La oscuridad absoluta era el miedo de muchos hombres en la tierra, el no saber en dónde estaban parados, el no verse siquiera a ellos mismos, el perder los sentidos que te permiten saber si estas vivo, lo desconocido y el fin. El mayor miedo del ser humano; perderse conscientemente en la oscuridad, ya sea la muerte o desconocimiento. Sin embargo en medio de la oscuridad un muy leve pero claro rayo de luz tentó la sensibilidad de sus ojos.
Antes de que se diera cuenta en un rápido destello sofocando su vista sin piedad alguna, todo su entorno cambió. En vez de un entorno vacío y negro, ahora se encontraba a la orilla del lago de Hogwarts en una noche luminosa por la luna llena sobre el cielo.
¿Eso era la muerte?
Ciertamente no era nada parecido a lo que alguna vez había pensado, ciertamente, no tenía nada que ver con sus tétricas imágenes retorcidas de lo que suponía, sería su infierno después de la muerte.
Sus reflexivas, nada sanas secuencia de pensamientos fueron detenidos al ver una figura a unos metros de él, sentada a la orilla del lago con los pies desnudos dentro de este. Reconoció la silueta de inmediato al haber tenido que soportarla durante siete años todos los días en sus mazmorras, pasillos, comedor e incluso presente el último segundo de vida.
Potter se encontraba sentado jugando con la luz del Espectro Patronum de su varita, en algún punto conjurándolo, dejando salir a un gran ciervo galopando por el lago libre, noble, majestuoso. Pero lo que le sorprendió, fue que la figura poco a poco fue cambiando de forma hasta mostrar un imponente lobo que observaba la luna y a su invocador con apreciación.
Si eso era un sueño o la muerte no le sabía a ningún sentido. ¿Por qué Potter tendría que ser la persona que viera aun muerto y más en sus sueños? El niño definitivamente era un incordio aun en la muerte sin lugar a dudas. Podía sentir cierta empatía con El señor Tenebroso.
De todas formas, siendo más objetivo, pareciera más apropiado decir que eso era un sueño debido a su entorno que la misma muerte, pese que tener que ver al insufrible Potter fuese suficiente castigo.
En medio de sus elucubraciones no se dio cuenta cuando la figura de Potter se voltio en su dirección y lo observaba, al principio con asombro y luego con curiosidad.
"Profesor Snape"
Si, definitivamente, esa voz le pertenecía a Potter.
El profesor de pociones se dio la libertad de apreciar a su ex – alumno de forma objetiva. Ciertamente ese Potter estaba muy cambiado. Sus facciones habían madurado en los de un hombre y esa barba recortada a juego con los impresionantes ojos verdes, le daban un aire más solemne y noble, el Potter de ese momento era más alto de lo que recordaba.
"Señor Potter" nombró con su usual desagrado impregnado en su tono.
Pudo observar un manojo de emociones atravesando las facciones del joven, siempre transparente y vulnerable, débil, tal cual lo recordaba.
Y tan pronto como parecía que el joven hablaría su vista fue desvaneciéndose poco a poco observando como Harry movía la boca más no escuchando nada de lo que decía. Fue ahí cuando la oscuridad y entumecimiento de su rostro de acrecentó y poco a poco la consciencia fue llegando a él al igual que todo el malestar de su cuerpo.
"¡Madame Pomfrey! Está despertando"
"Traiga el Kit Señor Potter"
Sentía la clásica resequedad de la boca, el entumecimiento del cuerpo y el dolor de cabeza punzante casi insoportable. Sentía como su boca se abría en busca de un alivio al dejar entrar el aire a su cuerpo y al poco tiempo después, como se le suministraba un líquido en los labios y lo obligaban a tragarlo sintiendo casi de inmediato el dolor de cabeza irse y sus sentidos poco a poco regresar a él. Sus ojos entreabiertos miraban casi ciegos lo que le rodeaba pero su mente no estaba lo suficientemente descansada como para plantearse que hacia Potter a un lado de su cama tomándole el pulso y como la imagen de él cuadraba tan bien con el sueño que tuvo antes de despertar. Rápidamente se sumergió en la inconciencia dejando al lado todo pensamiento y dolor.