Sakura estaba embarazada y llevaba ya cuatro meses, claro, ella sabía a la perfección que su amiga no estaba embarazada, o al menos no del Uchiha, especialmente cuando Sasuke era un Omega y su amiga una Beta.
— ¡Naruto-kun, estoy embarazada! —
La Hyuga estaba mentalmente preparada para recordarle aquella noche, sin embargo, fue el mismo Naruto, quien le asombro.
—Sé que es mío Hinata, y créeme cuando te digo que yo si soy un Alfa de palabra y que me haré cargo de ambos —
Para su buena o mala suerte, meses después Naruto se encontraba en una importante misión fuera de la aldea y ella entró en labor justo en su casa.
No había nadie más allí, más que ella, una partera del clan Hyuga y su padre, y aunque Hinata puso de su parte, aquel bebé que iba a pasar por hijo de Naruto, había nacido muerto, y claro, bien pudo utilizar la pérdida de un hijo para amarrar aún más al Uzumaki, pero su hijo no tenía nada del Alfa. Aquel inerte infante, se parecía demasiado a ella, desde el cabello azulado, hasta la piel blanca, sin embargo el color de ojos que había logrado verle antes de que diera su último suspiro, era un negro demasiado oscuro como para asemejarse a un azul, sin contar el tenue aroma del verdadero padre. Su padre obviamente unió cabos sueltos y estaba a punto de echarla del clan por tal vergüenza, entonces recordó a Sasuke Uchiha y al hijo que ese Omega esperaba.
—Tengo la solución para enmendar mi vergüenza padre —, le dijo al borde del pánico —. Sasuke Uchiha es un Omega y esperaba un hijo de Naruto-kun. Padre, fue su culpa que Naruto-kun no me hiciera caso, ¡ese niño debía ser mío! —
Y así, Hiashi Hyuga había tomado una importante decisión. Aun cuando en verdad deseaba dejar que su hija pague por haber hecho lo que hizo, recordaba todos esos años de ignorarla y juzgarla. Sabía también que aun cuando el Uchiha había causado tanto daño en la aldea, no quería quitarle a su hijo, pero era el bien del Uchiha o el de su propia hija, así que después de pensarlo y meditarlo, tomó una decisión por demás equivocada.
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“El Error Más Grande”
Sakura estaba demasiado emocionada. Se esmeraba en tener la casa limpia, además de haber preparado una deliciosa comida, hasta para alimentar a veinte personas. La razón de tan entusiasmado actuar era demasiado simple: su amado Sasuke había regresado a la aldea.
Lo supo por Ino, a quien odio por la manera tan burlesca en la que le informó de la llegada de su amado Uchiha. Pero poco le importó la reacción de la Yamanaka, pues de una manera rápida y veloz, se aseguró de comprar varios ingredientes, así como se aseguró de invitar a Ino y al resto de sus amigos a una fiesta de bienvenida que le prepararía a Sasuke.
Claro, no contó con que justo cuando sus invitados llegaban, dos Ambus, junto con su hija y claro está, Sasuke llegarán al mismo tiempo.
Sarada se mostraba más que sorprendida, los Ambus no demostraron haber ido a escoltar al par de Uchihas, y Sasuke, él la miraba con extremo odio.
— ¡Sasuke-kun, volviste! —, exclamó eufórica, olvidando -o al menos eso quería hacer creer- que su amado la veía con ganas de matarla.
—Haruno, más te vale que salgas de mi propiedad, junto con toda la basura que tengas —
Ninguno de los que presenciaban tal escena se atrevía a decir algo. Podían ver lo furioso que el Uchiha estaba al ver que tenía el Sharingan y el Rinnegan activados y que solamente miraba a la Haruno, como si en verdad deseará eliminar todo de ella.
La única que se atrevió a decir algo, fue la menor de los Uchihas, quien después de salir de la sorpresa de ver por primera vez a su padre, decidió enfrentarlo por hablarle de esa manera a su madre -no importando si su madre no la trataba como a una hija-, Sakura era su madre y como tal, merecía respeto por parte de su padre.
— ¡Esa no es manera de tratar a mamá, después de tantos años de abandono! —, le grito furiosa.
