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SEX SHOP por juda

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Llegó a la empresa y buscó con la mirada a Santino pero no lo encontró.

-Sr. Styles, tiene reunión dentro de 20 minutos con los gerentes de la sucursal sur.

Máximo asintió con una sonrisa y tomó los papeles que le acercaba su secretaria.

-Gracias Suzy, viste a Santino? ¿sabes si llegó ya a la empresa?

-Si señor, creo que lo vi pasar hacia el bar.

-Gracias!

Máximo miró la hora, tenía 20 minutos para recabar la mayor información posible sobre el pelirrojo.

Entró al bar y vio a Santino conversando con otros compañeros, se acercó a la cafetera, se sirvió café y saludó en voz alta.

Santino volteó, lo saludó con la mano y continuó conversando.

Máximo miró nuevamente la hora. No quería interrumpirlo y que creyera que estaba demasiado interesado en el pelirrojo.

Entró una morocha gordita de voz nasal y casi gritó:

-Señor Santino, su reunión!! ya me hablaron del tercer piso y me están echando la culpa de que no se lo notifiqué!

Santino terminó de tomar su café en dos tragos y salió corriendo mientras le pedía disculpas a su secretaria.

Máximo se rindió y fue a su oficina para prepararse para la reunión, en otro momento conversaría más tranquilo y trataría de indagar sobre el crío, tenía que empezar a controlar su ansiedad.

Cuando salió del salón de reuniones dos horas después pasó por la oficina de Santino y no  estaba, dio vuelta en el pasillo y cuando entró a su oficina, lo encontró sentado en su lugar con los pies en su escritorio, mirando el folleto que le había dado el pelirrojo la noche anterior.

-Santino! saca ya los zapatos de ahí.

El morocho ni siquiera se inmutó.

-¿Qué compraste? Tenía pensado adquirir uno de estos anillos.

-Saca las patas te digo!! -le contestó pegándole en las piernas y levantándolo de un brazo para sentarse en su lugar. -Cómo es que conoces un lugar así!? Está en un barrio de mala muerte!!! pensé que me iban a matar!

-No, hombre!!! no seas exagerado!!! Suelo ir seguido por ahí y nunca me sucedió nada!!! qué compraste?

-Un consolador.

-Y? -preguntó levantando y bajando varias veces las cejas mientras hacía una sonrisa de costado.

-Me dijo que esas eran cosas de putas y que ella no lo era. Lo tiró a la basura.

Quedaron mirándose unos segundos.

-Sí que es densa tu novia!!!! Qué le dijiste???

-Nada!!! me fui a mi casa!!! No andamos bien y otra discusión me iba a poner de mal humor. Me estoy cansando de sus ataques de histeria.

-Bue... ya no sé que más decirte... pensé que le gustaría!

-¿Cómo conoces el lugar?

-Unos amigos me lo mostraron.

Máximo tomó el folleto y fingió mirarlo.

-El muchacho que lo atiende es muy niño ¿es legal tener a una criatura atendiendo un sexshop?

-Francisco??? nop. Parece chico pero no lo es. Tiene 19 años.

-19??? pensé que tenía 16!!! Cómo dices que se llama?

-Francis! Francisco y si -respondió en medio de una carcajada -yo también pensé lo mismo cuando lo vi la primera vez, es todo un personaje. Tiene una locura única.

-¿Lo conoces mucho?

-Lo suelo ver los viernes cuando voy a bailar -respondió mientras se acomodaba la corbata en el reflejo de la ventana -bueno, me voy antes que mi secretaria se de cuenta que no estoy en mi oficina trabajando como mono y me busque por toda la empresa para gritarme delante de la gente.

Máximo había quedado duro sin poder decir ni una palabra más. ¿A donde iría a bailar Santino? ¿Cómo hacer para seguir averiguando del pelirrojo sin que se notase que se le ponía dura la pija cada vez que se acordaba del crío? Porque 19 no era tan distante de 16! Él tenía 27 así que seguía siendo un crío para él.

-Te veo después -gritó Santino saliendo y Máximo se quedó mirando la puerta cerrada.

Volvió a tomar el folleto y lo observó... ¿sería muy obvio regresar por otro juguete? No! No quería que pensara que era un depravado! aunque hacerse la paja dos veces seguidas durante la noche pensando en ese culo... era cosa de depravado!

Tomó la carpeta con los papeles e intentó concentrarse. Ya vería como haría para verlo de nuevo y que no sonase acosador.

Se abrió la puerta y entró corriendo Santino nuevamente, le sacó el folleto de las manos.

-Realmente estoy interesado en el anillo, necesito saber los códigos del producto, después te lo devuelvo -le dijo y salió apurado otra vez.

