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EL ENTE por juda

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La puerta se abrió y los dos muchachos intentaron entrar pero ella los frenó.

-Sacaré a Damian, quedensé de ese lado -ordenó la mujer, luego regresó al salón y levantó por el brazo al muchacho que lloraba histérico.

René estaba en el lado exterior del departamento pero lo esperaba con los brazos extendidos, el pecoso cuando estaba cerca, apresuró los pasos y se tiró sobre él.

-¿Se fue? -preguntó Alex y la mujer lo miró con intensidad

-No, no logré que se fuera. Debo seguir haciendo limpiezas -lo miró de arriba a abajo -tu eres uno de los que está despertando su odio. Ni siquiera deberías estar en la puerta de este departamento.

René giró y lo miró.

-¿Él? ¿Por qué él?

Damian seguía llorando, escondido en su pecho.

-Necesito hablar con Damian y con los más cercanos a él, supongo que son ustedes. ¿Podemos ir a algun lado para conversar?

Alex se apresuró hacia su departamento, cuando estaban entrando Damian levantó el rostro y se miraron, se quedaron unos segundos con los ojos puestos uno en el otro hasta que el pelinegro dio un paso hacia él y el pecoso se apresuró a abrazarlo. La mujer los observó un instante antes de entrar y sentarse en la sala de estar. René se sentó en un sillón y tomando del brazo a Damian lo obligó a sentarse junto a él. Alex acercó una silla y se ubicó cerca de la mujer.

-El espíritu de Matías se niega a soltarlo, hay una promesa de reencuentro que se hicieron en vida con Damian y él necesita cumplirla -los amigos voltearon el rostro y observaron a Damian que bajó la cabeza para no dar explicaciones -Damian y Matías juraron encontrarse en las sucesivas vidas, juraron que el amor que los unía era tan fuerte que se buscarían siempre y Matías está forzando ese encuentro. Si Damian se hubiese ido del departamento, esto sería un poco más sencillo pero el espíritu ha comenzado con su trabajo.

-No! -habló René -Damian no está viviendo en su departamento!

La mujer calló y miró al pecoso que parecía no querer enfrentar esa charla.

-Damian les ha estado ocultando algunas cosas. Él creyó que Matías nunca le haría daño y ha estado durmiendo ahí. En realidad Matías no cree estar dañándolo sino que está desesperado, sabe que su amor está experimentando sentimientos hacia otra persona.

-¿Cómo que has estado durmiendo ahí? -preguntó René con los ojos llenos de lágrimas y los puños cerrados.

-¿Sentimientos hacia otra persona? -Alex preguntó en un susurro que nadie escuchó, invadido por los celos y la inseguridad.

-Damian, te dije que fueras a mi casa!!! -gritó René levantándose para caminar y descargar la bronca que sentía emerger. No quería mirarlo a la cara, se sentía frustrado consigo mismo: lo conocía! conocía a su amigo! Sabía lo testarudo que era, no tuvo que confiar en él! debió obligarlo a ir a su casa!

-Chicos, lo que necesita Damian en estos momentos, es apoyo. Quiero que vayas a un médico y que te hagan estudios de sangre, quiero ver qué tan debilitado estás.

-Debilitado? -preguntó René, girando de golpe.

-¿Es por tus hematomas? -consultó Alex.

-¿Cuales hematomas? -volvió a cuestionar el rubio más bajo mientras escudriñaba a su amigo.

-Nada -susurró Damian.

-Dime -gritó René y Alex lo agarró por un brazo.

-No le grites, lo estás poniendo peor.

-¿Qué sabes vos? es mi amigo!!!!

-Estás enojado, René. Cuando te pase te lo contaré -susurró Damian.

René inhaló con fuerza y dejó salir el aire en bocanadas cortas, se acercó a su amigo y arrodillándose delante de él, le tomó el rostro con ambas manos.

-Ya estoy tranquilo -le dijo mientras le daba un pequeño beso en los labios que no pasó desapercibido en Alex -ahora dime qué pasa.

-Tengo hematomas que aparecieron los últimos días. -Se levantó y se abrió la camisa.

René abrió la boca horrorizado mientras las lágrimas se impulsaban solas en una caída suicida.

-Qué hijo de puta que es... siempre fue un hijo de puta, y aun muerto lo sigue siendo -susurró.

La mujer se levantó y comenzó a acomodar su bolso.

-Damian, volveré el domingo, haré una sanación en tu casa y en ti. Haz lo que te dije del médico y por favor, no vuelvas a dormir ahí. Intenta pasar el menor tiempo posible en ese lugar. Él no es malo, tu Matías sigue siendo tu Matías, él no cree que está haciendo algo incorrecto y justamente por eso es peligroso. -le dijo mientras le acariciaba el cabello al pecoso y éste asentía.

Se despidió de todos y se fue, René la acompañó hasta el vehículo.

Cuando la puerta se cerró, Alex se acercó despacio.

-¿Estás bien? -preguntó levantando la mano y acariciándole el rostro.

Damian asintió y se acercó hasta abrazarlo por la cintura, escondiéndose un poco en su pecho, levantando el rostro para besarle el cuello.