— ¡Sarada era no es manera de hablarle a tu padre! —, Sakura no estaba para nada de acuerdo con la defensa de su hija, y más si le faltaba el respeto a su amado Sasuke.
La menor vio de manera dolida a su madre, después de todo, ella estaba dispuesta a defenderla a capa y espada de aquel que era su padre.
—Sasuke-kun, estoy segura de que Sarada no quiso hablarte de esa manera —, Haruno estaba dispuesta a hacer lo posible por estar aún más cerca de su amado —. Por ahora, debes estar demasiado cansado, así que siéntate cariño —, sonrojada y sumisa, acercó una silla para que su “dios” tomara asiento y olvidara el tema de echarla de su vida.
Ino negó por ver tal humillación. Sabía que su amiga estaba demasiado mal, pero jamás pensó que fuera a tal extremo, es decir, Sasuke Uchiha la había echado del barrio Uchiha, así como de su vida, incluso le había faltado al respeto y aun así, Sakura caía demasiado bajo.
Sarada por otro lado, no podía creer lo que veía, y claro que le daba demasiada impotencia por ver a su madre humillarse por un hombre que las había abandonado por catorce años. Y claro, estaba furiosa, dolida y de cierta forma, avergonzada. Sentimientos nada acordes a los que tenía horas antes con sus amigos y compañeros de equipo eran los que tenía justo ahora.
—Sasuke solamente cerró sus ojos a la vez que respiraba hondamente —. Sakura, ¿sabes que un Omega no puede embarazar a un Beta? —
—Sakura solamente rió por la tontería que decía su amado —. Pero por supuesto que sé algo tan obvio tontito —, respondió animada.
—Sasuke sonrió de una manera arrogante —. Pues Sakura Haruno, el día de hoy le informo que yo soy un Omega —
Nadie se esperaba aquello y menos la misma Sakura, quien había quedado demasiado pálida y fría.
—Querido…eso es imposible, si bien sabes que tú eres un Alfa y yo una Omega, incluso nuestra linda hija heredó ser una Alfa como tú —, le corrigió demasiado nerviosa.
Sakura sabía que si era verdad lo que su Sasuke decía, todo su teatro se arruinaría, más cuando obviamente ella no era la verdadera madre de Sarada.
—Sabes Sakura, nunca debes confiar del todo en Orochimaru —, le dijo —. Tal vez llegaste a pedirle ADN Uchiha y claro está, él te dio lo suficiente para una inseminación artificial, claro está que él jamás te dijo sobre mi casta y de quien era ese ADN, ¿no? —, el Uchiha estaba disfrutando aquello —. Y bueno, yo iba a esperar a que tomaras tus cosas y te largaras, pero en vista de que te encanta hacer el ridículo, no me queda de otra —, la miró con desdén, mientras que de sus ropas sacaba una carpeta —. Se te acabó el teatrito que armaste Haruno. Yo me quedaré con la entera custodia de mi sobrina, Sarada Uchiha, y no solo por el hecho de que de manera ilegal obtuviste el ADN de mi hermano, sino porque además te atreviste a utilizar a un miembro del equipo Taka —
Sakura miró desesperada a sus amigos, más ninguno se atrevía a ayudarla, no después de escuchar la verdad acerca de la procedencia de Sarada.
Y tanta era su desesperación, que la Haruno recurrió a pedirle ayuda a la que unos minutos atrás era su hija, sin embargo, Sarada la miraba con horror y asco.
— ¡Sarada es mi hija!, ¡nuestra hija Sasuke-kun! —, no le importaba seguir humillándose, ella no estaba dispuesta a perder a su amado de aquella manera, especialmente cuando la estaban exponiendo como realmente era.
— ¡Deja ya de mentir Haruno! —, Sasuke no estaba dispuesto a aguantar los molestos berrinches de la peli rosa, simplemente le ordenó aquello, mientras se acercaba a su sobrina —. Lamento haber tardado tanto tiempo Sarada. Te juro que hice hasta lo imposible por encontrar las pruebas necesarias para desenmascarar a Sakura, y al hacer eso, tuve que dejarte con ella, y lo más seguro es que la hayas pasado muy mal —, aquello era lo que Sasuke más temía, que su sobrina hubiera pasado calamidades con una loca como lo era Sakura Haruno.
