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Vuelve a mi por Bumchan

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Notas del capitulo:

Hola! Aquí esta el segundo capítulo, espero que os guste!

Todos los personajes son propiedad de Masami Kurumada. 

Las horas iban pasando, una tras otra, sin ningún sobresalto. Pocas eran las palabras que se dirigían los dos arianos, pues arreglar armaduras era una tarea que requería de concentración, además ambos disfrutaban del silencio por lo que solo se escuchaba el golpeteo del martillo en el primer templo.

-Maestro, si quiere váyase ya- dijo Mu girándose para mirar al mayor de los dos, el cual se secaba el sudor de la frente- Llevamos todo el día y solo queda una más. La terminaré yo-dijo sonriendo sabiendo que el patriarca no cedería tan fácilmente.

-No hace falta Mu, como has dicho solo queda una. Además, tú reparaste otra armadura esta mañana, no sería justo para ti.

-Maestro, debería descansar-insistió Mu – Además, me gusta reparar esta armadura-sonrió acercándose a la armadura de géminis, que era la que faltaba, notando como emanaba un cosmos cálido de ella. – Venga váyase y descanse -volvió a insistir el pelilila cogiendo al mayor de los hombros para empujarle hacia la puerta – Mañana nos vemos, da recuerdos a Dohko- sonrió para cerrar la puerta en silencio volviendo a acercarse a la armadura – Ya solo quedas tú-se dirigió a la armadura soltándose el pelo masajeándose levemente el cuero cabelludo, sonriendo al notar otra vez el cosmos emanar de la armadura – Tienes los mismos gustos que tu portador que lo sepas – se rió Mu al pensar que a la armadura parecía gustarle más cuando llevaba el pelo sin recoger, al igual que ocurría con el mayor de los dos. – Empecemos – anunció aumentando su cosmos notando como entraba en sintonía con la armadura, la cual iba endureciéndose con cada nuevo golpe. Después de varios golpes más y de usar todos los ungüentos que debía utilizar la armadura estaba prácticamente lista a falta de un par de cosas. - Ya casi estás – le sonrió haciéndose un corte en la muñeca dejando que su sangre la bañara al mismo tiempo que la rociaba con polvo de estrellas. Unos minutos después, ya con la herida cerrada, se alejó de la armadura sonriendo ante su trabajo al mismo tiempo que se llevaba una mano a la cabeza, la cual le había empezado a doler. - Creo que ya es hora de ir a descansar – susurró para sí mismo acercándose hacia la puerta empezando a ver algo borroso, por lo que como pudo se agarró al pomo de la puerta notando como le iban abandonando las fuerzas - ¿Saga?-preguntó al ver una mancha azul acercarse hacia él, antes de ver todo negro.

-Te dije que no te esforzaras tanto- susurró Saga acomodando el inconsciente cuerpo del carnero entre sus brazos para llevarlo al cuarto del menor. Un par de horas más tarde Mu se despertó, sorprendiéndose al ver que estaba en su cuarto puesto que no recordaba haberse acostado después de terminar con la armadura de géminis – Te traje yo- dijo Saga apareciendo de entre las sombras para sentarse en la cama del menor. - Cuando noté que Shion se había marchado vine al templo, y como no quería molestarte esperé a que terminaras. Todo iba bien hasta que note que tu cosmos se debilitaba así que subí a ver que pasaba-le relató Saga acomodando un mechón de pelo detrás de la oreja del menor. - No tenías que haber usado tu sangre con mi armadura, ya la usaste con aries. Y tú mejor que nadie sabes que usarla en más de una armadura no es bueno.

-Lo se, pero quería hacerlo. No podía dejar que otra sangre fuera la que bañara tu armadura – le dijo enganchandose del cuello del mayor para tirar de él logrando tumbarle en la cama – Además, con todas las armaduras que he reparado estos días estoy bajo de reservas – dijo dando por terminada la conversación empezando a besar el cuello del otro - ¿No quieres? - preguntó Mu notando como el otro no respondía a sus besos.

-Sabes que si Mu, pero necesitas descansar. Mañana nos vamos de misión y tú, con tus tonterías de dar más sangre de la que debes tienes que descansar mucho más. Así que cenemos y durmamos. Me quedaré contigo esta noche, pero en serio Mu, solo dormir- dijo el mayor mirándole seriamente pues aunque todos en el Santuario pensaran que Mu era un puro e inocente caballero, eso no podía estar más alejado de la realidad.

-De acuerdo, venga cenemos- cedió el ariano besando al otro incorporándose para ir hacia la cocina para ver que podían cenar.

 

A la mañana siguiente, todos los caballeros se despertaron, se prepararon y fueron a los límites del Santuario, pues desde allí si podían teletransportarse sin tener que superar la barrera impuesta por Atenea. Una vez llegaron decidieron no ponerse las armaduras, primero tenían que reconocer el terreno y era mucho más discreto si lo hacían vestidos de civiles. Después de decidir esto, distribuyeron las zonas a investigar y caballeros que formarían cada uno de los grupos, y cuando estuvieron todos distribuidos se pusieron en marcha.