Alex lo apretó contra su cuerpo.

-Quiero que vayas conmigo al médico. Sé que René es tu amigo y es MUUUUY posesivo, pero quiero que lo hagas conmigo.

-No, no iré con ninguno de los dos -le respondió mientras seguía besándole el cuello hasta llegar a la clavícula y pasarle la lengua -ya soy grande, me mandé una macana y la resolveré, ya hiciste mucho por mí. Iré al médico yo solo.

-Qué hice por ti? no hice nada!!!

-Has mejorado mi día a día. Te veo y me siento menos triste -afirmó mirándolo directamente a los ojos.

Alex lo tomó por el rostro y lo hizo retroceder hasta cercarlo contra la pared y comenzó a besarlo mientras apoyaba todo el cuerpo en él.

Damian gimió, olvidándose de los espíritus, los hematomas, las brujas, los departamentos embrujados, la muerte cerniéndose sobre él. Si se estaba muriendo, disfrutaría sus últimos días todo lo más que pudiese. Internamente sabía que su deterioro físico tenía algo que ver con Matías pero se lo había estado negando, ahora ya era tarde.

-No te imaginas, no tienes ni una puta idea de cómo me gustas -susurró Alex en el cuello del pecoso mientras le pasaba la lengua. -Sé que esto es muy pronto, pero quiero que estemos juntos, Damian.

-Si, es muy pronto! -respondió el pecoso, temblando ante la propuesta de Alex -Pero dame un poco de tiempo, por favor, necesito solucionar el problema de mi departamento. Quiero que Matías pueda partir en paz y dejarme seguir con mi vida. Cuando logre hacerlo (y si es que lo logro) déjame que sea yo el que te pida estar conmigo, porque no te imaginas, no tienes ni una puta idea de cómo me gustas -repitió Damian y Alex volvió a atacar su boca con mayor confianza, con tanto anhelo que le costaba respirar. Estaba enamorado del pecoso desde hacía mucho tiempo y sabía perfectamente que no le era indiferente porque lo había visto mirarlo cuando Matías no iba con él.

La vida, el destino, el cosmos, dios o lo que fuera, le estaban dando una oportunidad y no pensaba desaprovecharla. Era pronto para hablar de amor??? no lo sabía, no tenía ni puta idea de lo que significaba esa palabra, pero todo el alboroto que sentía en las tripas cada vez que estaba con el pecoso, no era normal y nunca le había pasado con otro hombre o mujer y supuso que eso indicaba que el amor... lo rondaba.

La puerta se abrió de golpe y Damian lo empujó alejándolo de su cuerpo. Alex protestó y terminó por dirigir la mirada hacia René que había quedado parado en el marco de la puerta.

-¿Se puede saber que mierda estaban haciendo? -preguntó furioso.

-Nada -contestó Damian tirando de su camisa hacia abajo para que tapase el bulto que se tensaba en sus pantalones.

-Nada mis huevos -gritó nuevamente René.

-Puedo preguntar qué te molesta de que Damian y yo estemos juntos?

René abrió grande los ojos y la boca.

-Están juntos???? -se acercó hasta Damian -Bebé, dime que este tipo no se propasó contigo!

-Propasar? -gritó esta vez Alex.

-Damian está vulnerable por la situación por la que está atravesando y vos te estás aprovechando de eso. No quiero que te le acerques más!!!

-Yo me estoy aprovechando???? Nunca obligué a Damian a nada y si lo que dices es cierto, vos también te estás aprovechando de su vulnerabilidad!!! te vi besarlo en la boca y no creo que sea la primera vez -volvió a gritar

-y tampoco será la última! -le respondió acercándosele con el mentón arriba, en una clara invitación a la pelea.

Escucharon cuando la puerta se abrió y giraron los dos.

-A donde vas, bebé? -preguntó René mientras corría hacia él.

-Están peleándose como perros por un hueso y este hueso se va. Necesito descansar y buscar un lugar para dormir, voy a buscar un hotel.

Damian salió por el corredor en dirección al ascensor y René corrió por detrás.

-Bebé puedes quedar en mi casa, no busques nada.

Alex se fue hacia la puerta suspirando y la cerró, escuchaba a René suplicándole, sabía que ganaría y se lo llevaría a su casa, ya arreglaría los tantos con ese rubio de mierda!!! Cuando Damian le dijera que tenían  oficialmente una relación , esos besos en la boca con el amigo se acabarían por completo. Traería a Damian a vivir con él. Un montón de cosquillas le explotaron en el estómago y sonrió, escuchó un golpe en la pared que lindaba con el departamento de Damian, se arrimó y golpeó con fuerza.

-No te tengo miedo, hijo de puta!!! y más vale que dejes de dañarlo!!! -gritó, esperó una respuesta y no la hubo, la impotencia que tenía hacia ese ente lo desbordaba, lentamente se alejó. Se fue a bañar para descansar un poco, ya le escribiría a Damian para preguntarle por el médico, por su salud, por los hematomas... y si había dormido con el rubio de mierda.


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