— ¿Entonces tú no eres mi padre? —, murmuró aquello.
—Que más me encantaría Sarada, pero lamentablemente tú y yo solo fuimos víctimas de esa arpía. Tal vez tu no lo veas así o incluso puede que no me creas, pero al irme, yo perdí a alguien muy importante y que por más que lo desee, el ya no estará jamás con nosotros, él ya tendría tu edad —
Sarada asintió con cierta tristeza, ¿que si le creía a su tío?, obviamente lo hacía, más cuando veía el verdadero arrepentimiento en sus ojos. Claro, lo último no lo había entendido del todo, y puede que lo haya malinterpretado, sin embargo, eso hacía que le creyera a su tío todavía más.
— ¡Sarada no le creas nada! —, Sakura en un intento desesperado por no perder su familia, se acercó a la joven Uchiha para tratar de hacerla entrar en razón.
— ¡No me toques! —, le grito furiosa —. Todos estos años tratando de llamar tu atención, de que dejaras de compararme o hacerme parecer a mi supuesto padre, jamás te dije nada por el simple hecho de que creía que eras mi madre, cuando la realidad era otra. Le hiciste daño a mi tío al hacerle creer a todo el mundo que por fin habías logrado tener una descendiente digna de los Uchiha, cuando solamente utilizaste ADN de un difunto y usaste de incubadora a mi verdadera madre, ¿dónde está ella?, ¿en dónde dejaste a mi madre? —
—Sakura negó mientras lloraba —. Yo soy tu madre mi amor —, le dijo de manera insistente —. Y Sasuke-kun es tu padre —
Sarada negó furiosa, todo mientras le dirigía una mirada llena de odio a esa mujer de corazón malo. Tantos años aguantando a la que creía, era su madre, y todo ¿para qué?, ella no era nada para ella, aun cuando digan que “madre es la que cría”, ella no supo ni hacer eso. Sarada siempre andaba con los Akimichi, no por nada era mejor amiga de Chouchou, se podría decir que el amable señor Chouji y su ruda esposa eran sus padres y Chouchou su hermana.
— ¡Tú no eres nada para mí! —, gritó furiosa —. Jamás te preocupaste por mí, es más, siempre trataste de que me parezca a mi tío, incluso te desquitaste conmigo por el simple hecho de que había comenzado a usar lentes. Tú eres mala y tienes un corazón podrido, jamás te importe ni un poco, así que no esperes que después de oír la verdad, yo te respete o tenga misericordia por ti —
Sakura apretó con fuerza los puños, todo mientras miraba con odio a esa insolente mocosa. Ya no lo soportaba más, iba a recuperar lo que por derecho le pertenecía, aún si debía humillarse más.
— ¡Yo soy tu madre Sarada! —, le dijo indignada —. Y como tu madre, exijo que me respetes —
Sasuke detuvo a tiempo las intenciones de aquella loca, y aunque sabía perfectamente que ese Chidori no la mataría, al menos tenía seguro que la Haruno no podría moverse por mucho tiempo.
—No te atrevas a amenazar a mi sobrina —, le dijo despectivamente.
Sakura quiso moverse, pero el dolor en el costado de su vientre se lo impedía. Ciertamente no esperaba que Sasuke la atacara de aquella manera, y aunque deseaba poder acercarse a su amado, los Ambus que estaban allí, la levantaron sin ninguna delicadeza.
—Sakura Haruno, el Hokage-sama la ha mandado a llamar para imponer un castigo por sus presuntos crímenes.
La Haruno los vio horrorizada al oír aquello. Vio la sonrisa llena de satisfacción en el rostro de Sasuke y supo que había ido primero con Naruto.
Ella sabía que el Uzumaki se tomaría todas las oportunidades para darle un castigo por demás horrible, especialmente cuando ya sabía que todo acerca de ella y Sasuke había sido mentira. Y algo en ella se quebró. Si Sasuke no iba a amarla, ella se vengaría con lo que su amada obsesión creía perdido.
Ella sabía el secreto más grande de Sasuke Uchiha, así como el secreto que su difunta amiga se había llevado a la tumba.