El mediodía encontró a Máximo con dolor de cuello y con ganas de enterrar los sesos en un balde con hielo, se dirigió al bar de la empresa, se fue hasta la heladera y sacó una ensaladera con su nombre, estaba por sentarse a comer cuando vio pasar a Santino.

-Ey!!! a donde vas?

-Voy a comer afuera. No traje nada preparado.

-¿Vas solo?

-Sip.

-Vamos te acompaño! -gritó mientras metía nuevamente su ensalada en la heladera.

Tenía que aprovechar cada momento y un almuerzo era el momento ideal.

Salieron juntos conversando sobre los alcances de las ventas en la ciudad vecina donde la empresa había abierto una sucursal.

Cuando estuvieron en el restaurante con la comida en la mesa y la conversación parecía haber terminado, Máximo aprovechó para sacar otro tema y que se sintiera como algo normal.

-Hace mil años que no voy a bailar, a mi novia no le gusta, ¿donde vas los sábados?

-Sábados no! viernes!

-Ah! ok. ¿Dónde vas?

Santino lo observó un momento, luego negó con la cabeza y se metió un buen pedazo de pastel en la boca.

-No te gustaría -le dijo con la boca llena -es una discoteca para gays, lesbianas y bi.

-¿Y por qué crees que no me gustaría?

-Por que vos y tu novia no dan más de heterosexuales. Apestan a heteros -le dijo riéndose mientras escupía un poco de comida.

-Recuerda que estoy intentado darle un cambio a la relación para ver si puedo salvarla! ¿Irás este viernes?

-Supongo!

-¿Vas con alguien?

-Nop

-¡Podríamos ir los tres!

Santino quedó con un pedazo de comida a mitad de trayecto mirándolo con desconfianza.

-No te ofendas pero no me agrada tu novia -respondió mientras metía el enorme pastel en la boca.

-Vale, es densa, no te lo voy a negar. Dime donde es. La llevaré el viernes y si me ves haces como que no me conoces.

-Pero si te conozco.

-Vale Santino, solo salúdanos y sigue con tu plan.

-Ok, ok, era broma. La disco se llama Rapsodia Nocturna y está en la ruta 59 en el kilómetro 7.

-A la mierda! es lejos!

-Sip, esos tipos de lugares siempre se los hace lo más lejos posible de los heteros! -le respondió riéndose.

Máximo se moría por preguntar si Francis era homosexual o bi, pero no quería meter el nombre del pelirrojo en la conversación y sonar demasiado obvio así que se limitó a conformarse con la información que había recabado.

-Me tienes que devolver el folleto del sexshop -le dijo cuando estaban llegando a la empresa.

-Si! ya lo desocupé, cuando llegue a la oficina te lo doy. Me voy a comprar caramelos de menta, entra tu, ya voy. Si te pregunta por mí mi secretaria le dices que me chocó un auto.

Se despidieron con una sonrisa.

Máximo llamó al ascensor, subió, oprimió el cuarto piso y cuando las puertas se estaban cerrando una mano la paró y entró un muchacho con un casco aun puesto en la cabeza.

-Perdón, voy apurado -le dijo el chico y Máximo asintió.

El muchacho intentaba acomodar un paquete bajo el brazo mientras guardaba unos papeles en el bolsillo del pantalón de cuero que llevaba puesto.

Máximo disimuladamente dio un paso atrás y le miró el culo.

-Dios! qué me pasa ahora con los culos? -pensó sin sacar la mirada de ahí. El chico tenía un culito redondo de infarto.

El muchacho suspiró mientras terminaba de arreglar lo que tenía en las manos y se sacó el casco.

El cabello rojo cayó en cascada y Máximo hizo dos pasos hacia adelante y lo miró asombrado.

El muchacho se percató de eso y le devolvió la mirada.

-Buenos días! -lo saludó con evidente incomodidad -Vengo a dejar un paquete. Tengo la autorización de la mesa de entrada.

-¿No me reconoces? -preguntó Máximo.

El pelirrojo achinó los ojos.

-¿Bailé contigo el viernes? si hice algo más lo lamento, estaba borracho.

-No!!! -casi grita, ofendido porque no lo reconocía.

-Anoche estuve en tu local.

Nuevo achinamiento de ojos por parte del crío.

-AAAAhhhhh!!!! el hetero que no sabía qué comprar!!!! y?? lo disfrutaron al producto??

-El hetero?

-Perdón! No es una ofensa... ¿disfrutaron el producto? -volvió a preguntar con esa sonrisa larga e intensa que le congeló la sangre y le despertó la pija.

El ascensor se abrió y el crío salió corriendo sin esperar una respuesta.

-Perdón, voy apurado. Nos vemos Bro!


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