-¿Le explicaste? -le gritó mientras se pasaba la mano por la nariz y se secaba la sangre que por ratos le seguía cayendo por los labios.
-¿Te parece que llegué a explicarle algo? -devolvió el grito el platinado mientras se señalaba la ropa y el rostro empapado con alcohol.
-Vas y se lo dices -le dijo máximo empujándolo hacia la salida.
-Ni en pedo!!! vos no me dijiste que era un animal salvaje, mira como te dejó la cara, la mía es perfecta, ni en broma me acerco a ese niño. Aparte es un crío, Máximo!!! ¿no tienes miedo de ir a la cárcel por perversión de menores?
-No es menor de edad! -le explicó mientras lo arrastraba fuera de la disco.
Llegaron a la vereda y lo buscó con la mirada.
-Gracias Dios! -suspiró el platinado -seguramente su amiguito se lo llevó.
Máximo sacó el celular e intentó comunicarse con él mientras caminaba de un lado al otro.
-No me responde.
-Y no lo hará, déjalo que se calme, te vio con un dioso hiper hermoso como yo, seguramente si te acercas te va acortar la pija.
-Joaquín!!!! -le gritó Máximo.
El pelinegro mandó varios mensajes y no llegaban.
-Creo que me ha bloqueado! Vamos a su departamento.
-No Máximo, no me voy a acercar a ese tipo!!! Nuestra madre me envió para ver porque no contestabas los llamados, veo que estás relativamente bien, semi vivo, enamorado como pendejo de un crío que salió de vaya a saber qué tribu y ahora me marcharé.
-Joaquín!!!!
-No Máximo!
-Hermano, por favor!!! Tienes que decirle que no es lo que piensa!
-Se lo diré, pero no frente a frente. Ahora quiero ir a tu departamento, ducharme y cambiarme de ropa. No sólo me traes a un bar de mala muerte si no que ahora huelo a los que hay ahí adentro.
Máximo se fue bufando al auto y condujo despacio hasta su departamento, desviándose por otras calles, buscándolo con la mirada, pero Francis no estaba.
***
-Francisco te has pasado! ¿por qué los atacaste así?
-Sólo le pegué a Máximo, a la puta platinada no le hice nada porque me frenaste! -gimió sentado sobre su cama con la cabeza entre las manos.
-Tienes que aprender a controlarte! Vos mismo le dijiste a Máximo que no buscabas nada serio.
-Pero no pensé que me cambiaría tan rápido y que aparecería con la puta por el Rapsodia, lo hizo a propósito!
-La pelirroja ya te había adelantado que él cambiaba de página con rapidez. Al menos éste no es pelirrojo!
Francis levantó la cabeza y lo miró, Mateo retrocedió un paso.
-Y de todas maneras estaban conversando, en ningún momento los vi en alguna situación rara. Mira si es un amigo y tu te comportaste como una perra celosa.
Francis se levantó lentamente y Mateo retrocedió otro paso.
-¿Tu crees?
-¿Qué?
-ESO QUE DICES -gritó, y Mateo volvió a hacer otro paso atrás.
-¿Lo de que pudo ser un amigo?
-Si!
-Y si, Francis!! Ellos estaban tomando una cerveza tranquilos.
Francisco se agarró de la cabeza con una mano y comenzó a caminar de un lado al otro mientras se mordía las uñas de la otra mano.
-TU TIENES LA CULPA -le gritó parándose delante de él.
Mateo abrió grandes los ojos y la boca.
-¿YO?
-Tu! si! Actuaste como si hubieses visto algo raro, no dejaste que volteara para verlo. Me querías llevar a otra pista.
-POR QUE TE CONOZCO!!!
-¿¿Y SI ME CONOCES POR QUE NO ME FRENASTE??
-POR QUE ME IBAS A CAGAR A TROMPADAS!
-Dios -gimió mientras tomaba el celular e intentaba llamarlo.
-¿Qué haces?
-Voy a pedirle perdón!
-Wow!
Francis levantó la mirada y lo fulminó con los ojos, Mateo volvió a retroceder.
-Dios! tengo muchos mensajes y llamados de él... quiere explicarme las cosas, me dice que no es lo que pienso!!! Eso repetía en el baño pero no lo dejé hablar. Intentaré llamarlo... no me contesta -renegó tirando a un lado el celular.
-Vamos a tranquilizarnos, que te parece si dormimos un rato y después vemos que hacer? no te apresures.
-¿Por qué me dices que no me apresure? ¿¿Crees que el oxigenado tiene algo con él?? DIOS! ¿CREES QUE SE LO ESTÁ COGIENDO EN ESTE MOMENTO?
-FRANCISCO POR DIOS, NO CONOCÍA ESTE LADO TUYO, POR FAVOR ERES MUY CELOSO!!!
El pelirrojo se paró y respiró con profundidad.
-Ok, ok, ni siquiera yo sabía que era celoso, esto es nuevo para mi; me voy a calmar, acostémonos, vamos a dormir.
-Pero vamos a poner la almohada en el medio.
Francis lo miró confundido.
-Después del beso que me diste tengo miedo que me cagues violando.
-¿Beso?
Mateo puso los ojos en blanco y se tiró a la cama aun vestido.
-¿Beso? -volvió a preguntar Francis.
-Cuando te pusiste histérico me besaste delante de Máximo.
y el pelirrojo levantó las cejas, recordando.
-Dios! me va a odiar por eso!!!
Mateo se sentó de golpe y estaba por quejarse de que no estaba teniendo en cuenta que él había sido la víctima, pero vio el rostro alelado de Francis y supo que estaba pensando en su pelinegro y que no podría sacarlo de ese lugar así que se puso de costado, se tapó con una manta y se durmió tan pronto como cerró los ojos.
***
Eran las 9 de la mañana y Mateo roncaba junto a él.
Era imposible dormir, le había mandado varios mensajes pidiéndole que se reunieran a conversar pero ninguno le llegaba. ¿lo habría bloqueado? No! Seguramente el celular estaba sin carga, o apagado o... o... o el platinado se lo había robado para que no se comunicara con él!! Vale! Mateo le había dicho que no creara conjeturas en el aire.
No había mayor opción!
Despacio, para que su amigo no se diera cuenta, se levantó de la cama, tomó su moto y fue al departamento de Máximo.
Se paró frente al portero eléctrico y miró los botones, las veces que había estado ahí fue con Máximo y ahora que lo pensaba, nunca se había fijado que número de departamento tenía el pelinegro.
Estaba por apretar varios cuando una señora mayor entró y él aprovechó para ingresar antes que la puerta se cerrara.
Tomó el ascensor sintiendo que tenía varios corazones rapeando en cada una de las terminaciones nerviosas.
Llegó al departamento y miró el número: 104. Debería recordarlo para las próximas veces.
Sonrió.
Tocó el timbre y escuchó una voz que gritaba:
-Máximo Styles sigues siendo tan pendejo como siempre, te olvidaste las llaves?
y la puerta se abrió... el platinado, con su rostro perfecto de propaganda, semidesnudo, en boxer y luciendo su albornoz rojo apareció en la escena y cuando vio al pelirrojo, retrocedió espantado.
Francisco hizo un paso dentro del departamento, haciendo crujir los dientes y Joaquín pagó un alarido agudo y salió corriendo hacia la habitación.