~.o0o.~
No habían pasado ni treinta minutos, cuando Haruno estaba situada justo en la oficina del consejo, y al ver que el Hokage, su maestra y los ancianos estaban allí, supo que no le iba a ir para nada bien.
Naruto miraba con desdén a la que alguna vez fue su amiga. Y tanto él, como el consejo y la misma Tsunade, estaban de acuerdo con el castigo que le pondrían.
—Sakura Haruno, en vista del deshonroso actuar que tomaste, nos hemos puesto de acuerdo en que tú no eres apta para seguir siendo una Kunoichi —, Tsunade se mostraba demasiado decepcionada. Ella creyó ciegamente en que su aprendiz dejaría de lado la obsesión hacia el Uchiha y se concentraría en superarse, cosa que nunca sucedió.
—Tsunade-sama, por favor —, Sakura la miró con tristeza, sin embargo, la Sannin no se amedrento.
—Tal vez el consejo haya abogado para no encerrarte Haruno, puesto que formaste parte importante en la guerra de hace catorce años, pero todos estuvieron de acuerdo con esto.
Haruno no se esperaba aquello. Naruto había hecho una clase de sellos con las manos, para después golpearla con la punta de los dedos de su mano derecha en el vientre.
Sakura sintió como se le iba el aire y como perdía todas sus fuerzas y energía, desesperada miro a aquel que tanto dio por ella.
— ¿Qué fue lo que me hiciste? —, exigió saber alterada.
—Selle toda tu chakra, así como anule tu súper fuerza —, explicó el Uzumaki como si nada —. Felicidades Haruno, de ahora en adelante, eres una persona común y corriente, tal como lo es tu verdadera casta.
Sakura lo miró horrorizada, ella no se esperaba esa clase de castigo. Miró desesperada a los ancianos del consejo, y estos solo la miraron con falsa lastima, luego miró a su maestra, pero Tsunade la negaba como alumna, después de todo, para la ex Hokage ya no eran nada.
—“Juro que me vengare Naruto” —, pensó rencorosa.
Y claro que ya sabía cómo vengarse, tanto de Naruto, como de su amado Sasuke.
~.o0o.~
Ya habían pasado dos meses, y aunque para Sarada fue raro al principio y quiso contar con el apoyo de sus amigos, no dijo absolutamente nada acerca de la realidad de su familia.
Justo ahora, solamente se dedicaba a escuchar lo que Konohamaru les estaba informando, y vaya que no era la única sorprendida con aquella noticia.
— ¿Esto está pasando en verdad Sensei? —, preguntó incrédulo el joven Uzumaki.
—Ya les dije que si Boruto. Tarde o temprano debía postular a mis tres queridos alumnos para el examen Chunin —, mencionó divertido Sarutobi.
—Bueno, es que el último examen fue hace dos años y usted no nos creyó listos, es obvio que no le creyéramos, Konohamaru-sensei —, dijo Mitsuki con una imperceptible sonrisa al ver tan alegre al joven Uzumaki.
—Konohamaru solamente atino a sonreír apenado —. Es que hace dos años ustedes tenían demasiados fallos, especialmente en el trabajo de equipo. Más que nada, fue por eso que no los postule, además, Moegui y Udon pensaron lo mismo con sus respectivos alumnos, así que no serán los únicos alumnos de la generación de Genins de hace dos años —
Sin duda los tres estaban emocionados, aunque claro, Sarada no dijo nada, pues a pesar de que en verdad deseaba participar y ganar el derecho de convertirse en Chunin, tenía el presentimiento, de que algo malo sucedería en ese evento.
—Por lo pronto estudien la historia de los ninjas y entrenen duro. Recuerden, los exámenes Chunin, siempre inician con un examen escrito y tienen que sacar todas las respuestas correctas, este año, no estoy seguro de que irá la segunda fase, pero estén seguros que la tercera les ayudará a mostrar sus capacidades ninja ante los cinco Kages.
—No lo defraudaremos Konohamaru-sensei —, mencionaron los tres Genins.
Konohamaru sin duda alguna, se sentía orgulloso de ser el encargado de esos tres chicos, y claro está, estaba completamente seguro de que lograría pasar sin problemas el examen.