-¿Seguro que es este pueblo? No noto a nadie- preguntó Milo un poco aburrido al no encontrar a nada ni a nadie.

-¿Y eso no te parece raro?-le preguntó con sorna Camus haciendo que el otro pusiera los ojos en blanco – Ya encontraremos algo, no tengas prisa – le dijo escuchando como el otro suspiraba entreteniéndose dándole patadas a una piedra.

-Supongo que tienes razón – se giró para mirar al francés extrañándose al ver lo que parecía ser un niño detrás de Camus - ¿Habías notado al niño?- le preguntó recibiendo una negativa por parte del otro -¿Estas bien pequeño? - se acercó al niño poniéndole una mano en la cabeza dado que el niño no respondía – Hey pequeño – le llamó agachándose para mirarle mejor.

-Apártate Milo – gritó Camus viendo como el niño se había lanzado al brazo del otro, por lo que con un rápido golpe le dejó inconsciente - ¿Estás bien?

-Me ha mordido-dijo Milo levantando el brazo viendo como corría un fino hilo de sangre del mordisco – Creo que tendríamos que informar de esto – dijo mientras dejaba que Camus le limpiara la herida para después coger al niño ignorando la mirada del francés- Es un niño, no le voy a dejar ahí tirado – sentenció escuchando el suspiro del otro para emprender camino hacia la base, donde ya habían llegado otros caballeros que también habían tenido encuentros algo extraños con los lugareños. Algunos de los caballeros que aún no habían regresado eran Mu y Saga.

-¿No te parece extraño este pueblo?- preguntó Saga girando por una de las calles mirando por encima del hombro por si alguien les seguía aunque lo dudaba porque no notaba nada, de hecho no sentía a nadie en todo el pueblo - Creo que deberíamos volver a la base, a lo mejor los otros han averiguado algo - dijo mientras seguía caminando - ¿Pasa algo Mu? Estás muy callado.

-Tengo una sensación extraña - comentó Mu llevándose una mano al pecho cerrando los ojos para intentar concentrarse en esa sensación que le rondaba.

-¿Notas a alguien? - preguntó el mayor sin detenerse sabiendo que si alguien podía sentir alguna presencia, por mínima que fuera, ese era Mu.

-Creo que nos están siguiendo Saga- susurró Mu acercándose al mayor, el cual había detenido su avance para ver la escena que se desarrollaba ante él - ¿Qué están haciendo? - Preguntó Mu mirando hacia donde miraba Saga viendo como lo que parecía una familia estaba arrodillada frente a lo que parecía ser un cuerpo.

-Lo están matando- dijo Saga sin inmutarse cogiendo el brazo de Mu sabiendo de las intenciones del otro - No podemos hacer nada - le dijo tironeando de él para continuar - Vamos Mu - le dijo soltándole para continuar, girándose al momento al no escuchar al menor detrás de él - No Mu - le dijo recibiendo un gesto de que guardara silencio por parte del ariano, el cual no se dio cuenta y pisó una rama haciendo que todos se giraran a verlos- ¡Corre Mu! - exclamó notando como en esos momentos sentía una presencia con un cosmos muy fuerte, aunque solamente veía a la familia que momentos atrás estaba junto al cuerpo sabiendo que no era de ellos de quien emanaba esa fuerza.

-¡Saga!-gritó Mu al ver como detrás del mayor aparecía una figura que con solo chasquear los dedos había conseguido que Saga cayera de rodillas al suelo. Por lo que se acercó con la intención de atacar a la figura sin conseguirlo debido a la velocidad de esta-Lo mejor es que volvamos, no sería bueno enfrentarse ahora-pensó Mu después de examinar la situación rápidamente.

-No os vais a ir - dijo la sombra poniéndose delante de Mu sin que este pudiera hacer nada para impedirlo - Al menos tú no - dijo dándole un rápido golpe haciendo que todo se fuera poniendo negro para Mu, el cual en el último resquicio de conciencia consiguió teletransportar a Saga a la base - Vas a ser una presa entretenida - se río la figuratomando el cuerpo de Mu sin ninguna delicadeza algo enfadado por no haber podido acabar con el otro - Si, vamos a divertirnos.

 

Notas finales:

Hasta aquí el segundo capítulo, espero que os haya gustado. Aquí os dejo un adelanto del siguiente. Gracias por leer!! 


-¡No! ¡Para! - gritó Mu al ver como el otro se divertía golpeando el cuerpo de lo que parecía ser un niño de no más de doce años. 


-No tengas prisa, ahora vuelvo contigo- se rió acercándose para lamer lascivamente el pecho desnudo del pelilila - ¿Con qué quieres que probemos ahora? 


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