Y a pesar que parecía que todo marcharía bien, una sombra asechaba a uno de los jóvenes ninjas, todo con una mirada llena de odio y rencor.
~.o0o.~
Boruto estaba demasiado emocionado y claro que también debía aprovechar y recordarle a su padre cierta fecha demasiado importante para él, así que sin más se despidió a toda prisa y fue a verlo directamente a su oficina y vaya que se encontró con tremenda sorpresa.
Si no estaba mal -y casi nunca lo estaba- aquel hombre de ojos y cabello negros, era el padre de Sarada, y por lo que oía, estaba rechazando misiones de una manera sumamente arrogante y demandante, cosa rara, puesto que casi nadie se oponía al mandato del Hokage.
Se escondió como pudo, justo cuando el azabache salió furioso de aquella oficina, y aunque creía que no lo habían visto, supo por la breve mirada que le dieron, que había sido descubierto, pero poco le importó, puesto que el Uchiha se había vuelto alguien a quien alcanzar, casi como si debiera obtener su atención –cosa que no entendía del todo-, pero era lo que justo ahora sentía.
— ¿Qué necesitas Boruto? —
El menor salió de su estupor al oír salir su nombre en un suspiro demasiado resignado. Negó algo molesto, sin embargo se aguantaría las ganas de reprochar, al menos lo haría por ese día de gran importancia.
—Solo pasaba por aquí y aproveche para visitarte —, dijo como si nada.
—Ya veo. Pensé que vendrías para decirme que participarás en los exámenes Chunin —, mencionó Naruto —. Me alegro por ti hijo, ahora deberás entrenar sumamente duro si es que quieres conseguir el título de Chunin, aunque tratándose de ti, lo veo complicado.
Boruto frunció el ceño al oír lo último, pues aquellas palabras habían salido como si él jamás se esforzará en algo.
— ¿Qué me quieres decir padre? —, le pregunto con saña.
—Bueno, que por lo general te confías demasiado con eso de ser un genio ninja y te tomas todo a la ligera. Los exámenes Chunin no son nada fáciles, créeme niño —
—Boruto apretó los puños, sin embargo no reclamaría nada —. Bueno padre, ya que usted no confía en mis habilidades ninja, yo tampoco lo hago con sus responsabilidades de padre, así que le recuerdo que hoy se celebra el cumpleaños de Hima —
Boruto ni siquiera esperó a que su padre dijera algo, simplemente salió con prisa para ir en busca de aquel hombre. Estaba dispuesto a pedirle que lo entrenara y así demostrarle a su padre lo equivocado que estaba, claro, solamente le pediría que lo entrenara, puesto que ese día estaba apartado para su difunta hermana menor.
Naruto por su parte se golpeó con el escritorio, pues sabía que de nueva cuenta lo había arruinado con su hijo. Se supone que tenía que felicitarlo y darle ánimos, pero al ver que Sasuke simplemente no deseaba regresar a las misiones por tiempo indefinido -y por supuesto, no deseaba verlo- se enojó y termino desquitando su enojo y frustración con su hijo. Naruto sabía que si o si, debía asistir con su hijo al cementerio, porque hasta él entendía, cuán especial fue Himawari para Boruto, no importando cuántos minutos fueron los que su hija paso en el mundo de los vivos.
~.o0o.~
— ¿Qué es lo que quieres niño? —
Si algo había que molestara a Sasuke Uchiha, era que impertinentes molestias lo siguieran de aquí para allá. Ya bastante tenía con el Hokage y sus patéticos por hacer que regresen, o incluso con la enferma de la Haruno, que no muy a su gusto, tenía que soportar encontrársela en la aldea -claro que sin poder hacer uso de su Chakra o fuerza- y que a su vez, ella termine arrastrándose para que la acepte en su vida. Así que con todo eso, no estaba de humor para aguantar al mocoso hijo de su ex y de aquella maldita Hyuga.
— ¡Quiero que usted me entrene Sasuke-san! —, le pidió con demasiado entusiasmo.
Sasuke quería rechazarlo de una forma demasiado grosera, casi como si quisiera desquitarse con ese niño por el simple hecho de ser hijo de la maldita Hinata Hyuga, pero al ver el extremo parecido con Naruto y sentir el tenue aroma flores, sintió una increíble -y demasiado extraña- nostalgia.
— ¿Sabes siquiera hacer un Rasengan? —, decidió preguntar aquello.
—Boruto dejó de sonreír —. No señor —, respondió desanimado, al suponer para donde iba aquella pregunta.
—Sasuke en verdad deseaba mandar a volar al chico, pero había algo en su aroma que se lo impedía —. Solo si aprendes a hacer el Rasengan, yo te tomaré como mi pupilo —, le condicionó. Al menos le daría algo de tiempo para prepararse mentalmente para enseñarle al mocoso lo que quisiera.
—Boruto sonrió más entusiasmado que nunca —. Muchas gracias Sasuke-san —
Y ni siquiera espero alguna palabra del Uchiha, Boruto se fue más animado que nunca. Se aseguraría de entrenar lo necesario al día siguiente y así conseguir hacer un Rasengan.
~.o0o.~
— ¿Por qué no pudiste hacer algo tan simple e importante? —
Ya habían pasado dos horas desde que Boruto logró convencer a Sasuke que le diera una oportunidad para ser su pupilo, incluso le dio tiempo para ir de nueva cuenta con su Sensei y pedirle que le enseñara el Rasengan -cosa que Konohamaru acepto entre lágrimas y risas-, y con tiempo de sobra, compro un enorme ramo de girasoles y un lindo pastel, incluso hizo que le pusieran el nombre “Himawari” en el centro y unas velas con la numeración “12” que sería la edad que su querida hermana menor cumpliría.
Y ahora que estaba en el cementerio, con el pastel y el ramo de flores, se dio cuenta de que su padre no tenía las intenciones de ir. Naruto sabía lo importante que ese día era para él, y aun así, era más importante el puesto de Hokage. Y no es como que le hubiera pedido mucho, puesto que Boruto ni siquiera le había reclamado por lo del tema de las castas.
—Lo lamento Hima, pero papá no vendrá este año. Pero vele el lado amable, me tienes solamente para ti —
Trato de ser positivo, y aunque sabía que aquel pastel terminaría comiéndoselo él solo, y que aquel ramo se marchitaría, eso no arruinaría su momento con su querida hermana. Pero de algo si estaba seguro, y es que trabajaría duro para conseguir aprender el Rasengan y comenzar su entrenamiento con Sasuke.
~.o0o.~
Konohamaru se mostraba sorprendido. Solamente habían pasado unos días desde que Boruto había comenzado con su entrenamiento, y ya había logrado hacer un Rasengan.
— ¡Wow!, a Naruto le tomó semanas, incluso a mí, pero tú lo lograste en tan poco tiempo —
—Boruto sonrió victorioso —. Gracias Konohamaru-sensei, ahora por fin podré ser su pupilo —, dijo entusiasmado, mientras comenzaba a correr en busca del Uchiha.
— ¿Qué acaba de pasar? —, Sarutobi no había entendido a lo que su alumno se refería.
Sasuke solamente se dedicó a observar al joven Uzumaki, y al verlo correr hacia donde se habían visto la última vez, no le quedó de otra, que ir hacia aquel lugar.
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Boruto vio entusiasmado al señor Uchiha llegar de manera repentina, y obviamente, más emocionado que nada, hizo el Rasengan que tanto le había costado aprender, pero al ver la mirada de Sasuke, supo que no había quedado del todo satisfecho.
—Es muy pequeño para ser un verdadero Rasengan —, dijo seriamente el azabache.
—Boruto observó con detalle el ataque, y aunque no le gustaba, acepto que Sasuke tenía razón —. ¿Entonces no me va a enseñar? —
—Sasuke suspiro —. Dime algo, ¿para qué quieres ser mi aprendiz? —, preguntó.
—Boruto pensó seriamente en una respuesta —. Quiero demostrarle a mi padre que puedo lograr hacerme más fuerte, mi padre cree que yo no sé valerme por mí mismo, ni que me interesa aprender. Él solamente piensa que soy una carga, cuando la realidad es que no me conoce, así como yo a él, tampoco lo conozco —, respondió de una manera melancólica. De cierta forma, el joven Omega recordaba cuando su padre si le hacía caso.
—Sasuke sonrió con sinceridad —. Eres un Usuratonkachi —
— ¿Un qué? —, Boruto ladeo su cabeza.
—Nada niño, que estás aceptado —, respondió sincero —. Por hoy ve a casa a estudiar, porque se ve que eres igual de Dobe que tu padre y mañana nos veremos en este sitio a primera hora —
— ¡No lo defraudare Sasuke-san! —
El Uzumaki ni siquiera espero otra palabra del Uchiha, simplemente lanzo su pequeño Rasengan hacia un árbol, notando que el ataque había desaparecido antes de hacer algo -algo en lo que se aseguraría de trabajar para mejorar-, pero por ahora, haría la primera petición de su nuevo maestro y se aprendería toda la historia ninja para estar listo para la primera fase del examen Chunin.
—Ese mocoso debe aprender a escuchar a los demás, antes de salir corriendo —, murmuró con interés.
Sasuke había visto enseguida que ese Rasengan, a pesar de ser muy pequeño, era totalmente diferente al de Naruto. Y apenas vio que Boruto salió corriendo, cuando escucho un golpe justo en el árbol al que segundos antes le había apuntado. Sin duda alguna, ese Rasengan, muy bien entrenado sería un ataque demasiado poderoso, y eso, viniendo de aquel niño, le hacía sentir sumamente orgulloso por alguna extraña razón.
~.o0o.~
Sakura vio la oportunidad para poner en marcha su plan de venganza. Boruto Uzumaki estaba solo y para su disgusto, el chico se veía sumamente alegre.
Sabía que Sarada no había mencionado nada acerca de la ruptura de su familia y obviamente Naruto no diría nada a su hijo, puesto que el muy ingenuo creía que el pequeño Omega era hijo de Hinata. Sonrió con maldad y se le acercó de manera rápida.
— ¡Oh, Boruto-chan!, ¡mira nada más cuánto creciste! —, con una falsa sonrisa, mencionó aquello.
—Tía Sakura, ¿cuánto tiempo sin vernos? —, Boruto paro de inmediato su apresurado andar, para saludar a la vieja amiga de su madre —. Justo acabo de hablar con tu esposo —, le dijo emocionado.
— ¿En serio?, ¿y cómo para que jovencito? —, le pregunto de manera curiosa.
—Los exámenes Chunin serán dentro de poco y quiero estar completamente listo —, respondió animado.
—Entonces no se diga más, si mi Sasuke-kun te va a entrenar, yo te daré esto para que lo uses ese día —, le entregó una pequeña bolsa atada con un moño.
— ¿Qué es? —, cuestionó intrigado.
—Es una pulsera para la buena suerte, justo acabo de darle una a Sarada, pero como tú eres mi sobrino favorito y le prometí a Hinata ver que no andes en malos pasos, pues también te di una. Espero y la uses ese día, porque la conseguí con mucho amor y cariño, pequeño —
—Boruto sonrió sincero —. ¡Muchas gracias tía Sakura!, es obvio que la usare y atesoraré —, le dijo más que agradecido, ahora más que nunca, debía esforzarse para hacerse más fuerte.
Boruto se despidió, pues tenía prisa por llegar a estudiar, pero guardaría la pulsera para usarla ese preciso día de gran importancia.
Sakura por su parte, sonreía por lo que había hecho, y su sonrisa se agrando más, cuando vio al obsesivo científico Katasuke asomarse.
—Más le vale no mencionar mi nombre señor, pues ya he cumplido con mi parte del trato. El hijo del Séptimo utilizará ese aparatejo en plenos exámenes Chunin y mostrarán al mundo de qué va su tecnología —, le advirtió seriamente.
—Por supuesto señorita Haruno, y esto no solo me beneficia a mí, ¿o sí?, aunque no tengo claro, ¿qué es lo que gana usted? —, quiso saber. Si bien su tecnología no era para nada aceptada por el Hokage, la había creado precisamente para el bien de la humanidad, así que no entendía qué es lo que ganaría la Haruno.
—Lo sabrá ese día señor —, respondió sonriente.
Algo malo estaba acechando al menor de los Uzumaki y si Naruto no se daba cuenta, Boruto sería el más perjudicado.
Continuará